Repasemos hasta ahora. Trabajo: Genial. Amigos: bien. Familia: inexistente. Luke: mejorable (muy mejorable). Persona la cual creía ser mi mejor amigo y confiaba en el pero, me ha dado la espalda porque está enamorado de mi: en fin... Eso.
En ese momento la bipolaridad estaba presente en mi como si fuese un martillo golpeándome el cerebro por dentro. Primero pensaba que no me podía quejar; tenía salud, dinero y amor. Pero me faltaba algo. Me faltaba calor. Desde el día que volvimos de la entrevista, Luke está como ido. Ausente. Y no era capaz de plantearme por qué. No se reía cuando estaba conmigo, apenas me daba besos, dormía al filo de la cama y se hacía el sueco cuando le preguntaba qué le pasaba. Y me daba mucho miedo que lo que le pasara fuese que ya no sentía lo mismo por mi. Luke era lo más importante de mi vida y no podía perderlo, llegado a ciertos extremos, todo lo demás me daba igual si no podía tenerlo a él.
Pasó una semana y volvía a ser un domingo de descando. Era junio y cada vez hacía más calor. Me encontraba tumbada en la cama boca arriba en ropa interior,sola y destapada. Me toqué con las yemas de los dedos el relieve del tatuaje. Y escuché un carraspeo proveniente de abajo. Seguramente Luke estaba en la cocina. Y de pronto, junto con la brisa matutina, entró por la ventana una mariposa. Me sobresalté porque no me la esperaba, pero me fijé en todos los colores que tenía, en las formas de sus alas y decidí hacerle una foto. Cogí con prisa la cámara y esperé a que se apoyara en el balcón. Muy, muy lenta para que no saliera volando, me acerqué con el zoom y enfoqué. Estaba a menos de un segundo en pulsar el objetivo cuando el ruido de la puerta cerrándose hizo que metiese un bote y mi mariposa volviera a salir volando.
-¡Luke, me has espantado la mariposa!
-¡oh, señor! Tu mariposa. ¿Como no he pensado en tu mariposa? Perdón por joderte la vida, Angel.
Y salió dando un portado por donde había entrado.
Me quedé unos segundos traspuesta con los ojos abiertos como platos y la mandíbula desencajada, hasta que reaccioné y salí corriendo detrás de él.
-¡Luke! ¡Luke! Era una tontería, no te enfades conmigo por eso. -estaba sentado con los codos apoyados en las rodillas y juraría que tenía ganas de llorar, pero no lo hizo, ni un solo instante- solo era una mariposa. -dije sentándome a su lado. Maldita sea la mariposa de los...- No es por la mariposa, ¿verdad?
Negó con la cabeza sin mirarme a los ojos. Entonces, un sudor frío me brotó de las manos, el corazón se me aceleró hasta ritmos indescifrables y la cabeza me ardía. Si no fuera por mi orgullo personal, estaría llorando a sus pies.
-¿Qué te pasa, Luke? Y no me digas que nada porque esta vez no cuela.
-hace unos días vi...- empezó a decirme tranquilo, o al menos parecía tranquilo, pero apretaba los puños.-¿Porqué no me contaste que estabas mal conmigo?
-Yo nunca he estado mal contigo, Luke.
-No me mientas. Lo leí. Leí una conversación en tu movil con Sara. Decías que no deberías haberte venido a vivir conmigo, que era muy mal compañero de casa, que era un borde...
-¿Me espiaste las conversaciones?
-¿En serio crees que ese es el tema ahora?
Empezamos a alzar la voz.
-No me esperaba eso de ti, Luke.
-¡Venga ya! Angel, me has mentido. ¿Cómo te crees que me he sentido al leer eso?
-Luke, no paramos de discutir desde el primer día que vinimos a vivir aquí. Eso solo lo dije un día y era por que estaba enfadada contigo. No me digas que no tiene excusa porque tu me has dicho cosas peores.
-Claro, entonces no lo piensas, ¿no? - Se acercó a mi y miré al suelo- atrévete a decirme que es mentira y que era por un arrebato.- hice el amago de decir algo pero me quedé callada.- y mírame a los ojos, Angel.
-Luke, yo...
-Va. No digas nada más.
Se dio la vuelta y fue directo a la puerta.
-¿Dónde vas?- Alcancé a decir entre lágrimas.
-A mi casa.
Y cerró de un portazo.
Me senté en el mismo sitio donde estaba, con lágrimas por el cuello y los ojos muy abiertos. No podía comprender qué acababa de pasar. ¿Era mi culpa?¿Qué iba a pasar ahora?
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NO ME MATEIS. OS QUIERO UN MONTÓN!
María:*