Estaba envuelta en mis pensamientos por el acto que acaba de cometer, maldiciendome por aquello, el miedo de saber que estaba perdiendo a Xena por hacer esto me quemaba el alma, me sentía morir, no quería perderla y menos por una estupidez, no podría vivir con aquello. Por estar tan ensimismada no había notado que la chica que ayudé ya no estaba, ni me había dado cuenta de que habia pasado con ella. Eva se sentó a mi lado y me acario la espalda con aprecio.
- Cometiste un error, pero es solucionable, puedes volver al camino pero está vez poner el empeño necesario para no descarriarte. Si quieres lograrlo debes dejar de lado el usar la violencia como primera opción. Se que en este mundo hay gente de todo tipo, pero siempre las palabras pueden surtir efecto si las dices de manera correcta, el poder de las palabras es superior al de la violencia y si todo el mundo lo comprendiera estaríamos mejor. - Yo la escuchaba aunque mi mente seguia recrimandome por lo que había hecho y con todos los miedos que me vinieron de golpe con eso.
- Lo voy intentar otra vez, y lo voy a lograr a como de lugar. - Le lance una mirada con determinación. - ¿Por cierto donde esta la chica que ayudé? - Miraba para todos lados y no la veía.
- Hace un momento que se fue, después de que te abrazó llorando se despidió de ti agradeciendote. Tu estabas tan metida en tus pensamientos que ni te inmutaste.- Tampoco veía a Xena por ningún lado. Me paré de súbito asustando a Eva.
- ¿Donde está Xena? - Caminé por todo el callejón y no la veía por ningún sitio. Cuando estaba por salir de el, la ví regresando.
- ¿Donde te habías metido? - La miré con reproche. - Sabes que no me gusta que te vayas sin decir nada, me asusta de sobre manera.
- Lo siento, se que no podía defender a la chica, por eso pensé que podía hacer otra cosa para colaborar. Seguí al chico que se había ido corriendo, no vive muy lejos de aqui, deberían avisar a las autoridades del lugar lo sucedido para que les hagan un juicio.
- Si, vamos a hacerlo, que las autoridades del lugar se encarguen de que paguen por sus delitos.
Con ayuda de Eva llevamos al chico donde las autoridades de la ciudad, les contamos lo sucedido y les dijimos donde encontrar a su complice. Ellos quedaron en encargarse de todo y que a primera hora de la mañana les harian un juicio. Nos preguntaron si podríamos estar ahí y testificar lo que vimos, cosa que aceptamos, porque sin pruebas serian liberados. También buscarían a la chica que había sido atacada para que testificara.
Como ya era bastante tarde nos fuimos a acostar, me sentía tan enojada conmigo misma, tenía todo controlado, estaban yendo las cosas excelente, era cuestión de marcas y tendría a Xena de vuelta, pero como siempre lo arruiné todo. ¡¡¡Porque tenía que ser así y porque tenía que usar la violencia!!! En esos momentos recordé tantos años atrás cuando por primera vez me unia al camino de Eli y sin que me costará tanto dejé todo indicio de violencia y por un buen tiempo pude manejar todo de manera tan pacífica. ¿Porque ahora no podía?, ¿Porque se me hacía tan difícil?, mi cabeza era un solo de confusión, estaba mortificada. Sino lograba calmar y sacar completamente de mi el usar la violencia por cualquier causa podía caer y recaer constantemente ante cualquier acto que vea, así no iba a lograr nada, estaba tan molesta por mi falta de autocontrol en estos momentos. Xena estaba a mi lado, no me decía absolutamente nada y eso me preocupaba.
- Lo entiendo si estás molesta conmigo y no quieras hablarme. - Miré hacía el suelo mientras caían lágrimas de mis ojos. Me sentía tan culpable y entendía el enojo que pudiera sentir Xena hacía mi, no sería más de el que yo sentía por mi misma. Una mano tomo mi barbilla y la levantó.
- No estoy molesta contigo. Esto que sucedió con la chica fue tan horrible que no esperaría un acto menor al que hiciste, de echo me siento orgullosa de ver como la defendiste. No me importa sin con eso se retrasa mí regreso. - Me miró con cariño. - Quiero que sepas que no me haría feliz ver como hay injusticias en el mundo y no se hace nada. Si se logran solucionar las cosas hablando como dice Eva, estara muy bien, pero sino, no quiero que te quedes sin hacer nada solo por verme de regreso. - Me acariciaba el rostro mientras limpiaba las lágrimas restantes que quedaban en el.
- Claro que importa, ya hemos sufrido tanto, merecemos estar juntas por una vez en la vida y ser felices. Y si vamos a peliar por causas justas será cuando regreses y las combatamos juntas. Yo no quiero seguir sola. Date cuenta que si ahora soy lo que soy es gracias a ti, tu me has ayudado tanto, me has ayudado a madurar, me has salvado la vida tantas veces, me has mostrado el mundo, he visto como es la vida de verdad y no con los ojos de una chiquilla aldeana que no se daba cuenta de lo dura que es la vida y de todo el tipo de gente que está afuera. Me has enseñado a ser fuerte, a defenderme y valerme por mi misma. Ahora no me pidas que te olvide y solo decida defender a los demás acosta de nosotros, ya no, esta vez solo importas tú, está vez yo seré la que te salve y te voy a traer de vuelta conmigo, amor. - Le empecé a acariciar el hombro y le sonreía tratando con ambos actos de demostrar cuanto la amaba y que daría todo por ella y por regresarla.
- Tú me has dado más de lo que piensas, tu me has convertido también en lo que soy ahora, un ser humano capaz de dar amor, eres mi luz y encerraste muy dentro mío con miles de llaves a esa bestia maligna que me convertía en un ser horrible sin sentimientos y con ancias de dañar a los demás. Por eso te amo tanto, has hecho más por mi que yo por ti, no me debes absolutamente nada, yo te debo a ti todo. Es por lo que te decía esto, no quiero que por mi vayas más allá de lo que puedas o sientas que es correcto o no.
- Xena no lo hago por un sentido de deber, lo hago porque te amo, te quiero conmigo, quiero de vuelta nuestra vida juntas. ¿Es que no lo entiendes? - La miré entristecida.
- Claro que lo entiendo, pero tenía que decirte lo anterior, no quiero lastimarte más haciendo cosas que te están causando tanto daño. Verte frenar tu voluntad por mi, verte sufrir.
- Yo no sufro por tener que frenar mi sentido del deber, sufro porque nuevamente siento que soy débil y no puedo autocontrolar mis impulsos, pero ya no hablemos más de esto, te lo digo en serio, para mí eres lo más importante y te voy a traer de vuelta ¿Me oiste? No volveré a equivocarme o recaer. - La miré lo más sería posible para que supiera que lo decía de verdad y que lo iba a cumplir.
- Si te oí y gracias por todo esto que estás haciendo, no acabaré esta vida de agradecerte todo lo que haces, amor. Y cuando vuelva haremos todo lo que tú quieras e iremos donde tú quieras, quiero ver una sonrisa en tu rostro todos los días. - Me regaló una sonrisa tan bella que ahora quería llorar de emoción.
- Y así será, con solo tenerte a mi lado tengo la felicidad completa para cada día de mi vida. - Nos acercamos y nos dimos un beso. Fué tan delicado pero lleno de amor, amor que brotaba con la misma intencidad de parte de ambas. Después me quedé dormida mientras Xena me abrazaba y mecia.
Por la mañana estuvimos muy temprano en el juicio de esos criminales. Eva no había podido asistir conmigo ya que tenía que estar con sus seguidores, pero dejó un pergamino declarando todo lo que había visto junto con su firma, eso serviría también como testimonio. La chica que había sido atacada a noche también estuvo ahí y junto con nuestros testimonios se cerró el caso, fueron declarados culpables y condenados a estar encerrados de por vida haciendo muchos trabajos en minas peligrosas. En esa ciudad ya no se recurria como pena la muerte del criminal, pero si la pasarían muy mal, tanto lo era que hasta algunos hubieran preferido morir. Todo este asunto del juicio no demoró tanto como pensaba, es así que para no perder tiempo me fuí a buscar a Eva al templo para volver a las meditaciones, los días seguían pasando y no sabía cuanto tiempo le podría quedar a Xena, tenía que apurarme.
Dejé a Xena como siempre pasear por lugar y yo me adentré en el templo para meditar. Eva me acogió muy contenta y como todos los demás seguí las meditaciones. Ahora más que nunca prácticamente estaba viviendo dentro del templo, quería lograrlo ya, sin distracciones. A los cuatro días cuando los demás seguidores se habían retirado y solo estábamos Eva y yo, nos tomamos de las manos para meditar y ella noto que me pude vaciar por un buen rato, ni siquiera tuve que decirle que lo había logrado porque ella lo había sentido. Abrí los ojos feliz y Eva me sonrió.
- Lo lograste Gabrielle, ahora si estás preparada. - Estaba tan contenta. Salí casi corriendo del templo, tenía que encontrar a Xena y contarle que lo había logrado, que ya estaba preparada y que la traería de vuelta por fin.
Buscando por todos lados la encontré en el río donde solemos ir. Corrí para alcanzarla, al parecer no me había notado porque seguía mirando el río sin distracción. Me tiré abrazarla para darle la noticia y casi me caigo, no podía ser, ya no podía tocarla, traspasaba su cuerpo, ya no podía sentirla. Entre en pánico. Ella solo me miraba consternada y triste.
- Xena ¿Porqué ya no puedo tocarte? ¿Que pasó? - Intentaba tocarla por cualquier lugar y nada, solo la traspasaba.
- No lo sé, creo que ahora si ya no me queda tiempo. - Me miraba resignada.
- ¡¡¡Tú no te vas a ir!!! Tenemos que buscar a Eva ahora mismo, yo logré vaciarme por un rato, me dijo que ya estoy preparada, hay que regresarte antes de que acabes de desaparecer. - Salí lo más rápido que pude en dirección al templo junto con Xena que iba detrás mío. Eva estaba dentro acomodando unas cosas.
- Eva, esta ocurriendo lo peor. - La miré exasperada.
- Mi madre está desapareciendo ¿No?
- ¿Ya sabías? ¡¡¡Porque no me lo dijiste!!! - Me enojé y la miré furiosa.
- Me acabo de enterar, hace un momento Eli se contacto conmigo y me dijo que solo le queda un día. Iba a salir en un momento a decírtelo. Tenemos que regresarla hoy por la noche. Me dijo que tiene que ser a la media noche, aquí mismo en el templo. Es solo una oportunidad la que tenemos, sino logramos regresarla ya será prácticamente imposible, si llega su alma a pasar al otro plano encontrarla sería muy difícil y hasta puede que imposible.- Estaba asustada, era la hora de la verdad, debía poner en práctica todo lo logrado y conseguirlo.
- Está misma noche estoy aquí, la vamos a traer de vuelta, no vamos a fallar. - Miraba a Eva y a Xena con una seriedad impenetrable, tenía que demostrarles que ibamos a poder.
- Lo sé, no olvides traer contigo las cenizas de mi madre, son fundamentales.- Asentí mientras ella me daba unas palmadas en la espalda y Xena me miraba algo nerviosa.
Lo que quedó del día seguí meditando todo lo que pude, cada vez lograba vaciarme por más rato. Aunque cuando regresaba en mi, la preocupación volvía, pero mientras meditaba lograba sacar todo y que nada perturbara mi mente, solo el amor me invadia completamente. Así se pasaron las horas y ya estaba cerca de la media noche, nos fuimos al templo. Eva había acomodado todo el lugar de una manera diferente, ya no habían velas que dieran olores a rosas y rodearan el lugar con poca iluminación. En su lugar, habían muchísimas velas blancas, el lugar estaba muy iluminado, a un costado había puesto una pequeña mesa y encima de ella una daga de bolsillo, me preguntaba de dónde lo había sacado si ya no usaba la violencia, y sobre todo para que la íbamos a usar. No voy a mentir, me estaba asustado un poco esto, pero si servía para regresar a Xena no importaba, lo haríamos.
- Que bueno que ya llegaron, se acerca la hora. Tiene que realizarce todo esto justo a la media noche. En ese momento no podemos titubear. Mira, como les había dicho, la razón de que Gabrielle y yo tengamos que hacerlo juntas es porque yo soy la hija, tengo la sangre y carne de mi madre y Gabrielle es la alma gemela y el corazón de ella. Es muy necesario la sangre, la carne, el corazón y la otra mitad de su alma, ya que mi madre no tiene cuerpo y hay que formarlo de nuevo.
- Y ¿Para que es la daga? - La miré confundida.
- A eso iba. La daga es para mí, como yo soy la sangre y carne tengo que aportar algo para regresarla. Debo hacerme un corte en la palma de la mano y espacir unas gotas de mi sangre en sus cenizas.- Iba comprendiendo todo.
- ¿Y que debo hacer yo?
- Tú no tienes que aportar nada físico, debes como yo vaciarte justo en el momento en que este derramando mi sangre entre sus cenizas. Debes sentir todo el amor que tienes por mi madre y que te circule por todo el cuerpo mientras abrazas la urna cerca a tu corazón. Eli desde el cielo también hará lo suyo. El poder de los tres, si hacemos todo bien, la traerá de vuelta. Sentirás un fuerte desgaste emocional, ni te preocupes, eso será normal. - Me sonrió tratando de darme fuerzas.
- Ya estamos cerca a la hora, a hacerlo. - Xena acotó algo en ese momento.
- ¿Donde voy yo? - Verdad no había pensado que iría a hacer Xena. - Le repetí a Eva la pregunta.
- ¿Xena donde tiene que ir?
- No tiene que ir a ningún lado, es suficiente con que se quede aquí dentro en un rincón. Cuando su cuerpo aparezca nuevamente, su alma regresará a el y la tendremos de vuelta por completo.- Estaba nerviosa y anciosa por hacerlo ya.
- Está bien, vamos a hacerlo.
Nos acomodamos al medio del templo. Xena se fue a un costado como le dijimos mientras Eva y yo nos preparabamos. Tomé la urna y la apreté muy fuerte contra mi pecho mientras Eva al frente mío tenía levantada su mano derecha y en la izquierda tenía la daga.
- Gabrielle, te voy a avisar cuando sea el momento.
- Esta bien. - Pasaron pocos minutos y escuché a Eva.
- ¡¡¡Ahora y no abras los ojos para nada!!! - Cerré los ojos, me concentre todo lo que pude y me empecé a vaciar por completo, aunque escuchaba lo que pasaba a mi alrededor, oí el corte de una piel y como Eva abría la urna mientras vaciaba dentro su sangre. De ahí ya no se escuchó nada por unos segundos hasta que sentí como salía de mis manos la urna mientras sentía una fuerza brutal que me empujó contra el suelo. Tirada donde había terminado debido a la fuerza que me había empujado seguí con los ojos cerrados y luchando por completo por mantener mi concentración y no parar.
- Ya está, ya puedes abrir los ojos. - Abrí mis ojos y ví como en todo el lugar habia una potente luz blanca que no me dejaba distinguir nada con total claridad, esa luz era tan fuerte que ni abrir los ojos por completo podía. A los pocos segundos la luz desapareció y el templo volvió a su estado normal. Me empecé a levantar tratando de ver donde estaba Eva, hasta que la divisé, ella estaba levantándose también, había terminado tirada por el otro extremo del templo.
- ¿Funcionó? ¿Y Xena donde está? - En ese momento sentí una mano que me tocaba el hombro.
- Aquí - Era ella, me miraba con una hermosa sonrisa, sentí su respiración, sus latidos y sentí cuando me tocó.
- ¡¡¡Por los Dioses, funcionó!!! - Me tiré a abrazarla mientras lloraba de emoción. Estando en sus brazos voltié a mirar a Eva.
- ¡¡¡Eva, funcionó!!! - Ella nos miraba riendo por la escena que acababamos de hacer. Solté a Xena mientras Eva iba corriendo y abrazaba a su madre, Xena la correspondió con todo el cariño que solo una madre sabe dar.
- Hija por fin puedo tocarte. No sabes lo difícil que fueron todos estos días, el que no me vieras y el no poder darte un abrazo me entristecia. - La miraba con mucho cariño mientras le acariciaba el cabello.
- Yo también estaba muy triste, pero basta de recuerdos melancólicos, estás de vuelta, está vez aprovechen la oportunidad y sean felices. - Nos dijo esto a las dos mirandonos con aprecio.
- Gracias Eva, Gracias Eli. - Lo dije mientras miraba a Eva primero y luego hacia arriba con una enorme sonrisa que no salía de mi rostro y creo que por un buen tiempo la adornaria día y noche.
- No tienes nada que agradecer, las amo, son mis madres y por ustedes hago lo que sea. Ahora vayan a acostarse que es muy tarde, ya mañana tendremos más tiempo de platicar y hacer muchas cosas.
Nos despedimos de Eva y nos fuimos a la posada, a nuestra habitación. Estaba realmente agotada ya que había sido un desgaste muy grande todo lo acontecido, pero es la primera vez en toda mi vida que esté era un cansancio que me daba felicidad, una felicidad que no estaba dispuesta a desperdiciar.
- ¿Guerrera como te sientes? - La miraba riendo mientras ella daba vueltas por todo el lugar haciendo saltos y blandiendo su espada. - Me voltió a mirar con emoción.
- Estupenda, más que estupenda. - Se acercó a mí y tomó mis manos.
- Gracias por todo esto, no podré jamás cansarme de agradecerte todo lo que haces por mi. - Si estoy de vuelta es por que eres una mujer tan fuerte, tienes una gran fortaleza, más que la mía, no lo vayas a olvidar jamás. Eres maravillosa en todo sentido, te amo tanto. - Me miraba con amor mientras besaba mis manos. - Como te lo prometí ahora yo te seguiré a ti y haremos todo lo que tú quieras.
- No te pido que hagas nada por mi, quiero que hagamos todo por las dos para que seamos felices. Sabes me agrada la vida que siempre hemos llevado y ayudar a los demás, me hace sentir útil y que colaboro a cambiar este mundo. Pero de aquí en adelante hay que cuidarnos, no hagamos nada que pueda poner en peligro nuestras vidas, ya no. Ayudemos si, pero cuidandonos. - La tomé del rostro para que me mirara mientras se lo decía.
- Eso definitivamente, nunca más daré mi vida por nadie más que no sea solo por ti. - Se acercó a mí rostro y nos besamos tan delicadamente que parecía que fuera besada por una pluma, era realmente maravilloso como Xena siendo tan fuerte como es, puede ser tierna y delicada cuando quiere, es única y amo que lo sea. Luego de unos minutos ese beso se intensificó y decidí mejor separarnos porque sabía que de lo contrario no pararíamos en toda la noche, la miré con la ceja levantada y una expresión seductora.
- Me gustaría más que dormir esta noche pero me siento tan cansada que lo dejaremos para mañana ¿Si?, mañama si no te me escapas.
- Y no querría tampoco, estoy a tu total disposición.- Abrió los brazos en señal de estar rendida a mi. Me dió un ataque de risa.
- Tampoco exageres, solo te quiero a mi lado y seamos felices. - La bese nuevamente y la jalé a la cama. Nos dormimos acurrucaditas, porfin podía sentir su aroma tan delicioso y su cuerpo caliente que me abrigaba toda la noche.
- No lo olvides mañana eres toda mía. - se lo dije mientras me iba quedando dormida.
- Seré tuya toda la vida. - Sonriendo también se durmió.
A la mañana siguiente fuí levantada por unos besos que pasaban desde mis ojos, a mi nariz y acababan en mi boca.
- Buenos días dormilona. - Xena sonría mientras me alborotaba el cabello con cariño.
- Pero si recién ha salido el sol, ¡¡¡Ya no soy dormilona!!! - La miré haciendo puchero. Ella reía.
- Lo sé, pero me encanta molestarte. - Le golpié en el costado.
- Mirenla, recién regreso y ya empiezan los golpes.- Me miró fingiendo enojo. Yo me eche sobre ella y empecé a besarla desde la frente, pase por sus ojos, nariz, cuello y subí a sus orejas.
- Lo siento ¿Que hago para que me perdones?- Se lo dije al oído tan seductoramente que sentí como su cuerpo temblaba y se le erizaban los bellos. Con un hilito de voz me respondió.
- Hazme tuya. - Me reí en su oído.
- Encantada. - Seguí besándola por todo lugar donde había carne descubierta.
Así pasamos toda la mañana, demostrandonos todo el amor que sentimos, entregando nuestra alma y corazón, haciendo el amor como la primera vez, con una pasión y entrega total de dos almas que por fin estaban juntas y así sería por siempre.
Ese día por la tarde la pasamos con Eva, nos fuimos al río que nos encantaba y hicimos un pequeño picnic mientras hablábamos de todo y nada. Acordamos quedarnos en Chin un tiempo, queríamos pasar tiempo con Eva, porque con esta chica quien sabe cuanto tiempo más se quede por este lugar y hasta cuándo la veríamos de nuevo.
Pasamos una Luna ahí, fue espectacular, la pasamos muy bien, visitamos a Kao H'sin y nos contó todos los cambios que había ayudado a hacer en el lugar, se había convertido en tan buena en todo como su madre, fue bonito verla de nuevo y Xena estaba muy feliz, la quería como a una hermana. También en ese tiempo aprendimos muchas costumbres nuevas de la ciudad y así como nuevas técnicas de pelea. Como ya había regresado a Xena no tenía la obligación de seguir en el camino del amor y Eva lo entendía, de echo sabía que ese camino no era el mío, siempre mi camino sería con Xena y como tal, es el de guerrera. Tambien había sido lindo pasar todo ese tiempo con Eva y vivir momentos como familia, mi hermosa familia. Todo pasó tan rápido que no nos dimos cuenta de lo bien que la habíamos pasado.
- Que bien se siente poder estar en un lugar fijo y hacer tantas cosas sin estarse preocupando de maliantes, disfrutar la vida. - Xena me decía mientras estábamos en nuestra habitación mirando el techo, era de noche.
- Si, es muy bueno. ¿Pero no tienes ganas otra vez de romper cabezas y defender a la gente?
- A veces, no te puedo mentir, soy guerrera y el combatir está en mis venas. - Me miró con su típica sonrisa de costado.
- No eres la única, yo también lo extraño. ¿No piensas que deberíamos volver a hacerlo? ¿Un poquito?
- Puede ser. - Se voltió de costado para mirarme de frente. - ¿Que propones?
- Pues si mal no recuerdo antes de todo lo sucedido en Japa teniamos un plan, ¿No lo acuerdas? - Suspiró sonoramente.
- Si lo recuerdo. Entonces lo que creo que quieres es que ¿Vayamos a Egipto?
- Necesitan una chica con un Chakram.- La miré levantando una ceja y sonriendo.
- No será solo una, tendrán a dos, ahora tú también dominas el Chakram y podremos usarlo juntas. - Me sonrió.
- De acuerdo. - Me reí más fuerte mientras apretaba a Xena junto a mí y la abrazaba.
Al día siguiente con pena nos despedimos de Eva, quedamos en ir a buscarla a Britania dentro de un tiempo, ella quería ir a ese lugar porque sabía que tenía gente problematica y quería mostrandoles el camino del amor.
- Te veremos ahí dentro de unas Lunas, cuídate mucho ¡¡¡Eh!!!! ¡¡¡Y No te metas en problemas!!! - Eva rió.
- Claro que no madre, yo solo estaré para enseñar a todo aquel que quiera este camino tan maravilloso. - Nos guiño un ojo.
- Te extrañaré Eva, te iremos a ver pronto, cuídate muchísimo y muchas gracias por todo lo que me enseñaste y me ayudaste.
- Eres mi madre también, no tienes que agradecer, siempre estaré ahí para apoyarlas a ambas. - Nos abrazo fuerte y nos mandó rápido a nuestro barco.
Nos alejamos despidiendonos con la mano hasta que ya no pudimos verla.
- La extrañaré.- Xena me abrazo por el hombro y yo la abrace por la cintura.
- Yo igual, pero la veremos pronto. - Así nos quedamos por largo rato mientras mirabamos el atardecer.
Pasaron dos Lunas en ese barco, volver a estar con Xena ahora de vuelta era maravilloso, podía demostrarle todo mi amor donde sea y como quisiera, ya no habían miedos de que me vieran tocando a la nada, ella siempre estaba ahí. Yo volví a escribir en mis pergaminos, tenía que contar esta historia, tenía que mostrarles a las personas que gracias al amor verdadero se pueden lograr muchas cosas, cuando uno ama de verdad no hay barreras, ese amor es capaz de tocar lo que sea y lograr milagros.
- ¿Que escribes? - Xena se acercó tratando de leer lo que ponía en mi pergamino.
- La aventura que acabamos de pasar, la gente debe conocer esta historia y conocer del poder del amor. - Ella se acercó y me dió un dulce beso en los labios.
- Un poder que espero mucha gente pueda conocer y les de felicidad, como a mi. El amor es capaz de cambiar hasta a la peor persona del mundo y yo soy prueba de ello. - La abracé y de ahí la mandé a que fuera a traernos algo de comer a la habitación que es donde estaba escribiendo.
Unos días después ya llegabamos a Egipto y solo habiendo pasado media marca de estar en el lugar encontramos problemas. Cinco hombres estaban intentando robar la carreta de un pobre aldeano que estaba llevando artesanías.
- Idiotas ¿Que están haciendo? - Xena les gritó desde lejos. Los hombres voltearon molestos.
- ¡¡¡Y a ti que te importa!!! - Gritó furioso uno de ellos que parecía el lider. - Vayan por ellas. - Les gritó a sus compañeros.
- ¿Gabrielle estás lista? - Me sonrió de manera fiera.
- Listísima. - Xena sacó su espada y yo mis sais mientras corriamos al ataque de esos hombres. - Está será una gran historia para contar.
Y así siguieron su camino de guerreras, siempre juntas y felices.
FIN