-PERO QUÉ TE PASA ¿POR QUÉ NO TE FIJAS POR DÓNDE VAS? –Y sí, me acababa de chocar con Castiel-
-¿Por qué siempre que nos encontramos tienes que gritarme? –Me crucé de brazos-
-Hoy no lo hice –Se cruzó de brazos también-
-Pues lo acabas de hacer duh.
-Fue tu culpa por ser tan tonta y no fijarte.
-Venía saliendo del aula Castiel, en todo caso fue culpa tuya, no mía >:c
-Cómo sea, ahora si me disculpas quiero irme a mi casa, así que adiós –Empezó a caminar hasta la salida-
-Pff... Como si me importara... -Luego pensé en el mensaje de mi padre, y que Castiel vivía a 2 casas de la mía, podría irme con él- OYE, ESPERA –Salí corriendo y lo tomé del brazo-
-¿Y ahora qué? –Me miró un poco confundido-
-Bueno es que... aún no sé llegar a mi casa y tú vives cerca, por favor déjame ir contigo.
-¿Tengo cara de guía?
-Castiel por favor... -Le puse puchero, tal vez con él no funcione pero nunca está de más intentar-
-¿Y qué gano yo con eso? –Sonrió-
-Mmm... el placer de mi compañía (?)
-Jaja no te equivoques tabla de planchar, en todo caso serías tú la que tenga el placer de mi compañía –Rió-
-Sí sí como quie... Espera un momento ¿Me dijiste tabla de planchar?
-Sí, ¿No te has visto? No es que tengas muchas curvas que digamos –Rió-
-¿Entonces me has detallado el cuerpo entero? –Levanté una ceja-
-Se podría decir –Se encogió de hombros-
-Hmm... Interesante –Así que Castiel me ha detallado... Eso no me lo esperaba para nada, y no soy una tabla de planchar, tengo lo mío >:c-
-Bueno ¿Nos vamos o qué? –Comenzó a caminar-
-Ah sí, vamos... -Empezamos a caminar juntos, yo estaba tratando de memorizar las calles y todo eso-
-Sabes, comienzo a pensar que si te gusto tablita.
-¿Qué? –Dije algo confundida-
-Primero me lanzas indirectas con tu ropa, y ahora me pides venir a casa conmigo ¿Casualidad? –Me sonrió pícaramente-
-O-oye no sonrías así, lo de la camisa fue una casualidad, y vives a 2 casas de la mía, es lógico que te pida ayuda ¿No? –Estúpido Castiel me está poniendo nerviosa con esa sonrisa y no sé por qué...-
-Te noto un poco nerviosa ¿Me equivoco? –Sonrió-
-C-claro que no, no te montes películas –Miré hacia otro lado-
-Mjum –Creo que le daba gracia esta situación-
-Además, si me gustaras, llamándome tabla de planchar dudo mucho que me hiciera algún tipo de ilusión contigo...
-Yo no estaría tan seguro –Me miró con una sonrisa-
-¿Y por qué no? –Lo miré a los ojos-
-Podría sorprenderte –Se acercó a mí-
-Q-qué... -Me estaba mirando fijamente a los ojos-
-Ya llegamos –Se separó de mí de repente- Y como no me apetece llevarte hasta la puerta de tu casa, me voy a la mía. Adiós tabla –Me guiñó un ojo y se fue caminando-
-Dios mío, este chico es increíble –Volteé los ojos hacia arriba y me dirigí a mi casa- Mamá ya llegué.
-Hola hija ¿Y tu padre? –Dijo mi mamá mientras me abrazaba-
-Hoy no pudo ir por mí al instituto.
-¿Qué? ¿Y viniste sola? ¿Estás bien? –Empezó a hacerme preguntas-
-Mamá cálmate, estoy bien, vine con Castiel.
-¿Y por qué con él?
-Porque también va al Sweet Amoris y vive a 2 casas...
-Bueno... cariño invité a los vecinos a cenar, y tal vez sea una oportunidad de conocer mejor a ese chico a ver si de verdad lo juzgué mal –Dijo mi madre no muy convencida- ¿Me ayudas con la cena?
-¿No deberíamos esperar a papá?
-Tal vez llegue tarde, si lo esperamos no terminaremos nunca.
-Está bien –A decir verdad tengo algo de miedo. Mamá+Cocina+Yo = Desastre-
*Mi madre y yo empezamos a preparar la cena, hicimos una pizza casera y milagrosamente quedó muy rica, yo preparé unas galletitas con chispas de chocolate, mi padre me las había enseñado a hacer antes, así que aproveché para hacerlas, y no quedaron mal, a los 15 minutos más o menos de haber terminado llegó mi padre, nos ayudó a preparar las cosas y en eso tocaron el timbre*
-Deben ser los vecinos, cariño ve tú mientras tu padre y yo terminamos de arreglar.
-Está bien –Me dirigí a la puerta y abrí-
-Hola linda –Me saludó la madre de Castiel dándome un beso en la mejilla-
-Hola señorita –También el padre, pero este sólo me tomó de la mano e inclinó un poco la cabeza... Parece que Castiel no vino-
-Pasen adelante –Les sonreí mientras cerraba la puerta, pero alguien la detuvo con la mano-
-¿No pensaste que me perdería la cena, no tablita? –Dijo Castiel mientras entraba sonriente-
-Bueno, la verdad estaba empezando a dudar –Cerré la puerta- Castiel quiero pedirte un favor.
-¿Qué pasa? –Me acerqué un poco a él-
-No me llames tabla de planchar frente a mis padres –Le susurré-
-Entiendo, ¿Quieres que lo diga solamente si estamos solos? –Apoyo su mano en la puerta y me sonrió-
-¿Q-qué estás haciendo? –Está tan cerca que puedo sentir su respiración...-
-Te ves muy linda sonrojada –Se acercó a mi oído y me susurro- Tablita...
-O-oye ya basta, y de verdad espero que no me digas así frente a mis padres... -Me hice a un lado-
-Está bien, ya entendí –Se volteó para verme-
-Te lo agradezco –Le sonreí-
-CHICOS LA MESA ESTÁ LISTA –Gritó mi madre desde el comedor-
-¿Vamos? –Le dije-
-Sí, te sigo –Hizo un movimiento con la mano para indicarme que pasara primero, le hice caso, fuimos hacia el comedor y tomamos asiento uno junto al otro porque ya nuestros padres se habían sentado-
*Cada quien se sirvió una porción de pizza y empezamos a comer tranquilamente*
-Castiel quería agradecerte por acompañar a nuestra hija hoy –Dijo mi padre de repente-
-¿Vinieron juntos del instituto? ¿Por qué no me dijiste Cassy? –Dijo su madre sorprendida y al mismo tiempo trataba de ocultar una sonrisa-
-Sí, me pidió venir conmigo porque no sabía llegar –Le dio un mordisco a su trozo de pizza-
-Sí... Yo también te lo agradezco... -Dijo mi madre mientras lo miraba un poco raro-
-No se preocupen, para mí fue un verdadero placer –Me miró y sonrió pícaramente-
-¿Q-qué? –Mi padre empezó a toser, casi se atraganta el pobre y tanto los padres de Castiel como yo estábamos igual, parece que ninguno se esperaba para nada eso-
-Bueno quiero decir que fue un placer porque le enseñé el camino a casa, así no se perderá –Hmm... no sé qué trata de hacer, pero espero que siga así hasta que se acabe la cena >.<-
-Amm... yo traigo el postre –Dije levantándome de la mesa-
-Espera, te acompaño –Castiel se levantó también y me siguió a la cocina- ¿Estoy haciendo bien mi papel de chico bueno? –Rió-
-Sabía que era fingido jaja pero sí, y te lo agradezco muchísimo –Le dije mientras agarraba el plato con galletas-
-Sólo será por esta noche, al parecer a tu madre no le caigo extremadamente bien a juzgar por como me mira –Sonrió-
-¿Te diste cuenta eh? Pues ella es un poco delicada con esos temas de como los hijos tratan a las madres y esas cosas, digamos que cuando te conocimos, no le hablaste muy bien a tu madre –Me encogí de hombros-
-Soy así y ya está, pero eso no quiere decir que no la aprecie, es mi madre después de todo.
-Aww, que lindo –Puse pucherito-
-Cállate, si le mencionas esto a alguien, eres tabla muerta ¬¬
-Está bien, no diré nada –Le sonreí y salimos de la cocina- Aquí está, espero que les gusten las galletas –Sonreí mientras colocaba el plato en la mesa-
-Por supuesto querida –Dijo la madre de Castiel agarrando una, al igual que su padre-
-Están deliciosas hija –Dijo mi padre mientras comía una-
-Gracias papá, usé la receta que me enseñaste –Le sonreí-
-No sabía que sabías hacer galletitas –Susurró Castiel en mi oído-
-Y yo no sabía que era un placer para ti acompañarme hasta mi casa, pero ahora ambos sabemos ¿No? –Lo miré y le sonreí-
-Claro –Me sonrió de vuelta- Pero quiero saber algo más.
-Ahm, ¿Qué quieres saber?
-Tu número de teléfono –Sonrió-
-¿De verdad lo quieres? –Admito que esto me da gracia, no pensé que quisiera mi número realmente-
-Pues sí, así si te vuelves a perder puedes llamarme... Y yo con gusto me reiré de ti y colgaré –Rió-
-Idiota –Lo miré feo-
-No seas tonta, es broma –Me extendió su teléfono por debajo de la mesa y anoté mi número-
-Gracias –Sonrió y se comió una galleta-
*El final de la cena transcurrió bien, Castiel realmente me sorprendió, gracias a eso tal vez mi madre por fin dejé de andar en contra suya, luego de hablar un rato nos despedimos de los vecinos. Me duché, les di las buenas noches a mis padres y como siempre arreglé mis cosas, luego me acosté a dormir... A la mañana siguiente sonó mi despertador, me di un baño rápido y escogí mi ropa, me puse un short de jean, una camisa con florecitas y unas converse blancas, peiné mi cabello y me puse un maquillaje natural, bajé, desayuné, luego de despedirnos de mi madre nos fuimos al insti, me despedí de mi padre y entré*
-Pero miren quién es... La chica nueva –Era la rubia, y sus otras 2 amigas-
-Ahm, hola, ¿Ámber cierto?
-¿Te aprendiste mi nombre? Que bueno, no eres tan estúpida como pareces –Rió y sus amigas rieron también-
-Jaja ¿Te di esa impresión? Es curioso porque cuando entré al aula fue también la primera impresión que tuve de ti, sin embargo, me sigues pareciendo igual de tonta –Sonreí-
-¿Quién te crees que eres para decirme eso? –Se cruzó de brazos-
-Pues si crees que soy de las que se quedan calladas mientras les dices lo que se te dé la gana, te recomiendo que des la vuelta y busques a otra persona, porque estás hablando con la equivocada.
-Deberías tener cuidado en cómo me hablas, tengo a la directora en mi bolsillo y...
-¿Y crees que eso me importa acaso? –Ya me estaba hartando sinceramente y eso que acabé de llegar-
-¿Qué pasa aquí? –Llegó Nathaniel de repente-
-Nath, ella me está molestando, yo sólo iba con Li y Charlotte al aula cuando empezó a decirme cosas –Puso voz de niñita-
-¿Eso es cierto Sucrette?