La mañana del día siguiente Luhan se despertó repentinamente al escuchar un estruendo.
Era música a todo volúmen a las diez de la mañana.
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POV. Luhan
No puede ser. ¿Y ahora qué le pasa? ¿No me dejaría dormir?
Furioso marché siguiendo el sonido hasta dar con el causante.
-¿Estás loco o qué? -Me apoyé en el marco de la puerta mientras lo observaba con desprecio.
-Mmm- Bajó el sonido de los altavoces - ¿Decías algo? -Inquirió simple.
No iba a molestarme más, no podía estar constantemente enfado por "ese" ser.
Resoplé y di media vuelta para regresar de nuevo a mi cuarto.
Cambié la vestimenta que traía puesta para salir a la calle. Tenía que ganar de alguna manera dinero para pagar la estancia. El dinero que traía no era suficiente para todo un mes.
Predispuesto a salir escuchó una voz que llama mi atención.
-¿A dónde vas? - Sí, era otra vez el pesado de Sehun.
¿Nunca me dejaría vivir en paz?
-A ninguna parte. -Me paré con las manos en la cadera.
Cruzó los brazos a la altura del pecho y formó un arco con sus cejas.
No le iba a contar a dónde iba. Además que le importaría a él.
Me fui tirando de la puerta, dejándolo ahí sin poder formular una palabra.
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POV. Sehun
¿A dónde iría? Tenía curiosidad pero no interés.
En realidad, me daba igual. Sólo disfrutaba molestandolo ya que ni esperaba una amistad con él.
Me acerqué hasta el sofá y me tumbé dejando caer el peso de mi cuerpo de golpe.
Iba a echarme una siesta ahora que la hormiga de mi compañero no estaba.
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Luhan pasó varias calles hasta dar con un restaurante que tenía en la entrada colgado un pizarrón, en él había escrito que se buscaban camareros.
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POV. Luhan
¿Camarero? Creo que está bien, es sencillo y se gana bien.
Entré haciendo sonar la campanilla arriba de la puerta, una mujer de avanzada edad me miró a lo lejos y sonrió amable.
-Hola, qué le trae por aquí. -Sostenía en la mano un vaso mientras lo frotaba- ¿Ha venido por el anuncio de afuera?
-Si, así es -Sonreí de vuelta.
Aquella señora parecía cálida y familiar.
-Bueno, pues si quiere trabajar necesita conocerme primero. Deje que me presente me llamo Shin Ha-neul, la propietaria del restaurante.
-Encantado, soy Luhan. - Me incliné corto y sonreí.
-Hoy no estamos trabajando debido a que tenemos escaso reparto. La semana pasada perdimos dos camareros e hizo ralentizar la venta en nuestro restaurante. - Me miraba seria en cada una de las palabras que soltaba - así que me alegra que usted esté interesado. Empezará mañana mismo si no le importa. -Sonrió de nuevo mostrando las arrugas de la cara.
Le agradecí inclinándome de nuevo.
-¡Oh! Bueno, otra cosa más. En este restaurante trabaja mi hijo, creo que te llevarás bien con él. -La señora alzó la voz e hizo una seña para que un chico de cabello alborotado y ojos rasgados corriera dejando la mesa a medio limpiar. -Él es Kim minseok.
El muchacho se inclinó saludando cortésmente.
Parecía buen chico.
-Mucho gusto, soy Luhan. -Sonreí levantado suavemente las comisuras de los labios.
-Igualmente, espero llevarnos bien. Soy Minseok. -Se inclinó hacia mí algo nervioso.
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Los tres quedaron conversando un par de minutos más y Luhan decidió que era hora de irse, se despidió de ambos y regresó hasta el apartamento.
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POV. Luhan
Vaya día. Hoy había sido un día bastante productivo, ya tenía nuevo empleo.
Giré el pomo de la puerta y observé a lo lejos Sehun dormir encima del sofá. Anduve de pintullas pasando cerca de él pues era la única manera de llegar a mi cuarto.
Sin previo aviso agarró con fuerza mi muñeca. Contuve las intensas ganas de gritar e intenté romper el lazo.
Pero era inútil, no tenía fuerza suficiente para hacerlo.
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Luhan seguía luchando por zafarse hasta que de prontó al tirar muy fuerte acabó cayendo de nuevo encima de Sehun, al contacto éste se levantó sorprendido.
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-¿¡Qué haces!? -Salté asutado y llevé las manos hacía mi pecho.
Él no contestó solo me miró desconcertado.
-¿¡P-Por qué has agarrado mi muñeca!? -Mis palabras salían temblorosas.
Estaba extrañamente agitado.
-No sé. - Repuso ronco y masajeó su cuello.
Otra vez, una situación incómoda más.
-Pero no te emociones. -Enarcó una ceja burlón.
Me tenía completamente harto.
-¡Me voy!
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Luhan aceleró el paso hasta llegar al cuarto. Una vez ahí, llevo la mano hasta su pecho suspirando.
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¿Por qué estoy así? Supongo que es porque me he llevado un buen susto.
Normal, con esa cara de delicuente.
Sí.
Seguro.
Eso será.