N/A: Disculpen que hace unos días que no actualizado, estuve llena de cosas por hacer. El largo del capítulo compensa la ausencia :) Espero que lo disfruten (Y disculpen los errores que seguro hay, me da flojera releer mas de 2800 palabras. Mas adelante corregiré el libro completo) Espero que les guste!!
Canciones recomendadas:
Bad Things (MGK ft. Camila Cabello)
The Moon (The Swell Season)
Lost on You (Lewis Capaldi)
Missing (Seafret)
Evermore (Greg Contier cover)
To the Sea (Seafret)
Desearía poder salir corriendo y encerrarme en mi habitación como cuando intentaba evitar a Alessandro persiguiéndome por la casa. Siento la respiración pesada de Beck detrás de mí, aunque me es difícil escucharla por el sonido de mi corazón aturdiéndome. Es la segunda vez que Beck llega a casa y sus tatuajes y actitud desinteresada, no parecen ser muy atractivos para mi familia. Excepto Marco, el es tan desinteresado como Beck. Amber me mira, preguntándome con la mirada si necesito ayuda. Necesitaría a la ONU en este momento.
"Zoe" Dante exige una explicación. Amber le golpea el brazo con su codo, intentando captar la atención de mi hermano, pero toda su furia está concentrada en el muchacho rebelde escondido detrás de mí. Odio ser tan protegida por mi familia, en especial por mi hermano mayor y mi papá. Me siguen tratando como si fuese una niña y no pudiese tener vida social. Recuerdo las primeras veces en las que Ryan vino a mi casa, mi papá lo tomaba del brazo y lo hacía esperar afuera.
"Alessandro ha traído chicas a casa desde los quince. Les molesta que Zoe traiga un compañero de estudio sólo porque es una chica" La voz de Marco sorprende a todos. En cuanto todos los ojos se posan sobre él, su cabeza se vuelve a agachar. Los hombros de Dante y Papá se relajan, pero ninguna palabra sale de su boca. Quiero agradecerle, pero mis piernas aún tiemblan. Temo que algún día de estos, Beck salga con un ojo morado "De todas formas, me iré a mi habitación. Demasiado drama por un sólo día"
Todos las miradas siguen a Marco. Respiro con profundidad y dejo escapar el aire. Camino hasta la escaleras y siento los pasos de Beck detrás mío. No habíamos llegado al pasillo del segundo piso, cuando comencé a escuchar las voces de mi familia discutiendo sobre lo sucedido. Bajo la velocidad de mi caminata para escuchar y mi estómago se hace un nudo.
"...Ya no es una niña, Alfie" Mi mamá me defiende ante mi papá.
"Tiene 17 años, no puede traer chicos a casa como si fuese una adulta" Mi papá defiende su postura.
"Yo tenía esa edad cuando nos conocimos. Si la sigues comprimiendo en la caja que has creado, la dejarás sin aire y se alejará de ti"
"No la estamos comprimiendo" Dante espeta enojado "¿No lo has visto? Mira esos tatuajes ¿Por qué un chico como él estaría estudiando con una chica dulce como Zoe? Siempre han venido chicas y Ryan. La lastimarán"
"Ustedes dos la lastimarán si no la dejan vivir" La voz de Amber me sorprende "A todos en algún momento nos han roto el corazón y de eso hemos aprendido. Ahora, somos más grandes y comprendemos un poco más de la vida. Déjenla equivocarse en el amor ahora que es chica"
Me siento una bola de papel, arrugada y arruinada. No tengo ni voz ni voto. Por algún motivo, mi garganta comienza a arder y una necesidad de llorar crece más y más. El brazo de Beck pasa por detrás de mi espalda y su mano agarra mi brazo, empujándome hasta él.
"Lo siento" Susurro, esforzándome por no llorar. Apoyo mi cabeza sobre su hombro e intento no ceder ante el llanto. Por algún motivo, todo parece derribarme con facilidad "No tienes que creer lo que escuchaste de mi familia"
"He escuchado cosas peores sobre mí, Pecas. No te preocupes por mi ¿De acuerdo? Yo estaré bien" Sus pies avanzan y es allí cuando noto que mis talones estaban firmes en el suelo.
Parece que la única que realmente me comprende, es Amber. Aunque mamá me defienda ante los hombres de mi familia, noto en sus ojos que desconfía de mi amistad con Beck. En cuanto se entere que antes de conocerlo en la escuela, estaba en el campamento para controlar su mala conducta, me prohibirá todo tipo de relación. Pero no puedo juzgarla, incluso yo tengo dudas sobre la forma en que su humor cambia de manera sorpresiva. Aunque intente olvidarlo, sus datos en la hoja de inscripción al campamento parecen estar tatuados en mi mente. Presenta ira incontrolable. Agresivo. Con frecuencia se involucra en peleas. Solitario. Dificultad para relacionarse con sus pares. Manipulador. Posible presencia de mitomanía. Ingiere píldoras para dormir con frecuencia. Llevo tres meses intentando ignorar esos datos profesionales, pero cada vez me resulta más y más difícil. El año pasado, cuando en el colegio nos enteramos con Jared había abofeteado a su novia, les hizo abrir los ojos a muchas chicas. No se de qué es capaz Beck, y tengo miedo en descubrirlo. La palabra agresivo no se borra de mi mente, pero se nubla con su abrazo. 'Manipulador' y 'mitómano' aparecen en mi cabeza, pero recuerdo lo brillante de sus ojos cuando abrió sus sentimientos ante mi, y me es imposible encontrar mentira en su mirada ¿Cómo es posible que algo que se siente tan real, pueda ser mentira?
Entramos a mi habitación, las persianas siguen bajas desde la mañana. La oscuridad y le mezcla de sentimientos encontrados, sólo debilitan mis piernas y me obligan a caer rendida sobre mi cama. Beck cierra la puerta detrás de mi y enciende la luz.
"No" Es lo único que logro decir, e inmediatamente Beck apaga la luz. Algunos rayos dorados entran por la ventana, iluminando el suelo. Cierro mis ojos e intento no pensar en todo lo que hay dentro de mi mente. Se que Beck está parado junto a mí, pero decido ignorarlo por unos segundos. Desearía retroceder el tiempo hasta antes del verano, cuando mi único problema era que unos chicos idiotas estacionaba en el lugar para discapacitados en el centro comercial.
"¿Qué sucede?" Me pregunta. Abro los ojos y lo encuentro sentado en el suelo, su cabeza apoyada sobre el pequeño espacio entre mi hombro y el borde de la cama. En cuanto mis ojos se cruzan con los suyos, sin poder evitarlo dejo escapar una de las tantas lágrimas que estaba aguantando. Su cabeza se ladea y sus cejas se bajan "No me gusta que llores, Pecas"
No quiero hablar porque en cuanto escuche mi voz temblorosa, será peor. Mi mentón tiembla y mi mente se llena de pensamientos. No entiendo cómo es posible que Beck sea mi único problema en esta situación, sin embargo siento que es el único que puede ayudarme en este mar de confusión. Tal vez, luego de haber estado tanto tiempo varado en el océano, me pueda ayudar a nadar. Siento que mi almohada comienza a mojarse. Parpadeo y una lágrima nueva aparece. Necesito arrojar todo por unos minutos, despojarme de absolutamente todo tipo de problema que involucre a Beck. Por un segundo, deseo no haberlo conocido, no haberlo besado, no pelearme y arreglarme, no sentir cosas indefinidas por él, ni darle un tema de enojo a mi familia. Pero es imposible. Me resulta imposible chocarse con su mirada y no sentir una repentina sensación de libertad. Me pierdo en su mirada y se encuentra a si mismo en la mía. Y de alguna forma, eso sobrepasa todos los problemas que él encadena a mi mente.
"A mi no me gusta llorar, tampoco" Respondo tarde, una vez que calmé el ardor en mi garganta. Sus dedos limpian una lágrima que lucha por aparecer.
"No me gusta que llores por mi culpa" Gira su cuerpo y arroja su cabeza hacia atrás, mirando hacia el techo "Estoy trayéndote problemas con tu amigo y tu familia. Tu mente debe ser un caos. No tienes que cerrarte, yo lo hice toda mi vida y mírame. Habla con Ryan y cuéntale todo. Yo te traigo problemas, Pecas"
Parpadeo unas cuantas veces, intentando aclarar mi vista. Odio que haga esto, me intenta alejar de él y no nota que necesito que él esté bien para mí. Una sola vez, no pido mucho. He estado allí, soportando sus gritos y berrinches, enojándome con él pero sabiendo en el fondo que estaría en cuanto me necesitara. Sin embargo, aquí estoy, gritándole en silencio que me ayude a solucionar el problema que él causó en mi vida, y sólo arroja el paquete lejos de él.
"¿Qué dices?"Elevo un poco mi voz mientras seco mis ojos con el dorso de mi mano. Siento cómo mi confusión y tristeza son reemplazadas por desilusión y enojo.
"Lo que escuchas, Pecas" Beck responde con suavidad. Su voz parece más grave que nunca. Siento como si estuviese por decirme que se irá, como si esto fuese una despedida. Embriagada por una sensibilidad que me resulta incomprensible, dejo escapar otra lágrima, incluso cuando ya había creído estar tranquila. Su cabeza gira y sus ojos buscan los míos. Siento la suavidad ambigua de sus dedos largos y ásperos sobre mis mejillas tibias "No puedo quedarme y ver cómo te derrumbo. Siento que eres agua en mis manos desnudas, te me estás escapando entre los dedos. Y a pesar de que nos alejemos y volvamos, cada vez que regresas, lo haces con una nueva cicatriz que no notas. Si sigues intentando sacarme de la oscuridad en la que vivo, terminaré quitándote toda tu luz. Y vaya que tienes luz, Pecas. Será mejor que nos alejemos el uno del otro. Me conozco, y se que el resto de las veces no estaré aquí para secar las lágrimas que derramas por mi culpa"
"¿Por qué?" No puedo evitar preguntar. Beck respira y no responde por unos segundos. Su pulgar dibuja círculos sobre mi mejilla. Me detengo a leer su expresión, pero como tantas otras veces, me es imposible. Nuevamente, no lo comprendo. Me aleja y me busca, me pide que vuelva cada vez que me vaya lejos de él, y ahora me dice que hay que distanciarnos. Se lo que vi en él cuando me dijo que necesitaba de mí. Pero para ser honesta ¿Qué conozco de él? No se nada de su familia, de su vida, de sus pensamientos, sus batallas y alegrías ¿Cómo enseñarle a un pájaro cómo debe volar si no logro encontrar sus alas?
"No tiene lógica que estemos cerca. Es una completa locura. Es por gente como tú que evito estar rodeado de personas. No puedo sostener hielo con manos de fuego. Terminaré arruinando tu mente como ya arruiné la mía. No quiero que estés alrededor mío sólo para intentar solucionar mis problemas. No puedes poner una venda. Seamos sinceros, Pecas, no nos conocemos"
Me quedo en silencio. Es como si hubiese robado mis pensamientos, sin embargo, cuando salen de su boca, es como si no me gustara aquella idea. No puedo dejarlo irse con su mochila cargada de peso si se que puedo ayudarlo, tal vez puedo ayudarlo a alivianar sus cargas. Quiero responderle eso, para obligarlo a cambiar de opinión. Sin embargo me detengo, y pienso en el rollo en el que me metió Beck y mi estúpida manera de volver a él por curiosidad ante su intrigante forma de ser y casi invisible dulzura. Se queda mirándome, esperando una respuesta de mi parte, pero lo único que hago es pensar. Mi mente se llena de todas las preguntas que jamás le hice y replanteo todo lo que Beck abarca. Sus gritos en el bar retumban y me hacen sobresaltar. La sorpresa me invade en cuanto veo la marca de las nudillos de Beck en el rostro de Bryce. Un nudo se forma en mi estómago en cuanto noto debilidad en sus ojos cuando extiendo la cajetilla de cigarrillos frente a él. Un dolor punzante en mi pecho aparece cuando, a la distancia, veo aquel cigarro encenderse entre los mismo labios que días atrás me había besado. Mi mente gira, confundida ante sus infinitos cambios repentinos de humor. Me extraño al notar la rara manera en la que esconde detrás de su camiseta aquella llave colgando de su cuello. Por un segundo, no logro respirar, temerosa ante un posible nuevo cambio de humor en cuanto menciono a sus padres. Mis ojos pueden ver sus cicatrices invisibles, aún perforándolo por dentro, sin embargo soy incapaz de encontrar de dónde sale la sangre, le pregunto, pero no quiere decirme. Y siento que lo veo desangrarse frente a mí, y no hay nada en mi poder para ayudarlo. Tal vez es como Amber decía, esto es algo pasajero que sólo me ayuda a crecer.
"Me molesta que no me digas que hay dentro de tu mente y tu sepas qué sucede dentro de la mía" Mis palabras se escapan de mis labios antes de que pudiera terminar de procesar toda la información tatuada en mi cabeza.
"Sólo hay mierda dentro de mí ¿No lo entiendes?" Espeta, comenzando a enfadarse. Respiro, nuevamente harta de sus cambios de humor. Es como si por primera vez veo realmente que estoy de a poco ahogándome en un pantano "No puedes solucionar mis problemas porque no te involucran ¿Notas lo bien que estaba tu vida antes de que yo llegara? Yo soy tu único problema, y disculpa que te lo diga, pero tu problema es una mierda. Yo vivo con mis propios demonios y no puedes alejarlos, porque son los únicos que estaban junto a mi mientras todos se alejaban. Si me quedo, seremos tres, tu, yo y mis demonios. Si me voy, todo vuelve a la normalidad para ambos. No intentes remendar las cosas, Zoe"
Se pone de pie y yo me siento al borde de la cama. El dolor en mi pecho es más fuerte que antes. Mis manos tiemblan. Intento procesar todo y encapsularlo en un sólo pensamiento, pero lo único que puedo pensar es en el dolor debajo de mi pecho. Sus pies se pasean por mi habitación. Respiro con fuerza. Inhalo y exhalo. Mis hombros se tensan. Quiero refutarle y gritarle, dar mi postura al respecto y que me de la razón. Pero es inútil. Tiene razón. No se lo que es sufrir realmente, nunca cree las defensas suficientes como para para soportar la furia del océano y todas sus olas. Aunque quiera ayudarlo, curar sus heridas, secar sus lágrimas y abrazarlo hasta que se sane, no lo lograré. Terminará refugiándose en su propia mente, en lo que ya conoce, y eso significa lastimarme. Ese es su mecanismo de defensa. En cuanto siente que algo comienza a alterarse a su alrededor, lo aleja antes de que sus sentimientos se aferren a algo inconstante. Lo miro, pasearse impaciente por mi habitación, su mirada lejos y oscura.
"Dime qué pedazos te han arrancado de tu vida"Le digo, con mis ojos firmes en la punta de mis pies, iluminadas por un potente rayo de luz. Mi voz es potente y débil al mismo tiempo. No le estoy pidiendo, suena más bien como si le demandara una explicación. Siento cómo se detienen sus pasos, secos sobre el suelo. Como un cuchillo, su mirada se clava en mi y no puedo evitarla. Lo miro firme, obligándose a darme una explicación aunque sea una vez. Camina hasta mi y se agacha, sus rodillas chocan las mías y sus manos se apoyan sobre mis piernas. Sus ojos están débiles y solitarios nuevamente. Es increíble lo mucho que comunica con su mirada. Niega con su cabeza pero no respondo.
"No me obligues" Responde firme sin embargo lleno de miedo.
"Me lo merezco luego de todo" Lo amenazo, sin querer herirlo diciéndole todo lo que me ha hecho sufrir en el poco tiempo que lo conozco. Exhala y relaja sus hombros. Rendido ante toda esta situación de porquería en la que estamos enredados.
"Si te cuento sobre mi vida, querrás ayudarme y te terminaré lastimando más" Intenta convencerme. Quiero gritar y al mismo tiempo abrazarlo. Intento recordar en qué momento decidí vincularme con toda esta situación, pero siento que no hay un comienzo específico "Y realmente no quiero apagar la única chispa que simboliza algo bueno en mi vida. Si no nos alejamos, te terminarás yendo más lastimada que ahora y será peor para ambos"
Trago saliva y respiro profundamente. Necesito un día entero para pensar y analizar bien nuestra situación. Desearía que Beck fuese como Ryan, que pudiéramos conversar, contarnos nuestros problemas, ayudarnos a levantarnos. Desearía que Beck fuese más transparente, que no estuviese tan atormentado, así poder sostener su mano sin congelarme y besar sus labios sin estallar en llamas.
"Cuéntame. Luego me iré y tu te irás" Respondo, sin seguridad de si lo que digo es cien por ciento cierto.
"De acuerdo, pero no quiero que me tengas lástima" Se sienta sobre el suelo y respira profundo. Imito su acción y mis palmas comienzan a sudar.