–¿Quién lo diría, no?– preguntó Luna mientras iba hacia la pista con Matteo de la mano –El chico fresa como mi novio– rieron
–Yo sí sabía que tarde o temprano ibas a caer a mis pies– se sentaron en las gradas
–Oye, arruinas los momentos de forma única– fingió estar molesta
–No te enojes, princesa– se acercó a ella
–¿Cómo me llamaste?– preguntó sonriendo
–Princesa– repitió y siguió acercándose para darle un beso
–Lamento interrumpir su romántico momento– ambos miraron hacia Ámbar –pero Támara nos llama para practicar– le habló a Matteo
–Claro– le sonrió, Ámbar le devolvió la sonrisa y fue al centro de la pista –Nos vemos ahorita
–Ok– Matteo le besó la mejilla y fue con Ámbar
Luna se quedó sentada en las gradas viendo como practicaban la coreografía, quedaban muy cerca lo que hizo que la mexicana frunciera el ceño
–Son muy lindos juntos– dijo Jazmín haciendo sobresaltar a Luna –Su conexión es instantánea
–¿Sabes que Matteo es mi novio, no?– la miró con la ceja arqueada
–Oh sí, lo sé, me refería a que son muy lindos como pareja de patín– miró hacia Ámbar y Matteo –Aunque por como se miran no parecen sólo pareja de patín
Luna volvió a mirar a la pista y vio como reían
–Sólo te digo que todos los chicos se mueren por estar con Ámbar, y no creo que Matteo sea la excepción– volteó hacia Luna que estaba cabizbaja –Ay, perdón, olvidame, te hice sentir mal
–No, descuida– se levantó y se fue a los lockers
[...]
Luna llegó a la plaza donde Matteo la había citado, lo vio de espaldas sentado en un banco, sonrió y se acercó para taparle los ojos
–Luna esto es serio– le dijo quitando sus manos de sus ojos
–¿Y eso?– preguntó extrañada dando vuelta al banco y Matteo se levantó para quedar frente a ella
–Creo que es mejor terminar– Luna empezó a parpadear varias veces para no llorar
–¿Q-Qué?– su voz se quebró –¿Es por Ámbar?– el italiano asintió cabizbajo –No puedo creer que me ilusionaste de ésa manera
–No, no, vos te ilusionaste conmigo
–¡Hiciste crecer ésa ilusión cuando me pediste que sea tu novia!– gritó frustrada
–A ver, a mí no me grites– Luna lo miró incrédula
–¿Y aún tienes las bolas para decirme eso?– preguntó incrédula –Ámbar te romperá el corazón ¿sabes cuántos putos novios ha tenido?
–¿Sabes qué? Pensé que serías más madura y que terminaríamos ésta relación de manera civilizada pero veo que contigo nada funciona, adiós– la castaña se le quedó mirando mientras se iba y no pudo evitar soltar unas lágrimas
[...]
–No seas tan celosa– dijo Matteo burlón apoyándose en los lockers
–¿Qué?– Ámbar volteó de su locker para mirarlo
–Sólo hablaba con Jim, no tienes que ponerte celosa– Ámbar cruzó los brazos mordiendo su labio para aguantarse la risa
–¿Ahora qué te tomaste?– el italiano rió
–Yo nunca cambiaría a mi rubia– se acercó y la tomó de la cintura apegándola a él, la tomó de la nuca y la besó de manera lenta y dulce
–Eh... ¿Disculpen?– se separaron y miraron al chico castaño que parecía nuevo
–¿Qué queres?– preguntó Matteo molesto y el chico rió
–Quisiera que se alejaran, por favor, porque tapan mi locker– Matteo tomó de la mano a Ámbar y se alejaron, pero la rubia no paraba de ver al desconocido
Cuando él abrió su locker, Ámbar notó que no estaba decorado y sólo estaban sus patines los cuales sacó
–Sos nuevo– afirmó Ámbar y él la volteó a ver
–Sí, llegué hace 3 días de Cancun– sonrió de lado
–Yo soy Ámbar, y él es Matteo– lo señaló
–Su novio– añadió Matteo con una sonrisa falsa
–Soy Simón– Ámbar y él se sonrieron, Matteo los miró a ambos con el ceño fruncido
–Amor, mejor vamos a practicar– ella asintió sin despegar su mirada del mexicano
–Mucho gusto Simón– le dijo ella
–Igual– Matteo se la llevó de la mano hasta afuera de los lockers
–Después yo soy la celosa– le dijo en broma y le dio un corto beso –Yo nunca cambiaría a mi italiano– Matteo sonrió
[...]
–Luna ¿lavas los trastes?– preguntó Mónica levantándose junto a Miguel
–Sí, ustedes vayan tranquilos– les dio a ambos un beso en la mejilla y ellos subieron
Cuando Luna lavaba los trastes sonó un trueno y se sobresaltó, en eso las gruesas gotas empezaron a golpear la ventana
Terminó de lavar y justo tocaron la puerta
–¿Quién será con éste tiempo y a ésta hora?– se acercó a la puerta y abrió –¿Matteo?– estaba en la puerta todo mojado
–Tenías razón– se notaba en su voz que había estado llorando –Ámbar me rompió el corazón... Me dejó por Simón– le tomó las manos –Perdoname por favor
–Lo siento Matteo– separó sus manos –pero lo que me hiciste me dejó el corazón destrozado, ahora mira, lo mismo te pasa a ti
–Ahora sé lo que se siente, tengo mi merecido, pero te necesito Luna– ella negó
–No seré tu distracción por despecho
–Por favor...
–¡No, Matteo! Estás solo, ahora vete– el italiano la miró con tristeza y se fue, Luna apenas cerró la puerta soltó unas cuantas lágrimas
Le dolía dejar a Matteo así
[...]
–Luna ¿Podrías llevarle éstos a Ámbar y Simón?– preguntó Pedro y Luna asintió, tomó los licuados y cuando llegó a la mesa derramó "accidentalmente" uno de los licuados en Simón
–Ay, disculpame– se disculpó y tomó una servilleta
–Deberias tener más cuidado Lunita– le aconsejó Ámbar hipócritamente
–Tranquila Ámbar, no lo hizo a propósito– Simón miró a Luna –¿O sí?- Luna rió
–No– siguió limpiando la camisa hasta que la camisa mojada hizo que se le marcara el abdomen a Simón y Luna se mordió el labio
–Amor, ¿Por qué no te cambias?– preguntó Ámbar molesta por la acción de Luna
–Claro, ya vuelvo– se levantó y fue hacia los lockers
–Mira... chiquita– escupió con repulsión y Luna cruzó los brazos mientras la miraba atenta –Será mejor que te alejes de Simón
–¿O sí no qué?– preguntó acercándose amenazante y Ámbar respiró profundo
–No sé lo que intentas pero con mi novio no te metas– le advirtió igual de amenazante
–Tú te metiste con el mío, veamos quien ríe al final– dio media vuelta y siguió trabajando
ACLARACIÓN: En ésta historia Luna y Simón no eran mejores amigos, ni se conocían. Luna no es mala, Ámbar tampoco ni mucho menos Simón, Matteo si es un poco malo
Listo! Espero les guste!