—Derek está afuera esperando a Lydia —les informó Terra, apresurando a Allison, Scott y Stiles a entrar en el armario del conserje para hablar privadamente.
—¿Esperando para matarla? —preguntó Allison.
—Si cree que ella es el kanima, entonces sí. Sobre todo después de lo que pasó en la piscina —respondió Scott.
—¿Si cree que es ella? Ella es el kanima —lo corrigió Terra.
—No. Ella no lo es —insistió Stiles, buscando ayuda en Scott con la mirada. El chico se encogió de hombros.
—Stiles, no pasó la prueba —dijo Scott, casi como si estuviera disculpándose—. No sucedió nada.
—No. No puede ser ella —repitió.
—No importa si es ella o no —intervino Allison—. Derek cree que es ella. O lo convencemos que está equivocado o...
—O matamos a Derek —completó Terra.
—¡No! Iba a decir que protegemos a Lydia.
—Oh. Sí, eso también.
—No creo que vaya a hacer algo aquí en la escuela —dijo Scott.
—¿Y después de la escuela? —Murmuró Allison, preocupada—. ¿Y si le probamos a Derek que está equivocado?
—¿Para las 3 de la tarde? —preguntó Stiles, incrédulo.
—Podría haber algo en el bestiario.
—Seguro —respondió Terra en tono sarcástico y condescendiente—. Solo tenemos que buscar entre las miles de páginas en un idioma que no conocemos. Fácil. Honestamente, Scotty, tú novia necesita ir al psicólogo.
—No hay necesidad de ser una perra al respecto —siseó Allison, frunciendo el ceño. Terra iba a replicarle cuando la castaña la paró con una mano—. Espera. Creo que conozco a alguien que puede traducirlo.
—Puedo hablar con Derek —ofreció Scott—. Y convencerlo de que nos dé una oportunidad de probar que no es ella.
—Voy contigo —exclamó Terra. Scott hizo inmediatamente una mueca al escucharla—. ¿Qué? Soy buena negociando.
—No te ofendas, Terra, pero eres bastante... —Scott se quedó callado, sin saber cómo seguir.
—Intimidante, escalofriante, una perra... —completó Stiles por Scott. Terra les miró, enarcando una ceja.
—Soy excelente negociando. Le gané el puesto al anterior capitán del equipo de debate en un debate —se jactó.
—Le diste un discurso tan intenso que el chico comenzó a llorar y se cambió de escuela.
—¡Ey! Charlie ya tenía problemas antes de que yo interviniera —se defendió Terra inútilmente. Luego suspiró—. Vamos, Scott. Puedo ayudar. Confía en mí.
—Bien —cedió Scott a entre dientes—. Pero tendrás que dejarme hablar a mí.
—Si Terra va, yo también quiero ir —exclamó Allison.
—No —se negó su novio inmediatamente.
—¿No?
—Si algo pasa nosotros podemos curarnos —dijo, como si fuera obvio—. Tú no.
—Puedo cuidarme a mí misma —insistió Allison, sacando de su bolsa su arco. Terra silbó por lo bajo.
—Y dicen que las preparatorias en América son seguras —murmuró por lo bajo.
—¿Qué? —Inquirió Allison, ignorando a Terra y concentrándose en la mirada de Scott hacia ella—. ¿Sucedió algo?
—Solo no quiero que te lastimen —susurró Scott, acercándose a Allison.
La manera en que la miraba le provocó a Terra un nudo en el estómago. Nunca nadie la había visto así. Con una devoción escrita en los ojos capaz de decir te amo sin palabras.
—Llámenme cuando Romeo y Julieta se decidan —pidió, saliendo del cuarto sin mirar atrás.
Gente la saludó por el pasillo, pero ella apenas y los vio. Corrió hasta el baño, el más lejano de todos, conteniendo la respiración.
Cerró la puerta con seguro, asegurándose de que nadie más estuviera ahí con ella y se miró al espejo. No le gustó lo que vio. Se veía inestable.
Sacó su labial rojo, y con la mano temblándole, se lo aplicó mientras contenía el llanto. No iba a llorar. No. No era como si hubiera imaginado esa escena, ella diciéndole lo que sentía a Isaac, de mil maneras diferentes. No era como si él estuviera a punto de matar a su mejor amiga. No era como si hubiera perdido a la única persona que realmente le importaba.
El labial se deslizó de sus dedos, y soltando una maldición, lo recogió. Se limpió una lágrima traicionera que se había deslizado por su mejilla y se acomodó el cabello.
—Eres Terra Whittemore. Eres demasiado bonita para todos —se dijo a sí misma, mirándose fijamente—. Vas a salir allá y vas a pretender que todo está bien.
Cuando salió, caminó por los pasillos con sus tacones repiqueteando, la mirada baja.
—¡Terra! ¿Cómo te va? —dijo una chica del equipo de baile pasando por los pasillos. Terra alzó la vista, sonriendo enseñando sus perfectos dientes blancos.
—Perfectamente, ¿a ti?
✖✖✖
—Queremos hablar con Derek —exclamó Scott, caminando con Terra a su lado por el campo de lacrosse, hacia Boyd.
—Hablen conmigo —respondió Boyd.
—No quiero pelear.
—Bien. Porque te doblo el tamaño.
—Yo podría hacerlo —se ofreció Terra, encogiéndose de hombros. Scott la volteó a ver, enarcando una ceja—. ¿Qué? No lo haré porque estos Louboutin cuestan más que tu casa. Pero podría hacerlo.
—No peleo con chicas —replicó Boyd, viéndola de arriba para abajo. Terra sonrió.
—Inteligente de tu parte. Las chicas pateamos traseros.
—¿Qué vas a hacer? ¿Atacarme con tu maquillaje? —Se burló Boyd—. ¿Contarme chismes hasta que me canse?
—¿Así es como crees que pelearía? —Boyd se encogió de hombros. Terra soltó un gran suspiro—. Bueno. Supongo que después de todo, tengo unos tacones iguales en negro.
Dicho esto, se lanzó contra Boyd. El chico intentó atraparla con sus brazos, pero con la facilidad de alguien que sabe lo que hace, Terra le golpeó en la pantorrilla haciéndolo tropezar y caer al suelo desequilibrándolo. La mujer lobo terminó sobre él, con su zapato derecho en su mano acercando la filosa punta a su yugular.
—¿Qué te dije de provocar a Terra? —le dijo Derek a Boyd, apareciendo de la nada. Dando un saltito, y apoyándose en Scott, Terra volvió a colocarse el excesivamente caro zapato.
—¿Qué te dije de intentar hacerle daño a mis amigos? —preguntó Terra a Derek, enarcando una ceja mientras apoyaba su codo en el hombro de Scott.
—Lydia no pasó la prueba.
—Eso no prueba nada —bufó. Scott le dirigió una mirada, claramente de que lo dejara manejar la situación. Terra puso los ojos en blanco pero lo dejó.
—Lydia es diferente... —insistió Scott, siendo interrumpido por Derek.
—Lo sé. De noche se convierte en una víbora asesina.
—No dejaremos que la mates.
—¿Quién dijo que yo lo haría? —replicó Derek, en un falso tono inocente.
—Isaac no lo haría —gruñó Terra.
Derek se encogió de hombros.
—Ya veremos.
Scott fue el primero que hizo el intento de irse, rápidamente tacleado por Boyd, quien sonrió satisfactoriamente al verlo en el piso, adolorido. Terra aventó un zapato a Derek y otro a Boyd, atinándoles perfectamente a la cabeza y se arrodilló al lado de Scott asegurándose de que estuviera bien. Lo ayudó a pararse una vez que hizo esto.
—No sé por qué crees que ahora debes de proteger a todos, Scott, pero aun así Lydia matará gente de nuevo como lo ha estado haciendo, y la próxima vez seremos nosotros —exclamó el Alfa.
—Yo voy a matarlos a ustedes si se atreven a tocar uno de sus perfectos cabellos —siseó Terra.
—Se equivocan, ella no es el kanima —insistió Scott.
—La mordió un Alfa. Es ella —dijo Derek.
—Tú viste a esa cosa de cerca. Sabes que no es como nosotros.
—¡Pero lo es! Todos somos cambia formas. No saben a lo que se enfrentan. Sucede raramente y es por una razón.
—¿Qué razón?
—A veces la forma que tomas, refleja la persona que eres.
—Curioso —musitó Terra—. Yo no te veo transformándote en una perra.
—Aunque me parece sorprendente que puedas sentir algo, entiendo que sea tu amiga —dijo Derek a Terra—. Pero no puedes decirme que no crees que es ella. Incluso Stiles la llama "sangre fría".
Excepto que no es ella, pensó Terra, sin inmutarse. Era Jackson. A pesar de que pasó la prueba, sabía que era Jackson. Y aunque agradecía la distracción que Lydia le proporcionaba a su hermano gemelo, no podía evitar preguntarse ansiosamente cuánto duraría y hasta dónde llegaría. Sintiéndose culpable, habló:
—Es inmune. Y lo que sea que provocó su inmunidad a la mordedura, hace lo mismo con el veneno de kanima. Por eso no funcionó en ella. Me atrevería a decir que incluso el serbal no hace efecto en ella.
—¡Nadie es inmune! —Exclamó Derek—. Nunca lo he visto ni he oído hablar de eso. Es... No pasó nunca.
—¿Qué hay de Jackson? —sugirió Scott.
Terra se arrepintió de haber hablado, no gustándole que la atención se desviara a su hermano.
—Está rechazando la mordedura —dijo con una frialdad increíble—. Probablemente muera en un par de días. Vomita sangre podrida como si estuviera muriéndose —incluso Derek la volteó a ver, incrédulo de la manera que hablaba de Jackson—. ¿Qué? Es la verdad. Ya lo acepté. No me cae particularmente bien, y si muere significa que me quedo con el cien por ciento de la herencia —mintió con facilidad, como si el simple hecho de imaginarse un mundo sin su dolor de cabeza personal fuera concebible.
—Espera, eso es exactamente lo que querías —exclamó Scott, dándose cuenta, mirando directamente a Derek acusatoriamente—. Peter dijo que la mordedura te convierte o te mata. Tú querías que Jackson muriera —Derek se quedó callado. Scott parecía iba a decir algo, cuando de repente una idea se le vino a la cabeza—. Estás equivocada —le dijo a Terra.
—¿Disculpa?
—Lydia es inmune a la mordedura, y de alguna manera se lo pasó a Jackson. Tiene lógica.
—¡No! —gritó Derek.
—¡No puedes hacer eso! —respondió Scott de la misma manera.
—¡No puedo dejarla vivir! ¡Tú deberías saber eso!
—Esperaba convencerte, pero... No contaba con eso.
—¿Qué quieres decir?
—Teníamos un plan B, estúpido —sonrió Terra.
✖✖✖
En ese momento, Lydia era sacada de la escuela por Jackson, Allison y Stiles.
—Si esto es un grupo de estudio, ¿por qué no nos quedamos en la biblioteca? —preguntó Lydia.
—Porque vamos a encontrarnos con alguien más. Con Terra. Tú amiga. Alta, podría matarte con la mirada, huele a perfume caro y a las lágrimas de los chicos a los que le rompe el corazón. ¿La recuerdas? —respondió Stiles.
—Conozco a Terra. ¿Por qué no nos puede encontrar en la biblioteca?
—Oh, eso hubiese sido una idea genial. Demasiado tarde.
—Esperen...
—Lydia, cállate y camina —le ordenó Jackson. Lydia no se movió, a lo que el chico suspiró exageradamente—. Mi hermana dijo que era un TEAPDUCN.
—¿Qué significa eso? —preguntó Allison, sorprendida, notando como Lydia determinadamente caminaba más rápido.
—Significa que Terra me necesita.
✖✖✖
—¡McCall! ¡Whittemore! ¡Vengan aquí! —gritó el entrenador, viéndolo a él y a Terra pasar corriendo por los pasillos.
—Ve, yo me quedo —le dijo Scott a Terra. La chica asintió, dejándolo solo para explicarle sobre guantes de lacrosse rotos.
Terra corrió apresuradamente, tropezándose con Matt, del equipo de lacrosse, cuando él iba saliendo del baño.
—¡Terra! ¿Puedo hablar contigo?
—No ahora.
—Por favor.
—Tienes treinta segundos. Treinta. Veintinueve. Veintiocho...
—La foto que te tomé sale rara. Tus ojos... Brillan.
Terra palideció. Mierda.
—Son increíblemente hermosos. Nunca has visto un tono igual. Te pierdes en ellos. Matt, es un halago. ¿Puedo verla en tu cámara?
Matt, titubeante, se la pasó.
—Ups, borré la foto por accidente —mintió Terra—. Soy una tonta. Prometo compensártelo un día de estos, me siento fatal —cerrando el trato, le dio un beso en la mejilla dejándolo paralizado—. Tengo que irme. Mándame un mensaje, Matt.
—No te preocupes —musitó Matt, aunque Terra ya estuviera a metros de distancia—. Tengo una copia.
Y decenas de fotos de Terra de las que ella no sabía.
✖✖✖
—¿Por qué vinimos a casa de Scott? —le preguntó Lydia a Terra cuando llegaron—. ¿Y qué te pasó? Estás usando el Rouge Noir de Chanel. Nunca usas ese tono de labial a menos que te sientas mal. Y estás descalza.
—Te digo en un momento —respondió, apresurándola a entrar.
—Dijiste que era importante. Un TEAPDUCN.
—¿Qué significa eso? —inquirió Allison.
—Terra Está A Punto De Una Crisis Nerviosa —gruñó la castaña en respuesta—. Y se pondrá feo si no entramos a la casa de McCall ya.
—¿Y por qué no está Scott aquí?
—Se quedó hablando con el entrenador. Vendrá. Espero. No te preocupes, nosotros podemos entrar.
Una vez entraron, Stiles se encargó de cerrar la puerta con todos los seguros y cerraduras posibles.
—Han forzado algunas entradas en el vecindario —balbuceó Stiles excusándose. Por si las dudas, también colocó una silla en el pestillo para dificultar la entrada—. Y un asesinato —añadió—. Sí, fue feo.
—¿Por qué todos están actuando tan raro?
—¿Recuerdas a Isaac? ¿Mi vecino? Le dije que estaba enamorada de él y él básicamente me dio a entender que le importaba un carajo. Ahora, ¿por qué no suben Jackson y tú? Creo que él quería decirte algo.
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después de siglos, por fin hay capítulo! perdón, pero entre exámenes y proyectos me era imposible concentrarme, tener tiempo de subir y cumplir con la escuela, pero ya quedó. ¿Les gustó?
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las amoooo