Perdido en su mente

By _crazypoet

101 12 11

Esta novela corta relata cómo vivió Enzo su relación de amor a lo largo de los años. Es un viaje solo de ida... More

8 años
14 años
17 años
18 años
21 años
22 años
23 años

19 años

4 1 1
By _crazypoet

La cortina estaba levantada y, aunque había un par de nubes tapando el azul del cielo, unos pocos rayos de luz conseguían escapar del muro de nubes para entrar e iluminar lo poco que podían la cara de Enzo.

El chico estaba tumbado en la cama. Dormido. Esos juguetones rayos de sol le sacaron del profundo sueño que estaba teniendo. Enzo se incorporó y se llevó las manos a la cara intentando así quitarse la pereza, pero había algo que le impedía volver a la realidad. Había vuelto a tener ese maldito sueño con Alice donde después de estar cogidos de la mano, su amada, sin despedirse ni decir nada, se desvanecía entre la oscuridad. A Enzo le extrañó mucho aquello. Hacía mucho tiempo que no volvía a soñar con esa pesadilla, aunque ese término se le quedaba corto a Enzo para describir lo que sentía al vivirlo.

Desde la noche de san juan donde se besó por primera vez con Alice, los dos jóvenes habían empezado a estrechar aún más la relación hasta tal punto de ser una reconocía pareja en el barrio y entre sus amigos y conocidos.

Empezaron como simples desconocidos cuando apenas tenían ocho años y ahora, a sus diecinueve años, llevaban un año de relación.

Empezaron quedando a escondidas, vigilando que nadie les viera para que la gente no pensase ni especulase lo que no era. Se iban a los parques más alejados de su zona y, en las partes con más vegetación que los tapara, se sentaban en un banco a hablar de sus cosas y a besarse como verdaderos enamorados. Ella le contaba sus días y los cotilleos más suculentos que tenía con sus amigas y él, le contaba con toda la ilusión del mundo sus proyectos para cuando estuviera en la universidad.

Los de se entendían y compenetraban. No sabían si eran o no la media naranja del otro, lo que sí sabían eran que día tras día se iban necesitando más uno al otro.

Poco a poco la cosa fue regularizándose. Cada vez les daba menos vergüenza lo que dijeran o pensaran los demás y caminaban juntos de la mano por las calles más transitadas del barrio. Iban a merendar, a pasear, al cine... lo que más les gustaba era ir a tomar café juntos, porque, mientras Enzo sujetaba su taza para calentar sus manos en pleno invierno, ella las recubría con las suyas mientras vestía unos guantes rosas para que sintiera que la chica de rizos, aquella chica de la cual descubría un universo nuevo cada vez que la miraba a los ojos, estaría siempre a su lado. Diese igual la estación, el día o incluso el planeta en el que estuvieran porque siempre iban a estar juntos. Siempre...

Una vez levantado y recién salido de la cama, Enzo fue a lavarse la cara. Paseo por la cocina pasando por el salón, pero no encontró a nadie. Tampoco encontró a sus padres en su habitación ni en ningún otro rincón de la casa. Pensó que tal vez habrían salido a dar una vuelta ya que tenían el día libre los dos. Se acercó a su escritorio, desenchufó el móvil del cargador y al desbloquearlo vio que eran las seis y media de la tarde.

El chico se alarmó. Había empezado ese mismo año la carrera en la universidad junto a Matt y tenía que buscar información para un futuro proyecto para clase. Aún no había empezado ni a visitar las páginas web más frecuentes de noticias que solía visitar. Tenía que darse prisa.

Actualmente estaba cursando ingeniería industrial junto a Matt. A los dos siempre les había gustado el tema de diseñar máquinas para mejorar la productividad en las fábricas. Eric estaba jugando becado en un equipo de futbol muy importante como defensa y apenas podía verle. A Marc en cambio, sí que le veía, aunque siempre era en la cafetería porque trabajaba de camarero. Cristina se apuntó a una agencia de modelos y de vez en cuanto grababa un anuncio o una campaña de ropa, pero a ella lo que le gustaba de verdad era desfilar y diseñar sus propias prendas. Alice recuperó una cámara de fotos vieja que su madre tenía escondida en una caja de la mudanza aun sin deshacer. A raíz de ellos, fue interesándose por la fotografía y solía hacerle de fotógrafa a su amiga modelo.

Enzo era muy feliz de tener a Alice al lado.

Decidió empezar a recaudar información para el proyecto de carrera así que abrió el ordenador, se preparó un café y empezó a navegar por internet en busca de nuevas noticias que le fueran de utilidad en sus estudios.

Escuchó golpes en la ventana y, al girar la cabeza, vio como aquellas nubes que parecían inofensivas hacia un rato, se habían multiplicado y cambiado de color. Ahora el cielo era gris y unas oscuras nubes con cara de traer lluvia se movían por encima de los edificios. Empezaron a caer unas pocas gotas de agua. Enzo tuvo un mal presentimiento. Algo dentro de él le estaba avisando de que algo estaba yendo mal pero no supo el que. Al no encontrar respuesta a su preocupación, decidió no darle mucha importancia y seguir con su tarea.

El tiempo fue pasando y la lluvia no tenía pinta de querer parar. El cada vez estaba más cansado y se le había acabado el café. Su mal presentimiento seguía presente en su pecho y su inquietud no parecía que se fuera ir así como así.

De pronto le vibro el móvil.

No tenía ni idea de quien podría ser. Sospechó que sería Matt con alguna duda de los ejercicios o preguntándole si ya había empezado con la búsqueda de información. Pero sus sospechas no fueron para nada las que él pensaba. El mensaje era de Alice.

-Ven a mi portal. Tenemos que hablar-

Ese mensaje le descolocó. No sabía que quería. Teóricamente, hoy no iban a verse y él no había hecho nada que le pudiera molestar. O sí. De todos modos, el confiaba en ella y ella en él, así que le envió una respuesta.

-¿Qué quieres? ¿Ha pasado algo?-

Alice no tardó mucho en contestar y el mensaje que le envió le dejo muy preocupado.

-Ven, por favor. Es importante.-

Enzo no tenía ni idea de que quería hablar con él. Estaba asustado. ¿Y si estaba enfada por algo que él no había hecho? ¿Y si se había muerto alguien de su familia? El chico no paró de pensar en muchos más "y si's" mientras apagaba el ordenador y se ponía la chaqueta para ir a casa de su novia.

Cerro la puerta de su casa, pero antes, se aseguró de que tenía las llaves guardadas en el bolsillo delantero de su pantalón tocándolas con la mano izquierda. Bajo corriendo las escaleras y cuando llegó a su portal vio que la lluvia se había enfurecido y ahora caía con más fuerza y rabia que antes. Pero eso a Enzo no le echó para atrás.

Salió de su edifico con la capucha de su chaqueta puesta y empezó a correr como si la vida le fuera en ellos. No había tiempo de volver a por un paraguas. Algo le había pasado a su chica y él quería saber que era.

Siguió corriendo y corriendo sin pararse si quiera si un coche se le aproximaba en el paso de cebra. Se sujetaba la capucha con la mano apretándola fuerte contra su cabeza para que no se le volara y se mojara aún más, pero llego a un punto que deseaba llegar tan pronto como fuese posible hasta casa de Alice que dejó de sujetarse la capucha para seguir corriendo más deprisa. Pasó por el famoso muro sin mirarlo. Ni los semáforos. No tenía tiempo para ello. Alice lo necesitaba. Cruzó un par de calles más hasta llegar al portal de la joven.

Enzo llegó a su destino, empapado y con el cabello mojado como si se hubiera acabado de duchar. Se encontró a Alice, sentada abrazando a sus rodillas con los ojos rojos de haber estado aguantando las lágrimas hasta no poder más y haber estado llorando un buen rato.

La chica levantó la cabeza y miró a Enzo, se apartó los rizos de la cara llena de lágrimas y se levantó. Una vez de pie los dos se abrazaron y ya rodeada de los brazos del chico, rompió a llorar más fuerte en el pecho de Enzo.

-Tranquila cariño. Ya estoy aquí. Todo va a ir bien- Intentó consolarla mientras la daba besos y le acariciaba el pelo.

Alice seguía llorando y entre sollozos intento explicarle todo a su novio.

-Ha vuelto.

-Quien?

Pero la chica seguía sin poder hablar por culpa de las lágrimas. No parecía que Alice fuera la única que estaba llorando, del cielo también caían lágrimas en forma de gotas.

-Mi padre... ha vuelto a casa.

A la chica se le entrecortaba la voz.

A Enzo le dio un vuelco el corazón y le empezó arder al pecho. Ahora entendía porque lloraba tanto Alice, pero él no podía creer lo que le estaba diciendo. ¿Cómo que había vuelto? Si se había ido hace tres años. Y si había vuelto, seguro que no era con buenas noticias.

La chica parecía estar más calmada y ya podía hablar mejor y sin cortarse por culpa de los sollozos y las lágrimas.

-¿Estas mejor?-Preguntó preocupado Enzo mientras le secaba las lágrimas de la cara con su manga aun húmeda por la lluvia.

-Si...-dijo con un suspiro. El chico sabía que el tono de Alice decía todo lo contrario.

-Que ha pasado?

-Recuerdo que estaba en mi habitación, revisando las ultimas fotografías de cristina cuando alguien a picado al timbre. Mi madre ha preguntado y ha empezado a chillar diciendo que se fuera. En ese momento yo no sabía que era mi padre pero, por la cara de mi madre pude deducir que no era alguien bueno. Al cabo de unos pocos minutos ha conseguido entrar al edificio y se ha plantado en nuestra puerta alegando que cómo no le dejáramos entrar iba a tirar la puerta abajo. En cuanto he escuchado su amenaza ya he descubierto que era él.- Alice cerró los ojos intentando que las lágrimas no volvieran a precipitarse por sus mejillas, pero de su ojo derecho brotó una lagrima que recorrió su cara hasta morir en su comisura. Enzo la abrazó. -Mi madre, asustada le ha abierto la puerta y de un empujón ha entrado en casa. A partir de allí todo ha ido muy deprisa. Mi padre ha empezado a chillar diciendo que le devolviéramos la casa que era suya. Mi madre le ha negado la petición y él, de un bofetón, le ha cruzado la cara. Yo me he caído impotente al suelo. No podía hacer nada. No me salían ni las lágrimas. Estaba completamente sola viendo como mi padre volvía a pegar a mi madre y yo no podía hacer nada para ayudarla. Me encontraba en estado de shock.

-Tranquila Alice- Intentó consolarle -, es normal. El miedo te ha paralizado. Has hecho lo que has podido.

-Mentira. No he hecho nada- Dijo la chica con rabia y desprecio -. He dejado que mi padre volviera a pegar a mi madre. Soy una inútil.

-No te culpes. No es tu culpa. Tu padre es muy peligroso. -Siguió intentando darle ánimos a la chica, pero parecía que de poco serbia.

-Enzo así no me ayudas- Esas palabras le hicieron mucho daño a Enzo-. Sí que lo es. Debería haber hecho algo. Llamar a la policía aunque sea.

-Quizá si tu no hubieras estado allí hubiera sido peor.

-Y tú qué sabes? Tu no estabas allí. Tu no estabas conmigo. - Le reprochó.

Enzo cada vez se estaba sintiendo peor. No sólo porque empatizaba mucho con ella, sino, también por cómo le estaba hablando.

-Luego mi padre ha ido al dormitorio de mi madre y ha empezado a revolver cajones y armarios intentando buscar algo, pero parece que no lo ha encontrado. Ha empezado a chillar a mi madre preguntándole que donde lo había escondido mientras la menos preciaba y la insultaba. Mientras mi padre rebuscaba en la habitación mi madre se me ha acercado y me ha dicho que mañana nos iremos.

-A dónde?

-No lo sé aún. Quizá a Madrid, quizá a Sevilla. Donde tenga la familia mi madre. La cosa es que mañana lo más probable en que nos iremos de Barcelona y no sé si voy a volver. Ni siquiera sé si voy a dormir en mi casa esta noche sabiendo que está mi padre...

A Enzo se le revolvió el estómago en cuanto la chica le dijo que se tenía que ir. Le sentó como si en vez de tener el cielo encima suyo, tenía al mundo entero aplastándolo sin cesar ni compasión. El chico no puedo evitar que se le callera una lagrima resbaladiza por su mejilla izquierda.

-Cuando volverías? -Preguntó Enzo.

-No lo sé. Tampoco sé si estando mi padre aquí podré volver.

-Qué me quieres decir con todo esto?

-Con qué?

-Con que te vas a ir sin ni siquiera saber si vas a volver.

-No lo sé Enzo...-La mirada de Alice se perdió en el suelo.

-Qué significa? ¿Que lo nuestro acabado? Que ahora te vas y me dejas aquí, ¿solo?

-Enzo...-La chica lo miró a los ojos.-Tengo que huir de él.

-Y de mí?

-Enzo esto para mí también es difícil...

-Pues no lo parece. Por cómo me has hablado y por cómo me lo has dicho. Parece que no te importa irte y dejarme a mi aquí sin ti sabiendo lo mucho que te necesito a mi lado.

-Enzo ahora no juegues conmigo, sabes que es por una buena razón.

Enzo no dijo nada. Alice se apresuró a evitar el silencio incomodo que iban a tener.

-Tú has empezado la universidad y yo iba a estar liada con Cristina y sus sesiones. No íbamos a tener tiempo para lo nuestro de todos modos. -Intentó excusarse.

-¿Enserio Alice? ¿Enserio me estás diciendo esto? - La cara del chico cambió y se puso furiosa.

-Enzo entiéndelo. No es solo por mí. Es por mi madre también. Ella es quien más sufre.

-Todo esto es un pretexto para acabar con lo nuestro, ¿verdad?

-Enzo mi padre es malo ya lo sabes.

-De quien quieres huir realmente Alice? ¿De él, -hizo una pausa breve- o de mí?

Alice se encontraba perdida en sus pensamientos. Lo único que consiguió articular fueron unos murmullos sin sentido mientras miraba fijamente los ojos oscuros de su pareja. Los ojos de la chica estabas húmedos y llorosos. No sabía cómo reaccionar ni que decir.

-Vale Alice. Me queda todo muy claro.-De sus ojos brotaron lágrimas de dolor-Si es lo que quieres vete, pero no vuelvas.

Enzo se arrepintió de esas palabras al momento y deseaba que todo lo que estuviera pasando en ese momento fuese un sueño y que en realidad siguiera en la cama, durmiendo, y de un momento para otro los rayos de luz lo despertarían y nada de esto habría pasado nunca y seguiría siendo el chico más feliz del mundo porque tenía a Alice al lado. Pero no fue así. La realidad fue más cruda.

El chico sin decir nada, se dio media vuelta y sin despedirse se fue bajo la lluvia del portal.

-¿Enzo?-Dijo la chica.-Enzo, no...

La chica se derrumbó y cayo otra vez al suelo del portal sin saber muy bien en qué momento se había descontrolado todo. Sabía que había perdido a Enzo y este se estaba alejando poco a poco de su vida. No aguantaba más. Estaba bajo mucha presión. Lo único que pudo hacer fue romper a llorar en la entrada de su edificio.

Los llantos y sollozos ahogados de Alice fueron loúltimo que escuchó Enzo.   

Continue Reading

You'll Also Like

26K 1K 17
Una historia que se basa en como una linda amistad se convierte en algo mas, agregando suspenso y otras cosas (AU de dandy's world ╎ sobre "Cosmo x S...
165K 14.2K 30
Cuando Jana, una talentosa y apasionada arqueóloga, es elegida para un proyecto de exploración por el gobierno, no imagina que esta misión cambiará s...
61.2M 4.1M 60
Sinopsis Kaethennis ha disfrutado de los placeres de la vida, mucho, casi se puede decir que demasiado. Un alma libre, al menos así se definiría el...
46.3K 3.5K 39
Martin comienza su segundo año de periodismo con la misma ilusión que el anterior. A eso se le suma que sus padres, finalmente, le han dejado ir a la...