Stephan ya irritado, debido a que en reiteradas ocasiones intentó hacer reaccionar el espejo, pero no ocurrió nada. Se cruza de brazos.
- ¿Qué harás ahora......ya que el espejo no funciona? -le pregunta Alline- ¿cómo piensas regresar a tu mundo?
- No lo sé -le responde este con una tranquilidad inigualable ante tal situación.
- ¿No tienes otro plan?,¿acaso ustedes no tienen poderes o algo así? -comienza a notarse preocupada en su tono de voz -¿un plan B?
- No lo tengo -le responde con la misma tranquilidad de antes -¿plan B?¿qué es eso?
- Es bueno...da igual lo que sea, lo que importa ahora es, ¿qué harás, dónde piensas quedarte mientras tanto?
- Aquí, en esta habitación -en el momento en el que pronuncia esas palabras, se dirige hacia la silla del escritorio y se sienta muy comodamente, comienza a girar como si estuviese jugando....efectivamente estaba jungando en la silla, tanto que lo estaba disfrutando.
- Asi que aquí, ya veo........¡¿Aquí, en mi habitación?! -responde exaltada.
- Ya lo decidí, esta noche dormiré en este lugar -se levanta de la silla algo mareado, se dirige hacia la cama abre las tapas, se quita las zapatillas, su chaqueta, la bufanda y se acuesta -. Buenas noches.
- ¡Oye! espera, yo aun no.....que importa ya se durmió, no me quiere escuchar.
Renunciando a la idea de seguir insistiendole, ya ue sabía que el chico no le haría caso, va por unas frazadas y una almohada quedando así, acostada en el piso, por fortuna para Alline, esa noche no hacía frío, pero no era el ambiente el que no la dejaba dormir si no que, era el hecho de que tuviese a un chico-demonio alojado en su habitación.
Ya era de día, eran las siete de la mañana y Alline debía ir a la escuela, no quería abrir sus ojos ni menos levantarse, estaba somnolienta debido a lo poco que pudo dormir, pero aun así tenía que arreglarse e ir, pero también estaba el dilema de como ocultar al chico en su cuarto sin que su familia se enterase, todos estos pensamientos pasaban por su cabeza, y no sabía con cual partir, hasta que decide vestirse primero.
Cuando abre sus ojos, distingue una sombra que estaba en la esquina de la ventana observando hacia el exterior, era Stephan, ya se había despertado, estaba sólo con la polera y vaqueros negros que llevaba puestos anteriormente, su cabello estaba alborotado, y debido a los reflejos del sol, este tornaba a un color dorado y brillante, su piel blanca se iluminaba, da la impresión de ser suave y lisa, sin ninguna imperfección, y sus ojos brillaban tanto, pareciendo como si el sol se reflejase en el océano. Ante los ojos de Alline, la vista era hermosa.
Alline estaba expectante ante tal escena, que no deseaba pestañear con tal de no perderse ni un segundo de aquella vista, hasta que la alarma del despertador sonó, interrumpiendolos a los dos en aquella concentración, Alline toma medidas rápidas para apagarlo, inmediatamente dirige su mirada a Stephan que estaba mirandola fijamente.
- Buenos días -lo saluda Alline con una sonrisa.
- ehm...si... -le responde sin saber lo que es un "buenos días", Stephan le cambia el tema, -¿qué es eso?
- ¿Qué cosa, la alarma?, es para poder despertarme en las mañanas -le responde Alline.
- Así que se llama alarma.... -dirige su vista hacia la ventana- ....que forma tan rara de llamarle a esa cosa tan brillante.
- Ya veo, te refieres a eso -le ressponde, ya entendiendo lo que el chico quería decir. -eso no se llama alarma, creí que me preguntabas sobre otra cosa.
- Dijiste que se llamaba alarma, si no es así, ¿entonces cómo se llama? -le pregunta Stephan con más curiosidad que antes.
- "Eso" es el Sol, tu mundo también deberia tener uno.
- No lo tiene -le responde- no es tan brillante -susurra.
- ¡Se me olvidaba, tengo que ir a la escuela!, lo siento, hablamos después. -mientras tanto Alline fue a vestirse al baño, ya que no podía hacerlo frente a él, después de eso fue a tomar desayuno. Y habló con su madre (ya que era la única de su familia que quedaba sola en casa despúes de que todos salieran), le dijo que el desorden en su habitación había aumentado y que llegaría a hacer el aseo una vez llegara de clases, esto dejó a su madre tranquila y bueno, Alline también estaba menos preocupada de que se enterasen de Stephan. Antes de irse va a su habitación.
- Ni se te ocurra salir de este cuarto, ¡¿está claro?! -le advierte Alline
- ¿Por qué no? -le pregunta indiferente el chico de ojos azules.
- Es porque no es normal que una "chica" tenga oculto a un "chico" en su cuarto -le explica la chica de ojos color esmeralda. -por ese motivo no es bueno que salgas de aquí. Por favor -su tono de voz cambia a uno que parecía más al de una petición.
- Bien - accede Stephan ante su petición, "es bastante raro este mundo", pensó.
Cuando está totalmente sólo en la habitación, siente la puerta del primer piso cerrarse, al asomarse por la ventana, ve como Alline se aleja a pasos apresurados junto a un chico. Se quedó contemplando un momento el resplandor del sol,por un segundo una leve sonrisa se apareció en su rostro, sintiendo una gran tranquilidad.
Mientras tanto Alline, pensando que llegaría tarde caminó lo más rápido que pudo, afortunadamente llegó a la escuela más temprano que nunca. Al abrir la puerta de su clase, se da cuenta que no había nadie, a excepción de un chico, este estaba sentado en su escritorio que estaba detrás de Alline, que se encontraba al fondo del salón junto a la ventana, estaba leyendo un libro bien grueso, el chico es un estudiante extranjero que acababa de llegar hace unos pocos meses, es de cabello rubio y sus ojos dorados, en la escuela es llamado comunmente como el "principe dorado", su personalidad aun es desconocida, no habla mucho, además de que siempre está sosteniendo un libro diferente es dificil acercarse, en resumen, todos lo conocen por su hermoso aspecto.
Ya que Alline está al frente de él, tiene que saludarlo, y como no habla mucho con él a pesar de tener el "privilegio" (como le dicen sus compañeras) de sentarse cerca, está nerviosa a como irá a reaccionar.
- Buenos días Yohan -le saluda cordialmente Alline, a pesar de que hubo una pequeña pausa, su saludo fue correspondido.
- Buenos días -le responde su compañero sin desviar su mirada del libro que sostenía en sus manos.
Existe un momento silencioso en el cual estamos con otra persona y nos hemos sentido incómodos, en este caso no es la excepción, Alline no sabía que decir o hacer para romper ese molesto silencio, asi que con sigilo se sienta en su puesto, la unica persona que habla con Yohan es su amigo de la infancia.
Los segundos pasaban como si fuesen horas eternas, verifica la hora en su reloj, efectivamente era como ella pensaba.....faltaba una hora para comenzar la clase.
"¡¿Qué hago en una hora?! ya bastante incómoda me siento con este silencio tan abrumador, y sólo han trancurrido cinco minutos desde que lo saludé.........¡algo...di algo Alline!", el batallón en la mente de Allne era interminable. Se da media vuelta y lo mira fijamente.
- Umm...¿siempre llegas a esta hora?...... -le pregunta Alline al chico que estaba totalmente centrado en el libro, haciendo que ella se sintiera culpable por interrumpirle.
-...........,no -le responde éste, sin dejar de leer.
- ¿Entonces por qué hoy?
-............, quien sabe.....
- Bueno...nadie aparte de ti, por eso pregunto.
-.......me desperté más temprano -las respuestas de Yohan siempre hiban acompañadas con una pausa antes de responder.
- Ya veo..... -las preguntas de Alline se habían acabado, no sabía que más poder decir sin que le molestase, asi que se dispone a dejar de preguntar y voltearse a su escritorio.
No tiene nada mejor que hacer, saca sus audífonos y los conecta a su telefono celular, y escucha su música preferida, pero tanto aburrimiento le entró sueño, acomoda su mochila y se recuesta en ella, durmiendose así en un parpadeo.