Narrado por Max.
¡Maldita resaca! Abrí los ojos y a mi lado se encontraba Delilah. Sinceramente no recordaba mucho de lo que había pasado durante la noche. Muy pocas escenas pasaban fugazmente: Delilah y yo subiendo a los cuartos, quitándonos la ropa y... ¡Rayos! Nos acostamos, pero no recordaba nada sobre el acto. ¿Tan bueno fui?
Me levanté, tomé mi bóxer que estaba en el suelo. Me cambié completamente y llamé a Delilah que también quedó sorprendida al ver que se encontraba sin ropa y solo tapada con una sabana. Sin pensarlo se levantó y se vistió lo más rápido que pudo.
—¡Me van a matar mis padres! —gritó toda histérica.
—Relájate.
—¿Cómo demonios quieres que me relaje? —se me acerca con una mano en alto.
—¡Oye! De seguro también los demás se quedaron.
—¿Y eso qué? Tenía que volver a casa.
—Puedes ir ahorita si lo deseas, pero te recuerdo que tenemos que ir a la escuela y...
—¡Sí! ¡Ya sé! Hoy es mi ensayo general de la obra que dirijo —me interrumpe.
—¿Entonces?
—Iré a mi casa y llego a las dos últimas clases. Necesito bañarme y cambiarme.
—¿Quieres que te acompañe? —pregunto amablemente.
—No Max, no te preocupes.
—Bueno.
Bajamos de la habitación en donde nos encontrábamos. La casa de Tiffany era muy bonita. Muebles de buen visto, cuadros de su familia colgados en la pared de las escaleras. Trofeos de los campeonatos de porristas en un mueble de la sala. No me había percatado de esos detalles durante la fiesta.
Buscamos a alguien más que estuviera en la sala, pero ninguno de ellos se encontraba. Solo oímos unos ronquidos y reímos bajamente. Nos acercamos a la puerta sin hacer tanto ruido y salimos. Me despedí de Delilah dándole un beso mientras le decía que la veía al rato. Ella asintió y comenzó a caminar sobre la banqueta alejándose poco a poco.
Narrado por Caroline.
—¿Por cuánto tiempo te quedarás? —pregunté curiosa.
—Mañana es su cumpleaños, así que lo más seguro es que me regrese el domingo —responde Christopher seguro.
—Me alegra mucho que estés aquí.
Lo besé y me despedí de él porque ya era hora ir a mi siguiente clase. Seguía pensando en la fiesta de anoche, realmente había sido buena. Y todos nos quedamos atónitos en cuanto Delilah y Max subieron hacia las habitaciones. Era hora, Delilah se veía que moría de ganas por tener algo con él. Llegué a mi aula y entré rápidamente antes de que el profesor llegara. Esta vez tocaba la clase de periodismo. Me senté en mi lugar de siempre observando mis zapatos negros, el cual había escogido esta mañana junto a mi blusa de tirantes rosa y mi pantalón azul mezclilla. Debía de comenzar a usar otro color, siempre traía rosa en alguna de mis prendas. Pero es que realmente era mi color favorito, me encantaba.
El profesor entró, sentí el vibrador de mi celular en mi pantalón. Lo saqué en seguida, ya que tenía prohibido sacar cualquier tipo de aparato en esta clase. Lo abrí y...
"Te veías tan bien en ese vestido negro y esas medias. Te las desgarraré igual que a tu garganta."
¡Malditos pervertidos! Como era de esperar el mensaje venía de un número desconocido. Lo cerré en cuanto terminé de leerlo y lo lancé a mi bolso. Puse mi completa atención a la clase, porque realmente quería volverme periodista. Y más vale que pusiera mi mayor concentración ahora.
Narrado por Danny.
—Danny, ¿te puedo preguntar algo? —me pregunta Violet intrigada.
—Claro, adelante.
—¿Cuándo piensas decirle algo a Bryan?
—¿Algo sobre qué? —la preguntó viéndola fijamente.
—Sé que sientes algo por él.
—Violet, es mi mejor amigo —respondo sin dudarlo—. ¿Cómo no quieres que no sienta algo por él?
—Ya sabes a qué me refiero. No te hagas el tonto.
—No, no sé de qué me hablas —respondo en tono seguro. Aunque sí sé el tema que quiere tocar.
—¿Qué te parece si vamos por una nieve y hablamos bien? Tenemos nuestra hora libre. Ya si no logramos llegar a nuestras dos últimas clases pedimos apuntes, no te preocupes.
—¡Ay Violet! Está bien...
—Anda, no me pongas tu cara de gruñón.
Salimos de la preparatoria y vimos cómo Max apenas llegaba. Ambos lo volteamos a ver con esa mirada diciéndole pícaro. Reímos, él se nos quedó viendo, pero también se burló. Pasamos por la explanada llena de jardineras en donde los estudiantes se iban a sentar cuando tenían tiempo libre o a la entrada o a la salida. Eran las jardineras sociales. Llegamos hasta la parada del bus y vimos que se acercaba así que no nos sentamos a esperar.
El bus llegó, nos subimos. Buscamos asiento hasta atrás y lo bueno es que casi no venía gente abordo. Violet se fue de lado de la ventana y en cuanto me senté giró su vista hacia mí.
—¿Y entonces?
—Ya te dije. Es mi mejor amigo...
—Sí, eso lo sé. Pero...
—Solo pasó cuando teníamos trece años. Comencé a sentir algo sin querer por él y ya. Mejor lo quité de mi mente, no se podría porque crecimos juntos. Tú sabes que desde pequeños siempre hemos estado él y yo de un lado a otro.
—Y la manera en que lo veías ayer durante la fiesta... eso no me deja claro que lo hayas quitado por completo.
—No pasa nada Violet, de verdad. Tengo claras mis cosas con él, confía en mí.
—Está bien, te creo.
Violet sacó su celular de su bolso, conectó los audífonos y me pasó uno. Comenzó a sonar Yellow de Coldplay. La mayoría de su música era de ellos y a ambos nos gustaban demasiado. Todo el camino nos fuimos en silencio dejándonos llevar por solo la música.
Bajamos del bus y caminamos hacia la entrada del centro comercial. Al entrar sin dudarlo fuimos directamente a la nevería. Llegamos, ella pidió de napolitano, mientras que yo decidí pedir uno de café negro. Una vez que nos los dieron nos sentamos en una banquita de las que estaban para poder consumir el producto y platicar. Fue curioso el momento cuando nuestros celulares sonaron al mismo tiempo. Abrí el mío para ver qué era: otro maldito mensaje y nuevamente un archivo adjunto. Una vez que lo seleccioné para leerlo Violet comenzó a voltear hacia todos lados.
—Alguien nos está vigilando —dijo agitadamente.
Giré mi vista nuevamente hacia mi celular y vi que el archivo era una foto de ambos acercándonos hacia el lugar donde estábamos sentados. Y una frase:
"Con que no entrando a clases, eh."
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