John Peterson se acercaba hacía la celda, vestía aun el traje de la celebración. Habían pasado dos días pero la preocupación y angustia causaron que buscara a su hijo todo el día. Para cuando se le había ocurrido buscar en la casa de William ya se habían ido a la fiesta. Se le ocurrió llamar a su amigo y este pudo encontrarlo. Había querido hablar con su hijo hacía meses pero nunca tuvo el valor de hacerlo hasta que fue demasiado tarde. Al verlo se le partió el corazón, nunca pensó que todo iba a terminar tan mal. Tuvo que hacerse cargo de la situación y hablar con Luke, Ford los dejó solos. Se sentó junto al joven Peterson, respiró profundo y se armó de fuerzas para lo que venía.
- Hijo-. Intentó abrazarlo pero este lo esquivo y se pudo de pie.
- No quiero hablar, estoy cansado de esta situación de mierda.
- Es que las cosas no debían ocurrir así.
- ¿Y qué esperabas? Que podrías hacer lo que te plasca y no habría consecuencias, estas mal de la cabeza.
- Tu también me tienes agotado, te vas a sentar y me vas a oír.
Dentro de Luke, algo dijo que era lo que tenía que hacer, y cuando tomo asiento sintió que estaba haciendo lo correcto. Respiró profundo y abrió sus oídos y cabeza. Recordó por un momento a Toria, como la extrañaba, quería que estuviese allí con él tomándolo de la mano y apoyándolo. John se sentó justo a él y lo miró seriamente pero con algo de tristeza en los ojos.
- Hubo un día hace cinco meses tuve una crisis de la edad, no me justifico es la realidad. Te vi tan grande haciendo aplicaciones en la facultad y la vi a tu madre tan profesional y perfecta como siempre, sentí que no era suficiente. Ese día fui a un bar y la conocí a ella. Pensé que solo sería una vez pero no se algo dentro de mi quería seguir haciéndolo pero todas las veces salía llorando arrepentido. La última vez fue hace cuatro meses, cuando le fui a contar a tu madre ya lo sabía. Le habían llegado una fotos que asumo que sabes de dónde provienen. Ella vio que estaba muy arrepentido y por eso me perdonó, pensé que no lo haría y hasta siento que no l merezco pero el amor pudo más. Se que estas enojado pero por eso quería hablar.
- Qué piensas que con esta triste historia me vas a convencer a mí, patético.
- No quiero que digas algo que no sientes,lo único que quiero que sepas es que en serio lo siento. Pero debo hacerme cargo de ese niño y tu mamá me ha pedido que lo haga. Quiero que este todo bien y ahora se que lo que necesitas en tiempo pero deseaba que supieras cómo habían sido las cosas de verdad. Me tienes que creer a mi y no a tu amigo, yo te amo de verdad, eres mi hijo y no hay cosas que quisiera más que esto no haya pasado, pero si ha ocurrido y tengo que hacerme cargo. Ahora debes irte a casa ella quiere hablar contigo yo me haré cargo de todo.
Luke salió de ahí corriendo, de verdad creyó en su padre y a pesar de que en ese momento no pudo que hacer quería ver a su madre. Al dejar la estación vio que William lo estaba esperando.
- Hermano te han sacado-. Dijo él.
- No me llames más hermano y sabes que no quiero verlos nunca más en mi vida.
- ¿Pero que te han dicho? No ves que son más mentiras.
- No quiero oír más, deja de meterte en mi familia y tratar de separarnos. Solo sientes envidia que la tuya sea un desastre. Si, todo se fue a la mierda pero lo tenemos que arreglar todo como familia que somos, si fueras mi amigo de verdad lo entendrías pero solo te preocupas por ti y tu estúpida pandilla.
- Ellos son mi familia y asi como la tuya te cuida yo intente hacer lo mismo con ellos y contigo. Que no ves que lo único que he intentado hacer es evitar que te lastimen.
- Y cómo has hecho eso, tirándole mierdas a mi papá.
- Los ha engañado, que más quieres para darte cuenta.
- Ha cometido un maldito error - se detuvo un segundo para pensar algo que había querido decir todo este tiempo - y yo también.
- ¿Cuál ha sido?
- Confiar en ustedes y lo peor haberme alejado de la única que he amado.
Se fue a paso ligero hasta llegar a su casa, abrió la puerta y fue directamente a la cocina. Su madre al escuchar la puerta se dio vuelta y al verlo salió a abrazarlo.
- Mamá, lo siento tanto.
- No hijo, tú no tienes la culpa de nada hemos sido nosotros, tendríamos que haber hablado con vos, no quisimos que te afectara. Debimos haberte contado todo-. Mery comenzó a llorar.
- Debí haberte contado lo que había visto, si hubiéramos hablado antes todo se hubiese evitado.
- Tú no tienes la culpa de nada. Ahora quiero que hablemos y me preguntes todo lo que quieras saber, te diré la verdad.
- Sólo quiero una pregunta. ¿Por qué le has perdonado?
- El amor hace tantas cosas, yo me enamore de tu padre al segundo que lo vi. No me imagino mi vida sin él y si ti. Si, me lastimó y mucho, y se que no ha sido mi culpa. Pero tu sabes que yo creo fuertemente en el perdón, y cuando alguien esta tan arrepentido merece una oportunidad. Todos somos humanos y yo me he equivocado varias veces, hemos tenido nuestras crisis. La realidad es que me costó pero finalmente pude dejar todo atrás.
-¿Cuándo se enteraron del bebé?
- Después de que te fuiste. Fue muy duro pero lo correcto era que se hiciere cargo, la hemos estado acompañando desde entonces, los dos como familia. Y es un recordatorio de su error pero el niño no tiene la culpa y ella tampoco, no sabía que era casado y se ha sentido fatal cuando se enteró.
- Tal vez no pueda perdonarle ahora pero se que en algún momento podré. Lamento todo lo que les he hecho pasar.
- No has sido tu, olvidate de eso. Ya ha quedado en el pasado.
- Si pero debo arreglarlo.
Fue hacia su habitación, se baño, se puso su mejor ropa. Almorzó con sus padres como antes, las cosas no era perfectas pero podrían superarlo como familia, el amor antes de todo. Luke quiso conocer a la mamá de su futuro hermanito. Quiso arreglar las cosas y ese día se dispuso a pedir disculpas a todos los que había dañado, y dejó para el final a quien lo había hecho ir a la estancia.
Llegó a su casa y toco timbre, cuando la señora Gertrudis Phillips lo vio le cerró la puerta en la cara. Él insistió y al salir ella con la escoba para echarlo, Luke comenzó a hablar.
- Señora por favor, déjeme hablar. Si quisiera hacerle daño no me hubiese molestado en avisar que llegué.
- No es gracioso niño. Sabes lo que me has hecho pasar.
- Lo se y por eso he venido,a decir que estoy muy arrepentido y haré lo que sea para arreglarlo.
- Bueno sabes que tengo que arreglar este jardín y no tengo dinero para pagarle a nadie.
- Si me abre se lo dejo como nuevo.
Le abrió la puerta y le mostró donde estaba la maquina de cortar y las herramientas. Tendría que bañarse otra vez y de la resaca no podía más pero valía la pena si conseguía el perdón de Gertrudis. Luego de varias horas de trabajo duro terminó, ella lo esperaba con una limonada y una mesa con sillas en el porche para merendar y hablar.
- Asi que has estado fuera de la ciudad estas semanas.
- Si, he ido a la estancia de mi tío.
- Veo que te ha hecho bien, ¿por qué será?
- Otros aires.
- Me imagino qué aires. Y, ¿tus padres?
- Hemos hablado y esta todo bien por ahora, hay heridas que sanar y el tiempo debe hacer efecto pero estaremos bien.
- Me alegro niño. Lamento que hayas tenido que ir a la cárcel.
- No se preocupe, hizo lo correcto.
- Y ¿cómo la has pasado?
- Al principio menos ganas pero-. Hizo silencio un segundo al recordar a Toria y su cara se iluminó con una gran sonrisa.
- Conociste a alguien.
- ¿Cómo supo?
- Las sonrisas son la clave. Y ¿por qué las has dejado?
- Porque he sido un verdadero idiota.
- Qué estás esperando para recuperarla.
- Primero tenía que arreglar el desastre que soy yo, tengo que estar bien conmigo para estarlo con ella.
- Pero ¿no va a pensar que no la quieres?
- Tendré que explicárselo todo y pedirle un gran perdón pero esto era algo que tenía que hacer, se que ella lo quiere así.
- Bueno hijo no te preocupes, por mi parte esta todo más que perfecto y ya has terminado. Arregla todo lo que tengas que arreglar y se feliz.
- Muchas gracias señora Phillips.
- Llámame Gertrudis y quiero conocer a esa chica especial, eres un gran sujeto. No lo olvides.
Luke se despidió de la dueña de casa. Inicio su camino a casa. Debía agarrar el auto y manejar hasta la estancia a solucionar todo este problema. Sentía que se había ido hace meses, ya extrañaba esos aires. Aún así temía que Toria no lo perdonara, la había traicionado y le había dejado. Solo le quedaba esperar lo mejor.