En todo el resto de la tarde lo único que hago es mirarla. Observarla mientras duerme a mi lado tan placidamente, algunas sonrisas se me escapan al pensar en lo que acabábamos de hacer, y de verdad espero no haberle echo daño porque no me lo perdonaría.
Me acerco más a ella y beso sus labios, ella sonríe aún con los ojos cerrados y ronronea, yo me río por lo bajo y acaricio su mejilla. Hipnotizado, mirándola y sin hacerme todavía a la idea de que ella pueda… irse. Simplemente me parece algo imposible. Todo ha sido tan repentino, que duele más que cualquier otra cosa. Y así, mirándola dormir a mi lado es algo que quiero para siempre, recordando cuando pasábamos esos días juntos, alejados del mundo, y lo primero que veía al despertar eran sus grandes ojos sobre mi. Quiero que vuelva eso.
- ¡Buenos días mi amor!- la escucho gritar con voz de pito y se tira sobre mi, yo gimo por la forma brusca de despertar
- Eres cruel- murmuro bajo
- No, dame un besito- la escucho pedirme, abro los ojos y me encuentro con los suyos sobre los míos bien abiertos y sonríe divertida- ¡dame un besito!
- ¿Uno solo?- le pregunto enarcando la ceja y posando mi mano detrás de su nuca la atraigo hacia mi para besarla- mmm swaggy- digo acariciando su feminidad, ella ríe suavemente y se deja tocar por mi
- Justin- ella gime en mi oído- Biebs- susurra
- Mmm baby
La pongo bajo de mi y muerdo su labio inferior, ella me mira pícara y se pega más a mi su cuerpo, pidiéndome claramente más. La cojo por la cintura y le aprieto, haciéndole saber que yo también la necesito y bajo mis besos por su cuerpo.
- Me quiero quedar para toda la vida aquí, contigo. - dice
- A mi también me encantaría, mi amor. Y tendremos el resto de nuestras vidas para despertar juntos, y será así siempre- le hago esa promesa
No puede eso cambiar ahora. Lo teníamos prometido, y quiero que sea así, despertar cada mañana con ella, con sus besos. Y si no es con ella, no quiero que sea con nadie.