Corre. Corre como nunca lo has hecho. Olvídate del dolor en los pies y el frío. No pares, si es que quieres alcanzarlo.
Es lo que una y otra vez se repite el pequeño chico de cabellos rosados. Se sentía tan culpable por lo que paso hace apenas unos minutos atrás.
Aun se encontraba en shock, aun sentía que su cerebro no procesa bien esas palabras.
"Yo te amo"
Esas tres palabras hacían eco en su cabeza, pues estaba sorprendido ante la confesión del que antes era, y esperaba que aún lo fuera, su mejor amigo.
A quien engañaba, dentro de él había una fiesta, pues, el chico que le gustaba se le había declarado, jamás pensó que eso pasaría.
Pero tampoco imaginaba que se quedaría helado, sin poder formular una respuesta. A lo cual su mejor amigo lo malinterpreto, pues el chico de cabellos ceniza pensaba que su pequeño amigo esta a asqueado ante la idea de gustarle a un hombre.
Sin más se había ido, sin esperar nada a cambio, porque ya estaba, ya se le había declarado y no le había respondido eso solo significaba que tenía que olvidar su amistad, pues sería incómodo si ambos se encontraban de ahora en adelante.
El chico de cabellos rosados corría por un puente, buscando a su amigo para darle una respuesta y explicarle el porque se había quedado sin palabra alguna.
Pero no lo encontraba, estaba empezando a desesperarse, ¿como fue tan rápido para desaparecer? Él sabía que su amigo parecía un abuelo cuando se trataba de caminar.
Por debajo del puente, del otro lado de la acera, caminaba el de cabellos ceniza, sin ningún pensamiento, sin fuerzas, sin nada... había perdido la amistad de la persona que más amaba.
Ahora mismo se le antojaba terriblemente no haber tomado ese valor y confesarse, muy bien pudo haber seguido como estaban. Pues él prefería ser solo su amigo a perderlo, pero ahora mismo ya era tarde. Lo perdió.
"Es mejor tener la amistad a perderla por un romance "
Fue lo que se repitió a cada momento, y después de llegar a casa se siguió atormentando, pues Min Yoongi era una persona con corazón frágil y cara de rudo.
Jimin, derrotado se detuvo por unos minutos para recobrar el aliento. Estaba perdiendo todas las esperanzas, pero se le ocurrió un lugar más en donde él podría estar. Aun no había ido a buscarlo a su casa.
Y como alma que lleva el diablo salió corriendo en su busqueda, rezaba para encontrarlo ahí.
[+++]
El timbre estaba siendo tocado como loco, haciendo que Yoongi bajará molesto por aquella insistencia.
Pero toda esa molestia se esfumó y sintió como su alma llegaba hasta sus píes.
-¿Que haces aquí? - murmuró aún sin poder creerlo.
-Yoongi, tenemos que hablar -
- No tenemos nada de que hablar, y soy tu hyung - le recriminó.
- Mierda, Yoongi, eso no no importa ahora, sólo déjame explicarte todo -
- No tienes que explicar nada, solo has como que no dije nada, solo olvidalo -
A pesar de que las palabras salían monótonas y una tras otra, Yoongi sentía como empezaba a derrumbarse por dentro.
Jimin, enojado por su actitud lo empujó dentro de la casa, cerrando la puerta detrás de él. Hizo que cayera en el sofá, Yoongi lo miraba sorprendido.
-Hablaré quieras o no, y es mejor que no digas nada -
Y ahí estaba otra vez ese cambio de personalidad que solo el de cabellos ceniza conocía.
Pues Park Jimin se veía como una persona tierna, alegre, con mejillas sonrosadas y era inevitable no amarlo. Pero solo él sabía que Jimin era rudo y musculoso, a pesar de que los escondía en prendas olgadas, ellos eran polos opuestos.
Mientras uno era tierno, que escondía la realidad muy bien, el otro aparentaba ser un chico malo, rudo, pero era demaciado dulce para su gusto.
-Yo no te dí una respuesta rápida porque estaba en shock, porque la persona la cual amo se me había declarado, no super como responder... pero cuando lo quería hacer ya no estabas -
Yoongi lo miraba sin articular alguna palabra, pues encima suyo tebia al pequeño chico, mirándolo intensamente.
Siguió hablando: -Y ahora te diré mi respuesta, Yo también te amo, Min Yoongi, perdona por no responder en el momento -
Y solo eso bastó para que el chico de cabello ceniza atrajera hasta él a su gran amor para besarle.
Besarle y probar esos carnosos labios con sabor a fresas, y todo aquél dolor que sintió hace un momento se esfumó, abriendo paso al amor y al deseo. Pues, por primera vez desde hace dos años, se sentía inmensamente feliz.
Ambos se separaron por falta de aire, se miraron a los ojos intensamente, derrochando adoración hacia el otro.
-Esto es... ¿significa que somos pareja? - preguntó el peli rosado.
-Pues no se como le llamaras a esto... - miro incrédulo a su pequeño chico. -Está más que claro ¿no? -
- Min Yoongi, ahora me perteneces - río de manera tierna, haciendo que sus pequeños ojos se perdiera entre sus párpados.
El mayor quizá contestar y renegar, porque él no era un objeto que podía pertenecerle a alguien, pero al venir de los labios del pequeño chico sólo pudo sonreír de manera tierra a, de una manera que solo le sonreía a él.
-Soy sólo tuyo y tú solo mío, Park Jimin -
El.menor no cabía de felicidad al escuchar esas palabras de su hyung, quien ahora era su pareja.
Ambos sonrieron, pero más besos fueron los que remplazaron esas risas.
Pues al parecer, el destino les había sonreído de buena manera esta vez y ellos lo aprovecharían al máximo.
Ambos se amaba y eso era lo único que importaba. No les importaba el que dirá de los demas, pues ahora mismo se tenían el uno al otro.
Ahora ellos eran uno, él era suyo así como su corazón.
[..........]
Hola! Aquí es de madrugada y la verdad es que se me cierran los ojos, pero al escuchar la canción de Serendipity, esta pequeña escena llegó a mi mente.
No podía dejarla pasar, tal vez no muchos la lean, pero solo quería subirla, luego se me olvida.
Yo me despido, pues son las dos de la mañana, tengo que ir a dormir. Nos vemos luego en otras historias.
Cada que veo esto me da un infarto.
:v hombre tan sexy y suculento.