Incondicional | Camren Fanfic

By wildmadness

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Las personas podrán olvidar tus palabras, tus actos e incluso tus promesas, pero nunca olvidarán cómo les hic... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51 (Final)
Epílogo
Nota (Spoiler)

Capítulo 23

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By wildmadness

A lo largo de nuestra vida nos llegaremos a topar con distintos tipos de obstáculos diferentes entre ellos, además de una serie de diversas circunstancias, tanto inesperadas como previsibles, y, en eso mismo pensaba Nate después de haber pasado la noche secuestrado por el insomnio.

Nada más entrar en su casa después de dejar a Lauren y aparcar, corrió hasta el pequeño armario empotrado que decoraba el pasillo de la segunda planta de su casa, el cual estaba lleno de cajas de cartón en las que cada una contenía parte de su pasado. Sin embargo, él buscaba solo una, en concreto la que hacía referencia a su estancia en el hospital con tan solo diez años.

Rebuscando entre los diversos papeles, encontró la foto que había marcado parte de su infancia, exactamente la que mostraba tanto a él como a la de ojos verdes compartiendo la misma habitación de hospital; la 114. Seguidamente, se quitó con brusquedad la corbata y la camisa para mirarse frente al espejo.

Respirando pesadamente, fijó su atención en la cicatriz que decoraba su pecho como secuela del trasplante de corazón del que padeció casi una década atrás. Dejando que la cabeza le cayese hacia atrás, cerró los ojos y recordó la cantidad de veces que una frase en concreto se había repetido en su mente.

-  "Las cicatrices son guays" repitió al día siguiente mientras observaba cómo Lauren entraba en su casa con varias bolsas de plástico llenas de comida.

Misma que tras soltar la compra sobre la encimera y ayudar a sus padres a guardarla en sus respectivos almacenamientos, subió las escaleras de dos en dos hasta su habitación donde marcó uno de sus números guardados en favoritos y lo dejó en modo altavoz antes de abrir las dos puertas de su armario.

- "Hola, hola" dijo dicha persona al otro lado de la línea. "Ha llamado al servicio de atención al cliente, deje su mensaje después de la señal" bromeó.

- "Shannon..." rodó Lauren los ojos, desesperada.

-  "Qué poco humor" se quejó la aludida. "¿Qué te pasa? ¿No sabes qué tanga elegir para tu cita?" la picó de nuevo.

- "No es una cita" replicó Lauren, moviendo las perchas de un lado a otro.

- "Se lo pediste tú" le recordó.

Esa misma mañana nada más despertarse y ponerse al día con los apuntes de clase, la morena había decidido hacer una videollamada con su mejor amiga en la cual le explicó todo lo sucedido la noche anterior, incluyendo también el repentino cambio de Nate. Tras dicha conversación, Shannon solo había conseguido afirmar más sus teorías.

- "No sé qué ponerme, ¡no tengo nada!" se quejó Lauren dando un suspiro antes de sentarse en su cama y quedarse mirando el armario.

-  "A ver, Lori" rio al otro lado. "¿Qué es lo que le has preguntado esta mañana a Camila?" jugó a los recordatorios.

-  Que a dónde íbamos" respondió en voz alta.

-  "Muy bien, ¿y qué te ha dicho?" insistió.

- "Que no me lo iba a decir pero que no fuese en pijama" rodó los ojos. "S, no sé a dónde quieres llegar con todo esto, ya lo hemos hablado esta mañana" suspiró.

- "Analiza la frase; No vayas en pijama" pidió. "Es obvio que te está pidiendo que te arregles, no exagerado pero tampoco una sudadera" afirmó al otro lado de la línea mientras se limaba sus cortas uñas.

Dejando sonar en voz alta un leve quejido, Lauren volvió a levantarse para examinar su armario. Le producía inseguridad quedar con la latina a la hora de vestir puesto que ésta siempre solía ir con estilos únicos, aunque estuviese vestida de deporte. Por eso mismo, quería encontrar algo acorde a ella.

-  "Déjame ropa" suplió a Shannon quien rodó los ojos con una sonrisa.

-  "Tienes cosas bonitas en tu armario, solo tienes que buscar" respondió ésta. "Si no encuentras nada, te dejaré algo pero al menos inténtalo" propuso.

Sintiéndose obligada a mirar con más detenimiento cada prenda, rebuscó dentro de su armario durante al menos media hora. En dicho tiempo, fue mostrándole cada conjunto a Shannon por videollamada a la vez que en su cama quedaba menos espacio libre.

- "¡Vale, ese!" gritó finalmente la castaña.

- "¿Este?" preguntó Lauren insegura, frunciendo el ceño. "¿No es muy básico?" añadió tras observar el negro y corto vestido.

- "Te lleve a cenar, de fiesta o a lo que sea va genial, ahora solo tienes que buscar los complementos y espero que le des color porque eso de chica dark ya no va contigo" rio Shannon consiguiendo que la aludida rodase los ojos.

Finalmente, tras colgar la llamada y creer tenerlo todo a su disposición, fue directamente hacia la ducha donde no calculó el tiempo al dejarse llevar cantando varias canciones aleatorias. No fue hasta que sintió un chorro de agua fría sobre su desnuda columna que no despertó de su trance.

-  "¡Papás!" gritó con el albornoz puesto mientras caminaba por el pasillo hasta su habitación. "¿Qué ha pasado con el agua caliente?" preguntó al detenerse en el hueco de la escalera.

- "¡Ha sido una primera advertencia para que la próxima vez no tardes tanto!" respondió Douglas desde la cocina.

Negando con la cabeza sintiéndose culpable, caminó con cuidado hasta su habitación donde nada más llegar comprobó la hora siendo consciente de que efectivamente se había entretenido demasiado. Rápidamente, enchufó el secador y a la misma vez que secaba su larga melena, se fue vistiendo.

Las manos le temblaban y sabía perfectamente por qué; era la primera vez que iba a tener una cita como tal con la latina aunque ella, por su parte, se lo hubiese negado hasta a sí misma. No obstante, estuvo lista con cinco minutos de antelación.

- "¿Otra salida de solo amigos?" preguntó Bruce tras aparecer en el marco de su puerta.

-  "Sí, papá" afirmó sin parecer muy convincente.

- "Pues pones mucho empeño en arreglarte" añadió tras observar lo desordenada que estaba la habitación. "Sabes que los padres tenemos un sexto sentido ¿verdad?"

Dando un suspiro, se volvió finalmente hacia él y lo miró un tanto decaída lo cual significaba que no hacían falta palabras para saber qué estaba pasando por la mente de la menor. Durante la casi década que llevaba con ellos siempre había sido así.

- "Es complicado" admitió finalmente.

-  "Lo sé, recuerda que yo he estado en tu misma situación" se acercó para dejar un beso en su frente. "¿Frambuesa?" preguntó al oler su colonia.

- "Moras" lo corrigió.

- "Tu mirada dice mucho, Lauren" volvió a ponerse serio mientras acariciaba con delicadeza la barbilla de esta. "Lo que tenga que ser, será y pase lo que pase estaremos aquí" añadió. "Además, entiendo que te guste, es una chica con mucha personalidad"

- "Bastante" sonrió de lado, admitiéndole inconscientemente sus sentimientos. "Pero me confunde"

- "Quizás tú también la confundes a ella" opinó.

Nada más escuchar aquel razonamiento por parte de Bruce, la morena lo meditó durante unos segundos. No había llegado a pensar que ella pudiese estar confundiendo también a Camila pero aun así, no era ella la que tenía una relación con Thomas.

-  "Tiene novio" explicó, dando un suspiro.

- "¿Y eso te confunde?" preguntó. "Piensa en cómo se comporta ella contigo, la forma en la que habláis, en la que te mira" enumeró. "El amor no entiende de reglas o compromisos, si de verdad quiere estar contigo, lo estará"

-  "Ni siquiera sé si yo estoy preparada"

- "Eso no se sabe aquí" señaló su cabeza. "Sino aquí" y seguidamente su corazón. "Te he dicho que te fijes en cómo actúa contigo ¿verdad? Pues piensa también en cómo lo haces tú con ella" explicó. "Que seáis del mismo sexo no debe ser un obstáculo"

Sin embargo, su conversación se vio interrumpida por el sonido de la notificación que llegó al móvil de Lauren consiguiendo que ésta se separase de su padre y verificara que efectivamente se trataba de la latina. Nerviosa, cogió su bolso después de colocarse la chaqueta y dio un calmado suspiro.

- "Respira" le aconsejó su padre con una media sonrisa. "Pase lo que pase siempre os volveréis a encontrar, ¿no trata de eso tu pulsera?" preguntó con un guiño que dejó a Lauren sin habla.

Con un escalofrío en su espalda, puesto que ella no había verificado en ningún momento que se trataba de la Camila de su pasado, lo miró una última vez antes de dirigirse hacia la escalera en silencio. No obstante, la voz grave de su padre se volvió a escuchar, esa vez en el pasillo.

- "No vuelvas muy tarde, mañana tienes clase y antes tienes que recoger la habitación" le advirtió en un trono neutral.

-  "Está bien, adiós" respondió mientras bajaba las escaleras.

Sin recordar que la latina seguía esperándola fuera, salió a una rápida velocidad después de despedirse de su otro padre en voz alta, intentando alejarse de la conversación que había tenido con su padre. Pero, por consecuente, aquello le hizo olvidar el pequeño escalón de su entrada con el cual casi cayó al suelo.

-  "¿Había un billete y no lo he visto?" se escuchó una voz en un tono pícaro.

- "Todavía estoy a tiempo de quedarme en casa" respondió Lauren seria, pero con un leve sonrojo en su piel por la vergüenza.

- "Sería una pena" comentó la más baja, mordiéndose los labios.

- ¿Por qué?" quiso saber.

-  "Porque vas muy guapa" soltó antes de, sin darle oportunidad a responder, girarse hacia la furgoneta.

Espera, ¿qué?

Dicho aquello, Lauren notó la dureza al tragar, la cual incrementó en el instante en el que analizó la figura de la latina por primera vez en la noche. Ésta llevaba un rojo y ceñido vestido con estampados de grandes flores, el cual deba entrever sus hombros, acompañado por unos tacones a juego y unas medias negras de rejilla.

Intentando que no se notase su descaro, volvió a mirar al frente encontrando así a George pisando con la suela de sus náuticos el cigarro que se acababa de fumar. Regalándole una pequeña sonrisa, entró a la furgoneta antes que él, pero después de Camila.

-   "¿Dónde está mi regalo?" le preguntó esta nada más acomodarse en el asiento.

- "¿Qué regalo?" frunció el ceño a la misma vez que se escuchaba el click del cinturón.

- "Me pediste una cita, estamos en ella y no me has traído nada" explicó mientras desbloqueaba su móvil.

- "Entonces, ¿dónde está el mío?" quiso saber.

-  "Así que afirmas que es una cita de verdad" jugó sus cartas.

- "Será lo que tú quieras" soltó con la voz más ronca de lo normal, consiguiendo que la latina tragase con dureza.

-  "No me has traído un regalo" dijo como respuesta antes de centrarse en su móvil.

Pensando en ello con una tonta sonrisa, dejó que la velocidad de la furgoneta las llevase hasta cualquier sitio desconocido para ella. Sus encuentros dentro de ésta solían ser silenciosos, pero no era algo que le desagradase puesto que no era incómodo, sino todo lo contrario.

Finalmente, las ruedas se detuvieron sobre el asfalto por el que Lauren, desde su ventana, pudo observar los colores anaranjados del cielo. Era la parte que más le gustaba del día y, desde hacía un par de semanas, también le gustaba compartirlo con la latina.

- "¿Dónde estamos?" preguntó al mirar a su alrededor y solo encontrar naves industriales.

- "Sorpresa" se acercó, mostrándole un pañuelo turquesa que elevó hasta sus ojos.

- "¿Qué es eso?" frunció sus gruesas cejas.

-  "Un pañuelo turquesa, se ponen alrededor del cuello y esas cosas" respondió con una sonrisa.

- "Karla..." rodó los ojos.

- "Aburrida" imitó su gesto. "Póntelo y deja de hacer preguntas" ordenó.

-  "Pero"

- "Póntelo" la cortó, diciéndoselo a centímetros de que sus labios se rozasen.

Dejando escapar un pequeño gruñido, siguió sus indicaciones mientras la furgoneta se alejaba tras arrancar, dejando ver así detrás de ésta un restaurante de buffet libre el cual se encontraba a menos de un kilómetro de su objetivo para esa noche.

- "Ahora no puedes ver si hay billetes o no, así que intenta no caerte" bromeó antes de enlazar su mano con un gesto suave y tirar de ella hacia la entrada.

Siguiendo la fuerza de su pequeña mano, sin dejar que pasase desapercibido el cosquilleo en su vientre al sentir el roce, llegó a ciegas hasta lo que pareció una puerta automática y, tras traspasarla, el sonido del gentío penetró en sus oídos, además de un olor a carne hecha y el choque de los platos al usarlos.

- "Mesa para dos" pidió Camila, rompiendo el contacto de sus manos para sacar la tarjeta de crédito con la que pagó segundos después.

- "¿Qué queréis de beber?" preguntó la chica de rasgos asiáticos que sonrió al ver a la morena con los ojos vendados.

-  "Dos refrescos rellenables" pidió por ambas.

Volviendo a coger la mano de Lauren, quien llevaba una expresión seria, las guio hasta la mesa la misma chica que las había atendido. Una vez allí, le retiró la silla y se sentaron ambas consiguiendo que la latina notase por primera vez dicha expresión.

-"¿Qué te pasa?" preguntó curiosa.

-  "Has pagado tú" explicó.

-  "Sí, ¿y?

-  "No es justo, te he invitado yo a salir" gruñó, sintiéndose estúpida al llevar todavía el pañuelo.

- "Te diría que a la próxima te dejo elegir, pero soy muy dominante" dijo con una ceja levantada y una sonrisa completa, aprovechando que Lauren no podía verla.

- "¿Quieres tener otra cita conmigo?" preguntó ésta, pisando el suelo nerviosa.

Sin embargo, la conversación se vio interrumpida en el momento en el que otra camarera de mismos rasgos les trajo los vasos para rellenar. Hecho aquello y despidiéndose con una sonrisa, la latina volvió a tomar el rumbo de la conversación para una vez más, cambiarlo.

-  "Voy a por bebidas y después a por la comida" le hizo saber.

- "No sabes lo que me gusta" replicó.

- "Puede que algo sepa, pero..." se pausó para sonreír. "Tú tampoco vas a saber qué te voy a traer, de ahí el pañuelo, Señorita sabelotodo"

Dejándola con media sonrisa sola en la mesa, Camila hizo todo lo acordado dejando primero las bebidas y seguidamente dos primeros platos. Sabía que iba a ser divertido, pero no había pensado lo mucho que iba a provocarla ese juego.

- "¿Sabes qué es?" preguntó mientras se quedaba embobada observando los labios entreabiertos de la morena.

- "Mmm, pollo" detalló. "Pero no sé de qué es la salsa"

-  "Pato" la corrigió.

-  "Está bueno" afirmó.

- "Igual que yo" le guiñó un ojo inconscientemente, olvidando que no podía verla.

Con una pequeña risa por parte de ambas, continuaron con el primer plato hasta que este se acabó y llegaron tanto el segundo como el tercero, y parte del postre donde Lauren comenzó a sentir que el vestido le apretaba.

Camila había jugado mucho entre los distintos menús e incluso había elegido a conciencia platos que a ella le desagradaba; como una ración de algas. Mismas que la morena tomó sin ningún problema antes de que la latina dejase que la mancha que tenía en la comisura de sus labios, se quedase ahí.

- "Voy a reventar" suspiró, echándose hacia atrás en la silla.

- "Yo también pero cuando vaya al baño" respondió Camila de forma picara.

- "Karla, qué asco" puso una expresión acorde a su comentario.

-  "Que es broma" rio.

- "¿Puedo quitarme esto ya?" preguntó, un tanto cansada.

-"Voy a ser buena por esta vez y te lo voy a permitir"

- "Qué considerado por su parte, señorita Guerrero" dijo en tono irónico, llevándose las manos hasta el nudo.

Desabrochándolo después de al menos una hora sin tener visibilidad, pestañeo varias veces molesta por la luz del buffet y, en cuanto tuvo una imagen más nítida, lo primero que hizo fue fijarse en la latina quien la observaba apoyada en su pequeña mano.

-  "Hola, muy buenos días" sonrió esta.

- "Imbécil" rodó sus penetrantes ojos verdes.

Haciéndole una seña tras mirar su móvil para que se levantasen y se fueran, ambas caminaron entre las distintas mesas a la vez que Lauren iba detallando el restaurante al que había ido por primera vez. Sonriéndole como despedida a la joven asiática que las había atendido, salieron al exterior donde se vieron obligadas a colocarse sus respectivas chaquetas.

- "¿Quieres?" le ofreció la latina mientras elevaba su paquete de tabaco.

-  "Fumar, mata" añadió, recordando el motivo por el que su antigua casa se quemó.

-  "Pues mejor, pero al menos no soy yo la que lleva la boca manchada" rio a la misma vez que daba una calada.

No.

Dicho aquello, elevó su móvil el cual llevaba en la mano y abrió la cámara frontal de este comprobando cómo, efectivamente, sus palabras eran ciertas. Rápidamente y con un rubor en sus mejillas, pasó su dedo índice mientras entendía el comportamiento de la camarera.

- "¡Por eso me ha mirado así!" se quejó. "No te rías" gruñó mirándola.

-  "Es divertido" afirmó.

-  "No lo es" negó mientras la latina se iba acercando más a ella.

Consiguiendo esto que la distancia entre ambas se redujese, Camila soltó el humo de su última calada y se acercó aún más a la morena, hasta tal punto de que sus narices casi se rozasen.

- "Pues yo creo que sí" insistió a la vez que cogía su mano libre y limpiaba la comisura de sus labios con delicadeza y sin dejar de mirarlos.

- "No" negó Lauren de nuevo, con la voz más ronca de lo normal.

- "Sí" finalizó la menor la conversación antes de dejar un cariñoso mordisco sobre la mejilla de su acompañante. "Vamos" se separó. "Se nos va a hacer tarde" comenzó a caminar, dejando a Lauren atrás.

- "¿Para ir dónde?" quiso saber esta.

- "Siempre tan impaciente..." comentó Camila en voz alta antes de darle la última calada al cigarro y tirarlo

Caminando entre las sombras de la noche con las manos dentro de los bolsillos de su abrigo, Camila dirigió la pequeña fila de dos mirando de reojo de vez en cuando, para comprobar si la más alta la seguía o no, siendo esa vez verídico. Misma que intentando disimular su nerviosismo llegó hasta un edificio abandonado donde su acompañante se detuvo.

- "¿Se supone que es aquí?" preguntó con el ceño fruncido.

- "¿Qué pasa? ¿Te da miedo?" la picó.

- "No" negó nerviosa.

.

- "Es solo un edificio abandonado, no es como si fuera a salir un loco con el 666 tatuado en el pecho y una cruz en la mano mientras grita que vamos a morir todos" bromeó, sabiendo perfectamente donde se encontraba.

-  "No lo estás arreglando"

-  "¡Estás muerta de miedo!" se rio, mostrando su blanca sonrisa.

-  "¡Que no!" insistió.

- "No me haga callarla con un beso, Michelle" dijo, consiguiendo que la aludida se quedara en completo silencio. "Vaya, si lo sé te hubiera dicho eso antes" se rio de ella. "Ven, si te da miedo puedes agarrarte a mí" le ofreció su brazo.

Girando la esquina que solo se alumbraba por el tintineo de una farola desgastada, ambas visualizaron lo mismo; un chico de color fumando hierba apoyado sobre el reposabrazos de una escalera, consiguiendo eso que solo Lauren se tensase atemorizada. Aquello no solía salir bien en las películas.

-  "Karla vámonos, vámonos" insistió susurrando a la misma vez que tiraba del brazo de esta y volvía a refugiarlas tras la esquina. "¡Somos carne fresca aquí!" añadió con los ojos muy abiertos.

-  "Eres como una niña de tres años" rio.

-   "Hablo en serio" apretó la mandíbula.

- "Yo también" afirmó. "¿Confías en mí?" preguntó.

A ratos.

- "Prométeme que sabes lo que estás haciendo" pidió.

- "Eso lo hago siempre" dijo. "Es broma, te lo prometo" cogió su mano para dejar un pequeño beso en su puño.

Dicho aquello, volviendo a salir de su escondite y con un tic nervioso en sus piernas, Lauren se aferró de nuevo al brazo de la latina y siguió los pasos de esta con el pensamiento de que iban a acabar mal. Sin embargo, en cuanto llegaron frente al chico, su recepción cambió.

-  "¿Quién?" dijo este mostrando sus dientes sucios tras soltar el humo que provocó que la morena tosiese levemente.

-  "El lobo" respondió, consiguiendo que Lauren ladease la cabeza mostrando confusión.

Tras eso, el hombre robusto sacó un sello del bolsillo negro de su pantalón y después de pedirles con la mirada que mostrasen sus muñecas, les colocó uno a cada una en la parte inferior de ésta quedando reflejado una pequeña insignia.

Al tacto era como si no llevase nada y el lobo aullando que decoraba el centro, estaba dentro de un pequeño círculo negro a juego con el resto. Embobada, volvió a tocarlo como si con eso fuese a descubrir más acerca de aquel desconocido lugar.

-  "Michelle" la despertó Camila de su trance. "¿Vienes?" preguntó con una leve sonrisa que intentó con éxito ocultar.

Obteniendo una silenciosa respuesta afirmativa, ambas entraron dentro del desgastado edificio que por dentro mostraba todo lo contrario. Seguidamente, tras tirar de un gordo barrote negro que iba enlazado a una gruesa puerta correspondiente a las paredes insonorizadas, Lauren escuchó lo que afirmaba una de sus teorías; música.

El edificio había pasado de tener una imagen abandonada a ser una discoteca con piso subterráneo donde los cuerpos de las personas allí presentes solo se podían apreciar cuando las luces fluorescentes o los flashes de esta misma los enfocaba. Había visto aquellos tipos de sitios en las películas, pero no pensaba que visitaría alguna vez uno.

-  "¿Te lo esperabas?" gritó Camila en su oreja.

-  "Para nada" respondió de la misma forma.

- "Te lo dije, Michelle, conmigo vas a descubrir muchas cosas" añadió con una sonrisa antes de tomar su mano y ayudarla a bajar las oscuras escaleras.

Comprobando su móvil con la desesperada intención de hablarle a Shannon para explicarle lo sucedido, observó cómo este no tenía cobertura por lo que lo dejó guardado en su bolso antes de elevar la vista hasta Camila quien la había guiado a la barra mientras tanto.

Menos mal que al final me he arreglado.

- "¿Quieres algo?" preguntó de nuevo en su oído.

- "¿Estás loca? Mañana es lunes y tengo clase" se negó.

-"No seas aburrida" intentó convencerla. "Yo también tengo que madrugar, me despierto a las once" rio.

- "Solo una" accedió finalmente, consiguiendo una sonrisa por parte de la latina.

Una, dos y finalmente tres fueron las copas que Lauren consumió a lo largo de la hora y media siguiente donde el alcohol había calado en ella consiguiendo que su cuerpo se relajase hasta tal punto de bailar sin ninguna vergüenza junto a la latina quien, aunque había probado dos copas más que su acompañante, se encontraba en mejor estado.

La morena había bailado con ella de una forma distinta a las anteriores; se habían acercado más, no habían ocultado las sonrisas sinceras y, más de una vez, sus labios habían estado a punto de rozarse sin importarles que las vieran. Camila era consciente de que estaba siendo egoísta a causa de Thomas y pensaba lo mismo de Lauren respecto al rubio, sin embargo, no podía retener sus impulsos.

- "¿Lo estás pasando bien?" preguntó la latina nada más salir al exterior y encenderse un cigarro.

- "La verdad es que sí" afirmó con una sonrisa de oreja a oreja. "¿Cómo conoces este sitio?" quiso saber.

-  "Tengo buenos contactos" le guiñó un ojo.

- "Muy raro en ti" respondió irónica.

- "¿Qué más rarezas tengo?" se acercó a ella tras expulsar el humo lentamente.

-  "La forma en la que miras" soltó queriendo parecer seria sin éxito, a causa del alcohol.

-  "¿A qué te refieres?" frunció Camila el ceño, confusa.

- "A veces dices algo, pero tus ojos expresan lo contrario" explicó más calmada pero nerviosa por la cercanía de la latina.

- "¿Ah sí?" elevó solo una ceja mientras la miraba fijamente.

-  "Ahora mismo por ejemplo" detalló Lauren. "Has parecido confusa, pero tu mirada me dice que no te estoy diciendo nada nuevo" explicó consiguiendo que Camila riese.

- "Muy observadora para estar borracha, Michelle" dijo sin perder la expresión.

No obstante, tras esa pequeña conversación, se creó un leve silencio entre ellas externo al sonido del gentío en el cual la más bajita continuó con su cigarro mientras que la de ojos verdes intentaba coger cobertura con su móvil después de comprobar la hora. Todavía era temprano, pero sabía que no debía retrasarse.

-  "Michelle" llamó su atención. "¿Qué dicen mis ojos ahora?" preguntó tras tirar el cigarro y acercarse de tal forma que quedaron a centímetros.

-  "No sabría decirte" respondió nerviosa.

- "Y yo sé por qué no" afirmó.

-   "¿Por qué?" frunció el ceño.

- "Porque me estás mirando los labios" dijo, consiguiendo que Lauren la mirase rápidamente a los ojos. "Me encanta esta canción" cambió de tema al escuchar cómo al abrirse la puerta, se oía la música del interior. "Vamos" cogió su mano y tiró una vez más de ella.

Rápidamente, llegando de nuevo hacia el interior de la discoteca donde notó cómo su cuerpo volvía a entrar el calor, la música retumbó tanto en su pecho como en sus oídos. Lauren nunca había escuchado dicha canción, aunque fuese conocida, pero en cambio Camila sí, y varias veces. Era By Your Side de Jonas Blue.

"Let's go out and be wild, do it while we can do. Runnin' free in the world, we got all weekend do, do"

Avanzando entre la multitud que bailaba a su ritmo y con un estilo propio, llegaron a un pequeño hueco que encontraron cerca del centro de aquel enorme local. Hecho aquello, antes de comenzar a bailar, sus miradas se encontraron.

"Tear it up, tear it down, getting' lost in the sound of our hearts beatin'. Take me here, take me now getting' lost in a crowd with you"

Realmente parecía que aquella canción estaba hecha para ellas en ese mismo momento puesto que tanto los profundos ojos marrones como los penetrantes verdes no eran capaces de separarse. Sin embargo, aquello terminó en el instante en el que Camila enlazó sus brazos alrededor del cuello de la más alta y ésta, automáticamente, en su cintura.

"Up, all night. I waited for you all my life. Hold my hand and keep me close. I'll never let you go. No, not tonight. Keep me by your side, keep me by your side"

Escuchando el preestribillo, Lauren no pudo evitar relamerse los labios ya que realmente ella sí que había estado esperándola toda su vida, o al menos, la mayoría de ésta. Por otra parte, la latina tenía entre abierto los suyos y sabía que sus ganas no iban a ser capaces de contenerse mucho más.

Y, finalmente, se lanzó al vacío.

"By your side, by your side, by by your side. Side, by bu your side, by by your side, by by. Keep me by your side. By your side, by your side, by by your side. Side, by bu your side, by by your side, by by. Keep me by your side"

Con la canción rompiendo, atrajo a la morena sin romper el enlazamiento de sus finos labios, en un desesperado gesto en el que encontró los de ésta carnosos y sedientos. Mientras tanto, la gente a su alrededor seguía saltando sin preocuparse de que la pareja se estuviese besando desesperadamente.

"Scattered hearts, broken glass, I don't feel a thing. Cause' I'm frozen in time when you're next to me"

Apretando con firmeza su fina cintura con las manos a cada lado, Lauren se atrevió a subir la derecha hasta la suave mejilla de la chica que le estaba robando el aliento en ese instante. Seguidamente, la mencionada, hizo lo mismo con la suya pero apretando el agarre. Por más que incrementaran sus fuerzas, no podían acercarse más.

"Tear it up, tear it down, getting' lost in the sound of our hearts beatin'. Take me here, take me now getting' lost in a crowd with you"

Fue entonces cuando la más alta sintió cómo, una vez más, todo su organismo florecía por dentro a la misma vez que introducía su lengua en la cavidad y agarraba con delicadeza una de las mejillas de la latina, mientras ésta no podía evitar sonreír entre beso y beso.

"Up, all night. I waited for you all my life. Hold my hand and keep me close. I'll never let you go. No, not tonight. Keep me by your side, keep me by your side"

Sin duda, Camila había tardado demasiado en volver a guiarse por su corazón y dejarse llevar. Desde el primer momento lo supo y, en ese instante, notando cómo este le palpitaba con fuerza, no podía sentirse más orgullosa. Sin embargo, aquello traería una charla seria junto la morena más adelante.

- "Keep me by your side" le cantó sobre sus labios, consiguiendo que Lauren la volviese a besar.

—————
HOLA HOLA

Siento todo este tiempo ausente, de verdad que sí, pero es que mi vida es un completo caos ahora mismo y en fin, entre otras cosas, todavía sigo de exámenes... 

El caso que muchas gracias por seguir aquí, os aprecio mucho y realmente os echaba de menos.

Besos diabólicos,

Andrea.

PD: EL PREORDER DE CAMILA SALE EL JUEVES!!!!

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