Después de una noche de hacer las paces en aquella habitación y seguir llegando a algunos acuerdos; hoy seguimos disfrutando de estos días pocos días de paz que nos quedan. Ya su agenda y la mía están llenas de compromisos; la mayoría juntos, pero alguno que otro nos tocara afrontarlos solos.
-Rubio, ¿seguirás caminando con es botella de agua por todas partes?- Me pregunta entre risas.
-Sí, no quiero que te me vuelvas a desmayar. Además, debes mantener a nuestros hijos y a ti hidratada.- Le digo serio.
Se detiene en seco en medio del casino y me mira seria. –Guapo, estoy confundida.- Dice de la nada y levanto mis cejas como preguntándole que trama.
-¿Confundida?- Pregunta y ahora el confundido soy yo.
Me mira de manera sensual y da dos pasos hacia mí.
Juro que tendría que ser actriz; se le da muy bien.
-Sí, es que veras...- Dice de manera misteriosa y lleva sus brazos sobre mis hombros. –A veces no sé si eres mi padre o mi esposo.- Me dice de manera sensual y luego se echa a reír.
Esta mujer me volverá loco...
-Cariño, déjame y te dejo algunas cosillas en claro.- Le digo en un susurro y sin que se lo espere, la beso apasionadamente.
No me importa que estemos dando un espectáculo gratuito a la gente; después de todo lo que pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas... o al menos eso dicen...
Nuestras lenguas se entrelazan provocando que mi cuerpo arda. La amo tanto...
Nuestras respiraciones son prácticamente un desorden total y debo detenerme antes de que mis manos quieran colarse por debajo de su vestido. –Si no te ha quedado en claro que es lo que soy tuyo, podemos subir a la habitación y te lo aclaro mejor.- Le digo al oído y ella ríe.
-La idea no está mal... creo que sigo un poco confundida.- Bromea y muerde su labio inferior.
-Como te amo rubia mía...- Le comento rozando sus labios con la yema de mis dedos.
-Y yo a ti amor... Sabes.... Quiero bailar contigo ...- Me dice de la nada y me llama la atención su cambio de tema.
-¿Bailar?- Le pregunto algo confundido.
-Si... hay un club que es de día...-
-¿Qué?-
Esto sí que no me lo esperaba.
-Es con piscina... hay un DJ amigo mío que estará allí en dos horas, ¿vamos?- Me pregunta y no sé ni que decir.
Supongo que haremos lo que ella quiere.
-Vale... supongo que iremos.- Digo entre risas y ella prácticamente me jala del brazo tal como lo hacen mis sobrinas cuando vamos por helado.
-Vayamos a colocarnos los trajes de baño y vamos.- Dice mientras caminamos y solo puedo seguirla.
De verdad que la seguiría hasta el fin del mundo.
[...]
Debería de cubrirla un poco. Todos los hombres de este lugar; especialmente los que son solteros se la están comiendo con la mirada. Caminamos entre la multitud que hay aquí y es claro que es beneficioso que tengamos acceso VIP, de otra forma aun estaríamos en la fila que hay para entrar. Al parecer estas fiestas son demasiado populares aquí.
-Cariño, ¿por qué no te colocas el pareo que has traído?- Le pregunto al oído.
Ella se detiene en el medio de la gente y me mira. -¿Ves a la gente?- Me pregunta entre risas.
Miro a mí alrededor y me doy cuenta a que se refiere, están todos en traje de baño.
-Sí, pero nadie es tan guapa como tu... y a nadie miran como te miran a ti.- Le respondo y ella me da un beso de esos que me quitan el aire.
-Para que todos sepan que estoy contigo.- Dice sobre mis labios y me hace reír.
Siempre encuentra la manera de convencerme de todo...
Seguimos caminando hasta llegar al DJ. Es un tío bastante joven de cabello oscuro con barba, y ojos oscuros.
-¡Leo!- Le exclama ella mientras el va bajando del pequeño escenario.
-¡Jackie! ¡Mi rubia favorita!- Exclama el y ese comentario no me gusta nada...
Los veo fundirse en un abrazo, y si... esta no era la luna de miel que esperaba...
-Leo, te presento a mi esposo.- Le dice y él se me queda mirando sorprendido.
-¡Pablo Alboran! ¡No lo puedo creer!- Dice y estrechamos nuestras manos.
-Un gusto.- Finjo ser amable.
-El gusto es mío, ¡me encanta tu música!- Me comenta y pretendo sonreír.
-Amor, el es el DJ que prácticamente se encarga de inaugurar todos los clubs nocturnos de aquí. Es el mejor en esto.- Me explica.
-Tu esposa exagera.- Dice entre risas.
-Sabes que no... antes de Pablo tu sabes que la única música que me gustaba era la electrónica; ya sabes... sin letras.- Comenta y la miro sonriente.
-Es verdad, pero parece que todo ha cambiado.- Bromea.
-Bastante, seremos padres.- Le comenta y ahora me doy cuenta que realmente eran solo amigos.
-¡¿Qué?! ¡Felicidades!- Le dice feliz y vuelve a abrazarla.
-Gracias Leo, bueno... estamos aquí con mi esposo celebrando nuestra luna de miel... te dejamos un rato, iremos a bailar.- Le explica y el asiente.
Vamos ubicándonos en un espacio del área reservada del lugar y la tomo por la cintura para movernos juntos. –Estaba a punto de hacerte una escena de celos, pero me di cuenta que solo son amigos.- Le digo al oído y ella ríe.
-Vi tu cara...- Dice entre risas.
-Nunca ha habido nada entre él y yo. Solo una bonita amistad y muchos consejos de música electrónica. Yo solo te amo a ti.- Me dice y me besa.
-Y yo te amo a ti amor.- Le dejo saber mientras seguimos disfrutando de la fiesta.
Que se mueran de envidia todos. Pienso al notar que la siguen mirando.
Es mi esposa... es la madre de mis hijos, y sobre todo; me ama a mí.