Desde hace mucho que Jason no celebraba la navidad, pocas veces hablaba con su familia y aunque quería pasarla acompañado no tenía con quien.
Hasta que consiguió a su nuevo equipo, Bizarro y Artemis no eran precisamente lo que esperaba de unos grandes amigos, pero si eran muy unidos.
Por sugerencia del grandote fue que comenzaron con las decoraciones, su guarida poco a poco fue adquiriendo un estilo más navideño, lleno de luces de colores y adornos, consiguieron un disfraz de santa que usaría el clon, y gorros para los otros dos.
El mismo día de navidad, por la tarde los chicos salieron enfundados en sus disfraces de época, o por lo menos Bizarro ya que Jason solo tenia su gorro y una bufanda roja, llamaban la atención, en especian de los niños ya que el más grande llevaba un gran saco, pero este no tenia regalos ni golosinas, sino que herramientas.
—A molestar para otro lado, no estamos dando nada —les dijo Jason alejando a algunos de los curiosos.
—Solo quieren algo Jason, no seas malo.
—Lo se pero solo traemos herramientas, no hay nada que darles, anda vuela —dijo para lanzarse a los brazos del clon.
Este emprendió el vuelo, los niños que los rabeaban soltaban exclamaciones de asombro, llegaron a su guarida y Artemis no se encontraba.
—Parece que solo seremos los dos —el mercenario lanzo sus cosas a una esquina— dame esas cosas.
—Espera un segundo, sacare las mías —el clon se alejo siendo seguido por un curioso Jason.
—¿En que momento compraste algo? —preguntó curioso intentando ver dentro del saco.
—Cuando comprabas municiones —alzo el vuelo para alejarse, sacando sus cosas del saco le lanzo el resto al chico— después sabrás.
Por el resto del día hasta casi la madrugada Jason se la paso limpiando su equipamiento, cada tanto veía hacia afuera como la nieve se acumulaba, en momentos así recordaba cuando estaba en busca de un lugar caliente donde dormir dentro de su vieja casa, cando solo era un niño ignorado por sus padres.
De repente sintió como el clon lo abrazaba por la espalda, brindándole calor, se sentía cómodo, aunque no lo dijera.
—Feliz navidad Red.
Frente al rosto de Jason había una caja decorada con papel de color y un extravagante moño rojo, estaba sorprendido, desde hace años junto con su partida de la familia Wayne también habían terminado los regalos, pero ahí estaba su grandote intentando hacerlo feliz.
—Te lo agradezco Biz —tomo el obsequio entre sus manos y lo coloco frente a él— pero yo no te he comprado nada.
—No es necesario, haz cuidado mucho de mi —lo libero del agarre y se sentó junto a él frente a la mesa— anda ábrelo.
Cual niño pequeño Jason se deshizo de la decoración, abrió la caja y saco lo que había en su interior, una chamarra y dos pares de guantes de cuero como los que le gustaban, un regalo sencillo pero de su total gusto.
—Gracia Biz.
Le dio un abrazo al más grande, después de mucho tiempo aquella era una de sus mejores navidades.