Una semana era lo que Bill tuvo que guardar reposo, después de su paliza que le propino el castaño ambos regresaron juntos escuchando las constantes quejas del rubio y no fue hasta que en un descuido este cayo por una bajada al ser arrollado por un grupo de niños que paseaba en sus bicicletas, como si no le faltaran motivos para odiar a los niños.
Y como castigo para la inmadurez de ambos, Dipper debía cuidarlo hasta que se recuperara y no hubiese tardado tanto de no ser porque le dejo caer en varias ocasiones de las escaleras justificándose que fue solo un accidente aun así el rubio no considero que fue una mala semana ya que el demonio con forma de dorito no lo había molestado en sus sueños.
Para los Chiper se había vuelto una costumbre que los gemelos Pines durmieran en la cabaña, siendo Mabel la que se adueñara de la habitación de Will enviándolo a dormir junto con su hermano a la recamara de Bill.
Esa noche Will salió para terminar un proyecto final del cual dependían sus vacaciones, quedando a solas el par problemático.
Bill se despertó para ir por un poco de agua y escuchando la voz de Dipper y alguien más pensó que sería su hermano que llego muy tarde pero descarto la idea cuando escucho pequeños sollozos y un golpe.
— No me molestes más —decía de rodillas sobre la alfombra tratando de controlar su llanto, no entendía porque le estaba pasando eso, se estremeció cuando sintió una mano en su hombro haciéndolo reaccionar de manera defensiva
— Hey, calmante, solo soy yo ves —se alumbró la cara con una linterna— ¿Que te sucede?
— Nada — Bill lo había sujetado de las muñecas y lo había tirado sobre el sofá
— Tu cara me dice todo lo contrario niño
— Suéltame
— Lo haré cuando me digas que sucede
No quería hablar, no en ese momento, su voz apenas y salia, no lo soportaba tenía unas inmensas ganas de llorar
Y lo hizo
Bill automáticamente lo soltó mientras que este se cubría la cara no quería que lo vieran llorar, no le gustaba que lo vieran tan vulnerables, tan débil, tan solo. No le quedo de otra mas que atraparlo entre sus brazos y juntarlo lo más que podía a su pecho sin llegar a lastimarlo, quería hacerlo sentir protegido y seguro.
— No sé exactamente que paso, pero para que estés en ese estado debió ser muy malo
— No le digas .... Por favor
Sabia a quien se refería, solo asintió y continúo abrazándolo transfiriéndole aunque sea algo de su calidez pues él se encontraba helado.
∆∆∆
El rubio después de una media hora, por levantarse a la cocina y traer, aunque fuera una merienda y calmar el apetito que tenía— Iré a la cocina ya regreso
— Fue una pesadilla, no diré mas
—... —después de eso volteo a ver rápidamente a Dipper, estaba sentado en el sofá abrazando sus piernas— Entiendo
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— ¿Qué es eso?
— Son galletas tonto y algo de leche tibia, es buena para conciliar el sueño
— Ya lo sé —respondió de mala gana
— Y mas te vale comer o hare que te las tragues
— ha ha ha —rio sarcástico
— Pues ríete lo que quieras, pero no estoy mintiendo
Bill ni siquiera sintió cuando Dipper le arrebato el plato con las galletas, iba a alegar por eso, pero vio que ya estaba un poco más tranquilo y solo lo dejo ser.
Unas horas más tarde Dipper había caído rendido por el sueño dejando a su compañero viendo solo la televisión tenía sueño, sí, pero decidió permanecer despierto por si algo pasaba, se maldijo internamente porque actuaba tan sobreprotector con él, mando al diablo a todos sus pensamientos y apago el televisor
Velaría por sus sueños toda la noche
Sus párpados comenzaban a abrirse dando paso a la claridad del sol para su mala suerte recordó todo lo que había pasado durante la noche. Su cara se puso roja de recordar como Bill lo abrazaba y atraía a su pecho con algo de fuerza.
Vergüenza.
Eso era lo que sentía en esos momentos, se levantó del sofá dirigiéndose hacia la cocina para desayunar algo, pero ahí estaba el.
— Buenos días, Pino —estaba comiendo de un cereal junto a su hermana— Siéntate nadie te va a morder, pequeño Pino
— Si Dip, desayuna con nosotros, Bill encontró este cereal debajo del sofá y esta delicioso
Con la misma que entro salió del lugar casi huyendo, no por el cereal con origen extraño sino porque no podía ver al rubio a la cara, se sentía extraño.
∆∆∆
3 días
A tres días de navidad, Dipper no había hecho más que evitar a Bill, haciéndole pensar que ahora de verdad lo odiaba.
— Ya me disculpé con él por lo de decorarlo y por las demás bromas, que más quiere de mí ¿qué le proponga matrimonio? — su consejera y amiga Mabel, no hacía más que escuchar todos sus lamentos para ver si podía ayudarlo o no— Tu hermano es más complicado que una chica —y termino estampando la cara contra la mesa rendido
— Quizás solo necesite tiempo para él —estaba dispuesta a darle un pequeño empujón— Así es el, ya verás como todo se resuelve, además, suena bastante tentadora la propuesta de matrimonio
— No es gracioso —sabía que rumbo tomaría la conversación así que decidió ir al baño para irse después — Ya regreso
∆∆∆
Estaba algo incomodo en la situación a la que había llegado. Entro al baño, término sus necesidades y salió dispuesto a lavar sus manos ya que los lavamanos estaban fuera del baño, pero un conocido que se encontró ahí quiso saludarlo, estaba a punto de chocar las cinco hasta que recordó la situación.
— ¿Que sucede? Te crees más superior como para no darme esa mano —dijo ofendido
— Bueno, acabo de salir del baño
— Aja
— No he lavado mis manos
— Si
— Por lo que no puedo saludarte
— ¿Y por qué?
—¡¡Joder!! Tengo pito en las manos —estaba que estallaba entre vergüenza e ira ese tipo si que era lento pensó
Ya fuera Mabel lo noto molesto— ¿Y cómo te fue? Viste algo divertido
— No pienso decir nada