Se encontraba aun nerviosa y asustada por todo lo que había dejado atrás antes de tomar la desición de buscar a su amiga Bonnie. Aun se movía en el asiento pegado a la ventanilla del avión mordiéndose las uñas deseando no tener las ganas de sangre por el momento. Para poder alimentarse en el camino había cargado consigo algunos blíster de sangre perfectamente guardada en su neceser. No supo la manera en la que lo hizo pero no deseaba tener que controlar esa ansia junto con su temor indescriptible a las alturas.
Miró su celular descubriendo que había tenido cinco llamadas perdidas de su madre quien seguramente estaría mas que preocupada por su desaparción repentina. No podía decirle su ubicación o de lo contrario echaría a perder la misión que ella misma se había adjudicado. Sacaba un cepillo para entretenerse peinando su cabello rubio mirando hacia la ventanilla del avión.
-Todo se ve grandioso desde aquí, las personas parecen hormiguitas.- Sonreía con nerviosismo mientras que terminando su labor , guardaba perfectamente el accesorio en su bolso escuchando al capitán que solo faltaban algunos minutos para aterrizar.
-Con un poco de tiempo ire al concierto de Coldplay si me doy prisa, solo espero que Bonnie este viva para acompañarme- Rodaba los ojos tratando de serenarse mientras que ponía especial atención en todos los atractivos turísticos de la gran ciudad. Miraba la torre del reloj que majesutoso daba la hora exacta de llegada a Londres. Eran las 10:00 am, contando que había decidido ir al aeropuerto de Richmond un dia anterior, asi que llegaría con algo de tiempo para iniciar su búsqueda.
-La torre de Isabel, creo que es mas hermosa que en los libros de historia, me pregunto si dejaran subir hasta ese punto… ¡Dahh! Soy vampiro, claro que puedo- Rodaba los ojos siendo sarcástica con ella misma y al cabo de media hora el capitán indicaba que faltaba poco para que el avión se detuviera.
El trayecto no fue fácil para Caroline Forbes contando con que vivía en un pequeño pueblo donde las costumbres eran un tanto conservadores, una madre dedicada a su trabajo y una vida de chica popular que la hacía tener obligaciones de "verse bien" para todos los eventos. Desde que se había convertido en vampiro gracias a Katherine Pierce no la había llevado fácil; pues siempre había sido impulsiva, neurótica, desesperada y parlanchina, asi que sumado al vampirismo, esas mismas se intensificaban al doble. Afortunadamente siempre tuvo el apoyo de Stefan a quien le llamaba "su mentor" en el arte de beber sangre sin perder el control, contaba con sus amigas Elena y Bonnie para poder sobrellevar su nuevo estilo de vida.
"Aerointernacional agradece su preferencia, les recordamos que no se deben levantar a menos que el avión este completamente detenido, las azafatas les indicaran el punto de salida asi como también el lugar para poder recoger sus pertenencias y pasar por el control aduanal. Bienvenidos a Londres, esperemos que su estadía sea placentera".
-Claro, si como no, olvidaron poner aspirinas o analgésicos par los mareos- Suspiraba un poco- Bueno, no tenían contemplado con que algun pasajero fuera vampiro ya entendí- Se decía asi misma notando que el avión se detenía en su totalidad para disponerse a salir e ir a tomar la fila correspondiente para la revisión de su equipaje.
Al bajar a tierra respiraba el aire, y a pesar de que estuviera muerta podía imaginarse la sensación que esto tendría si viniera en plan de pasarla bien como viaje de fin de cursos. Sonreía un poco mas tomando su bolso dirigiéndose al interior del aeropuerto internacional que estaba algo abarrotado por las llegadas. Vestía ese dia una falda de mezclilla y una camiseta de color rosado con una mascada violeta acentuando su blanquecina piel . Sus botas altas delineaban sus piernas haciéndola lucir como siempre, totalmente sexy.
El teléfono volvía a sonar por octava vez en todo el viaje, sabía que no podía dejar mas tiempo de engañar a su madre quien insistente le marcaba para por lo menos saber que se encontraba en perfecto estado. Ella rodando los ojos tomaba la llamada para contestar.
-Si mama, estoy bien, no estoy secuestrada, ni muerta.. bueno.. muerta ya estoy claro está pero no muerta muerta.. si me explico?-
-Caroline Forbes dime donde rayos estas niña idiota, hicimos una búsqueda por tu culpa y tan solo se te ocurre decir esas tonterías?, ¡donde estas!- Liz sonaba exasperada, enojada y bastante alarmada pues su voz se notaba con algunas lagrimas de por medio que había derramado. Caroline se apartaba el celular del oído imaginándose los gritos que estaría dando por su desaparición. Aunque no pudiese sentir el aturdimiento por lo menos lo recordaba cuando estaba viva.
-Bien, esta bien, te lo diré pero no quiero que vengas a buscarme mamá, esto es de vida o muerte- Ella hacía una pausa, no deseaba dar parte a la policía sobre la desaparición de su amiga. Anteriormente había escuchado una conversación cuando había llamado a Elena un par de días atrás. -Vine a buscar a Bonnie, estoy en, bueno solo quiero decirte que estaré bien, creo que es momento de que comiences a tenerme confianza y si te digo que regresaré sana y salva a Mystic Falls es que así lo haré.
-Dime donde estas Caroline no estoy bromeando- Indicaba Liz todavía molesta.
-No te lo diré, esto califica como "emergencia vampirica", si me explico?, solo quiero que sepas que no hay que dar parte al consejo, los que tienen a Bonnie son vampiros, y no se si licántropos estén participando en esto asi que por eso decidi venir sola- Ella respondía con carácter firme dejando de lado la dulzura que la caracterizaba mientras tanto entraba al aeropuerto a dejar su documentación que curiosamente le había dejado lista su papá antes de morir por un viaje que deseaba hacer terminando el curso en preparatoria.
-Debiste llamar a Stefan para que se hiciera cargo Caroline, ¿Qué puedes hacer tu sola?, solo esperar a que te claven una estaca y no estoy deacuerdo con eso, por lo menos déjame ir a tu busca para hacer esto juntas- Ella comenzaba a llorar haciendo que la rubia se sintiera algo culpable por tomar las riendas de forma independiente; suspiró un poco para poder hablar con un tono mas tranquilo.
-Mamá, confía en mí, es lo único que te pido, si pasa algo se cuidarme sola, ya no soy tan neófita ni primeriza para no saber defenderme, además Stefan me entrenó demasiado bien, ¿Recuerdas cuando Damon estaba a punto de matar a papá?, bueno este es el caso parecido- la joven rubia le respondía para poder calmar a su madre escuchando un hondo suspiro solamente. -En serio, solo te pido un par de días, bueno que sean tres, si no encuentro nada te prometo regresar ¿Quedo claro?-
-Pero hija..
-Nada, tu quédate tranquila que yo me haré cargo, además le llamaré a Elena para que vengan a buscarme, no estaré del todo sola si a eso te refieres, te quiero mamá, te llamo en una hora- Caroline por fin colgaba la llamada para poder terminar los tramites aduanales que tenía pendientes; aunque estos se redujeran a la hipnosis para poder acelerar todo el papeleo. Dio un largo suspiro, sacó su maquillaje compacto y su labial disponiéndose a darse una retocada facial para después sonreír como si nada hubiera pasado.
-Bien , Caroline Forbes lista para salvar el día- Erguía su cuerpo para después caminar haciendo sonar los tacones de sus botas altas contoneándose un poco no dejando de lado la coquetería tan característica en ella.
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Mientras tanto en Mystic Falls las cosas iban de manera tranquila, todos los habitantes continuaban con sus trabajos normales, la escuela y la vida cotidiana que aparentaba tranquilidad a cualquiera que los viera por fuera. Hermione se levantó temprano aquella mañana observando que el cuervo que la había acompañado en la velada ahora no estaba; se encogió los hombros un poco dirigiéndose a la bañera para poder tomar una ducha rápida y encaminarse posteriormente a la comisaría.
Había aceptado el trabajo de encargada de investigación criminal; puesto que le había conseguido Kingsley moviendo sus influencias en el ministerio de magia para hacer su transferencia mas sencilla. Necesitaba estar cerca de la acción y conocer los antecedentes de los ataques de los vampiros para estar familiarizada con la forma de desplazarse del enemigo.
Terminando de bañarse se coloco un pantalón de vestir que delineaba sus curvas en color negro y un saco del mismo tono. Salió pensando en desayunar algo por el camino cogiendo las llaves del automóvil para salir del apartamento enseguida. Su varita estaba bien colocada en el bolso con el respectivo conjuro de vinculación para evitar que alguien fuera a hurtarla, su celular encendido todo el tiempo por si recibía la llamada de algun integrante del ministerio y su cabello perfectamente suelto le daban el toque de "armada y peligrosa".
El trayecto fue fácil, tan solo le había tomado menos de diez minutos estar en las oficinas de la comisaría, se había comprado un sándwich de queso de cabra en uno de los restaurantes y un jugo de naranja que dejaba a medio terminar para comenzar sus labores del dia. Se adentró al lugar observando a los miembros de la policía ir y venir entregando reportes, multas y cualquier otro desperfecto que hubiera en la ciudad.
Mas al fondo se encontraba la sheriff Forbes quien tenía un semblante de preocupación por algo reciente. Hermione abrió dando una sonrisa de cortesía y la mujer de mediana edad le devolvía la misma haciendo un gesto de que podía pasar.
-Hola que tal, soy Herm… Helen Grand, quizá no me conozca pero ayer tuve mi primera reunión con el miembro de consejo de fundadores- Ella le tendía la mano misma que Liz correspondía sin dudarlo, aunque su estado de ánimo era algo deprimente.
-Sucede algo?- Preguntaba la castaña cruzando una pierna y prestando la atención debida.
-No, no es nada, es solo que bueno, problemas familiares pero bienvenida, soy Elizabeth Forbes, y perdón por no estar presente en la reunión pero había mucho trabajo por aquí- Ella hacía una pausa para poder tomar dos tazas de café y ofrecerle una a la visitante. Hermione observó que la mujer había llorado, quizá los problemas familiares de los que hablaba eran de lo más intensos.
-Comprendo, y considero que su trabajo debe ser muy agotador, con toda esa presión sobre los… bueno, no se si pueda decirlo en voz alta.-
-Adelante Helen puedes hacerlo aquí nadie nos escucha.
-Vampiros- Indicaba la castaña. -Ha sabido algo sobre la desaparición de Bonnie Bennet?, perdón mi intromisión pero como alumna del profesor Rudy me veo comprometida moralmente a involucrarme, a pesar de que no la conocí claro está- Mencionaba la chica con la esperanza de que la Sheriff estuviera al tanto.
-Solo sabemos que precisamente uno de ellos se la llevó de aquí- Liz todavía pensaba en la llamada que le había hecho a su hija, le mencionó que sabía donde encontrarla pero que no involucrara a más personas por temor a que hubiesen mas heridos o muertos; tan solo suspiró un poco y volteó a ver a la joven con acento británico para sonreírle. -Hemos tratado por mucho tiempo de contenerlos y al parecer salen como ratas de cloaca- Chasqueaba la lengua dando otro suspiro. -Me dijeron que estuviste brillante en la reunión Helen, me alegro que te tengamos en el equipo.
-Gracias Elizabeth-
-Llámame Liz.
-Esta bien, gracias Liz por tu confianza, por cierto, ¿Dónde queda mi lugar de trabajo?- Ambas se levantaban mientras que la sheriff le indicaba la dirección a donde irían para instalarse en su nueva oficina. Antes de salir un chico de cabellos color chocolate y bonitos ojos entraba en el lugar abriendo la boca al contemplar que la acompañante de la madre de Caroline era una hermosa joven castaña con rostro angelical.
-Hola… señora Forbes, vine por…-
-Oh cierto- Liz se dirigía a Hermione para presentar al chico. -Este es Jeremy Gilbert, se trabajara medio tiempo como tu asistente, asi que todo lo que necesites, orientación sobre el pueblo o cualquier cosa con su historia el te puede orientar.
El joven de cabello achocolatado miraba a Hermione atónito, le había cautivado su sonrisa y su forma cálida de mirarlo, se imaginaba a su tía Jenna o a su misma hermana en muchos aspectos, pero esta vez solo balbuceaba un poco al contemplarla. La castaña por su parte le tendía la mano sonriendo como era su costumbre.
-Hola Jeremy, mucho gusto en conocerte, soy Helen Grand, encargada de investigación de criminalística en el pueblo- Ella se apresuraba a decir mientras el como un reverendo tonto solo esbozaba una sonrisa.
-El .. gusto es mio.. Señorita Grand, lo que necesite estoy a sus ordenes, creame en verdad lo digo.-
-Llamame Helen, ¿Me veo mayor?-
-No, claro que no.. de hecho te ves muy bien, digo… no pareces una señora, em.. perdón señora Forbes no quice.. Ay dios.. -
-Calma Jeremy, todo esta bien- Le indicaba Elizabeth arqueando ambas cejas al mirar al chico ta entusiasmado con la recién llegada
-Bien Helen, entonces tu nuevo asistente te ayudara con la instalación en tu nueva oficina, y cualquier cosa que necesites solo estoy a unas cuantas de distancia- Le comentaba la sheriff saliendo del lugar mientras que el chico sin pensarlo le mostraba a la castaña el sitio donde trabajaría.
Jeremy Gilbert siempre se caracterizó por tener una mente desubicada, siempre preguntándose sobre lo que deseaba mas en la vida, pero al descubrir que trabajaría para una mujer hermosa aquellas dudas se evaporaban convirtiéndose en un caso de "romance adolescente". Hermione en cambio se dirigía junto a el para ver la ubicación de lo que sería su sitio de labores.
En ese instante salían del despacho de la Sheriff para disponerlo todo; las cajas con la nueva computadora, los archiveros estaban a su disposición para comenzar a reordenar el trabajo. El joven Gilbert estaba extasiado pensando la forma de acomodar cada cosa en su lugar para quedar bien con su nueva y hermosa jefa; no dejaba de mirarla, se preguntaba como una chica tan bella podía estar residiendo en Mystic Falls sintiéndose afortunado de colaborar.
Un hombre de cabello negro, piel caucásica y ojos azules celestes grandes esperaba en la puerta mientras que los dos llegaban. Hermione rodó sus ojos en señal de fastidio y el joven Gilbert mostraba una actitud defensiva; Damon Salvatore no era precisamente su persona favorita en todo el pueblo, asi que se colocó frente a Hermione topándose con aquel individuo de frente.
-Veo que ya te instalaste señorita Grand, me tomé el atrevimiento de mandar comprar el mejor mobiliario para que pudieras trabajar como se debe- Mencionaba el arqueando la ceja con una sonrisa recargándose en el marco de la puerta de la nueva oficina de la castaña. En cambio ella lo miraba en forma indiferente y retadora mientras que Jeremy comenzaba a enfurecerse como todo adolescente macho.
-No es necesario tener mobiliario ostentoso señor … Salvatore, ¿Lo dije bien?, bueno… creo que es considerado de su parte pero creo que tengo lo que necesito aquí como por ejemplo una excelente colaboración en este caballerito andante- Miraba con dulzura al joven Gilbert haciendo que éste se ruborizara un poco sintiéndose literalmente un protector d armadura de acero. Damon al observar aquella escena sintió una punzada, pues aquella gentileza debía pertenecerle solo a él y a nadie más.
-Pero insisto, lo mejor de lo mejor para nuestras visitas europeas, por cierto, tengo reservaciones para el Grill esta noche, me gustaría no se… que platicaramos punto por punto lo que conversamos en… la reunión pasada- Comentaba Damon haciendo referencia al consejo de fundadores; un excelente pretexto para poder intimar un poco mas con aquel rostro de angel británico,
-Lamento declinar su oferta señor Salvatore, pero para eso tendremos una minuta el dia de mañana, asi que considero innecesaria una cena privada con usted, además ya tengo quien me lleve a conocer el pueblo.. ¿No es asi Jeremy?- Ella comentaba sin apartarle la mirada.
-Claro Helen, no necesitas a nadie más- El chico miraba a Damon con desafío mientras que éste sentía ganas de romperle el cuello por segunda vez, pues la presencia del hermanito de Elena comenzaba a parecerle irritante.
-Comenzamos con el pie izquierdo, no me gustaría que te llevaras una mala impresión de mi, no soy tan cabron.. en serio, solo tengo la pinta- El vampiro pelinegro hacia gestos galantes pero la castaña tan solo se limitaba a entrar a su oficina para ver el sitio donde trabajaría.
-Eso también es irrelevante para mi señor Salvatore, su vida privada y personal no son de mi incumbencia, asi que—Ella se colocaba frente a el sosteniendo la puerta no sin antes dejar que Jeremy pasara como era debido. -Tengo trabajo que hacer, si me disculpa dare por terminada esta conversación.
-Helen, en serio que me interesa conocerte..- El se apresuraba a decir pero un molesto Jeremy Gilbert sostenía la puerta dirigiéndole una mirada asesina.
-Ha dicho que no Damon, buenas tardes- El chico sonreía mientras que el pelinegro lo observaba con furia buscando la manera de hacerlo sufrir para después. En ese instante el joven de cabello chocolate le cerraba la puerta en la cara dejándolo con un palmo de narices.
El orgullo del hermano mayor Salvatore estaba herido, se encontraba furioso tanto por el rechazo de la castaña y el intento de héroe mediocre del hermanito de Elena. Respiró profundamente para evitar romper la puerta como era su costumbre, romper el cuello del jovencito e hipnotizar a Hermione para que accediera a pasar la noche con el. Pero no, como clásico vampiro le gustaba la cacería, asi que encontraría mas divertido que por su cuenta le rogara una noche con el.. Esto no se quedaría asi.
Caroline había llegado sin problemas a su hotel cerca del centro de la ciudad de Londres, tomó una ducha larga en su tina de burbujas jugueteando un poco con sus manos y pensando en el lugar posible donde Bonnie su amiga estuviera capturada. Se enjabonaba el cuerpo para poder relajarse un poco tarareando una canción que había escuchado en el trayecto del aereopuerto hasta el hotel mirando hacia el techo que le parecía esplendoroso.
Al cabo de unos minutos sintió la necesidad de sangre, asi que salió de la tina para observar su bolsa de equipaje donde guardaba los blíster que le servirían de alimento. Cuando los abrió observo claramente que todos estaban vacíos, sacaba cada bolsa desesperada como si se le hubiera olvidado un objeto haciendo una rabieta como ella sola sabía hacerlo.
-Carajo!, no no no, Caroline, no entres en pánico.., piensa- Ella respiraba hondo para poder tranquilizarse.- …Piensa, ok, veamos, si voy a un hospital no puedo robarla, no se como se maneje la seguridad en Londres y .. podría matar a alguien en el camino, además ¿Dónde queda el hospital mas cercano?- La rubia deseaba tener las respuestas pero lo único que sabia era que su amiga necesitaba ayuda, ya que en su pueblo natal no se había preparado con un mapa o ubicaciones de los lugares donde pudiera abastecerse.
Caminaba de un lado a otro con una bata de algodón rosado y los pies descalsos, el cabello húmedo y los nervios de punta como era su costumbre. Tampoco contaba con algo de licor para calmar la ansiedad asi que recordó que tenía algunas frituras que había adquirido en el expendio de comida chatarra del aeropuerto dando gracias al vampirismo "no engordar" gracias a eso.
-Animales, si, eso debe ser, solo tengo que ir a un bosque y cazar alguno aunque- Ella hacia una mueca de tristeza. -No podría matar a un tierno y lindo conejito- Se sentaba en la cama algo consternada. -Me recuerda al peluche que me regaló Tyler por nuestro anivesario de novios. ¡Rayos!- En ese instante sintió que la sed quemaba su garganta deseando que algun empleado de servicio a la habitación llegara para poder drenarlo hasta la ultima gota; esa era su verdadera naturaleza por mas que tratara de luchar contra ella.
Se vistió de una manera rápida con tan solo unos pantalones ajustados, una blusa de tirantes de color morado y se colocaba como siempre el maquillaje básico respectivo que tendría buena pinta en la noche. No tuvo tiempo de secarse el cabello asi que solo lo peinó como pudo para disponerse a salir de su habitación. Bajó las escaleras y evitó mirar a la empleada recepcionista para no caer en la tentación dejándole la llave respectiva.
Caminaba con las bolsas del pantalón por la calle principal de la ciudad restándole importancia a los edificios iluminados, la arquitectura clásica de Londres y algunos atractivos turísticos que se miraban majestuosos; la sed de sangre era mas fuerte que otra cosa. Sus pasos eran mas apresurados y agigantados hasta que en algun momento un hombre que vio su caminar sensual y provocativo no le apartaba la mirada de encima.
-Hola preciosa, que hace una linda muñeca como tu tan sola- Aquel individuo rondaba los cuarenta años y al parecer le gustaban las jovencitas adolescentes. Ella entre tanto se detenía, pues esto podría significar alimentarse de una buena vez para poder salir a divertirse un rato o quizá comenzar con la búsqueda de su amiga Bonnie.
- En serio.. no me interesa, creo que el bar "pervertidas para tu placer" esta a unas cuantas cuadras- Ella continuaba su camino pero aquel hombre no se daba por vencido, asi que la tomaba de la muñeca con algo de fuerza mientras ella volvía a sentir la venosidad en sus ojos, se tornaban negros y sus colmillos comenzaban a retraerse.
-Pasaremos un buen rato preciosa, prometo no ser rudo.
-Tu no.. pero yo si.- Caroline tomaba del cuello al tipo estampándolo a la pared con su actitud de vampiresa asesina. El hombre tan solo la observaba con bastante miedo sintiendo que aquel mounstro que lo estaba sometiendo cada vez cobraba mas fuerza y lo mataría en cualquier momento.
-Escuchame pedazo de imbecil pederasta, no tengo tiempo para tus tonterías, debes saber que no me he alimentado bien al grado de volverme una Vampira anoréxica asi que si me sigues cabreando tendré que desquitarme por no comer como se debe- Ella hacia un sonido gutural prestando atención en aquella vena carótida que palpitaba de miedo con ese contacto en la yugular. El hombre estaba aterrado, sintió que el haber salido de su casa había sido un completo error conduciédose a si mismo a la muerte segura.
-Pero no… soy una vampira responsable y tengo control de mi misma, además no creo que tu sangre tenga un buen sabor, apuesto que te alimentas con comida chatarra y licor barato de los pubs- Caroline respiraba hondo para mirarlo fijamente.
-No recordarás nada, te irás a tu casa y le diras a tu esposa que te dedicas a perseguir jovencitas a altas horas de la noche, y si… le pediras que te de una patada en los testículos- El hombre se quedaba con expresión taciturna tan solo sonriendo y caminando tranquilamente hacia su vivienda. La rubia sonreía para si misma dando un gran salto de satisfacción, pues se encontraba feliz al lograr tener el autocontrol suficiente para no asesinar.
-Soy Caroline Forbes, la reina del autocontrol, si señor, ¡Quien dijo que no se puede!, Oh Stefan si pudieras verme en este momento te sentirías orgulloso- Ella se transportaba un poco mas rápido a las afueras de la ciudad en busca de algun animal para poder cazarlo.
Se trasladaba a velocidad sorprendente hasta llegar a un bosque que quedaba a los limites de la carretera saliendo de la ciudad. La noche debía ser fría puesto que había algo de niebla espesa en el lugar pero no le importaba, nadie podría asesinarla a menos que se tratara de un cazavampiros o un hombre lobo circulando por ese sitio. Caminaba un poco adentrándose por el bosque oscuro y siniestro experimentando algo de temor por la penumbra, pero eso no la detenía.
Sintió el olor de sangre fresca, una que acababa de salir del cuerpo de un animal herido, podría perscibirlo, sus venas volvían a salir un poco de sus ojos dirigiéndose hacia ese punto abriéndose paso por la maleza y los arboles que le obstruían llegar a su destino. No le importaba dañar su ropa o calzado con tal de alimentarse, así que interceptando el aroma pudo obtener la ubicación de un ciervo que se encontraba tirado en el pasto con la respiración lenta y pausada. Pero no estaba solo, alguien más lo estaba devorando; Caroline podía sentir la presencia de otro ser que se alimentaba del mismo animal.
Se acercó lo suficiente para darse cuenta de que había otro vampiro en ese bosque, ella abría los ojos un poco mas frotándoselos con los puños observando claramente un cuerpo masculino completamente desnudo, ensangrentado y sucio de un chupasangre que se daba un festín con ese ciervo. La rubia daba un paso haciendo crujir un trozo de madera provocando con esto que el instinto del depredador se pusiera en alerta.
Ella miraba un par de ojos amarillentos que volteaban desesperadamente a todos los rincones del lugar hasta el momento de interceptarla. -Oh por dios un hombre lobo, debo salir de aquí.- Ella intentaba correr pero sintió que el otro sobrenatural le seguía el paso a toda velocidad, mientras ella corriera mas rápido el otro lo hacía de forma impresionante.
-Maldita sea- Solo ella comentaba entre jadeos cansados escuchando claramente el gruñir de aquel licántropo que se acercaba cada vez mas a su presencia, y a pesar que doblaba algunas esquinas o intentaba camuflarse con el ambiente sencillamente el otro depredador era lo bastante rápido para seguirle la pista.
La chica rubia se tropezó con una raíz que se encontraba salida callendo al piso y al mismo tiempo el licantrpo llegaba a su encuentro. Ella deseaba recuperarse pero sabía que no tendría escapatoria a menos que intentara enfrentarse al otro sobrenatural arriesgándose a una mordida. Tirada en el piso y con la mirada preocupada observaba el cuerpo desnudo de ese que parecía tener las cualidades de un lobo, lo miró completamente dejando de lado la musculatura, la piel bronceada y el mentón fuerte de aquel hombre para concentrarse en la manera de salvarse.
-Un… hibrido.- Caroline sintió que el depredador se lanzaba sobre ella para tomarla de ambas manos mostrando sus fauces llenas de veneno para vampiro; sus ojos amarillentos la miraban con deseo, con ganas de aniquilar a su nueva prese mientras ella respiraba un poco.
-No Klaus… soy yo.. Caroline, Caroline Forbes- Ella intentara que el recordara algo pero la bestia ahora la tenía sometida. - Klaus… porfavor.. no lo hagas..- Ella comenzaba a llorar mientras que en ese momento el hibrido dejaba la fuerza para poder levantarse poco a poco para mirarla como si no la conociera. Entre tanto la rubia se frotaba el cuello pasando saliva con dificultad para observar al vampiro original parado, su imponente figura, su desnudez mezclada con la sangre del ciervo era un cuadro maravilloso a los ojos de cualquiera que no estuviera en peligro.
-Klaus… que… haces aquí- El hombre se acuclillaba para verla con detenimiento arqueando una ceja relamiéndose el resto de sangre de la presa que había cazado. Acarició la mejilla de la chica con sutileza y le sonrió como si nada hubiera pasado.
-¿Cómo me… llamaste?-
La rubia abrió los ojos un poco mas poniéndose de pie para dar crédito a la pregunta que le había hecho. Se sacudía las ropas y observaba al vampiro original con inquisitez, pues algo en el había cambiado radicalmente. -No recuerdas tu nombre?, Tu eres NiKlaus Mikealson, el vampiro original, si si, quisiste conquistar el mundo vampirico bla bla bla.. ¿No recuerdas nada?-
-No… -
-Que quieres decir con… "no"?-
El vampiro hibrido se levantaba con cuidado sin importar que la joven lo mirara desnudo, pero ella se volteaba un poco a la derecha para evitar ver esa parte que definitivamente llamaría la atención de cualquier chica; pues aquel joven estaba muy bien dotado en cuanto a masculinidad se refería.
-Se qué soy… pero no se quien… soy- El rizado rubio miraba inocentemente a la chica que al parecer lo conocía a la perfección. Mientras tanto la señorita Mystic Falls volvía a mirarlo sorprendida, no podía creer que el vampiro mas temido de los originales hubiese perdido … la memoria.