Los días en casa no eran muy buenos, deseaba no pensar en ellos.
Esa misma noche regresé a mi cama temprano a descansar y soñar con mi príncipe, algo gracioso en realidad.
Durante el día descubrí que mi madre había salido con mi padre debido a que era su día de descanso. A veces era los domingos, otras veces era entre semana.
Mis padres volvieron cansados y agotados que inmediatamente decidieron irse a descansar. Yo cené algo ligero, los saludé, hablé un poco con ellos y me fui a mi habitación.
Cerré mis ojos y pensé en todas aquellas dudas que tenía durante el tiempo en el que lo había conocido. Mi oportunidad de saber más de Freddie Mercury era cada vez más emocionante. No iba a desaprovecharla por nada del mundo.