El tintineo de los cubiertos contra los platos, la plática diaria de los chicos, risas, saludos y el sonido de los autos en las calles llenaba el cuarto. Ya habíamos terminado nuestras comidas, no quedaba más que conversar. Mi amiga se remueve en su asiento, girando para mirarme al rostro, y comienza con una simple pregunta.
- ¿Te enteraste de lo de XXXX? –mis ojos encuentran su rostro, solo para tornar mi atención a ese pequeño mechón mal acomodado de cabello.
- ¿XXXX? ¿Te refieres a... eso? –trago saliva. Claro que lo había escuchado, estuvo en todas las redes sociales. Tomo un poco de agua antes de continuar- Sí, lo escuche. Fue bastante triste, fue mi primer día de trabajo, recuerdo que iba en el bus de camino y cuando entre a ver mis notificaciones en el celular todo estaba lleno de eso. Venía de buen humor, pero... me rompió el alma. No sé, yo lo conocía desde hace tiempo, no era de mis favoritos, pero si fue de mis primeros grupos y... es algo raro saber que simplemente ya no estará.
- ¿Por qué crees que lo hizo? El tipo tenía todo, dinero, reputación, fama, ¡todo! No entiendo porque lo hizo... -Siento la comida removerse en mi estómago, nadie nunca lo entiende - Supuestamente dejo una carta, donde decía por qué ¿tú la leíste?
- Sí, creo que sí. Aunque no es nada seguro que fuera la real, pero si la leí.
- ¿Y que decía?
- Que ya no podía más, que no se sentía bien consigo mismo. Que no era lo suficientemente bueno y que solo quería descansar.
- ¿No era lo suficientemente bueno? ¡Por favor! ¡Si a ese tipo todo mundo lo adoraba y le decía lo bueno que era en todo! Tenía mil canciones y mil conceptos, y estoy segura de que tenía todavía más halagos. Muchos más.
- Las cosas no funcionan así... él tenía depresión...
- ¿Depresión? Todos lo veían como alguien genial, y de nuevo, ¿Cómo puedes tener depresión cuando lo tienes todo? Es algo simplemente tonto.
- No lo es, realmente no lo es. La depresión... no es como todos creen. No es sentirte triste de vez en cuando, no es algo que se pueda resolver de un día a otro. Es mucho más que eso.
- ¿Y tú como sabes?
Siento mi corazón latir fuertemente en mi pecho. No puedo decir la razón verdadera, así que simplemente digo otra verdad, algo mucho más sencillo para mí.
- He conocido a algunas personas con depresión. Lo he visto desde el otro lado de la moneda.
- Y... -escucho la voz de ####, haciendo que %%%% y yo giremos a verlo- ¿Tu que piensas?
- ¿Pensar de que?
- Depresión. Si ya conociste gente, y ya lo has visto del otro lado, ¿por que piensas qué la gente termina así? ¿No es suficiente que todos les digan lo buenos que son? ¿Por qué no escuchan cuando les dicen cosas bonitas?
- Es dificil. No es como te lo pintan en las peliculas o canciones, no solo es sentirse triste un momento, no es solo un hoy no me quiero levantar. Es algo mucho más grande que eso.
- ¿Entonces? -dice ####, mirando unas fotos en su celular- Explicate.
- Imagina que eres un ángel -comienzo-, eres un ángel y vives en el paraíso, junto con todos los demás. Todos tienen sus alas, algunos vuelan más alto que otros, pero aún así, todos vuelan en el mismo plano. Imágina ahora que un día te cortan las alas mientras vuelas, haciendo que empiezes a caer pero, en vez de caer a la tierra y seguir tu vida ahí hasta que te vuelvan a crecer tus alas... imagina que caes a un vacío. A un vacío negro, sin fondo. Es algo parecido a eso, claro, al principio gritas y pataleas y te mueves, intentando llegar a la luz que esta sobre ti, aquella que has abandonado, pero después de un tiempo... simplemente te cansas. Llegan momentos en los que simplemente te preguntas si realmente vale la pena aquella luz. Sí sigues cayendo... inclusive puede que creas que no mereces aquella luz, porque... bueno, ni si quiera eres capaz de alcanzarla. Claro que puedes salir de ahí, pero para ello necesitas la ayuda de otros angeles, gente que aún tiene sus alas, para que pueda llegar hasta ti y subirte de nuevo. Pero... hay algunos para los que es demasiado dificil subir. Todo se ata a ti, creando peso extra, jalandote hacía el olvido. Cualquier pequeño comentario se vuelve un voz gritando detrás de ti. Cada instante se vuelve horas. La energía que antes tenías se transforma en un cansancio que no te deja salir de la cama. ¿Y las palabras amables? Se transforman en pensamientos. Pensamientos de cómo aquellas personas lo hacen solo por lastima, por que saben que nunca serás lo suficientemente bueno. Porque saben, y eso es lo que menos quieres. ¿Porque deberían de ayudar? No vales lo suficiente. Comienzas a pensar en como evitar que los demás te ayuden, porque solo eres una carga más para ellos. Poco a poco tus mismos pensamientos te traicionan y tu... tu solo no sabes que hacer. Quieres ayuda, pero no quieres aprovecharte de los demás. Quieres que alguien extienda su mano, pero tienes miedo que la misma te lastime. Quieres dar señales pero al mismo tiempo te apena el que los demás sepan. Luego la gente comienza a cansarse de intentar halarte, y en tu cabeza, ellos tienen razón ¿Porque halar algo que no vale la pena? ¿Por que ellos-
Me detengo abruptamente y veo a mi alrededor. Los celulares ya no estaban siendo usados, la cafetería estaba casi vacía y todas las miradas en la mesa estaban sobre mí. Miradas impactadas, curiosas y... ¿preocupadas? No, lo que había en sus ojos no era preocupación, era lastima.
Fuerzo una sonrisa y hablo de nuevo.
- Lo siento -digo, riendo nerviosamente-, a veces me voy mucho por las ramas. Creo que me emocione un poco. -masajeo mi cuello un poco, esperando que la tensión se vaya.
Después de unos segundos de un silencio un poco incómodo, escucho la voz de #### una vez más.
- Y... ¿los ayudaron?
- ¿A quiénes? -pregunto algo confusa.
- A tus amigos.
- Oh, si... ellos se encuentran bien, no se preocupen.
Asienten con la cabeza y comienzan a recoger sus cosas para volver al trabajo. Se alejan, probablemente reflexionando en lo que les acababa de decir. Tan pronto se dispersan, suelto el aire que estaba sosteniendo inconcientemente en mi pecho.
Ojala no se hayan dado cuenta, no podría soportar esas miradas por mucho tiempo.