Endemoniadamente Ángeles

By KirstenR0th

1.7K 337 10

"Elimina lo imposible, y lo que quede, aunque sea improbable, será la verdad." Bueno, teniendo en cuenta que... More

Sinopsis
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Segunda parte...

Capítulo 27

36 8 0
By KirstenR0th

--No, levanta tu pierna de la otra manera, tienes que llegar lo más alto posible, y empujar con toda tu fuerza.--empujó mi pie hacia abajo y volvió a doblar sus rodillas, colocándose en posición de ataque.--Con la fuerza que aún no sabes que tienes, Aria.

Así lo hice, tomé una fuerte respiración y levanté mi pierna derecha, anclando la izquierda en el suelo y empujando sobre su pecho a unos pocos centímetros de su garganta. Con toda la fuerza que creía tener, planté mi pie y lo obligué a retroceder impulsándolo con el impactó.

Realmente no esperaba siquiera tambalearlo, y por la expresión de su rostro él tampoco lo esperaba.

--Si. Si, así.--se reincorporó y volvió a acercarse los pasos que lo había alejado.--Lo tienes, hagámoslo un par de veces más.

Y lo repetimos, cada vez alejándolo un poco más lejos, cada vez con más fuerza.

Para cuando terminamos una sonrisa cruzaba mi rostro.

--No estuvo tan mal.

--Guarda la sonrisita, ese fue sólo el comienzo.--se dio la vuelta y me dio la espalda, caminando hacia el extremo más cercano del gigantesco gimnasio, que más bien era como un enorme salón de baloncesto.--Lo volveremos rudo en un momento.

Antes de que pudiese contestarle, llevo sus manos a los extremos de su remera y la sacó por su cabeza, dándome una vista sin restricciones a su tallada espalda. Tenía un tatuaje que parecía como si fuesen las cicatrices de un par de alas que fueron arrancadas, y más abajo, cerca de la costura de sus pantalones, del lado derecho, hacia su aparición un pequeño Ángel enseñando el dedo medio. Casi quise reír si no me hubiese distraído la forma que se contraían sus músculos, y cuando se dio la vuelta, me atrapó mirándolo.

--Yo...--carraspeé--Para ser un demonio, tienes una extraña obsesión por los Ángeles.

--Bueno, me gusta la idea de burlarme de ellos, te encantaría ver su reacción cuando me capturan y mientras me golpean, ven una versión de ellos levantándoles el dedo corazón--una sonrisa de lado surcaba su rostro y esa mirada de suficiencia volvía a aparecer.--Pero mantengamos esto como nuestro secreto, al jefe no le gustaría enterarse.

--¿Qué tienes tatuajes?--por un momento quise pedirle que me dejase tocarlos, pero pateé esa idea lejos.

--Que me capturan.--dijo, y guiño en mi dirección antes de volver a acercarse.

Y entonces imagine las veces que lo habrían golpeado o capturado y me erice de pies a cabeza.

--¿Por qué dejas que te capturen?--despegué mis ojos de su pecho, y humedecí mis labios recobrando la compostura.--¿Estas perdiendo tu toque?

--Créeme, mi toque está intacto.--dijo, y pude saborear la petulancia en el aire.--Pero, ¿dónde está lo divertido si siempre sales ganando y no obtienes un poco de dolor?

--Supongo que prefiero vivir, no sobrevivir.--me encogí de hombros.

--Bueno, tienes un punto, pero para un demonio, cuando eres inmortal no hay supervivencia, ni siquiera vida.--ahora fue su turno de encoger los hombros y lo que vi en sus ojos se me hizo demasiado familiar.

--Las camaras, Owen.--recordé al darme cuenta que habiamos estado hablando como si nada.

--Olvídalas, hay cámaras sí, pero no micrófonos.--pareció pensar algo por un momento y luego volvió a hablar.--Pero sería menos sospechoso si hablamos mientas entrenamos, así que adelante, retomaremos mi pregunta en otro momento.

--¿Menos sospechoso?--fruncí el ceño.--¿Por qué insistes en ocultarles cosas y responderme preguntas a mí?

--Esas preguntas encontrarán respuesta hoy en la noche, ahora concéntrate.--se acercó hasta quedar frente a frente.--Vamos a intentar el ataque más común. Iré hacia ti, intentaré atraparte y tu flexionaras las rodillas para encajar tu cabeza debajo de mi mentón, empujaras hacia arriba y luego patearas en mi pecho, como el ejercicio anterior.

--Está bien.--asentí y me limpie el sudor de las manos en mis leggins.--¿No te lastimare?

--No te preocupes por mí, hazlo.--comenzó a avanzar lentamente hacia mí.--La primera vez lo haremos lento, y ya luego no te diré cuando vaya a ir hacia ti. Tendrás que estar alerta, ¿lista?

--De acuerdo, lo estaré.

--Bien, aquí voy.--en el momento que terminó de decir la última palabra, se abalanzó sobre mí.

Hice lo que me dijo, cuando estuvo lo suficientemente cerca para poder impulsar mi cabeza hacia arriba bajo su mentón, empuje. Con toda mi fuerza, y cuando se tambaleo hacia atrás, fue el momento de lanzar mi pierna. La eleve lo más alto posible, cerca del centro de su pecho.

Mantuve en completa rigidez la pierna que estaba en el suelo, para no perder el equilibrio y flexioné los brazos cerca de mi torso.

Entonces lo vi, en mi mente se comenzó a reproducir como una película lo que Owen haría a continuación.

Con un jadeó en busca de aire, fui expulsada de la abrumadora visión y vi cómo se repetía delante de mí lo que había visto.

Owen intentó atrapar mi pierna que aún continuaba en el aire, pero con una sorprendente velocidad para mí, la baje rápidamente. Luego con la misma agilidad, me agaché, flexionando la pierna derecha, con la izquierda estirada y ambas manos en el suelo, barrí sus pies con una patada sólida.

Aterrizó sobre su espalda y el aire escapó de sus pulmones.

--Lo siento.-dije precipitadamente, acercándome hasta acuclillarme a su lado.--¿Estás bien?

--¿Cómo hiciste eso?--su cara se contraía de confusión.

--Te vi, supe lo que ibas a hacer.--explique abrumada, dejándome caer a su lado.

--¿Rompiste mi bloqueo y leíste mi mente?--se levantó sobre sus codos y mis ojos salieron disparados hasta los músculos de sus brazos.

--No, no.--negué.--Te vi, vi tus movimientos en mi mente antes de que lo hicieras, ¿es eso posible?

Desvío la mirada hacia adelante y se levantó, lo seguí. Camino en silencio hasta donde estaba su remera y volvió a colocársela.

--Terminamos por hoy, vuelve a tu habitación.--dijo de espaldas a mí.

Iba a volver a preguntarle qué era lo que había sucedido, cuando procese las palabras que salieron por su boca.

--¿Yo sola?--me crucé de brazos, casi abrazándome a mí misma.

--El Jefe quiere poner algo de confianza en ti, debido a tu comportamiento y colaboración.--se giró para enfrentarme.--Ahora vete, nos veremos esta noche.

--Pero...--quería saber qué fue lo que vi.

--Esta noche, Aria.--insistió, observándome con intensidad.

Dejé caer los hombros y me volteé hacia la salida.

Camine lejos de él y lejos de un nuevo suceso. Tres hasta ahora y el día aún no acababa.

Caminando por el largo pasillo vacío y silencioso, me permití recordar lo sucedido con Auden. La manera en la que había brillado nunca antes había visto algo así. Vamos, sé que tenía poca experiencia con el tema de las auras, pero ponía las manos al fuego con certeza absoluta de que eso no fue un aura.

Las auras tenían colores, nunca eran sólo un resplandor blanco y tampoco provocaban que te quisieras acercar a ellas.

Por lo general, y en las pocas veces que las había visto, sólo lograban inquietarme.

Pero con Auden no fue así.

Además, no podía tratarse de un aura si los demonios no tenían alma. Y según él yo había irradiado el mismo fulgor.

Yo si tenía alma.

Esto era realmente extraño.

Entonces recordé cuando Owen me dijo que él si podía ver las auras. El era demonio.

Aunque podía tratarse de que, según la historia que me había contado, él no fuera un demonio en sí.

Como Colín.

Intentaba entender una cosa y se me desacomodaba todo lo demás.

Esto era realmente extraño.

¿Por qué ahora sucedía? Si yo había estado cerca de Auden veces anteriores, y nunca había sucedido nada fuera de lo común.

Entonces algo se me ocurrió.

Nunca habíamos estado solos, siempre había alguien cerca de nosotros.

Pero, aun así, no lograba entender el por qué.

Intenté no torturarme más con ese tema por el momento y ahora mis pensamientos se volcaron de lleno en el hombre que se había suicidado a unos metros de distancia de mí.

No olvidaría lo que había dicho.

No seré quien inicie la guerra.

¿Sería uno de los experimentos?

Si afirmaba que no sería quien inicie la guerra era porque habían descubierto que era igual a mí. ¿Era el único?

El tiempo se me estaba deslizando entre los dedos como granos de arena. Más continuaban muriendo por mi culpa y no había nada que yo pudiera hacer.

O quizás sí...

Podría decirles de él don que, según Owen, yo poseía y así estarían sobre mí. Allí tendría un poco más de tiempo, e intentaría mantenerlos ocupados mientras yo, intentaba averiguar que había sucedido con mi hermana y ayudaba a los otros que tenían aquí dentro.

Cuando por fin llegue a mi habitación, tantas cosas corrían por mi mente que no me daba tiempo a terminar con una que ya estaba sobre la otra.

Un punzante dolor de cabeza no me permitía tener descanso de todo este embrollo, así que luego de darme una rápida ducha, me desplome sobre la cama aun envuelta sólo en una toalla.

Divagando entre pensamientos, llegue hasta Nicole.

¿Cómo estaría llevando todo este asunto? Seguramente, fatal.

Nunca habíamos estado tanto tiempo separadas, sin saber nada la una de la otra.

Bueno, aunque al parecer ella si sabía de mi por Colín. Eso estaba bien, no estaría tan preocupada.

Por ese motivo no me enojaba el que él estuviera aquí, sin decirme quien era en realidad.

Patéticamente, tenía el sentimiento de que, si los cosas se ponían feas por estos rumbos, Colín podría alertar a Arden.

Así que, una parte se alegraba de que estuviera aquí, aunque siguieran ocultándome cosas. De todas formas, ahora, yo también tenía las mías.

Inconscientemente mire hacia la puerta de la habitación, cuando había regresado, se encontraba abierta. Así que no había tenido que pasar tarjeta, de cualquier forma, no es como si tuviera una.

¿Estaría abierta?

No perdía nada con intentarlo, así que, me vestí rápidamente buscando ropa en uno de los costados inferiores de la cama, como lo había hecho Kayla y me acerqué a la puerta.

Si estaba cerrada, seguramente, los que estaban al pendiente de las cámaras tendrían algo con lo que divertirse.

Al tener del lado de afuera un sistema especializado para que sólo pudiese deslizarse la tarjeta, del lado de adentro no había ninguna especie de pestillo o manija. Entonces lo único que me quedo, fue arrodillarme y meter los dedos debajo de la diminuta rendija entre la puerta y el suelo. Hice presión hacia arriba, y luego la jalé en mi dirección.

Se escucho un leve sonido, como si fuesen los engranajes y luego la puerta cedió con facilidad. Obligándome a caer sobre mi trasero para que pudiera abrirse completamente.

Me levanté lentamente y luego quedé de pie unos pasos antes de llegar al marco de la puerta.

Se había abierto, la puerta estaba abierta y yo, tenía hambre.

Arrollando los dedos de los pies y mordiéndome el interior de la mejilla, me atreví a dar los pasos necesarios para estar completamente fuera de la habitación.

Internamente esperé que todo el lugar se tiñera de rojo, comenzará a sonar alguna alarma o aparecieran demonios en todas las direcciones. Pero nada de eso sucedió.

Así que, a paso normal, me dirigí al ascensor. Sólo esperaba que dentro de este no hubiera nadie, bueno, nadie desconocido.

Cuando llegué al piso donde se encontraba el comedor, rogué, porque está vez estuviera vacío. Una cosa era estar rodeada de demonios en compañía, y otra era hacerlo totalmente sola.

Me armé de valor y una vez frente a las puertas dobles, las empuje hacia adentro. Suspire aliviada al ver que no había ni un alma en el lugar. Y personas sin alma tampoco.

Me dirigí hacia uno de los extremos de aquel enorme sitio, donde se encontraban todas las heladeras.

Tomé un poco de comida y me encaminé hacia una de las mesas.

A los pocos minutos, el aire cambió. Una ráfaga de aire gélido congeló el lugar e hizo que mi corazón se paralizará. Me erguí en la silla y un segundo después, tenía un rostro frente a mí.

--Creí que querías un poco de compañía.--su voz ronca marco aún más su raro acento.

--Me asustaste.--me lleve la mano al pecho y cerré los ojos por un par de segundos.

Colín estaba sentado frente a mí, en una posición totalmente relajada. Y aparte de preguntarme como había aparecido de la nada, por mi cabeza rondaba la duda de si él realmente creía que yo no lo había reconocido.

--Haces bien en asustaste, no deberías rondar por aquí sola.--deslizó mi bandeja de comida hacia él y comenzó a comer.

--Me han permitido rondar por aquí.--estire mi brazo y recupere la bandeja. Solo me atreví a hacer eso porque sabía que se trataba de Colín.

--¿No te has preguntado por qué te lo han permitido?--preguntó, y apartó con un movimiento de cabeza el cabello rubio que caía en cascada sobre su frente.

--Por mi buen comportamiento y colaboración.--repetí las palabras de Owen.

--Claro, olvidaba que siempre crees en lo que te dicen, sea quien sea.--clavó sus ojos celestes en los míos y alzó sus cejas.

--¿Qué quieres decir?--fruncí el ceño y me crucé de brazos.

Quise gritarle en la cara que sabía quién era, que sabía más cosas de las que ellos creían y les ocultaba las mismas. Pero me tragué el impulso y opté por escucharlo, para seguirle el juego.

--Olvídalo, mejor apresúrate a terminar tu comida y regresa a tu habitación.--se levantó de súbito y volvió a desaparecer.

Por unos segundos permanecí observando el lugar donde había estado sentado.

¿Me había intentado decir, que había otra razón por la que me permitían salir sola?

Pero, ¿cómo podía él saber eso?

No me resultaba extraño que estuviera intentando alertarme. Después de todo, era Colín. Estaba de nuestro lado.

Aun así, ¿qué otra razón podría haber?

No lo sabía, pero esta noche, se lo preguntaría a Owen.

Continue Reading

You'll Also Like

9.8K 755 5
[LIBRO 2] «Acércate a él. Busca las razones para hablarle. Gánate su corazón. Gánate su alma. Ustedes están hechos el uno para el otro» O eso creía...
15.6M 631K 34
Una chica crea un grupo en Whatsapp para conversar con sus amigos, misteriosamente ella sale del grupo una noche, y se mete un "Desconocido" al grupo...
93M 8.6M 65
El pueblo de Wilson es tranquilo, regido por sus costumbres y creencias religiosas muy estrictas, donde Leigh ha crecido, siguiendo cada regla y paut...
19.9M 1.3M 122
Trilogía Bestia. {01} Fantasía y Romance. El amor lo ayudará a descubrir quién es en realidad y su pasado hará reales sus peores miedos. ¿Podrá ell...