Habitación 99

By rebcaa

7.5K 60 68

Alexandra, viajará con sus compañeros de clase a Nueva York. Tendrá que hospedarse en un habitación donde han... More

Habitación 99
El comienzo
Hora de ir al instituto
La excursión
Persuadir a Sara... y una extraña petición
preparándose para una ¿cita?
QUÉ DEBO HACER?
sus ojos color turquesa... (parte 1) RESUBIDO

La llegada y... el beso

648 7 13
By rebcaa

Cuando la alarma del móvil  me despertó, eran las cinco de la mañana, a las siete partía mi avión.

 Al levantarme me percaté de que la almohada estaba húmeda, pues había llorado gran parte de la noche había estado meditando sobre que hacer respecto a lo ocurrido con Eric horas antes.

Hoy tenía pensado hablar con Miriam y explicarle la situación en la que me encontraba. Pero ahora debía prepararme para el largo viaje que me espera. 

Me vestí con ropa bastante cómoda, pues eran unas cuantas horas de avión, me puse unos vaqueros azules, una camiseta de color naranja, demasiado escotada para mi gusto, y unas bailarinas del mismo color. 

Cuando terminé de vestirme, bajé al piso de abajo para desayunar, aun no habían levantado ni mi hermano ni mi madre, pues era muy temprano. 

En la cocina, me preparé un café y una tostada; diez minutos después ya había terminado de desayunar.

Antes de ir a mi habitación para terminar de hacer mi maleta, fui al baño a lavarme los dientes, cepillarme el pelo y ponerme un poco de brillo de labios y rimel.

Volví a mi habitación, metí en la maleta las cosas de última hora como el cargador del móvil, el cepillo de dientes, un pequeño frasco de colonia...

En el instante en que cerré la maleta, mi madre entró por la puerta para despedirse de mi; se acercó a mi y sin decirme ni una palabra, me abrazó.

-Pasártelo bien. -Me deseó. -Venga, date prisa que la madre de Miriam acaba de llamar para decir que en cinco minutos están delante de casa. -me dijo mientras me daba un beso en la mejilla.

-Lo haré. Adiós mamá, te quiero.- le dije mientras salía de mi habitación dirigiéndome hacia la puerta.- Te llamaré cuando llegue, dale a Izan un beso de mi parte- le dije mientras me despedía de ella con la mano.

Cuando cerré la puerta de casa, Miriam y su madre ya estaban esperándome dentro del coche, pues la madre de Miriam se había ofrecido a llevarnos para que mi madre no tuviese que dejar a mi hermano solo en casa, pues

aunque ya era suficientemente mayor como para quedarse solo, mi madre seguía sin fiarse de él.

Mientras metía mi maleta en el maletero de la madre de mi mejor amiga, Miriam abrió la puerta delantera derecha del BMW de su madre para pasarse a la parte de atrás, supuse que para que yo no tuviese que ir sola en los asientos traseros.

Entré en el coche, saludé a mi mejor amiga y le di las gracias a su madre por llevarme. Tardamos algo mas de veinte minutos en llegar a la terminal.

Miriam y yo llegamos a la puerta de embarque, su madre se había marchado después de que facturásemos las maletas, aparentemente toda la clase estaba ya allí. Después de un rato, el profesor fue pasando lista.

Estábamos todos los de mi grupo menos... él.  Al cabo de un rato, la profesora nos mandó ir subiendo al avión; el otro profesor que viajaba con nosotros, se quedó esperando a que Eric llegase.

Llegamos al avión. Miriam y yo pensábamos sentarnos juntas, además, necesitaba hablar con ella. Estábamos sentadas bastante lejos de los profesores ,mejor así. Yo estaba sentada al lado de la ventana.

Cuando escuché el rudo de los motores, empecé a inquietarme, pues no había visto subir a Eric, aunque si al profesor que le estaba esperándole.

Me relajé en el momento en el que le vi subir al avión, se dirigía hacia mi, supuse que se iría a sentar unos asientos por detrás de nosotras, pues delante no quedaban asientos. Cuando pasó por nuestro lado, hizo uno de sus

gestos mas habituales, me sonrió de esa manera que tanto me gustaba a la vez que me guiñaba un ojo; le respondí haciendo este mismo gesto. Efectivamente, se sentó unos cinco asientos por detrás nuestra con un chico

de unos veinte años muy atractivo, era el único sitio que quedaba.

Un rato después de que el avión despegase, decidí que era el momento de hablar con Miriam, si se enfadaba, tendría tiempo arreglarlo.

 Cogí aire lentamente y me dispuse a hablar.

-Miriam - la llamé pero tenía los auriculares puestos y no me oía, así que le volví a llamar pero esta vez le sacudí el hombro. -Miriam!

-Qué!? -me dijo mientras se giraba hacia mí.

-Tengo que contarte algo muy importante. -Le contesté.

-Tell me

-El otro día... -comencé diciéndole- fui al centro comercial con Eric. -Miriam no me contestaba nada, era como si estuviese impaciente por que le contase mas, por lo que continué. -Y... creo que estoy enamorada de él. - Esta 

vez si que me contestó.

-Hablas en serio? -Asentí -si?! Jajaja que bien! Creía que habías perdido el gusto por los chicos, hace años que no sales con nadie. Bueno, y que hicisteis?

Yo estaba que no me lo creía, no solo no se enfadó sino que se alegró por mi!

-No te enfadas? Pero no me dijiste que estabas enamorada de Eric?

-Eso creía pero... no.- me contestó- No cambies de tema, que hicisteis?

-Pues fuimos al cine, y luego me invitó a cenar al italiano. Ah y luego me acompañó a mi casa. -Dije con una sonrisa de oreja a oreja.

-Y...

- Y que?!- me gritó impaciente.

-Nos basamos! -le dije tan emocionada que prácticamente lo grité y media clase se giró hacia nosotras.- Genial, ahora todos estarán escuchando nuestra conversación. -pensé. Si había alguien que no me había oído gritar,  

espués del grito de Miriam estaría tan atento a la conversación como los demás.

-Y luego que le dijiste? -me preguntó ella.

-Pues... -después de la inesperada reacción de Miriam, tenia miedo de seguir pero necesitaba decírselo si quería volver a probar los aditivos labios de Eric. -Le dije que... no podía besarle porque... - antes de continuar tuve

que parar para secarme una lágrima que estaba resbalando por mi mejilla.-  sería como... traicionar a mi mejor amiga, que supuestamente, ayer estaba enamorada del mismo chico que yo.- Le dije ya algo mas animada como

si me estuviese refiriendo a otra persona.

La cara que puso Miriam era todo un poema, tenía los ojos abiertos de par en par, la boca abierta y la mirada perdida, como si estuviese perdida en sus pensamientos. Me acerqué a ella, le di un abrazo y le dije:

-Miriam, entonces... - Su cara volvió a estar como de costumbre. -No te importa que... le diga... que... le quiero? -Le pregunté.

Ella, me sonrió, se veía orgullo reflejado en sus ojos. Esta vez, fue ella quien me abrazó a mi, mientras me susurraba al oído:

-Claro que no me importa. Voy al baño, cuando vuelva, dime mas detalles sobre tu cita.

Miriam, tras susurrarme esas palabras, se alejó por el pasillo.

Ya llevábamos la mitad del vuelo; me puse a mirar por la ventanilla, siempre me había parecido fascinante mirar las nubes desde arriba.

Escuché a Miriam sentarse. Y comencé a contarle cosas sobre Eric mientras miraba el azul cielo.

-Eric es... especial, tiene algo. Aparte de que es realmente atractivo, sus ojos... cada vez que los veo... me pierdo en su penetrante y azulada mirada. Y él es tan... romántico... y es educado, y... cuando estoy con él, cada

vez que me roza... se me eriza la piel y un escalofrío me recorre toda la espalda. -Paré un momento. -Y... cuando me besó... -cerré los ojos inconscientemente mientras recordaba uno de los mejores momentos de mi vida. -

sentí como si solo estuviésemos nosotros dos, sentí como si... el tiempo se hubiese parado...-Lágrimas de felicidad me recorrían el rostro al recordar aquel mágico momento junto a la persona a la que amaba. -Cuando me

acordé de que... supuestamente estabas enamorada de Eric... me sentí a morir, hubo un momento en el que no podía respirar; me separé de él porque no podía traicionarte de esa manera; le necesitaba para respirar. -Una

lágrima me volvía a recorrer el rostro.- Me metí corriendo en el portal y me metí en la cama; hoy, cuando me desperté mi almohada estaba húmeda, en lo primero que pensé fue en él. -Le dije mientras me secaba la lágrima.

En ese momento, escuché una voz, una azafata nos preguntaba a mi mejor amiga y a mi si queríamos comer algo.

-Deme una bolsa de cacahuetes, por favor. -Le contestó, pero esa no era la viz de Miriam, era una voz que conocía muy bien, era él.

-Alexandra, tú que quieres tomar?- No contesté, estaba intentando asimilar lo que le acababa de contar. -Alexandraaaaaa.... 

-Ah, tomaré lo mismo.- contesté, aunque no supiese lo que acababa de pedir.

La azafata nos dió dos pequeñas bolsas de cacahuetes y se retiró.

-Eric... lo... has oído? -tartamudeé mientras me ruborizaba

-Sí- me contestó.

 Debía estar poniéndome tan roja como los pétalos de mi flor preferida.

-Alexandra, te amo. -Me dijo dejándome en estado de shock. Pero no estuve así por mucho tiempo, pues me dedicó una de sus brillantes y blanquecinas sonrisas.

-Yo también te amo. -Le contesté aún ruborizada.

Se acercó a mi, me acarició la cara y me besó. Sus carnosos y suaves labios estaban posados sobre los míos, noté como Eric sonreía mientras nos estábamos besando, pronto nuestras lenguas se encontraban. Yo tenía la

mano en su nuca, mis dedos jugueteaban con su sedoso pelo. 

Cuando escuchamos una carcajada, volvimos a la tierra, bueno, mas bien al aire.

 Todo el mundo nos estaba mirando. En ese momento, la voz del piloto nos informó de que estabamos apunto de aterrizar, nos ordenó que volviéramos a nuestros asientos y nos abrochásemos los cinturones.

Eric y yo nos separamos.

Cuando aterrizamos, y bajamos del avión, la mano de Eric y la mía estaban entrelazadas.

Habíamos llegado a Nueva York.

Busqué con la mirada a Miriam. Estaba dándole su numero de teléfono al chico que antes estaba sentado junto a Eric; se dieron un beso en la mejilla y él se fué; Miriam vino corriendo hacia nosotros.

-Lo conseguiste? -le dijo a Eric.

-Gracias a que aceptases a cambiarme el sitio. -le contestó él.

-Como iba a negartelo viendo el bombón que tenias sentado al lado. -le contestó ella.

Eric iba a contestar pero la profesora nos llamó la atención, ya que nos estábamos quedándonos por detrás del resto de la clase.

-No os separeis del resto. -dijo mirándonos. -Daros prisa, un autobús nos espera para llevarnos al hotel.- Dijo la profesora pero esta vez dirigiéndose a toda la clase. 

Finalmente llegamos al hotel.  El otro profesor nos ordenó que nos pusiéramos por los grupos que habíamos hecho anteriormente y la profesora se puso a repartir las habitaciones. -Eric Rodríguez, Alexandra Barreiro, Javier

Carril, Miriam Fernandez y compañía se hospedarán en la habitación 102.

Y así con todos los grupos. Muchos de los alumnos tenían miedo de que les tocase en la habitación 99 por los horribles y recientes acontecimientos que tuvieron lugar en esa habitación.

Entramos en el hotel. El holl era realmente bonito, me recordaba a los palacios romanos, el techo parecía de oro y en las esquinas, tenía pinturas que parecian grandes flores, al final, había unas grandes escaleras de marmol, 

al igual que el suelo. Por ahí se accedía a las habitaciones. Un hombre elegantemente vestido se nos acercó a darnos la bienvenida, este tenía un gracioso acento americano. Cuando todos los grupos excepto el nuestro ya

tenían las llaves y ya se habían ido escaleras arriba, el hombre de acento americano nos dijo:

- Ha habido un cambio de planes, solo nos queda una habitación libre, mi compañera de recepción os entregará las llaves. 

Ambos profesores, mis compañeros de grupo y yo, nos dirigimos a recepción. Una mujer con rasgos orientales y al igual que el otro hombre tenía acento americano nos atendió.

-Buenos días, mi compañero me ha dicho que tendremos que cambiarles la habitación. -La profesora asintió.- Si mal no recuerdo solo nos queda una libre. -Tecleó algo en el ordenador y nos dijo que efectivamente, solo quedaba una habitación libre, la 99.

Miré con cara de preocupación a Eric. Tenía la misma cara que yo. Javier, suplicó a la profesora que pidiera otra habitación. Pero la recepcionista negaba que quedasen habitaciones libres, excepto esa.

-Y... profesora, no podríamos quedarnos en otro hotel?- le preguntó Miriam

-Lo siento pero vuestros padres firmaron para que os quedaseis aquí y no creo que encontremos otro hotel con habitaciones libres en el centro de Nueva York.

No teníamos mas remedio que quedarnos en esa habitación. Subimos por las escaleras y justo al final del pasillo, ahí estaba.

La puerta tenía escrita justo encima el número 99.

Le dí la mano a Eric y metí la llave en la cerradura.

_____________________________________________________________

espero que os guste!!!

porfavor, comentar y votar!!!!

mysagy  te dedico este capitulo porque eres de las personas que mas me ha apollado para que continúe con la historia.

tambien tengo que daros las gracias a nismoon y a lulupiquerive poque también me habeis apollado muchisimo.

un besazo y gracias por leer!!

Continue Reading