Damn Your Eyes

By LessAguilar

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Cinco largos años han pasado desde que Kang Yoo Jung vio a Bang YongGuk por última vez y fue en la peor de la... More

Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Final
Epílogo

Capítulo XII

202 12 3
By LessAguilar

POV YONGGUK.

En verdad sentí un alivio tremendo al tenerla entre mis brazos sana y salva. Mis palabras eran completamente en serio, debía encargarme de mantenerla protegida, yo no iba a dejarla sola.

Yoo Jung pensó que estaba jugando pero le dejé claro que no era así. Ahora era mi responsabilidad.

El momento de tensión fue interrumpido por el abogado, le di la indicación que apareciera cada cinco días para darle credibilidad a mi pequeña mentira.

En ese momento agradecí su interrupción. Después de que el abogado se fuera, Yoo Jung desapareció en su habitación y yo hice lo mismo en la mía.

Me di un baño y fui a preparar el desayuno, ella tardó bastante en aparecer otra vez.

Terminé con la tensión invitándola a pasar el día en casa descansando. Ella accedió y todo volvió a la normalidad.

Los siguientes días fueron maravillosos y el plan avanzó mejor de lo que pensé.

Hablamos de muchas cosas, profundizamos nuestra relación. Tuve que hablarle de temas de los que no había hablado con nadie en mucho tiempo, la dejé conocer algunas de las partes ocultas de mí. Cosa que no hice cuando la conquisté la primera vez.

Me di cuenta de que si quería que Yoo Jung permaneciera a mi lado tenía que ser más honesto y dejarla entrar en mi vida de verdad. De otro modo ella se daría cuenta de que tenía motivos ocultos y esta vez no iba a dejarla ir.

Cinco años antes solo tenía un objetivo en mente, el cual había cumplido a medias, la usé y no me arrepentía de haberlo hecho. Aunque sí había cambiado, en ese entonces yo seguía enojado con la vida y sobre todo con... las dos personas que mataron mi corazón. Sin embargo, a ellos ya no podía hacerles nada, ya estaban muertos.

Conforme pasaron los años me di cuenta de que el mundo del dinero era peor de lo que imaginaba pero no me importaba, yo era feliz viviendo ahí. Pese a que era consciente de eso también comprendí que le había hecho mucho daño a una mujer inocente, a alguien que, como bien lo dijo HimChan, se había atravesado en mi camino y la había atropellado.

En el fondo de mi corazón sabía que debía pedirle perdón pero nunca se presentó la oportunidad. Hasta ese momento.

Yoo Jung me había entregado muchas partes de su vida y era justo que yo también le diera partes de la mía.

Sin embargo, todo era diferente en esta ocasión. No solo la iba a mantener a mi lado para mantener la presidencia, también lo hacía para protegerla. El señor Kang tenía razón, había mucha gente que estaría dispuesta a hacer todo con tal de acceder a la fortuna de Yoo Jung. El señor Kang la había dejado ir y hacer su vida libremente pero jamás la dejó desprotegida, siempre sabía dónde estaba y además había un par de hombres cuidándola. Era una heredera después de todo.

Ahora era mi responsabilidad mantenerla segura. Sabía que el abogado Seo era capaz de cosas malvadas y no iba a dejarla a su merced.

Yoo Jung era mi esposa y ahora yo iba a cumplir mi papel de verdad.

Lo que no esperaba era sentirme de esa manera al tenerla a mi lado tanto tiempo. En verdad me daba miedo saber que ella podía alejarse de mí cuando quisiera, era algo ilógico porque yo no la quería. Porque simplemente había perdido la capacidad de querer a alguien.

Como sea, en esos días compartimos cosas verdaderamente íntimas y pude conocer a la verdadera Yoo Jung, que en verdad es maravillosa, me asombraba que a pesar de ser bastante rica no le importara en absoluto el dinero, que fuera tan dulce y amorosa aunque su padre y yo le hubiéramos roto el corazón.

Además hacíamos el amor casi todos los días, nunca había disfrutado tanto el cuerpo de una mujer. Parecía que en vez de dejar de desearla la necesitaba más. Si bien Yoo Jung no tenía experiencia aprendía bastante rápido.

Todo estuvo bien hasta que dos días antes de que terminaran las dos semanas, estábamos cenando en la terraza junto a la piscina cuando ella hizo una pregunta que yo no estaba dispuesto a responder.

-¿Qué te pasó? -preguntó de pronto.

-¿De qué hablas? -dije confundido.

-De que cuando eras cantante todas tus fans y tus compañeros decían que eras un hombre amoroso y tierno. ¿Por qué cambiaste repentinamente? ¿La muerte de tu hermano tuvo que ver?

-¿Cómo sabes eso? -dije un poco molesto-. Pensé que no me conocías.

-Cuando me invitaste a salir después de ese baile no te conocía -se rió-. Pero me puse a investigar después, se pueden encontrar muchas cosas en internet. Aunque no había nada acerca de tu súbito cambio de personalidad.

-Porque no quería que hubiera nada, eso no es algo que le deba decir a la gente -dije molesto.

-YongGuk yo...

-Lo siento Yoo Jung pero la muerte de mi hermano no es algo de lo que quiera hablar contigo o con nadie -dije levantándome.

Me alejé de ella y de la casa, estuve caminando por media hora con el recuerdo de la horrible noche en que todo cambió rondándome la cabeza.

Sentí un nudo en la garganta. Precisamente por eso no hablaba de la muerte de mi hermano, porque todos los sentimientos que experimenté esa noche regresaban sin que lo pudiera evitar.

Necesitaba sacar eso de alguna manera, regresé corriendo a la casa, Yoo Jung estaba lavando los platos, fui hasta ella, la abracé por la espalda.

-YongGuk, yo lo...

-No digas nada... -dije dándole la vuelta.

Comencé a besarla, la llevé a nuestra habitación y le hice el amor de una manera un poco salvaje.

Al terminar me sentí terriblemente mal por lo que había hecho.

-Perdóname -dije abrazándola-. No debí hacer esto y...

Ella me silenció con un beso.

-No hay nada que perdonar. Si yo no hubiera querido que lo hicieras te hubiera detenido -dijo acariciando mi rostro.

Ahí quedó el incidente, no debí usarla para exorcizar mis demonios pero no sabía cómo lidiar con eso.

Dos días después de aquello apareció el abogado para llevar a cabo las últimas firmas. Había llegado el momento de pasar a la segunda fase del plan, probablemente la que sería la más difícil: convencerla de que se quedara conmigo, como mi esposa.

Después de que despedí al abogado, Yoo Jung desapareció. Fui a nuestra habitación y ella no estaba ahí.

Me dirigí a la otra habitación, ella estaba empacando, estaba lista para irse.

Comenzó a decirme que era mejor que se fuera a Kwangju y tuve que interrumpirla. Le dije que quería que se quedara conmigo, había cierto grado de sinceridad en esa declaración.

Yoo Jung se quedó congelada ante mis palabras. No dijo nada durante un par de minutos, como si estuviera intentando asimilar mis palabras.

-No tienes que hacer esto -dijo finalmente.

-¿Hacer qué? -pregunté confundido.

-Decirme esas cosas -respondió con voz quebrada-. El hecho de que hayamos tenido sexo no cambia nada. No te preocupes, no me estás rompiendo el corazón. Esta vez fui consciente de dónde me estaba metiendo y con quien.

-No lo hago por eso.

-¡¿Entonces por qué YongGuk?! -gritó-. ¡No necesito tu lástima ni tus migajas!

Se sentó en la cama y comenzó a llorar. Algo dentró de mi pecho se contrajo.

-¿Por qué estás llorando si no te rompí el corazón? -pregunté serio.

-Porque no quiero que vuelvas a fingir que me quieres, no necesito eso -dijo limpiándose las lágrimas furiosamente-. Acabemos con esto de una vez y para siempre.

-No -dije rotundamente.

-Tú mismo lo dijiste, lo único que deseas es divorciarte de mí y ahora ya podemos hacerlo -exclamó levantándose y mirándome a los ojos.

-No -dije con seguridad.

-¿Por qué no?

-Porque no estoy fingiendo nada ni tampoco te estoy dando migajas, yo quiero que te quedes conmigo -dije acercándome a ella-. Sé que fui un bastardo en el pasado pero eso ha cambiado, estar contigo en esta casa, sin nadie más alrededor, conociendo a la mujer que perdí hace cinco años lo cambió todo.

-YongGuk...

-Y no es por el sexo ni porque me sienta mal por ti, dejaste muy claro que el que yo haya sido el primer hombre con el que duermes no era nada relevante.

-YongGuk no...

-Por favor Yoo Jung -dije acariciando su mejilla-. Dame la oportunidad, danos la oportunidad de intentarlo de nueva cuenta, esta vez de manera distinta.

-Yo tengo una vida en Kwangju y...

-Lo sé y lo respeto pero por favor, te lo ruego. No estoy hecho de metal o madera como para no sentir nada por ti. Eres mi esposa y quiero que sigas siéndolo.

POV YOO JUNG.

Jamás pensé que YongGuk pudiera decirme algo así. Tardé un par de minutos en asimilar lo que acababa de decirme.

En mi cabeza sabía que iba a ser difícil seguir la vida sin él y más después de lo que habíamos pasado pero no estaba dispuesta a aceptar que me diera migajas de su amor o que hiciera aquello por lástima.

Insistió en que no iba a divorciarse de mí y entonces exploté. Comencé a llorar porque mi estúpido y débil corazón había vuelto, porque la muralla que había construido alrededor de él se había roto.

Con esas palabras olvidé todo lo que había pasado cinco años antes, todo el sufrimiento, el dolor, el rencor, parecía que mi corazón había olvidado todo lo que le habían hecho pasar.

Dicen que lo que no te mata te hace más fuerte, sin embargo, yo seguía siendo igual de débil respecto a todo lo que tenía que ver con YongGuk, quien era el que había matado mis sueños e ilusiones.

Todo lo que siguió hizo que mi mundo diera vueltas.

Sus palabras comenzaron a hacer mella en mi corazón.

¿Realmente sería capaz de darle una segunda oportunidad a nuestro matrimonio?

¿No estaría cometiendo el peor error de mi vida al regresar con el único hombre con la capacidad de romperme el corazón?

No podía irme con él, yo tenía una vida en Kwangju a la que volver, mis amigos, una familia...

Lo miré a los ojos, quería saber si no estaba mintiéndome, ahora ya lo conocía y yo ya no era la misma chica tonta que estaba enamorada de él ciegamente.

En sus ojos no había nada que me dijera que estaba mintiendo, además ya no había otras razones para que él quisiera retenerme. Ya había conseguido la presidencia del Grupo, quizá yo fuera la dueña del dinero pero él era quien controlaba todo.

-YongGuk, ¿estás seguro? -pregunté temerosa de su respuesta.

-Nunca he estado más seguro en mi vida, te quiero conmigo, por favor, intentémoslo una vez más -me besó suavemente-. Hagamos un trato.

-¿Qué trato?

-Pongamos un plazo, dame un mes más para demostrarte que quiero hacer de este matrimonio algo real. Si tú notas que no hay oportunidad te dejaré ir y firmaré el divorcio inmediatamente. ¿Aceptas?

Mis ojos no dejaban de llorar, tenía que admitir que, muy en el fondo de mi corazón, llevaba cinco años deseando escuchar esas palabras.

-¿Me quieres? -pregunté.

Tenía que saberlo, no iba a lanzarme a ciegas esta vez.

-Por supuesto que sí, te quiero -dijo abrazándome-. Mucho más de lo que pensaba.

-¿Estás dispuesto a abrirte a mí? -dije seria-. ¿Ya no habrá más secretos entre nosotros?

Algo parecido a la duda cruzó por su mirada pero desapareció al instante y me sonrió con dulzura.

-Te lo juro -dijo besándome-. Haré lo que sea necesario para mantenerte a mi lado.

En ese momento me tomó en sus brazos y me llevó a la otra habitación.

Me dejó en el suelo y comenzó a besarme, me quitó la playera y siguió el sostén, me iba a quitar el pantalón pero él me detuvo. Me recostó en la cama y puso mis brazos sobre mi cabeza.

-No te muevas o te ataré -dijo con una mirada traviesa.

Yo solo me reí e hice lo que me dijo. Desabrochó el botón de mi pantalón y lo bajó, hizo lo mismo con mi ropa interior. Ya me había acostumbrado a que me viera desnuda, ya no sentía ningún tipo de vergüenza. Escuché como se quitaba la ropa, se recostó junto a mí. Me puso de lado y comenzó a besarme, bajé los brazos para atraerlo a mí pero los separó.

-Primer strike -dijo sonriendo-. Al tercero te amarraré.

Me puso en el centro de la cama, con los brazos sobre mi cabeza y empezó a besarme, inició en mi frente, luego a los ojos, me dio un largo y sensual beso en la boca. La temperatura de mi cuerpo había aumentado desde que lo vi desnudo, solo quería tenerlo dentro de mí pero él no parecía tener prisa.

Besó mi cuello, luego mis senos, cuando hizo eso no pude evitar gemir sonoramente, me encantaba cuando lo hacía. Siguió bajando, luego abrió mis piernas y se hincó en medio de ellas, después besó el interior de mis muslos, se sentía demasiado bien pero extraño al mismo tiempo.

Cuando sentí su respiración en la parte más sensible de mi ser, me levanté y quise detenerlo.

-YongGuk... -dije algo avergonzada.

-Strike dos, señora Bang -dijo riendo.

En cuanto su lengua tocó aquel privado lugar sentí veinte mil cosas al mismo tiempo, me recosté en la cama. YongGuk continuó haciendo su magia con la lengua, yo estaba gritando. Aquellos espasmos tan conocidos desde hacía nueve días comenzaron a recorrerme y entonces el orgasmo me golpeó violentamente.

-Yong...Guk... -lo llamé con dificultad.

Sentí sus labios en mi cuello. Bajé los brazos, me volteé y lo abracé.

-Tercer... -comenzó pero lo besé con violencia.

Sus manos subieron por mis costados. Lo hice recargarse en la cama, me senté a horcajadas sobre su regazo.

-¿Qué haces? -preguntó riendo.

-No te muevas o te amarraré -dije con voz sensual.

Me agaché y lo besé suavemente. Me volví a sentar, sentía su erección debajo de mí. Nunca lo habíamos hecho sin preservativo, quería sentirlo dentro de mí de verdad. Me levanté un poco e introduje su erección dentro de mi cuerpo.

No pude evitar gemir ante la sensación de nuestros cuerpos unidos por completo.

-Yoo Jung, espera no traigo... -dijo YongGuk.

No respondí solo comencé a moverme, él ya no intentó detenerme, tener el control se sentía bien. Lo tuve durante unos minutos porque él me detuvo, hizo una maniobra extraña y terminé debajo de él. Los espasmos regresaron, sentí cómo YongGuk se tensaba y alcanzamos el clímax al mismo tiempo.

Se derrumbó sobre mí con la respiración agitada y bañado en sudor.

Lo abracé con fuerza, esos momentos habían sido maravillosos. Ya no había marcha atrás, había tomado una decisión.

Lo solté. YongGuk se recostó a mi lado y me abrazó.

-No aceptaré tu trato -dije contra su pecho.

Él se apartó y se sentó en la cama bruscamente.

-¿Por qué? -en su voz podía escucharse el pánico-. Yoo Jung, yo...

-No necesito un mes de prueba -dije sonriendo-. Estoy dispuesta a intentarlo. Quiero sacar este matrimonio adelante. Quiero permanecer a tu lado, por siempre.

Lo miré sonreír con dulzura, se arrojó sobre mí y me besó.

-Me asustaste -dijo acariciando mi rostro.

-Te quiero YongGuk -dije a punto de llorar.

-Y yo a ti -dijo besándome suavemente.

Me volvió a abrazar y yo sentí que estaba en el lugar correcto. Cualquiera podría decir que yo era tonta por volver con él pero la situación era completamente distinta, ahora ya conocía al hombre que era YongGuk y ya no pensaba en él como el príncipe que me rescataría y me llevaría lejos de mi vida para amarme y cuidarme por el resto de mis días.

-Tengo que regresar a Kwangju -dije de pronto.

-¿Por qué?

-Porque tengo que arreglar muchas cosas, despedirme de las personas que quiero -sonreí-. No voy a arrepentirme YongGuk.

-No me preocupo por eso -dijo serio-. Si no vuelves iré por ti hasta allá y te llevaré a Seúl o me quedaré ahí contigo.

Nos abrazamos y nos quedamos dormidos. Al día siguiente, empacamos y nos fuimos al aeropuerto. Mi vuelo era para Kwangju y el suyo para Seúl.

-Solo tienes una semana -dijo YongGuk antes de que subiera al avión-. Si te tardas más iré por ti.

-No lo haré -dije sonriendo-. Cuídate, te veré en una semana.

Le di un beso y me fui al avión. Llegué a Kwangju tan solo una hora después. Tomé un taxi para llegar a casa. Entré por la puerta de atrás, el olor a pan horneándose me recibió, extrañaría ese olor.

-Veo que ya no soy necesaria -dije fingiendo molestia.

SaeRom volteó, lanzó un pequeño grito y me abrazó.

-¿Por qué no me avisaste que regresabas hoy? -preguntó haciendo un puchero.

-Lo siento, quería darte una sorpresa y necesito hablar contigo -dije seriamente.

-Volverás con tu esposo -afirmó.

-SaeRom, ¿cómo...? -dije sorprendida.

-Era obvio -dijo ella intentando sonreír-. Ya no había razón para que te quedaras otras dos semanas y lo hiciste, lo único que has hecho es mandarme mensajes escuetos pero que denotaban tu felicidad por alguna razón. Dado que el dinero no te importa tenía que haber sido a causa de YongGuk.

-¿No estás molesta?

-No, triste sí porque te irás a Seúl y te olvidarás de nosotros pero al mismo tiempo estoy feliz de que finalmente hayas encontrado lo que buscabas.

-Yo jamás me olvidaré de ustedes, no importa si vivo en Seúl, Japón o la India, ustedes son mi familia y siempre serán importantes para mí. Vendré a visitarlos con tanta frecuencia que ni siquiera tendrán oportunidad de extrañarme -dije con seguridad-. Además tengo que verificar que mi panadería sigue igual que siempre.

-¿No la cerrarás?

-Claro que no, es el homenaje de mi madre. Y siempre será mi refugio.

POV YONGGUK.

Yoo Jung no creía en mis palabras, no podía culparla pero tampoco iba a rendirme. Tenía que hacer que permaneciera a mi lado, por un año y por su seguridad.

Le propuse que se quedara un mes más, eso sería suficiente para convencerla de que se quedara conmigo indefinidamente.

Me preguntó si la quería. Le dije que sí, de cierta manera aquello era verdad. Le tenía cariño, le había hecho daño y era una mujer maravillosa, era imposible no sentir algo por ella. Aunque nunca podría amarla, el amor no volvería a apoderarse de mí. Yo no permitiría que eso ocurriera.

Es más ese sentimiento no existía, eso lo aprendí ocho años antes y de la peor de las maneras.

Ahora solo tenía que convencerla de que la quería para mantenerla a salvo el tiempo necesario, luego ya pensaría qué hacer.

Después hizo otra pregunta, para responder esa tuve que mentir descaradamente, las personas debían tener secretos de vez en cuando. La ignorancia era buena, no siempre hay bondad en la verdad, dolor es lo que casi siempre encuentras.

Hicimos el amor de la manera más especial hasta ese momento, pude sentir su entrega. Lo hicimos sin preservativo, iba a detenerla pero no fui capaz.

Luego casi entro en pánico cuando ella dijo que no aceptaba mi trato. En el momento en que mencionó que estaba dispuesta a intentarlo y a quedarse a mi lado para siempre, me sentí cómo un desgraciado.

Yo no podía quererla de la manera en que ella deseaba pero haría lo posible para hacerla feliz.

Finalmente mencionó que se iría a Kwangju a arreglar algunos asuntos y a despedirse de los Ha. Me preocupé un poco pero ella me aseguró que no cambiaría de opinión.

Ella se quedó dormida, yo no pude hacerlo. A partir de ese momento mi vida cambiaría por completo, tenía que ajustarme a la vida de casado y sorprendentemente no me asustaba tanto, sería difícil pero era algo que tenía que hacer.

Además tendría a Yoo Jung, no necesitaba a ninguna otra mujer, todo estaría bien.

Al día siguiente, después de empacar cada uno tomó vuelos diferentes. Tuve que ir a la oficina antes de ir a la mansión. Pedí que nos alistaran una de las habitaciones más grandes.

-¿Entonces la señora va a regresar? -preguntó la señora Heo sonriendo.

-Lo hará, viviremos como marido y mujer -dije devolviéndole el gesto.

-Es maravilloso -dijo ella emocionada.

Los días pasaron, en verdad extrañaba a Yoo Jung pero la dejaría hacer lo que ella necesitaba.

Me llamaba todos los días, se veía muy feliz al verme y me decía que me extrañaba.

Un día antes de su regreso, yo volví temprano a la mansión, cuando llegué todo estaba oscuro, por supuesto que me pareció extraño. Encendí una de las luces y me encontré con el suelo lleno de pétalos de rosa. No pude evitar sonreír, ella había vuelto.

Corrí hasta llegar al comedor, ella estaba ahí, sentada en la silla del centro con una sonrisa coqueta.

-Volviste antes -dije sonriendo.

-Quería darte una sorpresa -dijo levantándose.

Solo traía puesto un camisón rojo bastante pequeño, no pude aguantarlo más, la tomé en mis brazos.

-¡Espera YongGuk! -dijo ella-. Tenemos que cenar.

-Si querías que cenara no debiste esperarme con eso puesto -dije riendo.

La llevé hasta nuestra habitación y le hice el amor, siete días lejos de ella habían sido una locura.

Mientras la miraba dormir me di cuenta de que estar casado no sería tan malo después de todo.

El tiempo siguió pasando, nos fue difícil adaptarnos el uno al otro, una cosa era querer vivir juntos y otra llevarlo a cabo.

Yoo Jung a veces era demasiado terca y cuando algo no le gustaba lo decía, o más bien lo gritaba.

Durante el primer mes peleamos bastantes veces, aunque siempre nos reconciliábamos de una manera bastante efectiva.

-¿Dónde quedó la Yoo Jung callada y obediente que conocí? -pregunté mientras estábamos en la cama después de una de esas peleas.

-Nunca existió -dijo ella riendo-. Fingía serlo para no hacer enojar a mi padre, era por supervivencia.

-Me alegro que hayas dejado eso atrás. Tú me gustas más -dije besándola.

-YongGuk, quiero hacer algo.

-¿De qué hablas?

-Necesito trabajar, no puedo seguir sin hacer nada. Me aburro y esas cosas de la caridad no son lo mío. No son reales y esas mujeres me molestan mucho.

-EunHee trabaja en un centro que ayuda a chicos, ¿quieres que le pregunte si puede encontrarte algo?

-¿Harías eso? -dijo emocionada.

-Claro que sí -dije sonriendo-. Como dije, lo único que quiero es que seas feliz.

-Te amo, YongGuk -dijo besándome con dulzura.

Escucharla decir eso hizo que algo en mi pecho se contrajera.

La voz de otra mujer diciendo lo mismo resonó en mi cerebro. Recordé todo de golpe: nuestros paseos, nuestras risas, las largas conversaciones.

"Eres el amor de mi vida, YongGuk".

"Lo siento, esto no lo planeé, simplemente pasó".

"Lo lamentamos, ninguno de los ocupantes sobrevivió".

-¡Nam MiJoo! -grité desesperado.

-¡YongGuk, despierta! -dijo alguien sacudiendo mi brazo.

Abrí los ojos asustado, me senté en la cama y me toqué la frente. Hacía demasiado años que no tenía esas pesadillas. ¿Cómo era posible que hubieran regresado solo con una simple frase?

-¿Estás bien? -preguntó una voz femenina.

-Sí, no fue nada -dije mirando a Yoo Jung.

Me recosté otra vez, ella se acercó a mí y me abrazó. Acarició mi cabello, sentí una tranquilidad maravillosa y volví a dormirme.

Al día siguiente estábamos desayunando en silencio.

-¿Quién es Nam MiJoo? -preguntó de pronto.

-¿De qué hablas? -pregunté entre confundido y asustado.

-Anoche gritaste ese nombre mientras dormías -dijo sin mirarme.

-No conozco a nadie con ese nombre -dije serio.

-YongGuk, pensé que habíamos dicho que no nos guardaríamos secretos y...

-Esta noche iremos a cenar con HimChan y su esposa -dije intentando distraerla.

Todavía no lo había arreglado con él pero esperaba que me dijera que sí.

-No intentes distraerme, YongGuk -dijo ella.

-No te estoy distrayendo, simplemente te estoy avisando para que te prepares, pensé que querías empezar a trabajar pronto.

-¿No vas a decirme quién es esa mujer?

-No tengo nada que decirte porque no sé quién es esa mujer, no estoy mintiendo -dije con seguridad-. Tuve una pesadilla, todo el mundo las tiene. Así pasa. No le busques tres pies al gato.

-¿A qué hora es la cena? -preguntó de pronto.

-A las ocho, vendré por ti a las siete, no te preocupes -dije sonriendo.

Me despedí de ella y me fui a la oficina. En el camino llamé a HimChan.

-¿Estás ocupado esta noche? -pregunté.

-Yo estoy bien, ¿y tú? -dijo sarcásticamente-. Supongo que sí dado que volviste con tu esposa y si no hubiera sido por Zelo no me hubiera enterado.

-No le gusta que lo llamen así -dije de inmediato.

-No me vengas con eso YongGuk -dijo molesto.

-Para eso te llamo, me gustaría invitar a ti y a tu esposa a cenar -dije divertido.

-¿A qué hora? -preguntó tranquilamente.

-A las ocho.

-Bien, pero hay mucho de lo que tenemos que hablar YongGuk -dijo antes de colgar.

No pude evitar reírme, le diría ciertas cosas, no toda la verdad, podía confiar en él pero se había vuelto demasiado cursi desde que se casó.

No quería más problemas de los que ya tenía a causa de mi estúpida pesadilla, no podía decirle quién era Nam MiJoo.

A las siete en punto fui por Yoo Jung a nuestra casa, nos fuimos al restaurante. Cuando llegamos HimChan y EunHee ya nos esperaban.

-Me da mucho gusto volverte a ver -dijo HimChan sonriendo.

-A mí también -dijo Yoo Jung-. Tu esposa es hermosa.

-Gracias -dijo EunHee.

Comenzamos a hablar, le dije a la esposa de HimChan que Yoo Jung quería ayudarla en su trabajo.

-¿Qué sabes hacer? -le preguntó EunHee.

-Me encanta cocinar y hornear -dijo Yoo Jung.

Ellas empezaron a hablar y HimChan me hizo una seña para que fuéramos al bar.

-¿Por qué no me dijiste nada? -preguntó dolido.

-Lo siento, estaba demasiado enfocado en mantenerla a mi lado -dije sinceramente.

-¿Por qué?

-Porque la quiero -dije con seguridad.

-¿Ya lo sabe?

-¿Qué cosa?

-Lo que pasó con tu hermano y Nam MiJoo.

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