Como era de esperarse quería saber aún más acerca de la Gran Malhadeth Malpris, mi ídolo y la única súper Elegida de todos los tiempos la cual, al enamorarse profundamente como Julieta sufrió un severo castigo, pues la pobre mujer murió esperando una salida, su salvación, la cual jamás llegó porque la vida le hizo entender que debía de afrontar su difícil castigo tras intentar revivir a la siniestra Sombra Negra y a su fallecida madre años atrás, por lo tanto, y a modo profético tal como sus desgraciados padres ella tuvo el peor desenlace solo por jugar a ser como Dios, ya que se ahogó en sus propias lágrimas hechas de sangre.
Por el momento la profesora Rarelía amablemente me seguía contando las aventuras y trágicos destinos de los familiares más cercanos de Malhadeth Malpris, no obstante, un punto importante que dijo después me dejó sin aliento tras saber que su segunda hija estaba perdida en algún lugar, posiblemente en Eraleft o Luzeft, el destino de los niños robados tal como yo, además, el hecho de que la profesora arrogante, manipuladora y burlista de Malissa pudiera ser capaz de dar tanta bondad en el pasado me provocó ganas de llorar, ya que según los relatos de Rarelía ella demostró ser muy valiente como para cuidar a una niña que ni si quiera era de su familia biológica, lo cual me hizo recordar que esa profesora quiso adoptarme también cuando estuvieron a punto de expulsarme en Eraleft meses atrás.
-Tres años después Malhadeth volvió a quedar embarazada de otra niña y la llamó por el nombre de Erinmore Baltimore Malpris, sin embargo esa bebé fue su peor error, pues ella solo podía tener un hijo y Annalissa ya existía así que la magia les hizo pagar por desobedecer las reglas naturales y sus destinos fueron separados para siempre.
-¡Wow! ¿qué? ¡la señora Malhadeth tuvo otra hija! ¡no lo puedo creer!, pero, ¿qué sucedió después?¿pudieron volver a estar juntos?
-... No, por desgracia ese no fue su final, pues tras enterarse de su estado, el Concejo Mágico amenazó al matrimonio Malpris con quitarles todo, sin embargo, le dieron una última oportunidad para no ser penalizados por el mal uso de la magia y era sacrificar a su segunda hija mediante un frío aborto clandestino pero obviamente Malhadeth se negó a pesar de estar en contra de todos cuando apenas tenía cuatro meses de embarazo.
-¿Un aborto? ¡ay por los soles! ¡no era su derecho! ¡uff! ¡yo no podría hacer algo como eso ni aunque me pagaran con millones de monedas hechas de oro y plata!, pero Rarelía, ¿entonces qué les sucedió?
-La pobre Malhadeth luchó hasta el final al igual que una feroz leona para proteger a su segunda hija de quienes deseaban dañarla, pero Dianne, o sea la Sombra Negra tomó ventaja de su repentina debilidad pues se fortaleció con su sufrimiento de tal forma que sin querer continuó con su fría venganza y horas antes de que aquella niña naciera uno de sus demonios atacó, sin embargo Malhadeth lo sintió a tiempo y por eso le hizo jurar a su hija primogénita que ella cuidaría de su hermanita para siempre, no obstante no fue así porque la Sombra Negra encontró a Erinmore en el cunero y se la robó como a muchos otros bebés.
-¡Ohhhh! ¡insólito!
-Querida, ¿ahora entiendes el por qué nunca debes salir de las Eras a pesar de los sentimentalismos baratos, eh, Elegida?
-¡Ay Dios! ¡ella fue la Elegida antes que yo!, pero, ¡oh no! ¿entonces eso significa que la segunda hija de Malhadeth Malpris está en alguna de las dos Eras? ¡uff! ¡qué genial!, seguramente se encuentra en Luzeft pero la tienen resguardada.
-Eso nadie lo sabe, Rainey.
-Bien profesora Rarelía, quiero que estés tranquila, pues yo no saldré de aquí ni trataré de revivir muertos tal como ella, ¡pobre chica!, solo se enamoró en un mal momento.
-¡Más te vale! ¡esto es muy grave y estaríamos en peligro por tu culpa e inmadurez!, además, si lo haces me veré obligada a enviarte de regreso a Eraleft o a un orfanato allá fuera tal como la directora Harlem dijo, ¡te lo advierto jovencita! ¡no lo intentes nunca! -Repitió la profesora Rarelía con una expresión de seguridad absoluta, pues se cruzó de brazos en señal de que yo debía obedecer.
-¡Calma, profesora!, no soy tan tonta como parezco, pues protegeré al mundo de Dianne Bubble, lo juro.
-¡Ese es tu deber desde que naciste, Rainey así que prepárate porque los entrenamientos para controlar tus poderes iniciarán muy pronto! ¡ah!, no creas que serán simples o inexistentes, pues deberás luchar, derramar sangre si es necesario y atreverte a despertar tu tercer ojo a través del universo. -aseguró la profesora con una ligera sonrisa amable mientras que me obsequiaba un pañuelo violeta para secarme las lágrimas, ya que aquellas emociones fueron muy fuertes.
-¡De acuerdo, profesora!, pero si aquí está la hija de Malhadeth yo la buscaré, rescataré y me prepararé tal como dice para ser la mejor Elegida de todos los tiempos, ¡lo juro!, ¡uff! ¡pensaré en mi ídolo cada vez que un nuevo poder surja desde mi interior y esa será mi fuente de inspiración! ¡es una promesa! -aseguré llorando un poco mientras veía por una ventana.
-¡Por su puesto que lo lograrás! ¡yo sí tengo completa fe en ti! ¡tú eres la Elegida de esta época y puedes hacer muchísimas cosas de las que cualquiera desearía!, por eso ten por seguro que yo te seguiré hasta el final de mis días porque soy tu primera seguidora oficial. -dijo la profesora Rarelía con una expresión realista y entusiasta, por eso causó que llorara de felicidad al saber que esta vez sí tenía a una sabia, gentil y poderosa persona que creía en mi.
-¡Ay! ¡muchas gracias, profesora! ¡no sabe lo feliz que me hace saber eso!¡ough!, sabe algo, ¡admiro tanto a Malhadeth porque fue una niña y mujer increíble!, por eso yo la honraré como la Elegida que soy actualmente e iré ahora mismo con las directoras Onix y Harlem para que ellas me... -dije estando completamente decidida a recuperar parte de la vida perdida de mi ídolo mágico aunque ella estuviera muerta según las leyendas, pues me levanté de donde estaba para hacer algo cuando la profesora Rarelía me interrumpió bruscamente, otra vez.
-¡NO!, muchachita tonta, ¡escúchame muy bien! ¡si tú vas con ellas dos te separarán de las Eras y correrías mucho peligro!, por eso fue que alejaron a tus mejores amigos tales como Larrypeth, Aquapalya, Connor e Isapoyth, pues son puntos clave para tu captura, ¡no lo vayas a hacer nunca, por favor! -aseguró de pronto la profesora Rarelía con bastante intensidad y odio en sus ojos, pues se vio muy aterradora tras lastimarme un poco el brazo.
-Okey Rarelía, okey, pero calma, ¿si?, ¡me estás asustando se nuevo y ya habíamos quedado en un trato!
-... Ya dije lo que debía de decir, no más, Elegida, no más.
...
No me iba a quedar con los brazos cruzados luego de saber que la segunda hija de mi ejemplo a seguir estaba perdida entre alguna de las Eras así que me di a la difícil tarea de investigar más a fondo qué sucedía en realidad con aquella desafortunada familia, pues sentía que algo no calzaba bien con las historias que la profesora Rarelía me estaba contando a escondidas de todos por mi propia seguridad, no obstante, ella aún me daba algo de desconfianza.
Una noche, al ser las once y once minutos fui a la gran biblioteca de Luzeft para buscar más información acerca de aquel épico relato sobre la vida de Malhadeth Malpris y para mi sorpresa había un libro color marrón desteñido con unas cuerdas doradas sobre un estante brillante que me llamó mucho la atención, pues era como si ese antiguo escrito me estuviera hablando desde su interior por lo que traté de tomarlo pero se me resbalaba y era imposible de obtener hasta que finalmente lo logré luego de mil intentos y cuando lo abrí decía algo muy escalofriante que me dejó con la piel de gallina:
"Este libro es propiedad del Señor Isaac M y de toda la familia Baltimore, por lo que solo uno de sus descendientes podrá abrirlo..."
Obviamente me llevé un enorme susto luego de leer aquel misterioso epílogo, pues yo no era de su familia en lo absoluto pero como dentro de Él venían una serie de profecías muy antiguas continué observándolo hasta que la curiosidad me ganó, ya que por error leí en voz alta aquellas palabras y resultaron en un gran resplandor que surgió de la nada golpeándome la cabeza tras aquel épico brillo.
Al despertar sentí algo muy extraño, pues mi piel estaba grisácea, mis ojos cambiaron de color, tenía un mal sabor de boca y poseía una extraña bata blanca sin razón lógica en un escenario completamente desconocido para mi, ya que encontré un estante en el cual habían una serie de libros con conjuros muy antiguos y a pesar de estar perdida tomé uno de ellos e inmediatamente después vi como mis manos brillaban y pronunciaba las mismas palabras que Rarelía me había dicho en su historia cuando el padre de Malhadeth desapareció tras ver a su fallecida mujer dentro de su propia casa.
Con el corazón a todo galope vi como después un hombre alto, de cabello canoso, con la nariz torcida y un largo vestido marrón se levantó de uno de los libros mágicamente y desde luego se quedó impresionado, extraviado, mareado y algo confundido con mi presencia, ya que me preguntó qué sucedía ahora pero al verme mejor con la bata color blanca y los ojos azules se me acercó, vio directamente, tomó de las manos y lloró como loco mientras me ofrecía perdón.
-¡Ohhhh! ¿dónde estoy? ¿y quién carajos eres tú, niña? -Preguntó un mágico señor con una apariencia física peculiar, pues estaba desubicado y adolorido.
-Ahm, discúlpeme señor pe-pe-ro no se quién es usted y lo mismo me pregunto yo, ¿dónde estoy ahora y por qué salió de ese libro?
-No lo se, mocosa tonta, por eso es que te estoy cuestionando, ¡tú llevas más tiempo aquí fuera en comparación a mi.
-¡Uff!, bien, seré amable con usted aunque no lo merezca, pues me llamo Rainey Fe... -dije hallándome muy nerviosa, pues traté de contener la respiración e ira mientras temblaba de pies a cabeza tras su indiscutible presencia en nuestro mundo.
-¡Es imposible!, si, ¡eres tú!, ¡ohhh!, niña, ¡por fin se acabará todo esto que yo mismo inicié! -aseguró el señor estando en shock luego de verme mejor, ya que sonrió de alegría.
-¿Perdón? ¡no comprendo! ¡ah! ¡pero claro que si! ¡me está confundiendo con otra persona cercana!, mire señor, yo soy...
-Veo que usaste mi diario de encantamientos cuando te llamé esta mañana, ¿cierto, mi brujilla?
-¿Su qué? ¡ay rayos! ¿entonces fue usted quien me llamó desde este viejo y polvoriento libro? ¡no! ¡Santos Soles! ¿usted es el Señor Isaac Moldermo, verdad? -Pregunté estando en verdad asustada, pues según Rarelía Él también había muerto junto a su esposa.
-¡Así es! ¡ese yo yo! ¡pero wow, niña!¡tú eres a quien todos buscan desde hace quinientos años a causa de tus poderes! ¡uff linda! ¿qué acaso no sabes que te llamas E... -dijo el Señor Isaac con un tono de voz suave cuando de pronto fue interrumpido por mi misma tras mi atolondrada cabeza dando vueltas.
-¡Espere, Señor Isaac!, perdón pero estoy muy confundida, pues no se lo que dice, solo se que está frente a mi ahora mismo, ¡es absurdo y naturalmente imposible!, pero, ¿A caso yo lo desperté de la muerte?, ¿O es una clase de holograma advirtiendo del peligro a chicos tan rebeldes como yo? -Pregunté hallándome llena de pánico tras verlo indiscutiblemente vivo.
-... ¡Pero claro que estoy vivo nuevamente solo gracias a ti! ¡esa es la profecía número siete, cariño!, ¿a caso no lo sabías? ¿no habías experimentado dicho poder antes?, es que parece como si fueras experta.
-¡Ohhhh! ¡pero usted desapareció luego de ver a su esposa muerta, por eso lo declararon muerto sin un cuerpo! ¡AHHH!, estoy volviéndome loca, ¡no puedo más con esto!
-Tranquila palomita, tranquila.
-... A ver, ¿cómo fue que murió?,¿quiere por favor contarme sobre eso para poder comprender mejor toda esta ilusión que me apodera de mi?
-De acuerdo preciosa, te lo diré pero la historia es algo larga... Para empezar tengo ciento cincuenta y dos años de edad, y si, tal como dijiste después de ver como mi amada esposa Dalumbia murió desangrada frente a mis ojos tuve que dejar sola a mi única y bellísima hija llamada Malhadeth por causa del miedo.
-No, no se equivoque, ¡usted la abandonó cuando ella más lo necesitaba! ¡Ohhhh! ¿pero cómo pudo ser capaz de hacerle algo tan monstruoso e inhumano a una pequeña niñita inocente, ah?
-¡Escúchame! ¡no tuve otra opción!¡yo sufriría demasiado conmigo mismo después de tener que enterrar a mi gran amor y hacerme cargo de nuestra única hija yo solo! ¡no hubiera podido!, entonces fue por eso que decidí huir hacia la selva pero mientras cruzaba uno de los ríos más caudalosos un estúpido cocodrilo me lastimó la pierna y quedé muy malherido en medio de la nada.
-¡Auch! ¿y? ¿cómo pudo salir de esa? ¿por qué no regresó a su casa para aclararlo todo e impedir que su hija sufriera tanto ella solita?
-Escucha, no pude volver con mi hija... En ese momento me encontraba desesperado por la herida sangrando en mi pierna y me apoyé contra un gran árbol para reposar pero una resbalosa serpiente me mordió el cuello de la nada y morí en cuestión de minutos debido a su letal veneno, sin embargo, ahora tú me has liberado y podré solucionar mis errores aunque sea un viejo canoso, esquelético y lleno de arrugas pero ahora estoy vivo de verdad gracias a ti, niña. -aseguró el Señor Isaac hallándose algo triste mientras me contaba sus aventuras, pues lloró mucho al recordar su dolor.
Según las profecías y los relatos de la profesora Rarelía, el Señor Isaac era un buen hombre, sin embargo no lo creía así, ya que logré ver en sus grandes ojos marrones una extraña vibra malvada la cual me aterró aún más de lo que ya estaba, pues sabía bien que podría ser solo un demonio más disfrazado de persona, el cual quisiera aprovecharse de mi para darle valiosa información a la Sombra Negra, o sea mi enemiga.
-¿Qué sucede, eh? ¿me tienes miedo a caso? ¡jovencita! ¡yo soy tu antepasado así que tranquila! ¡nunca podría hacerte daño porque tú me salvaste de la muerte y eres sangre de mi sangre!, no lo olvides.
-Espere, ¿qué? ¿yo soy una Baltimore de verdad? ¡Ohhhh! ¿qué tengo que ver yo en su descendencia?¡ashh!, mire señor, ¡no conocí a nadie de mi familia biológica porque fui robada como los otros niños de las Eras y ahora usted solo me confunde aún más! -Pregunté estando muy asustada y alterada, pues casi no podía respirar cuando aquel hombre me dijo eso tan grave y asombroso.
-¡Si estás esperando una disculpa de mi parte jamás la vas a tener, eh!
-¿Por? ¿usted es tan egocéntrico y machista que no permite que una mujer lo contradiga, a caso?
-¡Escúchame con atención! ¡tú no puedes ser débil y dejarte llevar por emociones! ¡debes aprender a no esperar nada de nadie porque las personas te traicionan cuando menos lo esperas! ¡ah!, y si, quizá seas de mi familia... De hecho eres quien más importa de todos al ser la Elegida desde que naciste, ya que así como tu madre puedes mover objetos y controlar las otras profecías, lo prometo. -aseguró el Señor Isaac con una mirada fría y segura de tal forma que hizo que mis miedos más profundos salieran a la luz y con ellas nuevos poderes.
-¿Cómo que mi madre? ¿ella fue telepática también? ¿usted la conoció?, ¡Ohhhh! -exclamé con algo de duda y dolor, pues le pregunté para estar en paz luego de saber que alguien más la llegó a ver con vida, no obstante, en ese momento sentí como una extraña vibra congelante dentro de mi resurgía con gran fuerza.
-¡Pero claro que si la conocí! ¿o de dónde crees que tú obtuviste esos poderes, eh? ¡ella está viva y te está buscando! -aseguró Isaac con una mirada fija y sincera, pues pude sentir que decía la verdad.
-¿Qué?, espera, ¿mi mamá está viva?, ¡Ohhhh! ¿cómo lo sabe?
-... Simplemente lo se y ya, ¡no preguntes más!
-... ¡Tú eres el padre de Malhadeth Malpris, por lo tanto también eres famoso!, ¡uff!, tu hija fue la Elegida antes que yo y por algo que rebasaba tus límites te alejaste de ella a pesar de sufrir por ello, ya que no creo que Malhadeth pudiera guardarte rencor porque ella encontró el amor en medio de la oscuridad... Por un lado el de una segunda madre y por el otro el de un buen hombre con quien se casó y tuvo dos preciosas hijas. -dije estando muy segura de misma cuando de pronto sentí una intensa rabia dentro de mi cuerpo.
-¡Ni me lo recuerdes!, pues mi hija Malhadeth fue una estúpida chiquilla que se enamoró de un mal y patético hombre que no estaba a su altura y para empeorarlo vivió con una mujer que solo la quería por conveniencia, ¡ashh!, mira, yo me alejé de ella para siempre porque sabía que me mataría cuando supiera la verdad al crecer... -dijo el Señor Isaac hallándose enserio molesto tras recordar el turbio pasado, pues cogía de una pierna mientras caminaba en círculos muy cerca de mi.
-¡Ushh! ¡ya deje de caminar así que me tiene HARTA! -Grité de pronto tras estar realmente desesperada por aquel viejo, pues de la nada lanzé un rayo congelante en el suelo haciendo que en esa parte de la antigua biblioteca nevara bajo techo.
-¡Ohhhh! ¡genial! ¡esa es la profecía número nueve, querida muchacha! ¡lo estás logrando! -exclamó el anciano mientras que se reía de felicidad y placer, pues dejó que la nieve que yo provoqué cubriera sus manos y rostro de manera extraña.
-¿Yo hice esto? ¡ay no! ¡no, no! ¡es imposible! ¡AHHH! -Pregunté encontrándome llena de pánico y ansiedad extrema, pues obviamente estaba en shock tras ver lo que había surgido de mi ser.
-¡Así es! ¡tú lo hiciste! ¡oh si! ¡ya es la hora indicada!, mira, es por todo esto que debes salir de las Eras, querida, pues solo tú eres capaz de controlar esos poderes por ti misma, así que anda, ¿qué esperas para salir y ser libre justo ahora?
-¿Eh? ¡pero según la profesora Rarelía yo no debo de salir porque si no la Sombra Negra me atrapará!, ¿qué hago? ¿la desobedezco y me arriesgo a perderlo todo? -aseguré estando demasiado confundida y llena de dudas existenciales.
-¿Rarelía dices? ¡buah! ¡esa no es más que una bruja inmunda que te está vacilando porque quiere tu poder para ella sola! ¡mírame! ¡tú si puedes salir de las Eras, así hazlo ahora que puedes! ¡tranquila!, ya te darás cuenta de las ventajas por ti misma y luego me dirás lo maravilloso que fue salir al mundo real después de tantos años porque te aseguro que pasarás un espléndido tiempo de calidad con tu familia verdadera, ¿o no quieres reunirte con ellos nuevamente, eh, niña?
...