Fallen Angel (Traducción)

By slcontrol

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(Editando) Karla Camila, modelo, millonaria. Con un pasado cargado de amor y desamor causado por Lauren Jaure... More

Nota
Project (1)
Contract (2)
Fashion Show (3)
Saving You (4)
Remembering (5)
Resentment (6)
Change of plans (7)
Miami (8)
Truce (9)
Nota

Feelings (10)

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By slcontrol

Nota: Para una mejor lectura, escuchen "Need You Now" de Lady Antebellum. Pónganla en repetición.

Disfruten de la lectura.

Karla Camila Cabello's Point Of View

Por alguna razón, esa noche me traía buenas sensaciones. Miré mi imagen en el espejo de la habitación, mientras deslizaba el lápiz labial rosado sobre mis labios, delicadamente para no mancharme, era el último toque que faltaba para estar completamente lista. En ese momento, todas las modelos, excepto yo, estaban desfilando por el área central de la mansión, en la pequeña fiesta organizada por los directores de la sesión de verano de Victoria's Secret. Me levanté del banco mientras arreglaba la tela de mi vestido negro, que llegaba justo debajo de mis rodillas; estaba apretado, resaltando mis curvas; su espalda estaba casi completamente desnuda, a no ser por el cruce de dos tiras en el centro. La parte delantera ofrecía un escote relativamente llamativo, donde descansaba un collar delicado con algunas pequeñas piedras de diamante.

- Creo que me veo bien. - Murmuré hacia mí misma, al dar una pequeña vuelta frente al espejo.

Mi cabello estaba lacio, largo, alcanzando hasta la mitad de mi espalda. Llevaba un aire sexy y provocativo, que amaba profundamente. Sonreí y caminé hacia la salida de mi suite. Desde el pasillo ya podía oír el sonido de la música de abajo, acompañado por las voces y risas de innumerables mujeres y algunos hombres del equipo. Era una celebración del inicio de nuestro proyecto, que tenía todo para ser el mejor de toda la historia de Victoria's Secret. Desde lo alto de la escalera tuve una visión parcial del primer piso, y por lo visto, sólo faltaba mi presencia para complementar la fiesta. Vi a los angels y bombshells esparcidas por la sala mientras saboreaban algo que yo creía que era champán, del otro lado estaban los miembros del equipo. Y en el pie de la enorme escalera estaba Lauren Jauregui, acompañada de Normani y Dinah, todas en una conversación entretenida y casual.

- Vamos, Camila. - Susurré al bajar las escaleras.

Mis pasos fueron lentos, en la medida correcta para atraer la atención de quien estaba más cerca. Dinah levantó la cabeza, junto a Normani que me mostró una sonrisa alegre, lo que hizo a Lauren girar hacia la dirección que estaban mirando. La empresaria giró sobre sus talones, y fijó su mirada sobre mí. Juro que en esa fracción de segundos, sentí un escalofrío recorrer la línea de mi columna hasta la nuca. Me mantuve firme, con una sonrisa provocativa en la comisura de los labios, hasta acercarme a las mujeres. Lauren estaba impecable, llevaba un vestido color vino, de tela ligera y tirantes finos, mostrando sus hermosas curvas. Su pelo estaba suelto, ondulado, casi natural. Su maquillaje resaltaba sus labios y sus ojos verdes esmeralda.

- Buenas noches, chicas. - Murmuré con una sonrisa al acercarme.

- Pensé que nunca bajarías. - Comentó Normani.

Lauren desvió su mirada, y negó con la cabeza, muy sutil, pero lo suficiente como para para darme cuenta. Ella tenía una copa de champagne en las manos, en la que bebió despacio.

- ¡Te ves increíble! - Dinah elogió de forma simpática.

- ¡Tú también, Dinah! De hecho, todas aquí se ven increíbles.

- Me alegro de que vinieras a la fiesta, realmente pensé que no vendrías. - Lauren murmuró.

- Realmente no iba a venir, estoy bien cansada. Pero no sé, sentí que debía hacerlo.

- Voy a buscar más champán. ¿Me acompañas, Dinah?

Miré a los ojos de Normani, notando claramente sus intenciones. La mujer apenas sonrió, y arrastró a Dinah lejos de allí, dejándome sola con Lauren. Nos quedamos allí paradas, en silencio durante unos instantes, momentos incómodos, que fueron interrumpidos por ella.

- ¿Tu familia aún vive aquí?

- Sí, ellos viven en el mismo barrio de antes. La diferencia es que cambiaron de casa, con el dinero que gané pude ofrecerles un lugar mucho mejor.

- Me lo imagino, me sorprende que no se hayan mudado.

- A mis padres les gusta, dicen que tienen muchos amigos y personas queridas.

- ¿Vas a visitarlos?

- ¡Sí! Voy el fin de semana, cuando tenga tiempo libre. Vamos a quedarnos unos días aquí, y quiero aprovechar la oportunidad para verlos.

- Por supuesto, definitivamente deberías hacer eso. Los Cabello son personas maravillosas.

- Gracias, Lauren.

- ¿Quieres una copa de champán? - Preguntó ella en cuanto vio que un camarero paró a nuestro lado.

Solo asentí, y de forma gentil ella agarró una de las copas de cristal con champagne, entregármela.

- Vamos a hacer un brindis. - Lauren murmuró con una sonrisa.

- ¿Puedo saber por qué?

- Por nuestra tregua.

- Ni siquiera sabemos si va a funcionar. Confieso que me estoy controlando a mí misma para no provocarte.

Lauren soltó una risa baja, que me hizo sonreír.

- ¿En serio?

- No soy tan buena como antes, Jauregui.

- Ni yo, Karla.

Nos miramos por unos instantes, hasta que fuimos interrumpidos por algunas personas. La fiesta transcurrió tranquila, animada; la gente realmente se estaba divirtiendo, entre baile, charla y mucha bebida. Yo ya había perdido la cuenta de cuántas copas de champagne ingerí en las últimas dos horas, por suerte, todavía me sentía bien, no podía decir que estaba borracha, a diferencia de algunos ángeles que ya se habían caído al suelo varias veces.

- Ven, Karla. Vamos a bailar. - Alessandra exclamó mientras me tiraba de la mano.

Caminé en pasos apresurados hasta el grupo de modelos que bailaban animadamente al son de "Side To Side" de Ariana Grande y Nicki Minaj. Me puse entre Alessandra y Adriana, dos de las principales modelos, ambas brasileñas con una carrera reconocida. Siempre fueron muy acogedoras y amables, y se aseguraron de bailar muy cerca de mí. Moví mi cuerpo de acuerdo con la música cautivadora que llenaba el ambiente.

- Así, Camila. - Alessandra exclamó mientras movía sus caderas realmente cerca.

Solté una risa animada y repetí sus movimientos, balanceando mis caderas al mismo ritmo que las dos modelos. La gente alrededor bailaba y celebraba, mientras el alcohol alteraba sus sentidos. Nos quedamos en una especie de "tren" con todas las modelos bailando al mismo tiempo; para los que nos miraban, era una visión bastante llamativa y sensual, modestia parte, por supuesto.

- Chicas, miren aquí. - Exclamó Patrick.

Miramos al hombre que llevaba la cámara en sus manos, grabando todos nuestros momentos de relajación. Nos posicionamos de la mejor manera posible, todos tratando de quedar lo más presentable posible, ya que nos encontrábamos casi al final de la fiesta, y ya no nos veíamos tan bien como al principio de la noche. Después de algunas fotos por puro placer, me alejé del grupo de modelos, y caminé fuera de la mansión; necesitaba aire fresco. Tomé mi copa de champagne que estaba en una mesa dentro de la casa, y me dirigí a la terraza. Afuera, el clima era mucho más fresco, la brisa fría soplaba contra mi cara, trayéndome una buena sensación. Mi cabeza giraba por la buena cantidad de champagne que ingerí esa noche. Caminé despacio, sin tropezarme ni tambalearme, hasta el borde de la cubierta, que marcaba la división entre la playa y el jardín.

- ¿Has venido a despejar la cabeza?

Salté, asustada, poniendo mi mano sobre mi pecho. Lauren soltó una risa baja, mientras daba algunos pasos hacia mí.

- ¡Jesús, Jauregui! ¿Quieres matarme?

- Lo siento, no quería asustarte.

- ¿Qué estás haciendo aquí afuera? - Pregunté al apoyarme en el marco de la cubierta.

- Lo mismo que tú.

Miré sus ojos verdes claros y asentí despacio. Me sentía un poco incómoda, no por su presencia, sino por el silencio que se instalaba entre nosotras, como si existiera un abismo lleno de cosas para ser discutidas, y yo sabía que existía, pero no las traería de vuelta, no era sano, ¿verdad?

- Estás preciosa esta noche. - Lauren murmuró nerviosa, haciéndome mirarla.

Negué con la cabeza y sonríe.

- Tú también, Lauren. - Respiré profundamente. - Como siempre...

Ella dio un paso adelante, disminuyendo la distancia entre nosotras, todo de la manera más lenta y sutil que pudo, como si tuviera miedo de ser atacada en cualquier momento. No me eché para atrás, al contrario, permanecí en el mismo lugar, simplemente me giré hacia la playa. El cielo estaba abierto, despejado, excepto por aquella inmensidad estrellada que envolvía la luna luminosa en lo alto; el mar parecía agitado, las olas se movían con voracidad, mientras la brisa fresca golpeaba contra mi rostro. Cerré los ojos por unos instantes, y respiré profundamente, sintiendo que el olor del agua del mar entraba en mis fosas nasales, y el sonido del misma llenaba mis oídos.

- ¿No te hace recordar el pasado? - Pregunté, aún con los ojos cerrados. Sentía a Lauren muy cerca, justo a mi lado. Ella también apoyaba sus brazos sobre el marco, y miraba el mar. - Quiero decir, este lugar, nosotras aquí.

- Lo hace, Camila. Desde que volviste, todo en lo que puedo pensar es en el pasado y en lo mucho que me haces perder la cabeza.

Abrí los ojos y miré su rostro. Lauren no habló de manera nerviosa, al contrario, su expresión era tranquila.

- No es diferente para mí, Lauren. - Comenté al tomar el último sorbo de la copa de champagne. Estaba borracha. - No sé si te odio más por eso, o si mi ira sigue siendo la misma.

- Camila...

- No quiero hablar sobre lo ocurrido hoy. Si quieres podemos recordar algo bueno... Aprovecha que estoy borracha y no quiero pelear contigo.

- Estás muy borracha. - Exclamó con una expresión divertida, que me hizo sonreír.

- No me mires con esa cara, ya te he aguantado borracha varias veces. Borracha y melancólica. - Dije riendo, viéndola hacer lo mismo.

- No recordemos esos momentos vergonzosos.

- Oh, así que cuando se trata de esos, no quieres recordar, ¿no?

- ¡No, déjalos en el pasado!

- Nada de eso, recuerdo la vez que bebiste tanto después de una discusión nuestra, que apareciste en mi casa, llorando y pidiendo disculpas.

- Eso me dio un buen dolor de cabeza al día siguiente. - Murmuró con una mueca.

- Lo sé, idiota. ¡Cuidé de ti, como siempre!

Incliné mi cuerpo hacia un lado, golpeando su hombro con el mío. Lauren soltó una risa y negó con la cabeza, mientras tomaba otro sorbo de su bebida.

- Recuerdo la vez que bebimos juntas en la playa, ¿te acuerdas?

Miré sus ojos que ahora estaban fijos sobre los míos, ella respiraba lentamente, pero con ese toque de emoción debido a los recuerdos.

- ¿Cómo podría olvidarlo?

Flashback On

Levanté el control hacia la televisión, cambiando de canal por milésima vez en menos de una hora. Nada me podía llamar la atención, me mantenía presa, nada sacaba a aquella maldita chica de mi cabeza. En ese momento, Lauren estaba en los brazos de Ethan, y yo no quería imaginar lo que estaban haciendo, pero era imposible eliminar esos pensamientos de mi cabeza. Cerré los ojos y me tapé la cara con la almohada, en un metafórico intento de silenciar mis pensamientos.

- ¡Sólo complicas las cosas, Camila! - Exclamé para mí misma.

Levanté mi cuerpo, y me senté sobre la cama, volviendo a prestar atención a las imágenes de la televisión, o al menos tratando de hacerlo. Y fue entonces cuando la puerta del cuarto se abrió de golpe, mostrando a Lauren totalmente sacudida. Miré su expresión alterada, dejándome completamente confundida. Ella tenía la cara roja, y mojada. Estaba llorando, hasta el punto de sollozar.

- ¿Qué pasó? - Pregunté al levantarme de la cama de inmediato.

Ella no me respondió, continuó llorando dolorosamente. Estaba sin reacción, no sabía qué hacer; ¿qué podríamos hacer cuando alguien lloraba sin parar?

Lauren caminó hasta la cama, donde se sentó. Me senté a su lado, mientras me quedé observándola, no sabía si debía acercarme, no tuvimos un buen día, y acercarme tanto podría dejarla peor.

- Por favor, dime qué pasó. - Susurré al tocar sus cabellos lentamente.

Su respiración jadeante estaba llena de sollozos en medio de su llanto. Lauren levantó la cabeza, giró su cuerpo hacia mí y me abrazó. Cerré los ojos, y en aquel instante la envolví en mis brazos. Era desgarrador verla de esa manera; mil posibilidades de lo que podría haber pasado pasaron por mi cabeza.

- Lauren, por favor. Dime por qué estás así. Déjame ayudarte.

- Tenías razón, Camz. - Susurró cabizbaja.

- ¿Sobre qué?

- ¡Ethan! ¡Él es un tremendo idiota!

- ¿Qué te hizo? - Le pregunté mientras me ponía de pie.

No quería pensar en lo que ese imbécil podría haber hecho. Ver a Lauren así, y saber que era por él, sólo despertó mi deseo de matarlo. ¿Él la había engañado? ¿La había golpeado o la había obligado a...

- Lauren... - Susurré, con miedo de preguntar y recibir una respuesta no deseada. - Ustedes...

- No, Camila. - Se levantó y respiró profundamente, tratando de controlar sus lágrimas. - Nosotros no hicimos nada.

Solté una bocanada de aire en puro alivio. No es que suavizara el estado en que la había dejado, pero saber que no la había lastimado de esa manera era menos traumático. Miré su triste cara, y me acerqué.

- Dime qué pasó, ¿por qué estás así? Quiero ayudarte, pero necesito entender, Laur.

Lauren, después de unos minutos, dejó de llorar y empezó a hablar de todo lo que había sucedido con Ethan. Ella me dijo que estaba borracho, que casi la forzó a entregarse, y que fue extremadamente grosero cuando ella lo rechazó. Ella dijo que él la dejó sola y ni siquiera se preocupó con su estado. Confieso que mi único deseo era ir a esa fiesta y escupirle en la cara todo lo que estaba reteniendo, pero no podía exponer a Lauren de esa manera. Pero no lo dejaría pasar, en absoluto.

- ¡Tenías razón! ¡Fui una idiota por no escucharte! ¡Fui tan tonta! - Ella lloró en mis brazos.

- Olvídalo, Lo. Ya no importa, ¿de acuerdo? No puedes estar triste así...

- ¡No puedo no quedarme así, fue horrible!

- Lo sé, pero eso no se quedará así. Lo prometo.

Lauren levantó la cabeza, y me miró. Sus ojos verdes estaban claros, rojizos por las lágrimas. Me partía el corazón verla tan triste, me sentía impotente por no poder eliminar tal sentimiento de su interior. Si yo pudiera, haría cualquier cosa para hacerla feliz, para hacerle olvidar aquel momento.

- Lo siento, Camila. Fui una idiota contigo hoy, te ignoré toda la tarde.

- Lauren, olvídalo, ¿de acuerdo? - Le supliqué, mientras llevé mis manos de forma cuidadosa hasta su rostro.

Dejé que mis pulgares se deslizaran por su mejilla, secando los restos de lágrimas que de vez en cuando dejaban sus ojos. Lauren suspiró cansada y juntó su mano a la mía.

- Eres la mejor amiga que podría tener.

Una sonrisa escapó de mis labios, y yo sólo asentí con la cabeza antes de abrazarla. Nos quedamos allí durante unos minutos, y luego Lauren se acostó sobre la cama y reposó su cabeza sobre mi regazo, mientras dejaba que mis dedos se deslizaran entre las hebras de su cabello castaño. Conseguí dejar a mis ojos enfocados en la pantalla de la TV, pero mis pensamientos todavía rondaban a la chica, y fue entonces cuando escuché sus bajos murmullos. Incliné mi cuerpo, percibiendo que ella todavía lloraba.

- Lauren, por favor, no llores. - Susurré cariñosamente.

- Sólo quiero olvidarme de todo. Pero sigue repitiéndose, ¿sabes? Él fue tan idiota. - Exclamó al levantarse.

Me quedé parada, sólo mirándola caminar de un lado a otro mientras se quejaba de Ethan. Siempre supe que él era un imbécil, y se lo advertí, pero yo no era el tipo de persona que decía 'te lo dije.' Tal vez mi lado enamorado por Lauren me impedía ser tan grosera en medio de su dolor, mi único deseo era hacerla olvidar lo ocurrido, en un intento esperanzador de salvar su noche.

- Mañana nos vamos de aquí. - Ella dijo.

- Lo haremos, pero debemos disfrutar el resto de la noche primero. - Comenté.

Lauren se giró hacia mí con una mirada incrédula.

- Camila, no estoy de humor para...

- Quieres olvidarte de todo esto, ¿no?

- Es mi único deseo, olvidarme de todo. Aunque sea sólo por unas horas...

Asentí brevemente y me acerqué con una sonrisa esperanzada.

- ¿Qué...? - Ella preguntó.

- ¡Vamos a salir a dar una vuelta!

- No, de ninguna manera... yo...

- Lauren, no estoy preguntando. Estoy ordenando. Vamos a salir, tú y yo, aunque sólo sea para caminar por la playa. Soy tu mejor amiga, y es mi deber hacerte sentir mejor.

- No es necesario, vamos a quedarnos...

- No te arrepentirás, te lo prometo.

La chica se quedó en silencio, mientras mordía la punta de los labios lentamente, parecía estar pensando en mi propuesta inesperada. De hecho no sabía lo que íbamos a hacer, pero estaba decidida a mejorar su noche, aunque fuera sólo por unas horas.

- ¿Qué me dices? - Insistí. - ¿Vamos?

Lauren suspiró pesadamente y me mostró una sonrisa débil. Extendí mi mano hacia ella, la cual sostuvo de forma confiada.

- Voy a mejorar tu noche, Jauregui. ¿Confías en mí?

- Eres la persona en la que más confío en este mundo.

- ¡Entonces vamos!

Tiré a Lauren por los pasillos de la casa de Ethan, yendo hacia las escaleras. En el primer piso la fiesta sucedía a todo vapor, el movimiento de personas circulando era prácticamente el mismo, o incluso mayor que hace horas atrás. Bajé un par de escalones, tratando de ver si el dueño de la fiesta estaba presente. Lauren permaneció en lo alto de las escaleras esperando una señal de que el camino estaba despejado. Antes de salir de la habitación, ella se quejó de que no quería tener la desgracia de volver a ver a Ethan esa noche.

- ¡Está todo despejado! Ven. - Le susurré, mientras le hacía señas para que bajara.

Lauren aceleró sus pasos, y pronto se puso a mi lado. Sostuve tu mano, antes de conducirla fuera de la casa. No queríamos ser vistas, evitar preguntas, o compañías innecesarias en este momento era la mejor manera.

- No creo que haya otra salida a la playa que no sea a través de la terraza. - Oí a la chica susurrar.

- Debe haber una a través del jardín. Mira, está oscuro, nadie nos va a ver.

- Tienes razón. Pero todavía no entiendo por qué nos estamos escondiendo.

Solté una risita y miré sus ojos verdes.

- Bueno, si quieres podemos pasar por la terraza, encontrarnos con el grupo de amigos de Ethan que piensan que tienen alguna intimidad contigo, o incluso puedes encontrarte con el mismo Ethan.

Lauren frunció el ceño y negó con la cabeza.

- No sería una buena idea, quiero estar lejos de todos.

- Fue lo que pensé.

Pasamos detrás de un grupo de personas, unos tipos mayores que hablaban de las tetas de una chica borracha en la piscina. Lauren hizo una mueca cuando se dio cuenta del tema discutido, lo que me hizo reír de su expresión graciosa. La llevé al jardín lateral, que estaba vacío y poco iluminado.

- Podemos bajar por allí. - Susurró una vez que nos detuvimos detrás de un árbol.

- Podemos, pero espera aquí un poco. - Susurré antes de alejarme.

- ¿Qué?

- Espera ahí, ahora vuelvo. - Le indiqué que se quedara en el mismo lugar.

- ¡Camila! - Exclamó incrédula.

Caminé hasta la terraza, cerca de la mesa de bebidas. Josh, uno de los amigos de Ethan, me mostró una sonrisa que le devolví antes de darle la espalda. Me quedé allí observando el movimiento de las personas alrededor, esperando que todos ellos se alejaran, y tan pronto como lo hicieron, sutilmente agarré una de las botellas que estaban sobre la mesa, y dos vasos plásticos.

- Dios mío, ¿qué estás haciendo? - Preguntó Lauren tan pronto como me acerqué.

- Pensé que podrías necesitar esto.

- ¡Estás loca!

Una sonrisa nació en sus labios, dándome una pizca de esperanza en mejorar su noche.

- Ven conmigo.

Caminamos a través del césped hasta la cerca de madera que dividía la propiedad de la playa, y por suerte, había un camino a través de una pequeña puerta en la esquina izquierda del jardín. Tan pronto como salimos de la propiedad de Ethan, Lauren me mostró una sonrisa entusiasmada.

- ¿Qué vamos a hacer ahora?

- Vamos a dar un paseo. Sostén esto. - Le entregué la botella de tequila y los vasos plásticos, mientras me bajaba para quitarme las sandalias de los pies. - Dame eso ahora, y quítate las tuyas.

Lauren asintió y se quitó las sandalias, como yo había hecho. Esperé que ella las recogiera del suelo, para entonces caminar al lado de la chica por la playa casi desierta, excepto por las parejas que se estaban liando cerca de la cubierta.

- Será mejor que caminemos más lejos, no quiero ver a Ethan.

- ¡Por supuesto! ¿Qué tal para ese lado?

- Está bien.

Caminamos en completo silencio, y eso no pareció molestarnos. Lauren caminaba a mi lado, mientras dejaba que el agua del mar mojara sus pies descalzos. Gracias a Dios esa noche estaba hermosa, el cielo estaba abierto y muy estrellado. Amaba ir a la playa por la noche, me hacía pensar y relajarme. Mis pensamientos parecían perderse en medio de la brisa proveniente del mar.

- Ni siquiera deberías estar ayudándome.

Levanté la cabeza hacia la chica que estaba a mi lado, viéndola todavía entretenida con las olas que se rompían en la orilla de la playa.

- ¿Por qué?

- Sólo te he tratado mal hoy. Y todo por...

- ¿Por?

Lauren suspiró vacilante, y finalmente me miró.

- Por celos. - Murmuró tan pronto como dejamos de caminar.

Estábamos lo suficientemente lejos de la casa de Ethan, cerca de otras casas que también parecían estar de fiesta, no como la nuestra, éstas eran mucho más tranquilas.

- ¿Celos de qué? - Pregunté al sentarme en la arena.

La chica rodó los ojos de forma impaciente antes de sentarse a mi lado. Miró nuestros vasos que ahora estaban sobre la arena, junto a la botella de tequila.

- Sí, pasaste todo el tiempo con Vero.

- ¿En serio? ¿Estabas celosa? Oh Dios mío.

- ¡No lo digas así! Te alejaste de mí durante todo el fin de semana, te pegaste a Verónica como un chicle.

- Tal vez fuiste tú quien se alejó de mí para estar con tu casi novio.

Lauren se calló, dándose cuenta de que yo tenía razón. Abrí la tapa de la botella y vertí una buena cantidad de tequila en el interior de los vasos rojos. Dios, el olor ya era lo suficientemente fuerte, así que imagina el efecto de eso. Laure agarró su vaso y yo hice lo mismo.

- No quiero pelear, Laur. Te traje aquí para que pudieras olvidar tus problemas.

- ¿Con alcohol? - Contestó en medio de una risa.

- Y con mi compañía.

No sé por cuánto tiempo estuvimos allí, entre conversaciones sobre distintos temas. Lauren parecía haber amado el sabor del tequila, no soltó su vaso por un minuto, tal vez ella estaba terminando la botella mucho más rápido que yo. Su estado intoxicado lo dejó claro. Agarré la botella y la puse a mi lado, y recibí una mirada reprobadora de la chica que no dijo nada.

- No más alcohol para ti.

Ella se rió, como si yo hubiera contado un chiste.

- Eres tan linda cuando estás preocupada. - Comentó en un tono de voz bastante exaltado.

- Por supuesto que estoy preocupada, fui yo quien te dio esa bebida.

- Y tú hiciste lo correcto, ¡me siento ligera!

Levantó los brazos y se echó hacia atrás, dejando que su cuerpo tocara la arena. Miré a la joven chica que ahora estaba acostada, mirándome.

- Acuéstate.

- Me ensuciaré toda.

- Acuéstate, Camila. - Exclamó al golpear con la mano en la arena. - Veamos el cielo, es hermoso.

(Lady Antebellum - Need You Now)

Negué con la cabeza y sonreí antes de acostarme a su lado. Lauren tenía razón, el cielo se veía muy hermoso; tal vez era luna llena, teniendo en cuenta su tamaño y su brillo extremadamente fuerte. A nuestro alrededor podíamos identificar innumerables puntos estrellados, que pintaban el cielo de manera fascinante.

- Me gusta mirar el cielo de noche. - Dijo ella mientras reposaba sus manos sobre el abdomen.

- A mí también me gusta, lo hago siempre que puedo.

- ¿Lo haces?

- Sí, me hace pensar en todo. Mi vida, mis planes, personas. - Susurré.

- ¿Cuáles son tus planes, Camila? Para el futuro.

Solté una sonrisa y respiré profundamente, sintiendo el olor del mar, que parecía más como un tranquilizante natural para mí.

- Tengo tantos planes, tantos sueños que podría pasar toda la noche contándotelos.

- No me importa escuchar, tenemos toda la noche por delante.

- ¿De verdad quieres saberlo? - Le pregunté al mirarla.

- Mucho.

La miré a los ojos, ellos transmitían emoción, y estaban brillantes a pesar de su aspecto intoxicado. Lauren tenía una sonrisa sincera adornando sus labios tan hermosos.

- Hmmm, tengo una lista de cosas que quiero hacer en mi vida.

- ¿En serio? - Preguntó incrédula.

- ¡Sí! Tiene muchas cosas.

- ¡Cuentame! Quiero saber. - Habló al acercarse.

- De ninguna manera, hay muchas cosas en mi lista.

- Cuéntame algunas entonces, vamos. - Suplicó con una cara de cachorro que cayó del camión de la mudanza.

Suspiré derrotada y volví a mirar al cielo estrellado.

- Bueno, creo que la primera de ellas es convertirme en una modelo, una modelo mundialmente conocida. Quiero mi nombre en todas las portadas de revistas, outdoors, programas de TV. Quiero desfilar para innumerables eventos y marcas, como Victoria's Secret. Amo a esas chicas que usan esas alas y las valiosas piezas de diseño. - Lauren tenía una sonrisa en los labios, mientras sólo me miraba. - Quiero poder ayudar a mi familia, darles una mejor situación económica, hacer de mi hermanita una persona bien instruida, con muchas oportunidades. Creo que quiero tener hijos también, de hecho, realmente quiero adoptar un niño.

- ¿Por qué? ¿No tienes ganas de tener uno? - Lauren preguntó, haciéndome mirarla.

- Sí, por supuesto que sí. Pero tengo la intención de tener dos hijos. Y realmente quiero que uno de ellos sea adoptado.

- Entiendo, es un gesto muy hermoso.

- Gracias.

- Continúa, quiero saber más.

Sonreí y me esforcé para recordar más cosas de mi lista de deseos.

- ¡Quiero hacerme un tatuaje! Uno que me represente.

- Puedo acompañarte cuando lo hagas, elegiré tu tatuaje. - Comentó de forma convencida.

- Lo harás, ¿eh? - La miré.

- ¡Por supuesto! Pero continúa...

- Quiero tener los recursos para crear una institución de caridad, no sé, algún tipo de taller para niños, que pueda servir de educación, ocio, y hasta quien sabe vivienda. Hay tantas personas que no pueden vivir una vida decente debido a la desigualdad social. Realmente quiero poder ayudar, ¿sabes? Siento que debo hacerlo, y voy a esforzarme para conseguirlo.

Lauren ahora se quedó en silencio, sólo mirándome de una manera indescifrable. Confieso que me sentía desnuda ante sus ojos, como si ella pudiera ver dentro de mí. Ella estaba tranquila, respiraba tranquilamente, y me preguntaba si ese era el efecto del tequila. Ella gesticuló para que yo continuara, y así lo hice.

- Quiero saltar de un ala delta, bucear en el mar, tirar una moneda a la Fontana di Trevi en Italia. Ver la puesta del sol en la cima de una montaña, ir a algún lugar donde pueda ver la aurora boreal. Quiero que me arresten por unas horas por una razón estúpida. Quiero tener un hermoso baile de graduación. Quiero enamorarme perdidamente, y hacer algunas cosas muy cliché como tallar mis iniciales y las de la otra persona en un árbol. Quiero pasar todo el día viendo una película y escaparme de casa para pasar un fin de semana romántico; quiero tener a esa persona conmigo por el resto de mi vida y quiero poder realizar con ella buena parte de mis planes.

- ¿Tienes algún defecto? - Preguntó seriamente.

Me reí y golpeé su hombro con el mío, con cierta dificultad, ya que estábamos acostadas en la arena.

- Estoy hablando en serio. - Lauren susurró, con una sonrisa. - No puedo ver cosas malas en ti, Camila. Es difícil de creer que aún no hayas encontrado un buen chico para ser tu novio.

- No creo que tenga que encontrar nada, ¿sabes? Veo el amor de manera diferente.

- ¿Cómo lo ves?

Estaba nerviosa, muy nerviosa. Lauren y yo ya hemos tenido innumerables conversaciones sobre el amor, las relaciones, los planes, pero ésta tenía algo diferente que yo no podía explicar. Sabía que Lauren estaba borracha, pero ella me miraba de una manera tan intensa que hacía que los pelos de mi cuerpo se erizaran.

- Lauren...

- Dime. He salido con algunos chicos, pero creo que nunca he estado verdaderamente enamorada, ¿sabes? Creo que no sé lo que es el amor, Camila. Y aunque no hayas salido tanto, siento que sabes más que yo. Así que dime...

Tragué saliva y me senté. Doblé mis rodillas, envolviendo mis piernas con mis brazos. Lauren no tardó mucho en sentarse también, con una expresión que indicaba que todavía estaba esperando mi respuesta.

- La gente cree que cuando tienen una relación con alguien es una señal obligatoria de que hay amor entre ellos. Pero no, a veces ni siquiera es amor, es sólo una atracción, pasión, deseo o incluso afecto. El amor es mucho más grande que eso, ¿sabes? Es un sentimiento que no podemos conceptualizar, después de todo, cada persona tiene su forma de amar, pero podemos expresarlo. Amas a alguien por cómo es esa persona por dentro, todos sus pequeños detalles, sean ellos buenos o malos. El amor no es aceptar a alguien por sus cualidades, ¿lo es? Cualquiera puede hacer eso. El amor es aceptar los defectos, comprender los errores del pasado, y ayudar a no cometerlos de nuevo. Cuando amas estás dispuesta a hacer todo para ver a la otra persona feliz, incluso ciertos sacrificios, como renunciar a algo importante, como por ejemplo: tus sentimientos. - Suspiré y la miré. - Hay amor cuando te sientes ligera, segura, confiada, protegida, cuidada, sólo porque estás en presencia de la persona que amas. El amor son esas famosas mariposas en tu estómago, es un recuerdo seguido de una sonrisa tonta, es esa urgencia enloquecedora de gritar cuando te sientes totalmente sumergida en sentimientos inexplicables, es oír una canción y recordar a alguien, es la urgencia de tocar, de sentir. Sientes que debes protegerla del mundo y de todos los que pueden hacer daño. Quieres tener a esa persona en tu vida, casi a tiempo completo. Quieres tener su atención, sus caricias, sus confesiones, su tiempo, sus sentimientos. Quieres sentirte única para ese alguien, como si te necesitara tanto como tú a ella. Podría quedarme toda la noche hablando de amor contigo, pero creo que esto es suficiente por hoy.

No tuve el valor de mirarla mientras hablaba de amor; tenía la sensación de que en cualquier momento ella podría descubrirme sólo con una mirada. Nos quedamos en silencio por unos segundos, que me dejaron aún más nerviosa. Sentía que mis manos sudaban y mi cabeza daba vueltas. ¿Efectos del tequila, o efectos de Lauren Jauregui?

- Camila...

Estábamos sentadas una al lado de la otra, casi en la misma posición. Mi respiración estaba empezando a cambiar.

- ¿Qué pasa?

- ¿Puedo hacerte una pregunta? Mírame. - Murmuró al sostener mi barbilla, obligándome a mirarla.

- Claro.

Lauren también parecía nerviosa, su respiración delataba eso. Pero estaba extremadamente borracha, así que podría ser por eso.

- ¿Alguna vez te has sentido así? - Deslizó la punta de la lengua sobre sus labios. - ¿Enamorada de alguien?

Su pregunta me dejó estupefacta. Miré sus ojos embriagados, que ahora me miraban a la espera de una respuesta seria.

- Yo... - Aparté la vista de su mirada, pero ella me hizo mirarla nuevamente.

- Dime la verdad, sólo quiero la verdad.

- Estoy sintiéndome así ahora.

Lauren pareció dejar de respirar, se quedó completamente estática. Sentía que mi corazón palpitaba en latidos frenéticos y nerviosos, que pude jurar que en cualquier momento ocasionaría mi muerte.

- Lauren... - Susurré tan pronto como ella desvió sus ojos de los míos.

- Estás enamorada de Verónica, ¿no es así?

Fruncí el ceño confundida, viéndola levantarse de golpe.

- ¿Por qué no me lo dijiste? ¡Pensé que era tu mejor amiga!

- ¿Qué? Lauren, estás...

- Sabía que no estaba imaginando cosas, la forma en que ustedes dos estuvieron más que cerca este fin de semana. - Gruñó completamente irritada. - ¡Ni siquiera sabía que te gustaban las chicas!

- Nunca lo negué. ¿Es eso un problema para ti?

Me dio la espalda, poniendo la mano sobre la cintura, mientras vociferaba algo que yo no podía comprender.

- ¡Por supuesto que no! Sólo quería saber. Me hablaste tanto del amor y no me dijiste que estabas enamorada. - Parecía nerviosa, decepcionada.

- ¡Estás confundiendo todo! - Murmuré al mirarla.

- ¿Qué? ¿Eh? ¿Vas a decirme que no estás enamorada?

- No, no voy a decir eso, realmente estoy enamorada. Pero no de ella...

Tenía la sensación de que podría desmayarme de nerviosismo en cualquier momento. El alcohol en mi cuerpo hacía todo más intenso, pesado.

- Entonces, ¿de quién estás enamorada, Camila?

- No querrías saberlo. - Susurré nerviosa. - Olvídalo...

- ¡Quiero saberlo, dime! - Exclamó mientras se detenía frente a mí.

En ese instante sentí mi corazón flaquear, las palabras desaparecieron de mi boca, dejándome completamente perdida. Lauren estaba parada frente a mí, tan cerca hasta el punto de hacerme sentir su aliento caliente contra mi cara. Tragué con fuerza el nudo que se formó en mi garganta, mientras mi interior parecía hervir. Tenía una mirada furiosa, casi asesina. El viento soplaba contra su cara, haciendo que algunos mechones de su pelo ondulado se salieran de su lugar.

- ¡Dime, Camila!

En un corto espacio de tiempo, mi mente se perdió, y el coraje domado por mis sentimientos me hizo actuar. Di un paso adelante y llevé mis manos hasta el rostro de Lauren, del cual tiré hacia mí para tomar sus labios con los míos. Al principio ella no correspondió, sin embargo, no se alejó, tal vez estaba demasiado sorprendida como para pensar con claridad, pero yo no retrocedí. Lauren suspiró contra mis labios, y los aceptó junto a los suyos, devolviéndome el beso. Pronto sentí sus manos descansar sobre mi cintura, dándome la respuesta que necesitaba para continuar. Permanecí con los ojos cerrados, mientras bajé las manos hasta su nuca. Sus labios eran tan suaves, delicados, los mejores que pude tocar con los míos. Sentí que todo mi cuerpo se estremecía, mi piel ardía en un calor colosal provocado por ese beso tan intenso. Dejé que la punta de mi lengua se deslizara lentamente por los labios de la chica, que entreabrió los mismos en una petición silenciosa para que yo profundizara el beso. Cerré mis dedos alrededor de sus cabellos con cierta fuerza tan pronto como nuestras lenguas se deslizaron unas sobre la otra. Era como poner todas nuestras energías, deseos, sentimientos en un solo acto. No quería soltarla, pero la falta de aire ya empezaba a hacerme sentir mareada, y mi única alternativa fue apartar mis labios de los suyos.

Flashback Off

Desperté de esa burbuja de recuerdos, dándome cuenta de que Lauren y yo estábamos demasiado cerca. Confieso que sentí mi cuerpo estremecerse con su proximidad. Era al menos loco lo que ella me hacía sentir. Podría odiarla, pero no podría negar que ella me atraía, y mucho. Lauren me miraba a los ojos, y de vez en cuando observaba mis labios, tal como yo lo hacía con ella. De repente yo estaba en un túnel del tiempo, donde todo se repetía. Esta vez, Lauren ya no tenía los mismos rasgos jóvenes de antes, ahora eran maduros, sensuales, pero aún así extremadamente atractivos para mí. Ella se acercó lentamente, lo suficiente como para hacerme cerrar los ojos y sentir su respiración contra mi rostro.

- Lauren, no...

- Por favor, déjame hacer esto. – susurró contra mis labios.

Sentí su mano agarrar mi nuca, y la otra reposar sobre mi cintura, en un agarre que me me dejó sin aliento. No podía negarlo, no quería negarlo, estaba demasiado borracha para luchar contra mi subconsciente que gritaba para que me alejara. Sólo dejé que pasara. E inmediatamente sentí los labios de la mujer sellar los míos con voluntad. Su lengua hábilmente serpenteó hasta la mía, haciéndome saborear el sabor del champagne en su boca, y qué boca. Lauren me colocó contra el marco, atrapando mi cuerpo contra el suyo, mientras que su boca me volvía completamente loca y me hacía perder el aire. Tenía la misma intensidad de años atrás, cuando nos besamos por primera vez. Llevé mis manos hasta su rostro, mientras chupaba su lengua lentamente, luego sentí los dientes de Lauren tirando mi labio inferior, para luego juntar su lengua con la mía otra vez. Estábamos entre suspiros, casi en suplicas silenciosas pidiendo por más, pero no podríamos.

- Mejor paremos... - susurré.

Ella se alejó lentamente, sin quitar sus manos de mi cintura.

- Tienes razón, discúlpame. Yo sólo...

- Lo sé, lo sé. - interrumpí al liberarme de sus brazos, y mirar el mar nuevamente. Necesitaba una distancia segura de esa mujer.

- No quiero que esto arruine las cosas.

- Lauren, se suponía que sólo era una tregua y...

- Puede ser algo más, Camila. Sabes que puede, sientes que puede.

Ella dio un paso al frente, disminuyendo la distancia entre nosotras, pero yo retrocedí.

- Puede que no funcione. Sé lo que siento, y no será fácil tu trabajo.

- Sé que no lo será, pero estaría dispuesta si quisieras. Si me dejaras.

Desvíe la mirada de sus ojos que me dejaban débil. No sabía lo que estaba pasando, de repente, cada barrera que construí para protegerme, simplemente, desapareció. Dejándome completamente desprotegida ante la mujer que un día fue todo para mí.

- Tengo que irme. - comenté rápidamente, en un intento de terminar esa noche. - Estoy cansada, y tenemos mucho trabajo mañana.

Lauren suspiró, pero nada respondió.

- Buenas noches, Lauren. - susurré al alejarme.

La mujer permaneció parada en el mismo lugar. Necesité reunir fuerzas para seguir adelante, cuando un lado mío me pedía quedarse, y dejar que ella lo intentara. Pero yo sabía que todo había pasado por su culpa, y no estaba segura si estaba dispuesta a permitirme pasar por todo otra vez.

- ¡Camila!

Yo ya estaba a algunos metros lejos, cuando me paré para mirarla. En aquel instante vi a la Lauren de la escuela secundaria, con la misma expresión nerviosa y la misma mirada esperanzada, mientras que parecía que buscaba las palabras correctas a ser dichas.

- Dime.

Ella cerró los ojos brevemente, y respiró profundamente, se notaba por el movimiento de su pecho.

- Sólo quiero que sepas que aún estoy completamente enamorada de ti.


Espero que hayan tenido un buen día. Besos.

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