-¿Así que quieres saber dónde está Elliam? - Preguntó Zulan mientras degustaba su platillo sin dirigirme la mirada.
-S... ¡No! No, en lo absoluto, simplemente pregunté por cortecia, pues su presencia me es indiferente.- Objeté de manera clara y miré mi plato. Sobreactué como una aristócrata.
¡Qué bochornoso momento había pasado! Todo por mi estúpida pregunta, seguramente su familia creía que me gustaba, pero obviamente no era así, tenía mejores gustos.
De pronto, escuché una voz hacia mi dirección.
-Oye, Teresa... Tss, Teresa- Me miraba aquel sujeto de poca gracia.
-Soy Ellesa...- Respondí enojada y cortante.
-Sí... como sea, pasáme la salsa que esta a tu lado - Protestó aquel tipo.
¿Cómo se atreve a cambiarme de nombre? ¿Y qué le pase la salsa? ¿Me vio cara de sirvienta o qué?
-¡Pero apúrate muchachita! ¡Muero de hambre! - Se reía aquel hombre con cara de fastidio.
No tuve elección y cuando me dispuse hacerlo, por alguna extraña razón; me puse a pensar en Elliam.
Elliam Federlock, era un completo extraño para mi, pero uno de buena apariencia. Si Elliam quisiera, podría hacerse pasar por un chico rico y nadie lo notaría. De hecho, si se vistiera bien, luciría como un verdadero príncipe.
De pronto, mis pensamientos fueron borrados por varios gritos.
-¡Ey! ¡Teresa! ¡Niña! ¡Estás regando la salsa! -
Miré hacia mi mano y era cierto. Solté bruscamente el recipiente y noté que había salsa por toda la mesa.
-¿Estabas en las nubes verdad? ¿Quieres que adivine con quién? - Preguntaba aquel sujeto con una sonrisa picarona.
Mis ojos se abrieron tan grandes que no supe que responder. ¿Habría leído mi mente?
-¡Deje de estar inventando palabrerías señor! y para su información... me llamo Ellesa- Traté de contestar con una nueva actitud, ya que por lo visto, nadie me respetaba.
-No me llames señor, dime "tío Blazz o tío Torne" - Decía aquel sujeto poco agraciado y prosiguió.
- Porque según entiendo y por lo que veo, te agrada mucho...-
-¡Elliam!- Gritó con alegría aquella mujer al verlo llegar. El señor Torne fue interrumpido por ella.
Elliam entró por la sala para dirigirse a la cocina donde nos encontrábamos todos. Cuando él se disponía a sentarse, todos lo miraron.
-¿Qué les pasa? ¿Tengo algo en la cara? ¿Por qué me miran así? - Preguntaba Elliam algo asustado.
- Nada... nada... ¿Verdad, señorita Whirgutt?- Respondían al unisono el señor Torne y Roxter.
De repente, las miradas cambiaron hacia mi dirección.
Elliam me miró seriamente. Traté de ignorarlos, pero algo dentro de mi no me dejaba actuar como normalmente lo haría. Sin darme cuenta, mi rostro se tornaba nuevamente color rojo. Mi corazón aceleró y mis manos comenzaban a sudar. ¿Qué rayos me estaba pasando?
- ¡No puedo creerlo! ¿La gran Ellesa Van Whirgutt está comiendo lo mismo que nosotros? - Cuestionó Elliam. Aunque sonaba más a una afirmación burlona.
Dejando el tema a un lado. Siguieron comiendo, riendo. Todos se apresuraron a comer y de en uno en uno fueron dejando la mesa.
Finalmente quedábamos solos Elliam y yo. Me sentía bien estando cerca de él, con alguien de mi edad aunque no nos habláramos y seguía sin comprender el por qué.
Sin dejar de mirar su comida, Elliam preguntó de forma sería.
-¿Por cuánto tiempo te quedarás con nosotros? -
Era una buena pregunta, me detuve para meditarlo, había olvidado preguntarle a mi padre o a Zulan.
-La verdad, no lo sé...- Respondí algo calmada, sin mirarlo, mientras meneaba la cuchara dentro del plato, estaba bastante nerviosa y roja.
-¿Y es muy grave tu situación? ¿Crees poder salir adelante? - Interrogó de nueva cuenta pero esta vez colocando una mirada fija y sincera sobre mi. Su cara detonaba preocupación. Era como ver a un ángel frente a mi.
Nunca presencié tanta determinación en una mirada. Tan profunda, tan perfecta y tan clara que aceleraba mi corazón. Era inevitable, cupido había lanzado sus fechas sobre mi. Me estaba enamorado de Elliam Federlock.