13/05/18
¡Hola! Vengo con otro one-shot sin pies ni cabeza, porque solo sé escribir eso. Aún no me siento en confianza para algo tan profesional como hacer un fanfic completo.
Además los one-shot son el pretexto perfecto para escribir sexo solo porque si (y porque tengo una mente muy sucia).
En cuanto vi la foto solo pude pensar en una situación así.
Todos los derechos reservados al autor(a) de tan bello dibujo.
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Giro sobre su costado derecho e inmediatamente algo suave le hizo cosquillas en la nariz haciéndolo casi estornudar, aquello había sido suficiente para hacerlo despertar, los ojos le ardían como todas las mañanas.
La luz que entraba entre las cortinas era muy brillante lo que le provocó un pequeño susto para después recordar que era domingo y no había trabajo.
Sabiendo que no podría volver a dormir su mirada termino en su acompañante, ese que siempre se robaba la sabana, quien siempre tenía una mancha de baba en la comisura y el cabello muy enredado, su adorado esposo.
Aún podía recordar cómo se conocieron. Fue en la universidad, él había entrado por una beca deportiva y el pelinegro estudiaba artes dramáticas, nada en común por donde lo viesen. Pero las fiestas de las fraternidades solían ser alocadas con un montón de gente desconocida. Fue como si una luz salida de quien sabe dónde, lo hubiera enfocado para solo él, tan cursi como podía ser, sabía que era el indicado.
Quito los desordenados cabellos del pacifico rostro, acariciando las mejillas y labios, ansioso de sentirlos.
- Buen día -susurro un adormilado Loki que había despertado por el cosquilleo en sus labios, encontrándose con su ardiente esposo.
Ni siquiera respondió, tomo los delgados labios en un profundo beso, tomando por sorpresa al menor quien apenas logró seguir el beso.
- Thor, nos van a escuchar los niños, bas... -la palabra murió de entre los labios del azabache cuando tuvo que morderse el labio inferior para no gemir por el dedo que se había introducido en él con brusquedad. A Loki siempre le había encantado el sexo duro y un poco rudo, pero desde que había nacido su primera hija el sexo dejó de ser tan duro y cuando nació el segundo retoño solo había sexo vainilla, les satisfacía pero ambos sabían que no era suficiente, pero con niños en casa todo era más tedioso.
- Son las 8 de la mañana de un Domingo, deben seguir dormidos - no espero mucho y metió un segundo dedo, sintiendo como el cuerpo de su marido se estremecía de puro placer, podía sentirlo en la humedad que comenzaba a atravesar la tela de sus pantalones de pijama.
- Entonces hazlo bien -susurró el azabache como si decirlo en voz alta fuera el detonante que atrajera a los niños a tocar insistentemente la puerta, claro que amaba a sus hijos, pero amaba más a su esposo y amaba aún más al monstruo entre sus piernas.
La petición del menor se vio cumplida cuando un tercer dedo fue agregado al estrecho canal. Thor los movía tan rápido como la posición lo dejaba, pues con la mano libre intentaba deshacerse del resto de prendas algo difícil si sus bocas no dejaban de besarse.
Se sentían adolescentes de nuevo, colándose en la habitación del otro y teniendo sexo bajo las sabanas intentando no despertar al roomie en turno.
Tomando al delgado chico de las caderas lo jalo para colocarlo encima de su fornido cuerpo, jadeando en el húmedo beso cuando sus penes se rozaron. La sensación fue tan agradable que el mismo Loki comenzó un suave movimiento que friccionaba los erectos penes, sintiendo el líquido preseminal embarrarse entre ellos.
- Mételo ya - las pálidas mejillas habían tomado ese característico color rojo, los ojos estaban dilatados y brillosos y los labios hinchados agradablemente invitándolo a tomarlos en otro beso apasionado pero la petición de su esposo no era algo que podía ignorar.
Intento acomodarse debajo del azabache para tener una mejor posición, pero al hacerlo el movimiento hizo que la cabecera de la cama golpeara contra la pared; el sonido hizo eco en la silenciosa habitación y los calientes esposos se miraron con algo de preocupación, deteniendo todo movimiento y manteniéndose atentos a cualquier ruido.
- Creo que esto no va a funcionar. -susurró Loki mientras se bajaba del regazo de su marido, acomodándose a un lado. Aún no había ruido pero podía presentir el surgir de las bestias.
- No -Thor era un hombre masculino, alto, rubio, de penetrantes ojos azul claro y de abundante y espesa barba, pero cuando hacía esos pucheros, Loki solo podía pensar en un golden retriever- Han pasado al menos dos meses.
- Lo sé, pero los niñ...-de nuevo el mayor detenía la estúpida cantaleta con un beso apasionado de lenguas húmedas y mordidas excitantes.
El rubio no era tan listo a comparación de su esposo, pero a veces tenía ideas brillantes.
Además en ese momento era un hombre caliente con un esposo ardiente y dos meses de abstinencia, claro que se lo iba a hacer hasta que rogara por más.
Aún dentro del beso, busco espacio entre las blanquecinas piernas, colocando la derecha del menor sobre él, dejándole total y completo acceso a la rosada entrada, y sin mucho preámbulo abrió las nalgas del azabache y comenzó a hundir su erecta verga en la apretada y caliente entrada, saboreando cada gesto de su esposo, primero la sorpresa por la intromisión, después el enojo por haber sido tan brusco y finalmente el labio inferior atrapado entre sus dientes, porque sabía lo mucho que le gustaba ser tratado así.
La posición era un poco incómoda, pero no por eso menos deliciosa, el pasaje era más estrecho y el roce se sentía multiplicado por mil.
Las pieles comenzaban a sudar, los dedos de los pies se encorvaban y las uñas se marcaban en la ancha espalda del rubio, Loki estaba en la jodida gloria, había extrañado demasiado a su esposo en algo tan íntimo como hacer el amor. Últimamente habían estado pelando mucho, como cualquier matrimonio, no se quejaba, pero extrañaba cuando eran jóvenes e ilusos.
Loki se aseguró de gemir bajo y solo en el oído de su esposo, sabiendo lo mucho que lo excitaba, besos sus labios hasta que la barba le picó demasiado y el oxígeno hizo falta, ondeó más sus caderas para sentirlo más profundo sonriendo satisfecho cuando lo sintió estremecerse, jugó con los pezones del rubio y después le apretó las nalgas cuando lo sintió rozar su punto dulce.
El rubio enterró la cara en el blanquecino cuello cuando este fue puesto a su disposición, sabía que había encontrado el punto dulce del menor. Las siguientes embestidas fueron precisas y duras, lentas porque de lado todo era un poco más complicado pero no por eso menos deliciosas.
Ambos podían sentirlo, el orgasmo comenzando a llenar cada sentido, Thor había comenzado a gemir en el odio del menor y Loki movía más las caderas en busca de esa fricción tanto dentro de él como en su propio pene rozándose con los duros abdominales del mayor.
- Ya no puedo más -fue lo último que se escuchó antes de que ambos cuerpos explotaran en delicioso placer, temblaban con respiraciones agitadas, el sudor bajando por la espalda, Thor derramando hasta la última gota dentro de la estrecha cavidad y Loki manchando ambos vientres de espeso y blanquecino semen caliente.
- Con esta cantidad ya podríamos tener otro niño de encargo -susurro Loki en voz baja contra los labios de su marido, moviendo un poco las caderas para que entrara y saliera el pene ajeno e hiciera ese característico sonido de chapoteo con todo el semen dentro de él.
- Me gustan los niños, pero dos son suficientes -contesto el mayor, tomando de nuevo los finos labios en un beso profundo.
- ¡Mamá! -la mejor parte del sexo solía ser después del orgasmo esa sensación de relajación en los músculos y las ganas de dormir un buen rato.
Ambos soltaron un largo suspiro después del grito infantil que se escuchó detrás de la puerta.
- Voy yo -dijo el rubio mientras abandonaba el estrecho y cálido lugar, giró en la cama hasta encontrar su pantalón de pijama, poniéndoselo así sin más y la playera que posiblemente se había quitado a media noche. Dejo un beso en la frente de Loki que intentaba que no se saliera ni una gota de semen y salió de la habitación, asegurándose de que poco se viera detrás de él.
Frente a él se encontraban sus hijos, Hela de 5 años, idéntica a Loki a excepción de los ojos azul claro herencia Odinson, y el pequeño Balder de 3 años, rubio como su padre, pero de enormes ojos verdes herencia de los Laufeyson - ¿Dónde está mamá? -preguntó la femenina y pequeña vocecilla de Hela.
- Ahorita viene, se está cambiando.
- ¿Por qué? -esta vez fue Balder el que preguntó.
- Porque tiene que ponerse ropa limpia.
- ¿Por qué? -amaba a sus hijos con todo su corazón, pero el menor había entrado en la endemoniada edad del "¿Por qué?" Y a veces solo quería pegarle una cinta en la boca para que dejara de hacer preguntas cada 5 segundos ¿Era eso ser mal padre?
- ¿Quién quiere hot cakes? -ambos niños gritaron infantiles "Yo" mientras salían corriendo a la cocina.
A pesar de todo, no cambiaría su "vivieron felices para siempre".