Calum miraba impaciente por la ventana de aquella sala de espera. La recepcionista cada cinco segundos le lanzaba alguna mirada coqueta. El solo la ignoraba, pero Tracy no. Que al parecer le encantaba molestarlo diciéndole cosas como: “Mírala, le gustas. Quizás deberías de darle una oportunidad” “No está nada mal” “Al parecer Calum eres todo un Casanova”. No perdía tiempo en burlarse de él. ¡Joder!
Cuando al fin lo llamaron a para su consulta agarro a Tracy de la mano y atrayéndolo a él. De esa manera la recepcionista creería que era novia suya y ya dejaría de molestarlo. Tracy solo se reía de él. A Calum ya le estaba molestando la manía que tenia ella de estar feliz por todo, de reírse de todo y todos, como si todo le fuera de maravilla. Aunque aquello le incomodaba, el fondo le tenía envidia. Tenía envidia de no poder ser así, libre. Libre de reírse de todos, de sonreírle a la vida. De poder disfrutar aunque todo estuviese mal.
-Calum, ¿Por qué hiciste eso? –pregunto susurrándole en el oído.
-Por qué ya me estaba empezando a hartar –admitió. Ella rio bajo.
-Lástima que se fijara en ti –carraspeo ella- yo le hubiese prestado más atención que tu. –Calum hizo una mueca. No quería saber cómo. Tracy volvió a reír por la cara de su amigo.
Lo soltó de su agarre y se sentaron al centro enfrente del doctor. El doctor solo los observo ni bien entraron a la sala. Y sonreía confundido.
-Tracy ¿Qué te trae por acá? –Pregunto- hace bastante que no bienes a ninguna consulta.
-Sí, tienes razón –suspiro- es que no he tenido tiempo. Además ya estoy mejor así que no veo el por qué –admitió. El asintió.
-Veo que has hecho lo que te sugerí –ella se sonrojo. Calum la miro confundido. Tracy nunca se sonrojaba. ¿Qué le había sugerido? Ella solo negó.
-No, lo he hecho –se mordió el labio- bueno, no del todo. Solo he hecho la parte de aprender a vivir con ello –el doctor los miro inquisitivamente a ambos. Calum frunció el ceño. Estaba bastante confundido.
-Ya veo –dijo el doctor- y quien es tu amigo –pregunto.
-El es Calum Hood –lo miro y le sonrió- es muy amigo mío y tiene un gran problema –Calum se tenso. Le incomodaba esta situación- le recomendé a usted.
-Ohh, ya veo –lo miro evaluándolo- entonces es mejor que esperes afuera Tracy –ella se levanto.
-No te vayas –le pidió- ¿se puede quedar? –pregunto.
-No Calum, yo te espero afuera ¿sí? Ya cumplí con acompañarte. Créeme que es mejor que estés solo. –el solo asintió.