Había apretado las ropas de su líder, mantenía la mirada perdida y la boca entreabierta. No podía parar, no podía.
La sensación era tan placentera, tan brusca, tan magníficamente perfecta.
Nunca lo creyó de sí, pero allí estaba, montando a su jefe.
Se ocultó en el cuello del Noruego, sintiendo como parte de su cuerpo se estremecía entre cada roce, cada salto o beso húmedo.
Espléndido.
Los dientes de su mayor mordieron hombro ajeno, haciéndolo gemir.
Sus sonidos hacían relleno en la habitación, al igual que los gruñidos o jadeos del hombre cuernudo.
Sus caderas fueron presionadas con brutalidad.
Le encantaba esa brutalidad, esa fuerza.
Excitante.
Tom no podía definir lo que sentía con simples palabras o sonidos, lágrimas brotaron de sus cuencas, bajando por debajo de los visores cuales utilizaba para poder ver.
Su respiración se aceleró al igual que su corazón, abrazándose a Larsson quien en ningún instante pensó en detenerse.
Juntaron sus labios con alta necesidad, mezclando sus lenguas, queriendo fundirse con el otro.
Se detuvo en seco cuando su pequeño cuerpo fue presionado contra su mayor, quien se corrió dentro por tercera vez en esa noche, al igual que él.
Quien sabe cuántas horas llevaban así, pero hasta el momento, esto ya se le hacia costumbre a ambos.
Acabaron rendidos, Tord contra el respaldo de su asiento y el británico en su pecho. Intentando regular sus respiraciones.
El de visor pasó sus dedos por el cuello de su acompañante, rozándolos delicadamente y subiendo a su rostro, juntando sus labios con los del extranjero en un suave toque.
El contrario no se hizo esperar, y a pesar de tener la respiración agitada aún, acarició con sus pulgares el trasero de Tom, moviendo sus rojizos al compás, llevando el ritmo de su amante.
- Te amo.- susurró uno de ellos, dejando una lamida en su comisura labial tras separarse a centímetros.
El otro rió.
- Yo no -
- Si no me quisieras, ya me hubieras botado allá afuera ¿no Larsson? Así que eres un mentiroso.-
- Bueno, tú ganas. Te amo.- sonrió de lado al rodar los ojos con diversión, cubriendo el cuerpo desnudo de este con su largo abrigo azul.
- Lo sé.- respondió coqueto, deslizando sus dedos desde su cuello hasta el pecho de este, manteniéndolos allí.- Ahora a trabajar, debes hacer un buen informe sobre los experimentos. ¿Nos vemos luego? .- fue levantándose con cuidado, besando la mejilla del noruego cuando comenzó a vestirse, quejándose internamente del dolor en sus caderas.
El de cuernos dirigió sus orbes hasta el trasero del menor, dándole un apretón haciéndolo voltear con el ceño fruncido.- Cómo digas.- rió suavemente y Tom, solo le dio un golpecito en el hombro.
Ambos arreglaron sus ropas, dándole un último beso meloso antes de salir de la oficina del líder.
Ahora la cosa era esperar, después de todo Tom era el caliente aquí y Tord lo sabía, aunque no le importaba.
- Supongo que no todas las relaciones se basan solo en amor .- susurró a los aires, soltando una suave carcajada.
Acomodó su largo abrigo y frunció el ceño, volviendo a su inexpresivo rostro cual la mayoría estaba acostumbrado. Su neutralidad solo era una excepción cuando estaba con el pequeño culon de cuencas.
Lo quería y según suponía, él también.
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Shhh, nadie sabe que volveré ee)
Solo quería decir que quiero rolear weas tordtom con historia.
(O sin ella)
Soy bien pinche calenturienta.
Saludos JAJA
Confesiones con Margo 2018