¿Qué es esto? ¿algún tipo de nota de autor que nadie espera leer? ¡Pues si!
La verdad, no suelo dejar muchos mensajes en los fics, pero me agrada la idea de hacerlo en este. Quiero dar las gracias a los que leen esta historia, la verdad no sé cuantos son pero espero les siga gustando. Sin más que añadir, iniciemos.
----------------
Fingieron ser felices con aquella vida durante unas semanas, hasta que su comportamiento se volvió natural. Aún no se sabía que aquel Thor era de la dimensión de Loki, y juraron mantener el secreto para no complicar su estadía. Por eso cuando los vengadores los veían juntos actuaban como una pareja. Pequeños roces en sus manos, besos en la mejilla, abrazos por la espalda. Sin embargo no se habían vuelto a besar en los labios, aún evitaban esos vergonzosos sentimientos. En su casa era igual. Hela parecía preocupada por sus padres, y para que esta dejara de preguntar, volvieron a compartir cama. Decidieron marcar limites con unas cuantas almohadas, y así evitar malos ratos.
Thor se había adaptado a su trabajo, era básicamente patrullar la ciudad y detener a los criminales que encontraba. Bastante normal y aburrido, la delincuencia parecía controlada con tanto héroe en las calles. Loki por otro lado, se ocupaba de la casa y visitaba las bibliotecas, a veces centros místicos de la ciudad. Seguía sin rendirse, aunque la mayoría de los libros que conseguía eran inútiles.
La semana aún no comenzaba y el pelinegro ya rondaba las librerías. Decidió comprar literatura midgardiana, porque el contenido televisivo no le terminaba de convencer.
—Disculpa ¿te están atendiendo? —comentó un castaño más alto que él.
—No, ¿tienes libros interesantes?
—Todo es interesante señor, depende del punto de vista. —le guiñó el ojo
—Busco algo nuevo, sin demasiado romance y con toques de misterio. Quizás alguna tragedia.
—Hmm...—pensó el joven, antes de mirar el mostrador con el producto nuevo —Llegó algo esta mañana que podría interesarle.
El vendedor le mostró a Loki un libro rosado pastel con letras rojas, se llamaba Química y no parecía tener más de 200 hojas. El pelinegro observó su portada.
—¿Cómo te llamas? —sonrió
—¿Pasas del usted al tu tan rápido? —dijo sin prestarle demasiada atención—Loki
—Oh, ¿como el dios mitológico?
—Si. —no despejó su vista de la portada—Parece obvio que si es romántico. —suspiró—lo llevaré igual.
—Excelente compra. Le incluiré un marca paginas, pase por la caja y le entregaré el producto.
El más bajo terminó de pagar adecuadamente y luego tomó su compra, aquel joven no dejaba de mirarlo y eso lo ponía incomodo, sin más que hacer en el lugar se fue a una cafetería a disfrutar de aquella novela. Compró un té verde y se sentó a leer.
Química era distinto a todo lo que acostumbraba, una historia simple sobre dos amigos químicos farmacéuticos. El protagonista perdía su trabajo debido al cierre de la farmacia, y se quedaba a la deriva sin saber que hacer, de esa forma se reencuentra con su viejo compañero de universidad, quien le ofrece un puesto como profesor. Era una comedia, pero Loki no dejaba de pensar en los indicios del romance. No mostraban atracción hacia los hombres, pero era claro por sus comportamientos que sentían algo.
Loki pensó en thor. Cerró el libro y volvió a casa.
Llegó cerca de las ocho. El rubio preparaba la cena.
—Estoy cocinando. —le sonrió. Era el primer día que lo hacía.
—¿Qué haces?
—Hmm...—sacó el envase de la basura—Pasta con salsa de tomate
—Espero quede bien. —dejó el libro en el mueble a su lado
—¿Es nuevo? creí que no te gustaban las novelas de midgard —mencionó mientras lo abría, observando con curiosidad el marcador del libro —¿Conseguiste una cita?
—¿Ah?
—Hay un número anotado. —le mostró—Debe ser de teléfono
—Que extraño. Debió ser el vendedor, con razón me sonreía tanto.
Thor tosió
—¿Lo llamarás?
—No, tu eres el único que podría ver belleza en estas criaturas. —el rubio sintió alivio
—¿Siempre fuiste exitoso con los hombres?
—Si, más que con las mujeres. Si ellas me buscaban era para preguntarme cosas sobre ti, y los varones lo hacían porque creían exótico lo de cambiar mi forma.
—¿Habías tenido relaciones en el reino?
—¿Crees que alguien de mil y tantos años seguía virgen? —su tono era irónico
Thor se avergonzó por la pregunta.
—No lo sé.
Loki suspiró agotado
—Tuve sexo con hombres y mujeres, nada interesante, posturas básicas sin juego previo. La mayoría aburridas. ¿Y tú? —levantó una ceja—Se que fueron muchas
—No las conté, y no fueron tantas como todos asumían.
—¿Hubo algún hombre en tu lista?
Thor miró el bulto de Loki por unos segundos.
—No, son muy toscos para mi gusto. —levantó la vista hacia el rostro del otro. El no era tosco.
Loki miró la pasta, aún no se cocinaba bien.
—¿Crees que soy atractivo?
—Por Odin, Loki. —frunció el ceño
—Con un "no" bastaba. —soltó una risa
—No es eso. —pausó—Si, te encuentro apuesto, y —volvió a toser —ligeramente adorable
Loki esbozó una sonrisa.
—Eres realmente gay.
—No empieces.
—¿O qué?
Thor se acercó con un aspecto desafiante, pretendiendo intimidar. El menor lo miró preocupado, hasta que el rubio inició su movimiento: Cosquillas.
—¡Que maduro! —soltó Loki entre carcajadas.
Se tocaron y permanecieron juntos, parecía una excusa por parte de Thor para tenerlo en sus brazos. Lo veía sonreír y parte de su corazón se derretía. Era oficial, lo amaba.
Las cosquillas pararon, pero sus rostros seguían a unos peligrosos centímetros de distancia.
Ambos pensaron en besarse.
—¡La olla! —señaló Loki, esta se rebalsaba.
La cena estaba lista.
Los tres comían en la mesa, como una familia normal. Hela y Thor comían igual, devoraban como si alguien les fuera a robar el plato. Loki tomó un par de servilletas y se las entregó.
—Modales. —susurró
Los otros dos sonrieron.
—¿Papá? —dijo Hela, llamando la atención del pelinegro —¿Me mostrarías tus poderes?
Loki tosió y miró a Thor.
—No te atrevas a insultarme, fuiste tu quien desapareció ese día.
Hela estaba emocionada.
—Primero, no le puedes decir a nadie. ¿Entendido?
—¡SI!
Loki cambió de forma a la niña, transformándola en la versión adulta que hizo sufrir a ambos. El rubio se levantó de la silla.
—¡LOKI!
—Ahora mírate. —la mujer vio su reflejo en un pequeño espejo que su padre hizo aparecer.
—¡AH! —gritó—Soy...soy genial.
—¿Ahora quién es el mejor padre? no te molestes en contestar, se que soy yo.
—Déjala en su forma normal.
—Aguafiestas. —comentó, para luego regresarla a como era
—¿Qué más puedes hacer?
—Lo sabrás otro día, veo que ya terminaste de comer y mañana hay clases.
—¡Pero papá! —hizo un puchero
—A la cama. —cruzó los brazos.
—...Thor sigue siendo el papá divertido... —se fue murmurando.
—¡Escuché! —gritó, mientras ella aceleraba el paso.
Thor rió.
—Parte de ti ama tener autoridad sobre alguien.
Loki esbozó una sonrisa.
—Quizás. —le envió una mirada traviesa, de esas que solo llegaban cuando él tenía una propuesta—Deberíamos pasear por la noche. No sé si ahora, pero hay que hacerlo.
Ambos se miraron con interés.
—Si te interesa, los chicos nos invitaron a la torre, es mañana en la noche ¿te parece?
Loki blanqueó los ojos.
—Estoy seguro de que me invitaron por cortesía. —frunció el ceño —Hablaba de nosotros, solo los dos.
—Oh. —tomó de su cerveza—La vida nocturna de Midgard es divertida. Comen, toman, bailan y follan en exceso. Me recuerda a casa y eso lo disfruto.
—Tienes ese tono entusiasta y melancólico que detesto. Casi siento los viejos tiempos salir por tu garganta y embarrar el suelo.
—¿Que clase de expresión es esa? —hizo un gesto de asco —Quizás podríamos ver una película, no sé si las conoces. Cuando venía a ver a Jane vi bastantes.
Loki miró el suelo. No sentía celos, pero la relación con esa mujer le recordaba la muerte de su madre, y eso le dolía.
—Las conozco, pero nunca vi una. —se detuvo a pensar antes de elegir su comentario —Vamos ahora.
—¿Y Hela?
—Muerta. —lo miró extrañado—Ahh... la niña. —pensó—¿Qué tal un niñero? conozco a alguien.
Loki desapareció ante los ojos del rubio, dejándolo inquieto, quizás que clase de persona conocía.
—¡Ah! ¡¿dónde estoy?! — gritó un joven en pijama. Loki había traído a Peter hasta su casa.
—Shh, me la debes por ser un soplón. —susurró el pelinegro. El menor estaba asustado, hace solo unos segundos se encontraba durmiendo.
—Loki, es solo un niño, déjalo en paz.
—¡Oh por dios!, agradezco que esté aquí sr Thor. —dijo con miedo.
Thor no lo conocía, no lo había visto antes. Supuso que la versión de esta dimensión si.
—Mira, necesitamos que cuides a la infante en aquella habitación. —apuntó a la puerta.
—¿Qué? pero yo mañana debo ir a la escuela.
—¡Loki! —gruñó Thor
—Adios. —susurró antes de transportarse junto al más alto.
Los dos dioses aparecieron en las butacas de una sala antigua. No estaba muy lleno y la película estaba a segundos de comenzar.
—Últimamente te transportas mucho. —murmuró—Solo digo que pudiste usarlo en Sakaar. —pronunció malhumorado.
—No tanto como me gustaría. Además —suspiró cansado por la energía utilizada—no es tan fácil, debes saber con certeza la dirección o te pierdes en el universo.
—¿Cómo sabías la ubicación de él?
—Cambio de forma, sigo a héroes, me divierto moviendo objetos en sus casas. Lo habitual.
—Con razón llegas tan cansado. —sus voces se volvieron susurros, la película había comenzado. Ninguno sabía con exactitud lo que verían, hasta que los primeros minutos revelaron un tipo de comedia negra. Se llamaba I, TONYA, estaba basaba en hechos reales, y hablaba sobre una patinadora famosa en los estados unidos. Mostraban la educación dolorosa y humillante que su mamá le había otorgado.
Thor no reía, su rostro dejaba notar la preocupación por el personaje principal; Loki soltó carcajadas en casi todas las escenas.
—Hilarante. —susurró
Thor lo observó con sus ojos entrecerrados.
—Su madre literalmente le clavo un cuchillo. —miró a Loki —Perdón, olvidaba con quien hablaba.
El film iba por la mitad y los dos parecían atentos. Admiraban la interpretación de los actores, era lejos lo más real que habían contemplado dentro del mundo de ficción.
Se encontraban en los asientos del fondo, y Loki notó a las parejas no interesadas en la pantalla. Escuchaba los besos y miraba los abrazos. Se sentía extraño. Por unos segundos pensó en que no le molestaría hacer lo mismo.
—Podría hacerte mio si quisieras. —Loki volteó sorprendido, pero su compañero no le estaba prestando atención.
—¿Qué pasa? —comentó. El menor tragó saliva, y entendió que su imaginación lo estaba engañando.
—Nada. —dijo con el corazón agitado, y volvió a disfrutar el espectáculo.
Cuando la función terminó se fueron caminando, ambos disfrutaban de el comercio nocturno y se propusieron entrar a un bar. Un lugar rustico, del tipo de cosas que Thor apreciaría.
—¡Señor Thor! —exclamó el barman con emoción—Hace semanas que no pasa por aquí.
—¿Qué tal viejo amigo? —dijo nervioso; nunca había ido a ese lugar
—Muy bien, estimado. Le traigo enseguida mi mejor cerveza, ¿y para el joven? —miró a Loki
—Vino, por favor. —se sentaron en una mesa cerca a la ventana, mientras el empleado iba por sus tragos.
—Me sorprende que en el cine no te reconocieran, eres tan famoso. —se burló
—Ya te gustaría ser igual. —rió—Me pregunto si la gente sabe que este hombre tiene una relación.
—Si en nuestro mundo sabían lo de Jane, esto también debe ser publico. —el barman llegó con los pedidos, y trajo una porción de papas fritas.
—Todo corre por la casa —les guiñó el ojo y se fue, ambos agradecieron.
—Aunque si fuera publico ese sujeto de la librería no te hubiese dado su número. —comentó Thor. Loki sonrió.
—¿Estás celoso?
—No, ¿por qué lo estaría? soy un dios, él un midgardiano con un empleo normal, yo he salvado el mundo, ¿que ha hecho él? ni si quiera lo conozco pero no lo necesito para saber que soy mejor en todo sentido.
—Estás balbuceando. —tomó un trago de vino —Presumes cuando te sientes amenazado.
—¿Por qué me sentiría amenazado? no somos una pareja.
El pelinegro leía entre líneas. Llevaban un mes evitando el contacto físico y emocional. Sabía que estaban confundidos, ¿pero era realmente malo sentir el amor fluir por sus venas?
Loki quería que fueran pareja.
—Cierto —tomó el resto de su copa— ,no lo somos.
Se despidieron cordialmente y siguieron su camino hasta casa, disfrutando de las luces decorativas en los ventanales. Estaban a una semana de navidad, y aquellas decoraciones eran hermosas, no estaban acostumbrados a las festividades de Midgard.
—Olvidaba lo lejos que estaba el cine, este cuerpo humano se congela. —pronunció Loki mientras mostraba sus dedos morados por la temperatura
—Estás acostumbrado a ser un hielo, por eso se te olvida que no puedes usar camisa y pantalones de tela en pleno invierno. —lo abrazó, intentando que el otro entrara en calor. Se mantuvieron cerca unos minutos, hasta que el rubio se alejó.
Hablaron el resto del camino, se preguntaron que otros universos podrían existir y en cuantos eran dioses o simples mortales. Loki se preguntaba a si mismo en cuantos estaban juntos.
—Tomemos este callejón, es un atajo. —su caminata se mantenía lenta, como si olvidaran que Peter los esperaba.
Loki tomó la mano de Thor y detuvo sus pasos. La sostuvo con fuerza, como si parte de él temiera volver a separarse. Lo miró unos segundos, con la decisión ya tomada. Se dirigió a él rápido, temiendo que algo tan acelerado pudiese espantarlo, temiendo ser rechazado por aquel hombre.
Lo besó. Fue acelerado y torpe, digno de alguien con miedo.
—Loki.
—No me juzgues, fue un acto impulsivo. —susurró alterado. El mas alto le tomó el rostro y le devolvió el gesto, sellando otro beso en aquel lugar solitario.
—Lo siento.
—Hazlo otra vez. —dijo el pelinegro, con entusiasmo en su cara, y de esa forma volvieron a hacerlo.
El tiempo entre sus labios se prolongó, dejándolos cubiertos del deseo de placer. Thor lamió el cuello de Loki y deslizó sus manos en su pecho. Desabrochó su camisa al instante, apoyándolo en la pared frente a unas cajas, ya no sentía el frío recorrer su piel. Loki bajó su propia cremallera, sintiendo la mano del rubio tocándole el miembro.
—¿De verdad no hay nadie por aquí? —mencionó agitado el más alto, volviendo a besar su cuello.
—No te preocupes... —gimió ligeramente, antes de bajar hasta la entrepierna del dios del trueno, dispuesto a hacerle un oral. Deslizó sus pantalones y ropa interior. Lamió la erección de Thor con rapidez, parecía desesperado.
—Ohh...—exclamó Thor antes de subir a Loki hasta su boca, manteniendo un firme agarre en su cintura.
—Te encanta poseer el control...—susurró en su oído.
Unos sonidos extraños se hicieron presentes afuera del callejón, seguido de un pequeño flash de luz que ambos decidieron ignorar.
Thor humectó sus dedos con saliva e introdujo dos de ellos en el interior de Loki, este ahogó el grito con su mano. Masajeo su interior por unos cuantos minutos, hasta que estuvo lo suficientemente dilatado. Lo tomó en sus brazos mientras lo embestía, Loki intentaba ser silencioso, no quería llamar la atención.
Ninguno podía creerlo, era algo que consideraban inapropiado en todo sentido, y de alguna forma eso los excitaba más.
—Hazlo más rápido, es una orden. —dijo entre jadeos. El mayor sonrió y aumentó su velocidad.
Terminaron pronto, había sido una espera larga y eso lo tenían claro. Sin embargo les encantó, y la erección volvió en unos cuantos minutos. Deseaban hacerlo otra vez en aquel lugar, pero no tenían toda la noche.
Cuando llegaron Peter estaba durmiendo en el sillón con la cara rallada, aunque la pequeña criminal dormía en su pieza.
—Oye. —movió al castaño
—¿Ah?...perdón, tardaron mucho y necesitaba dormir
—No hay problema. —sacó 30 dolares de su bolsillo y se lo entregó como gesto de agradecimiento. Acto seguido lo transportó a su casa, dejando a Loki agotado.
—Necesito dormir un milenio. —exclamó el pelinegro
—O...—se le acercó levantando las cejas
—No. —se alejó—¿Estás consiente de lo que pasó? ¿no quieres hablar de ello? tu siempre quieres hablar de todo.
—¿Por qué te ves alterado? ya habías tenido sexo con mi otra versión
—No es lo mismo y lo sabes. —frunció el ceño mientras Thor sonreía.
—Mira, yo estoy feliz. —mencionó—Eres literalmente lo mejor de todo esto, y me parece bien un poco de felicidad entre tanta desgracia. Incluso... si parte de mi cree que no la merezco.
—Thor. —hubo un silencio—Eres el ser más despreciablemente bueno que conozco —caminó a él para abrazarlo —Claro que mereces ser feliz
—Gracias —besó su frente—¿Entonces?...
—No arruines el momento, rubio estúpido.
Ambos rieron. Esa noche no hubo limites en su cama.