Casa de los Styles
Intentarlo
Harry entra a las casa con 3 bolsas gigantes en sus manos, tropezando un poco al caminar. Las deja caer al suelo, caminando directamente al sillón, quitando sus lentes y dejándose caer boca abajo.
Su cuerpo se siente pesado, sus ojos se cierran por sí solos. Está a punto de quedarse dormido cuando escucha la puerta de su casa ser abierta.
—Wow, ¿qué es todo esto? —pregunta Gemma desde la entrada de la casa, cerrando la puerta detrás de ella.
Harry no tiene que levantar la cabeza para saber a qué se refiere.
—Camisas, zapatos y un regalo que Taylor no me quiso decir que era. —responde con su voz siendo amortiguada por un cojín.
—Vaya, fuiste de compras sin mí. No me ofendo, lo juro. —dice revisando el contenido de las bolsas. —¡¿Más skinny jeans?! ¿Quién eres y que hiciste con mi hermano? —lo mira.
—Taylor me convenció. Pero no todo es skinny. —gira su rostro para mirar a su hermana.
—Camisas, suéteres, unas vans. —sonríe. —Me gusta. —lo mira. Regresa su mirada para tomar la cajita del fondo entre sus manos.
—Ábrela. —dice antes de que su hermana se lo pregunte.
—La odio. —dice con una sonrisa al abrir la caja. —No sé cómo le hace. —estira la caja, enseñándole el contenido en ella.
Harry levanta un poco la cabeza, viendo un pequeño anillo dorado con la letra H gigante. Parpadea, es un anillo muy básico, incluso, no es nada novedoso, pero le encanta. Se levanta tomando sus lentes para mirarlo mejor. Lo toma entre sus manos admirándolo. Se lo coloca en el anular de la mano izquierda, estira su mano para observarlo mejor. Le cubre hasta el nudillo y no podría estar más maravillado. Le sonríe a Gemma, mostrándole su mano.
—Es hermoso.
Harry asiente estando de acuerdo, no puede borrar su sonrisa. Mira el anillo de nuevo, está encantando, nunca se le había pasado por la cabeza usar accesorios, pero en realidad está considerando compras más.
—Vamos. —dice Gemma levantando las bolsas del suelo. —Modélame lo que compraste.
—¿Ahora? —hace un puchero. —Estoy muy cansado.
—Ándale. —lo zarandea. —Por mí. —sonríe.
—Bien.
—Y tal vez me dejes peinarte... —sugiere en voz baja.
Harry está a punto de negarse cuando recuerda la plática que tuvo con Taylor. "Pequeños pasos". Ella tiene razón. Él quiere hacer las cosas de manera diferente y debe empezar ya. Suelta un suspiro y asiente. Mira a su hermana, que está algo entretenida con sus compras.
—Está bien.
—Oh, Harry. Vamos, solo es un... ¿Qué dijiste? —abre los ojos con sorpresa.
—Qué sí. —sonríe con nerviosismo.
—¡Aceptaste! —chilla. —Ahora, ahora... No sé qué hacer, nunca pensé que aceptarías. ¡Vamos! —toma su mano, corriendo escaleras arriba.
Harry niega con una sonrisa.
Ha mantenido sus ojos cerrados todo el rato que lleva sentando frente al espejo de su hermana, no quiere ver lo que hace, sabe que si ve algo que no le gusta, automáticamente la parara y no se molestará ni en fijarse en el peinado. Siente los dedos de su hermana pasar por su cabellera, lo ha mojado un poco, así que el agua de repente le llega a las orejas. Salta un poco cuando escucha el spray y siente la mano de su hermana cubrirle los ojos. No pasa mucho cuando deja de sentir movimiento en su cabello.
—Ya quedó. —escucha la voz emocionada que emite su hermana.
Se niega a abrir los ojos por un segundo, siente el spray mojado aún en su pelo. Pequeños pasos, se recuerda. Toma un suspiro y abre los ojos. Frunce un poco el ceño.
—¿No te gusto? —su hermana se muerde un poco el labio con nerviosismo.
La parte de enfrente está acomodada ligeramente hacia arriba, puede ver sus rizos más definidos caer en todas direcciones. No es muy diferente a lo que lleva, solo que ahora luce... mejor.
—Yo... No sé qué decir. Es igual pero diferente, ni yo lo entiendo.
—No es muy diferente a cómo te peinabas, —dice parándose detrás de él, mirándolo a través del espejo. —solo levante un poco más de enfrente, peine tus rizos y coloque espuma para que se vieran con forma. Ahora no pareces un árbol andante.
—Yo creí que abriría los ojos y me vería sin pelo. —ríe.
—No, solo le di un poco de forma. Pero si algún día quieres cortártelo, podríamos decirle a Lottie.
—Tal vez. —dice, aunque no está muy seguro de eso.
—Bien. —asiente, dejando sus cosas en el mueble. —Ahora, enséñame la ropa que compraste.
Casa de Liam
Reunión
Liam abre la puerta de su casa con una sonrisa bajo sus lentes negros. Solo está usando un traje de baño. Se hace a un lado dejando pasar a sus primeros invitados.
—Chicos, adelante. —dice, cerrando la puerta tras de él. —Qué bueno que decidieron venir.
Zayn le sonríe, saludando con apretón de manos, mientras que con la otra sostiene la mano del rizado. En sus hombros llevan dos bolsos.
—Al final pude convencerlo. —dice el morocho mirando a su novio.
—Muy bien. —Liam sonríe. —¿Nuevo look? —pregunta mirando a Harry.
Harry le había pedido a su hermana que lo peinara de nuevo, le había gustado como se veía y consideraba llevarlo así desde ese día; y no solo a él le había gustado, sus padres lo habían elogiado y Zayn le había dicho que lucia muy guapo, se sintió abochornado pero contento.
—Algo así. —rasca su nuca. —¿Somos los primeros? —desvía el tema.
—Así es. —asiente.
—Te dije que veníamos muy temprano.
Harry rueda los ojos. A él le gustaba llegar a tiempo, Louis y Niall siempre lo molestaban con eso.
—¿Qué les ofrezco? —les dice el castaño, caminado a la cocina. —¿Agua? ¿Cerveza? ¿Tequila? ¿Vodka?
—2 cervezas. —contesta el morocho viendo al rizado, él le asiente estando de acuerdo.
Liam se acerca a ellos con 3 cervezas en mano, le entrega una a cada uno.
—¿Es tu casa? —pregunta Harry, rompiendo el silencio.
—De mis padres. —responde bebiendo de su cerveza. —Vivíamos aquí cuando era niño, nos mudamos por el empleo de mi padre y cuando decidí estudiar aquí la universidad, me la prestaron.
—Genial, es bueno tener una casa solo para ti. —dice Zayn.
—Lo es. —responde Liam.
El timbre se escucha por toda la sala.
—Más invitados. Pueden pasar al patio. Sin pena. —dice caminando hasta la puerta.
Harry y Zayn hacen caso, caminando hasta el patio, observando un lindo y ancho patio con pasto verde, muy bien cuidado y una piscina en medio.
—Wow. —chifla. —Si así fuera mi casa, haría fiesta cada fin de semana.
—Tu casa es linda. —dice Harry.
—Lo es. —toma de la cintura al rizado. —Pero una piscina le quedaría bien.
—Claro que sí. —ríe.
—¿Así recibes a todos tus invitados o debemos sentirnos especiales? —se escucha la voz de Louis dentro de la casa.
—Si vienes a visitarme más seguido, podría hacerlo cada que vinieras. —dice Liam, llegando al patio con Louis, Bebe y Taylor detrás de él. —Veo que ya vieron la piscina.
—Es increíble. —contesta Zayn.
—Hola parejita. —saluda Bebe, mirando el patio.
—Solo seré cortes con ustedes por esa piscina, pero aún no te perdono que te hayas robado a mi amigo, Zayn. —bromea Taylor.
—Lo lamento. —ríe.
Louis quien solo se había quedado parado viendo toda la escena, se voltea para mirar a Liam.
—Liam, ¿por qué no me invitas una cerveza? —dice Louis evitando a la pareja.
—Claro, que mal anfitrión soy. ¿Ustedes quieren algo, chicas?
—Cerveza. —contesta Bebe recostándose en una silla de playa.
—Tequila. —responde colocándose en la silla siguiente a Bebe.
Liam asiente. Pasa su brazo por los hombros del castaño.
—Vamos, Tommo. —gira. —Y dime, ¿cuándo te quitas la playera? No puedo ser el único semi encuerado aquí.
—Payno, por favor. —es lo último que escuchan antes de que entren a la casa.
—Saben, creo que tomaré el consejo de Liam. —Zayn es el primero en hablar. —Yo si quiero meterme en esa piscina. ¿Vienes? —dice, viendo al rizado.
—No, yo aún no. Tal vez después. —esquiva su mirada.
Cuando el morocho está fuera de su vista, Harry suelta el aire retenido en sus pulmones. Se coloca en la silla aún lado de Taylor.
—Pequeños pasos, H. Pequeños pasos. —dice Taylor colocándose unos lentes de sol.
Él asiente. Pequeños pasos. Gira su mirada dentro de la casa, pensando en que estarían haciendo los dos chicos castaños.
Louis bebe de su cerveza frunciendo un poco el ceño, mirando un punto fijo en la cocina.
—¿Vas a contarme lo qué te pasa? —pregunta Liam, parándose frente a él.
—No sé de qué hablas. —niega, dando otro trago de cerveza.
—Estás molesto. —afirma. —Más bien, estás celoso. —corrige.
—Yo no...
—Podré ser algo distraído, pero hay dos cosas que nunca se pueden ocultar, el amor y los celos. Y hace unos segundos juro que vi celos en ti.
—No...
—No intentes negarlo, lo vi. Solo que no se si estas celoso por Harry o Zayn, pero algo pasa ahí.
Louis no le quita la mirada, va a inventar algo, decir que está loco y el calor y la cerveza ya le afectó. Pero, ¿cómo va a negar algo que ya es más que evidente? Suelta un suspiro dejando la cerveza a un lado.
—Por Harry. —acepta.
—¿Desde cuándo?
Louis encoge de hombros.
—¿Semanas? ¿Días? ¿Desde siempre? Ya no lo sé.
Liam hace una mueca. Quiere decir algo que reconforte al castaño. Él no mentía, lo único que no se puede ocultar son los celos y el amor, y está seguro que los celos no vinieron solo de Louis. No va a decir nada, no quiere ilusionar al chico en vano, sin pruebas.
—Joder, el amor es horrible.
—Lo dice el que tiene una relación estable. —sonríe.
—Bueno, sí. Pero el amor no correspondido es horrible.
—Amén.
Zayn regresa al patio solo usando un traje de baño. Sonríe al acercarse a su novio.
—Uy. —Taylor chifla. —Tremendos tatuajes, Malik.
—Gracias. —se sienta a un lado de Harry. —Algunos me los hice yo mismo. —dice mirando su brazo.
—¿En serio? —Bebe se endereza en la silla. —¿Tienes máquina y todo?
—Así es. —contesta.
—Ya se quién podrá tatuarme.
Liam entra al patio con Louis sin camisa detrás. Harry desvía su mirada rápidamente con el rostro sonrojado, tomando de su cerveza.
—Por fin pude convencer a este hombre de quitarse la camiseta.
Louis rueda los ojos colocándose aún lado del castaño. Dirige su mirada al rizado, quien le da la espalda un poco encogido en sí. Mira a Zayn, quien también lo mira.
—Buenos tatuajes. —Louis admite mirando al morocho.
—Digo lo mismo. —asiente. —Te quedaría mejor unos cuantos en el brazo.
—Lo he pensado.
Bebe ríe bajito negando con la cabeza.
—Puedes tatuarte mi nombre, para que me tengas siempre en tu vida, bebé. —Liam bromea.
Louis suelta un suspiro. Toma desprevenido al de ojos cafés cuando lo empuja, haciéndolo tambalear y caer a la piscina, salpicando a todos. Sale rápidamente, boqueando en busca de aire.
—¡Liam! —Taylor chilla al sentir las gotas heladas.
Louis no puede evitar reír, contagiando a todos, menos Taylor y Liam, quien sale de la alberca con el pelo y los lentes mojados. Se acerca a pasos lentos al castaño, con un caminar peligroso. Ninguno de los chicos les puede quitar la mirada de encima.
—Louis... —murmura con una sonrisa tenebrosa.
—No. —niega entre risas. —No te atrevas.
Liam lo ignora, tomando al castaño en un abrazo, empapándolo por completo. Liam ríe levantando un poco a Louis. Louis patalea y grita entre risas.
—Bájame. —dice golpeando el pecho de Liam.
Liam obedece, dejándolo en el piso, camina hasta una silla recogiendo una toalla para él y Louis.
—Ahora que me mojaron. —dice Taylor. —Iré a cambiarme. ¿Vienes, Bebe? —pregunta a la rubia, quien asiente en su dirección.
—Yo las acompaño. —dice Harry levantándose.
Los tres entran a la casa.
—Entonces, —dice Louis cuando está completamente seco. —¿Amelia vendrá?
—Está fuera de la ciudad con su familia. —se encoge de hombros con un poco de tristeza. —Para la próxima.
—¿Amelia? —pregunta Zayn, bebiendo de su cerveza.
—Mi novia.
Harry está frente al espejo de la habitación de huéspedes, se está debatiendo entre el traje de baño amarillo o rojo, el amarillo luce bien en su piel un poco pálida, pero luce un poco chico. Taylor sale del baño de la habitación luciendo un vestido transparente que deja ver su bikini amarillo.
—¡Oye! ¡Somos gemelos! —dice con una sonrisa.
—Sí. —sonríe. —Aunque... ¿No crees que es un poco pequeño? —da la vuelta.
—Mhm. —lo mira. —No. Creo que está bien. No es como si fuera de un niño, solo es más chico que el normal. Pero luces bien.
—¿De verdad? ¿No luzco ridículo? —se mira al espejo.
—Para nada. —se coloca a un lado de él. —¿Te gusta? —dice refiriéndose como luce él.
—Sí. —asiente. No es incomodo, le gusta el color. A él le gusta como se ve.
—Entonces, ¿qué esperamos? ¡Vamos!
Ríe viendo salir a Taylor. Se coloca una camiseta blanca, despeinándose un poco. Sale de la habitación bajando las escaleras, encontrándose a Bebe hablando con Louis. Se acerca, recibiendo sonrisas de ambos.
—Necesito otra cerveza. —dice Bebe. —¿Quieren algo? —pregunta.
—No. —dicen Louis y Harry al mismo tiempo.
—Yo te acompaño. —Taylor le guiña el ojo.
Bebe y Taylor caminan a la cocina, dejando a los chicos solos.
Louis se coloca frente a Harry, sonriéndole.
—Hola. —dice en voz baja.
—Hola, Lou. —sonríe.
—Me gusta tu nuevo peinado. —dice Louis dándose cuenta del pelo del rizado. La forma en que está peinado hace que sus facciones se marquen, luciendo demasiado apuesto. Pasa su lengua por sus labios.
—¿Sí? —su voz suena un poco chillona. Pasa sus dedos por el flequillo. —Ya sabes, Gemma ayudo un poco. Tú también te ves bien con tu nuevo corte.
—Oh. —rasca su nuca. —Gracias. Lottie lo hizo. —se encoge de hombros. Mira su outfit. —Lindos shorts. Esa camiseta la usas desde que te conozco, ¿algún día te desharás de ella?
—¿Por qué? —mira su playera. —Aún funciona.
—Tiene tres hoyos.
Harry frunce los labios mirando su camiseta rota, era cierto que su camiseta era vieja, pero era su favorita, no quería tirarla.
Louis sonríe metiendo un dedo en una parte rota de la camiseta, rompiéndola aún más.
—¡Oye! —dice, golpeando suavemente la mano del castaño. —No la rompas.
—¿Más? —ríe. —Entras con eso al agua y se deshace.
—¿De verdad? —abre sus ojos exageradamente.
—¡No! —ríe aún más fuerte. —¿Planeabas entrar al agua con camiseta?
—¿Sí? —rasca su nuca.
—Bueno, —se encoge de hombros. —si quieres puedes hacerlo. Pero cuando salgas del agua te dará más frío.
Harry lo piensa, si entra a la alberca así no tendrá que ponerse después. No le molesta su cuerpo, solo espera que no lo miren demasiado. Está de acuerdo con su amigo.
—Oh. Creo que tienes razón.
—¿Cuando no la he tenido? —sonríe.
Harry golpea el pecho desnudo del castaño. Ambos ríen con fuerza, siendo algo ruidosos.
Zayn los mira desde la puerta del patio con el ceño fruncido, confundido. Da la vuelta y regresa al patio.
—Taylor me dijo que fueron de compras. Tú odias ir de compras. —dice cuando dejan de reír, se cruza de brazos mirándolo.
—Yo también pensaba eso. —suspira. —Pero Taylor puede ser muy persuasiva.
—Lo sé. —rueda los ojos con gracia.
Louis se queda mirando al rizado, sonríe contento viendo los pequeños cambios del de ojos verdes. Está contento por él.
—¡Hey, Tommo! —grita Liam desde el patio. —Ven a ver esto.
—Voy, Payno. —grita de vuelta. —Ahora regreso. —le sonríe. Camina hasta el patio dejando a Harry en medio de la sala.
Harry suelta un suspiro. Sonríe poco a poco, jugando con su playera.
—Todos estamos enamorados de Louis, ¿no es así? —dice Bebe desde el umbral de la puerta de la cocina.
Harry la mira, borrando su sonrisa.
—¿Perdona? —pregunta con el ceño fruncido.
—Claro. Louis es una gran persona, es atractivo y con un gran carisma. Todos caemos encantados ante Louis, pero no significa que siempre sea de forma romántica. Yo lo adoro... Pero, creo que tú no lo ves de manera amistosa.
—¿Qué dices? —abre los ojos, mirándola con nerviosismo.
Bebe sabe que se está jugando mucho, pero ha observado a ambos chicos desde que llegó. Solo quiere confirmar lo que siempre ha pensado.
—Digo, lo ves como un hermano, ¿no? —dice con una sonrisa ladeada.
—Ah. Sí, por supuesto. —asiente, rascando su nuca.
—O no... —entrecierra los ojos.
—¿No?
—Tú dime. —se acerca a Harry. Habla en voz baja. —¿Solo lo ves como un hermano?
—Claro, ¿qué más sería? —ríe con falsedad.
—No lo sé. —se encoge de hombros. —Tal vez algo más.
—¿Cómo qué? —pasa saliva.
—Qué te gusta Louis. —dice sin borrar su sonrisa.
—No, no, no. —niega rápidamente, sonrojado.
—¡Claro! —levanta un poco la voz. —Cómo no me di cuenta antes, las miradas, el ceño fruncido cuando estaba cerca de Louis. ¡Estás completamente enamorado de él!
—¡Bebe! —pone su mano en su boca. —¡shhh!
—¿Lo es? —dice contra la mano.
—¡Claro que no! ¿Por qué rayos piensas eso? —balbucea.
Bebe quita la mano del rizado.
—Porqué parece. —susurra. —Solo contéstame algo, con total sinceridad, no diré nada. ¿Te gusta Louis?
Harry mira a todos lados, asegurándose que nadie los escuche.
—Antes. —miente. —Pero ahora estoy con Zayn.
—Claro. ¿Ya no sientes nada por él?
—No. —desvía la mirada. —Ya no.
—Haré como te creo. —sonríe, cruzándose de brazos.
—De todos modos, ¿qué importa? Jamás hubiera pasado algo entre nosotros.
—¿Por qué? —frunce el ceño.
—Él jamás se fijaría en mí. —finge indiferencia. —Y está bien, ya lo superé. Es mi mejor amigo y es lo mejor.
Bebe muerde su labio evitando soltar la verdad. Asiente sin decir nada más. Ella sabe que no es así. Ambos chicos se gustaban, Louis no se daba cuenta y Harry jamás se lo dijo. No podía hacer nada, no podía decirle a Louis lo que sabía, lo lastimaría más, y tampoco puede decirle a Harry los sentimientos del castaño, no va a afectar su amistad. No le concierne a ella decir las cosas. Suelta un suspiro, haciendo una mueca de incomodidad. Que situación más complicada.
Me disculpo por la tardanza de este capítulo, tuve muchas dudas sobre publicarlo así o reescribirlo.
La verdad empieza a verse, ¿las cosas terminarán bien o mal?
¡Nos vemos en el siguiente capítulo!
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