El verano que te conocí.

By AngelaEstradaJ

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Una historia que te dejará literalmente atrapado, así que quédate conmigo, con Madeline Bell y Joseph Brown... More

Sinopsis
PERSONAJES
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16

Capítulo 3

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By AngelaEstradaJ


Madeline Bell


- Madeline, ven conmigo... - la voz sensual y gruesa de Chris Pratt me llama de algún lugar, estiro mi mano por inercia.

- ¿Dónde estás? – mi voz suena deseosa.

En eso, una luz del cielo aparece cegándome por unos segundos, era tan brillante que solo espere unos dos minutos para ver que era.

- Aquí, princesa - ¡era él!

Pero... esperen... ¿esos son unicornios? Mi ceño se frunce hasta más no poder, pero por un momento deje de pensar y solo me dejé hipnotizar por esas hermosa mirada. Chris llega a mí, se baja del inmenso animal y se acerca.

- Ven conmigo y seamos felices en el paraíso...

Y de un momento a otro me encontraba en brazos de Chris Pratt, en nuestro alrededor se disparaban fuegos artificiales, había un hermoso arcoíris, animales exóticos brincando de un lado a otro, todo era perfecto...

- Acep... - y mi oración no termino en cuento vi que el rostro de Pratt iba desapareciendo al igual que todo a nuestro alrededor.

Un sonido ensordecedor hace que con mis manos tape mis oídos.

- ¿Pero qué mierda...? – me levanto sobresaltada y me encuentro en mi habitación, está se encontraba iluminada por la luz del sol, maldigo por mis adentros, todo fue un sueño, un hermoso y perfecto sueño.

El sonido vuelve y tanteando mi cama lo encuentro, era mi teléfono, que insistentemente sonaba.

Bufo al ver la llamada entrante.

"Lee"

Con pereza contesto.

- Espero que me llames para una buena razón, ese sueño con Chris Pratt no se consigue dos veces – comento con molestia.

Mi amiga ríe del otro lado de la línea, - Ya vendrán sueños mejores. Y sí, te llamaba para la cosa más importante.

- ¿Y qué es ahora? – me levanto de mi cama y camino hacía el pequeño balcón que acompañaba la habitación.

- ¡Ya se quien compro la casa! –

Esto debe ser una broma.

- ¿Me llamas solo para eso?

- Síp, y bueno, vi a dos chicos bastante atractivos, parecían hermanos.

Suspiro, - ¿Y luego?

- Pues nada, los observe por la ventana y uno de ellos me pillo.

Froto mi frente con la palma de mi mano, no puede ser más pendeja.

- ¿Y qué hiciste?

- ¡Hui! Ni modo que me quedara ahí mirándolo como una acosadora.

- Pero eres una acosadora.

- Uy sí tú, no digas bobadas.

Suelto una risita y ella continúa, - Debes venir.

- ¿Para qué?

- ¿Cómo qué para qué? – Resopla – Mad, mi querida e ingenua Mad, debes venir porque mamá me obligo, prácticamente, a ir con ellos.

- ¿Y por qué debo ir?

- ¡Para que me acompañes!

- Tú sí que molestas, mujer.

- ¡Andaaaa!

- No.

- Por fiiiis...

- Que no.

- Mad..

- Noup.

- ¡Mad, por favor!

Joder...

- ¡Ash, bien!

- ¡Yeihh, te amoo!

Ruedo los ojos, - Cuando te conviene, zorra.

Ella ríe, - Pa que decir que no, sí sí. JAJAJAJAJA no es cierto amix, sabes que también te amo – entorno mis ojos y me quedo en silencio – Hey Mad, ¿sigues ahí? Maaaad, era de a mentis, sabes que te amo sis – ella hace una pausa y yo sigo sin hablar – Te oigo la respiración, ni modo, te espero en mi casa a las 4 pm, love uuu – y cuelga.

Niego divertida despegando el aparato de mi oreja, - Loca...

Camino de vuelta a mi cueva, tiro mi teléfono encima de mi cama y me voy hacia el baño, hago mi higiene bucal, luego mis necesidades, me doy una ducha rápida y de último me visto de la manera más cómoda. Aún faltaban horas para ir a casa de Lee, así que aprovecho mi tiempo para salir en busca de más libros, tomo las llaves de mi casa, mi tarjeta, efectivo y mi celular.

Salgo y bajo las escaleras como suelo hacerlo, de dos en dos, cosa que mi madre me reprocha porque piensa que me iré de boca, pero nunca ha pasado. Soy inmortal madre, entiéndelo.

Cuando termino de bajar las escaleras, aparece la nombrada como por arte de magia, ella me mira sorprendida, frunzo el ceño.

- ¿Qué pasa? - le pregunto mientras la rodeo, ella me sigue con la mirada.

- ¿Quién eres y que has hecho con mi hija?

Le doy una mirada de "¿Es en serio?" – Bueno, hija, jamás te levantas temprano y menos en vacaciones.

Hundí mis hombros, - Solo quiero aprovechar el día para ir a la tienda de libros y luego iré a casa de Kaylee, ¿está bien?

Ella asiente con una cálida sonrisa maternal, - Sabes que sí, solo que no quiero que te vengas tan de noche, es muy peligroso y quien sabe que locos hay en la calle... - mamá queda mirando hacia la puerta, cosa que me extrañó bastante. Decidí no darle tantas vueltas e ignoro eso último, me acerco a ella y deposito un beso en su frente.

- Despídeme de Geor por mí, ¿sí?

Asiente con una sonrisa. Me doy media vuelta y sigo hasta llegar a la puerta, como no tenía auto – Y no es que no pueda costearlo, es solo que no sé manejar – Tocó con el viejo confiable, el autobús. Tenía la pequeña suerte de que la parada de autobuses quedara a solo una cuadra de mi casa, así que camino hacia allí mientras coloco mis audífonos en mis oídos, mientras busco que reproducir, concentrada en lo mío, no me doy cuenta cuando algo, o más bien alguien golpea mi hombro, fue tan fuerte el golpe que me tambaleé hacia un lado, casi que me caigo en unos arbustos.

Cuando estaba lista para gritarle miles de impropiedades a la persona que me haya golpeado, mis ojos captan un color verde aceitunado que me deja con las palabras atragantadas.

La persona que tengo empieza disculparse, - ¡Mierda, Como lo siento! Yo de verdad lo sient... ¿Madeline? – sus ojos pestañean rápidamente como si no pudiera creerlo, su cara de arrepentimiento cambia drásticamente a una sorprendida y atónita.

- ¡Wow, como has cambiado! – él ahora sonríe.

Y es como si volviera al pasado, es como si nunca él se hubiera ido y no sé porque, pero mi primer instinto fue este. Me abalanzo contra su cuerpo, envolviendo mis brazos alrededor de su cuello, lo abrazo con fuerza, él no reacciona, aún en shock, y más aún cuando yo de loca salto para abrazarle. Luego de unos dos minutos, vuelve y me envuelve con sus largos y fuertes brazos, su rostro se hunde en el hueco de mi cuello, aspira mi aroma y me aprieta más a él.

- Ayden... vol-volviste... - susurro conmocionada. Ayden ríe.

- Volví.

Me alejo tomándolo de los hombros, - No lo puedo creer... - le digo con el mismo tono, - Es que no lo puedo creer.

El hace una mueca, - ¿Cuánto ha pasado? ¿Unos... seis meses, quizás?

- Seis – asiento – Seis meses.

- Vaya... el tiempo pasó volando.

Les explico cortamente, Ayden fue mi ex, es mi ex, pero hace un año atrás, lo odie como por dos meses, luego mi orgullo no duro tanto y acepte sus disculpas que por dos meses me rogaba, luego de eso, empezamos a tratarnos de nuevo, pero como amigos y nos dimos cuentas que de esa manera si congeniábamos, así que hoy en día el sé ha convertido en un buen amigo, que le encanta darme consejos y advertencias cuando estoy a punto de cometer una estupidez. Es buen apoyo, aunque a veces sea un hijo de puta.

- Sí, ¿A dónde te dirigías? – le pregunto con curiosidad.

- A buscarte.

Abro los ojos, - ¿En serio?

- Síp, eres difícil de contactar, pendeja.

- Yo no fui la pendeja que se fue por seis meses a un país que no tiene buena conexión de internet...

- En realidad no tenía internet – me interrumpe.

Ruedo los ojos, - Como sea.

Suspira profundo, - Lo siento, sé que debí comunicarme, pero es que no podía – se trata de explicar – Y es más, cuando tuve oportunidad de tener contacto con el mundo exterior, te llame, pero nunca cayó la llamada.

Ayden se cruza de brazos, como reprochándome, - Oh sí, es que perdí ese número hace unos cuatro meses.

Alza las manos, apuntándome, - ¡¿Ves?! No soy adivino, Madeline.

Hago un mohín, - Nadie lo es.

- Eh... yo no estaría tan seguro de eso, los budas...

Y ya va empezar... - Ayden, a nadie le interesa – él me da mala cara.

Empiezo a reír – No es cierto – trato de acercarme y se aleja como si fuera la cosa más toxica del mundo.

- No me toques, que a ti no te importen otras culturas no significa que a otras personas tampoco.

La mirada dolida que me da, me hacen arrepentirme.

Aunque sé que es un método de manipulación.

Ayden es el rey de la manipulación, señores.

Me aguanto las ganas de rodar los ojos, miro por encima del hombro del muchacho castaño, y veo a lo lejos el autobús acercarse.

- Dejando tu drama, ¿quieres acompañarme?

- No iré a ninguna parte contigo.

El autobús cada vez está más cerca, - Pues okey - lo rodeo y camino los últimos pasos que me quedan hasta estar en la parada.

El bus llega y se detiene, yo miro por encima de mi hombro a Ayden, él aprieta sus labios en una fina línea.

1, 2, 3...

Escucho un gruñido a mis espaldas, me giro y encuentro al chico subiendo abordando este de mala gana, sonrió orgullosa.

Siempre sé cómo doblegarlo.

Nos sentamos en unos asientos libres de la parte trasera, me acomodo de lado de la ventana y Ayden en la esquina. Él muy amargado me ignora en todo el viaje.

Infantil.

***

Luego de unos 10 minutos de viaje, llegamos por fin al único centro comercial del pueblo, algunos pasajeros empiezan a bajar y luego nosotros de últimos. La verdad en vez de ser una estructura cerrada, CC es una vereda más o menos grande, donde puedes encontrar cualquier cosa, aunque sorprenda, traen muchas cosas de la capital. Empiezo a caminar mientras Ayden me sigue.

Y por fin se digna a hablar, - A fin de cuantas, ¿qué vienes a hacer aquí?

Antes de contestar, mis ojos se fijan en el logo de una tienda, lo miro y señalo hacía esa dirección, - Ahí.

- ¿A la librería, eh? – Asiento, - Pensé que lo habías dejado.

Niego mirándolo horrorizada, - Jamás, leer es lo mejor del mundo.

- Concuerdo – mueve la cabeza con afirmación.

Entramos a la tienda, y busco lo que necesito, libros, escogí de varios géneros, amor, suspenso, juveniles y eróticos. – No soy ninguna pervertida, solo que me gusta leer la trama, no se confundan – Ayden también compra algunos.

Luego de pagar, salimos, - ¿Quieres ir por un café helado? – le pregunto a Ayden al girarme, pero me doy cuenta que no está por ningún lado, frunzo el ceño, ¿y esté ahora donde se metió?

¿En qué segundo desapareció?

Avanzo en su búsqueda, esquivo a las personas, veo por fuera de cada tienda, pero no tengo éxito, cuando estoy a punto de darme por vencida, lo veo. Pero no está solo, está acompañado de un hombre, parecía bastante mayor, de unos 46 años, Ayden esta serio, con una mirada atenta a todo lo que el señor le dice y me parece bastante extraño, jamás en mis 19 años había visto ese hombre por estos lugares, ¿será nuevo en el pueblo? Varias preguntas se instalan en mi mente y sin pensarlo mucho, me acerco a Ayden, cuando voy a mitad de camino, él me mira, su mirada cambia drásticamente, se ve preocupado, hace un gesto de "¡Ni se te ocurra venir!" y eso me hace extrañarme más, me quedo quita en donde estoy.

La distancia en la que quedé, no es tan larga, así que si agudizo bien el oído, puedo oír de lo que habla él hombre.

- ¿Has entendido bien lo que tienes que hacer, Salvatore? – la voz gruesa y calculadora de este, hace que mi piel se erice, pero no de una buena manera. Es espeluznante.

¿De qué hablarán?

- Sí, Don, estoy al tanto.

Ellos asientes, y se estrechan la mano, - Es bueno volver al trabajo con gente como tú padre, dile que pronto lo visitaré – Ayden solo asiente con incomodidad, sus ojos no se despegan del hombre ni un segundo, salvo para advertirme que no me acercara.

¿Qué mierda?

¿A qué viene eso de "volver al trabajo"?

¿Por qué el papá de Ayden trabajaría con un hombre que da miedo hasta su voz?

¿Ayden también está involucrado?

Millones de preguntas vagan en mi cabeza haciéndola un lio y ninguna sin respuesta, por ahora.

Vuelvo mi mirada hacía ellos, se despiden y luego Ayden espera que se alejé para acercarse a mí.

Y como mi bocota no se controla, le digo lo primero que pensé, - ¿Quién era?

- Nadie – dice cortante.

- ¿Cómo qué nadie? Debe tener un nombre, es un ser humano – lo presiono.

- No es nadie, Madeline, déjalo ir.

Pero no puedo simplemente dejarlo ir por la mirada de "¡ni se te ocurra venir!" que me ha dado minutos atrás, - No puedo simplemente dejarlo ir cuando pusiste esa cara de fantasma – demando - ¿Es alguien peligroso? – vacilo al preguntarle.

El entorna sus ojos, cansado de mi voz, - Sí, lo es, así que cuando te le cruces alguna vez, mantente alejada – hace una pausa y deja de caminar, freno mi andar quedando justo frente a él, - De él y todo el que le rodea, ¿okey? – Arrugo la frente, iba a hablar cuando me interrumpe, - No más preguntas, ahora que lo pienso, he hablado de más.

Vuelve su andar, pero más apresurada, intento seguirle, aún confundida.

Ninguna de sus palabras ha calmado mi sed de curiosidad, es más, ahora me encuentro en un limbo lleno de incógnitas.

Al llegar a la parada de autobuses, él se sienta en las bancas que hay puestas ahí, se frota la cara, frustrado. Me siento a su lado y espero que el me siga contando, pero eso no pasa.

Cansada de si silencio resoplo, - Ayden...

El me interrumpe, - No sigas, Madeline, ya he dicho – Okey, acaba de reñirme como lo haría un padre a su hija.

- No tienes por qué tratarme así, solo me ha dado curiosidad – recrimino cruzándome de brazos.

- Pues tu curiosidad puede ser muy mala en estas situaciones, así que te aconsejo que dejes de ser así, antes de que te metas en problemas – responde tangente.

- Eres un idiota.

- Sí, ya muchas veces me lo han dicho.

Su poco interés me confunde, ¿ahora que hice?

¿Le ha molestado tantas preguntas?

Uish.

Que hijo de puta bipolar...

Luego de una espera larga e incómoda, su bus llega. Lo observo levantarse y luego dirigirse hacia a mi cuando ve que no hago lo mismo.

- ¿No vienes?

Niego, - La casa de Kaylee queda cerca.

Ayden asiente, - Ve con cuidado y salúdamela de mi parte.

- Claro, no hay problema.

Se sube y desaparece cuando el bus arranca.

***

Toco el timbre por segunda vez, nadie contesta, ni siquiera la señora Allen, ruedo los ojos, estoy segura que la idiota de Lee está con los audífonos puestos. Sin ninguna efectividad de que alguien me escuche dentro de la casa, opto por ir por detrás, para mi suerte, la rejilla estaba abierta, entro sin más al patio y me consigo con Sashi, la Golden retriever de Kay, ella me saluda moviendo la cola con mucha energía, sin evitarlo me agacho hasta la altura de ella.

- Hey linda, ¿cómo estás? – La acaricio y le rasco los costado del cuello - ¿Quién es una linda chica? – le hablo de manera suave e infantil, ella mueve mucho más rápido su colita y me lame toda la cara, empiezo a reír – Yo también te extrañe, linda.

Satisfecha con su alegría, me levanto y empiezo a caminar hacia las puertas corredizas que dan para entrar a la casa, corro estás y en un descuido Sashi entra primero que yo, hago una mueca, sé que a la perra no le gusta estar sola en el patio, pero tampoco a la señora Allen le gusta que esté dentro, Sashi desaparece escaleras arriba antes de que pueda siquiera regañarla.

- Perra astuta... - sonrió con diversión. Hago el mismo camino de ella y llego al primer piso, camino por el pasillo hasta llegar a la puerta que da al cuarto de Kaylee, sin tocar, entro, encontrando a la belleza durmiendo con los audífonos puestos, bufo y cojo una almohada que se encuentra en el piso para tirársela justo en la cabeza.

Ella se sobresalta, - Qué, qué... - su cara delata desorientación – Juro ser inocente de todo lo que me culpen – sigue diciendo dormida.

Suelto una risotada, - De inocente no tienes nada, amiga – ella se restriega los ojos con sus dedos y bosteza.

- ¿Sabes que es de mala educación despertar a las personas de esa forma?

- Lo sé, pero también es de muy mala educación dormirse cuando sabes que vendré – la regaño.

- Pensé que mamá estaría en casa – se encoge de hombros.

- No lo está, al entrar no había nadie.

- Oh bueno – hace un mohín, restándole importancia, - Lo importante es que ya estás aquí.

Le doy mala cara, Kay me tira un beso, - Por cierto, Ayden te manda saludos.

- ¿Ya volvió? – me mira confundida, no está sorprendida.

Asiento, - Sí, me tropecé con él más temprano y me acompaño a bulevar a comprar libros – sonrió con la boca abierta mostrando mi bolsa repleta de libros.

Parezco una niña con juguetes nuevos.

- ¿Alguno que quieras prestarme?

Sabía que diría eso.

Abro la bolsa y de ahí extraigo un libro bastante grueso y lo lanzo a la cama justo cerca de ella.

- Tiene una linda portada, lo leeré.

- Más te vale hacerlo – le advierto, ella alza sus manos en paz.

- Oye, tranquilo viejo.

Ruedo los ojos, - ¿Vamos a ir o qué? – le pregunto yendo a la razón de por qué estoy aquí un domingo en la tarde.

- Claro, deja y me cepillo los dientes.

- Bien.

***

Saliendo de la casa de Kaylee, con ella a mi lado sosteniendo una cesta de galletas que dicen "Bienvenidos" en el centro, cruzamos la calle hasta quedarnos paradas frente a la gran mansión.

- Si son solo tres, como tú dices, ¿por qué necesitan una casa tan gigante? – pregunto mientras me quedo admirando la hermosa estructura por fuera.

- Gente con dinero a fin de cuentas – ella se escoge de hombros, sin importancia.

Lee decide tocar el timbre. La melodía suena por dentro de está de una manera muy espeluznante.

Esperamos unos cinco minutos ahí paradas, hasta que por fin se dignaron a abrir.

Mi boca se seca, mi corazón se acelera y mis nervios se desbordan, al ver a semejante adonis parado frente a nosotras, y no es solo su belleza que me hipnotiza, si no esos peculiares tatuajes que lleva regados por todo el cuerpo, unos ojos color verde casi transparentes, inexpresivos e impacientes, se fijan en los míos, haciendo que mis nervios aumenten.

Oh.por.todos.los.dioses.olímpicos.

Creo que se les cayó uno.


- ¿Se les ofrece algo? - esa voz roca, gruesa y varonil llega a mis oídos como una deliciosa melodía, su acento británico acaricia su lengua de una manera muy sensual. Siento mi piel erizarse de tan solo escucharlo... 

Y una pregunta se me hace incógnita en la mente. 

¿Quien eres y por qué eres tan malditamente atractivo?



******************************************************

Hey, hey, heeey, tarde pero seguro. 

No se olviden de darle un lindo voto si te gusto.

<3

All the love, Angela.  

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