Hoy es mi último día de vacaciones, mañana lunes entro de nuevo a la Universidad y esoo!! podríamos decir que ahora estamos en los últimos capitulos!!!
La banda completa volvió a Estados Unidos para prepararse para los dos shows de despedida en Los Ángeles y por mutuo acuerdo con Nathan, decidimos arrendar un departamento para no volver a la mansión, a los dos ya no nos acomodaba vivir ahí. A penas colocamos nuestros pies en el Aeropuerto fuimos recibidos por una masa gigantesca de fans, traté de alejarme lo más pronto posible de los chicos para que los gritos no asustaran a Noah.
Después de esperarlos por unos cuantos minutos, pedimos un taxi para ir hacia nuestro hogar momentáneo.
-¿No quieres ir a New York con tu madre? – Me preguntó mientras me acariciaba la frente, tenía mi cabeza apoyada en su hombro. – Tengo miedo de que Scooter aparezca un día y les haga algo a ti y Noah –
-Mmmm... – Fue lo único que respondí ya que sus caricias me comenzaban a producir algo de sueño –Nada nos pasará, estaremos bien –Le respondí con los ojos cerrados-
Llegamos a los minutos, tuve que despertar ya que Nath no podía con ambas. Subimos por el ascensor.
-¿Puedes tenerla tu? – Le pregunté pasándole a Noah – Estoy muy cansada – Solté un bostezo –
Llegamos al departamento 205 en el segundo piso. Yo tomé las maletas con ruedas y las arrastramos al interior del departamento.
Abrí la boca al ver lo impresionante que era, el living era gigante y la cocina era americana así que daba el efecto de que fuera muy espacioso. Los muebles eran todos de madera blanca haciendo juego con los sofás y sillones eran de cuero negros y los cojines hacían juego ya que eran de color rojo. Era impresionante, me acerqué al gran ventanal y pude darme cuenta que tenía una vista privilegiada podía ver toda la ciudad desde aquí.
-¿Cuánto te salió todo? – Pregunté sin dejar de contemplar el paisaje –
-Unos cuantos dólares – Respondió carcajeando al ver mi rostro – Vamos a los dormitorios-
Le obedecí y llevé las dos maletas gigantes, entramos en una de las habitaciones, intuí que era la principal.
No me equivoqué al ver la cama, era del tamaño King. No quise seguir viendo la habitación ya que con solo ver aquella cama, me tiré un piquero y abracé una almohada. Era muy cómodo, podía darme cuenta solo con sentir que las almohadas estaban rellenas con plumas y el cobertor de la cama que era de color azul marino también.
-Como este departamento no está adecuado para una bebé de cuatro meses, va a tener que dormir con nosotros – Me explicó Nathan dejando a mi lado a Noah –
-No hay problema – Le respondí media somnolienta - Solo quiero dormir…
Desperté al sentir por la ventana el ruido exterior, abrí los ojos y recordé que ya no me encontraba en mi tranquila casa en los suburbios de Gloucester, si no que estaba en la agitada ciudad de Los Ángeles. Tapé mi cara con mi almohada, me di cuenta de que Noah no estaba durmiendo junto a mí, Nath tampoco. Al destaparme me di cuenta que todavía estaba vestida con la ropa del día anterior
Me levanté y me encontré a Nathan junto con Noah en la cocina, mi hija estaba sentada en una pequeña silla, sobre la mesa ¿En qué momento la había metido dentro del equipaje?.
-Buenos días – Les dije cantando, le di un beso antes de sentarme frente a él – ¿Qué hay para hoy?-
Nath me colocó una taza de té frente a mí junto con un plato de hotcakes, se había esmerado en hacerme el desayuno, yo sólo sonreí y empecé a comer en silencio. Nos quedamos en silencio unos minutos y pude darme cuenta que algo lo estaba molestando.
-Puedo ver que algo te está molestando, Nath dímelo – Tomé su mano y él me brindó una leve sonrisa –
-No deberías haber venido a Estados Unidos conmigo – Respondió sin mirarme a los ojos, su pulgar estaba acariciando el dorso de mi mano –
-¿Por qué? – No estaba entendiendo nada – Soy… -¿Qué soy? No soy nada, solo la madre de su hija pero nuestra relación no tenía nombre – Me gusta andar con ustedes por todos lados –
-¿Qué pasa si ese idiota les hace algo a las dos? Yo no me lo perdonaría nunca – Se levantó de la silla y me estrecho entre sus brazos –
-No pasará nada – Reí pero por dentro, después de mis dos pesadillas recurrentes también tenía miedo –
-Vamos a ver a los chicos, nos reuniremos a almorzar dentro de una hora – Se alejó de mí, no sin antes darme un beso en la frente – Desayuna tranquila, yo me voy a encargar de esta preciosura – Dijo mientras tomaba a Noah y frotaba su nariz contra su versión más pequeña –
Tomé la revista “People” que estaba sobre la mesa de la cocina y comencé a hojearla, era lo mismo de siempre, rumores, embarazos que la mayoría del tiempo resultaban ser falsos, algún chismecito de las Kardashian que eran mis favoritos.
Deje la tasa suspendida en mi mano mientras mi cara se caía de la sorpresa. Scooter estaba dando su propia versión de porque la repentina decisión del porque de la separación de The Wanted. Después de preguntarle por sus otros artistas, su vida personal (en ningún momento mencionó su relación prohibida con Ariana) era una sola pregunta referida a la banda. Extrañamente la pregunta estaba encerrada con marcador amarillo fosforescente. ¿De dónde había sacado esta revista Nathan?
¿Cuáles son los reales motivos de esta abrupta decisión del hiatus de The Wanted?
La verdad, ellos me lo dijeron de un día para otro tuve que cancelar todas las fechas y solo quedaron dos aquí y dos allá.
Estoy muy decepcionado ya que los chicos son muy talentosos pero quizás la gente que rodea a los chicos no es la mejor, ellos toman sus propias decisiones y yo no soy quién para decirles que hacer. Pero es sólo un descanso y ya veremos cómo regresamos con ellos.
Más abajo salía una foto mía y de Nathan donde se rumoreaba que yo era uno de los posibles motivos de la separación, mi cara estaba rallada y decía una sola frase “Pagarás por esto”.
-¡Nathan! – Grité asustada, había estado aquí. Scooter sabía que yo estaba en Los Ángeles - ¡Nathan! – Volví a gritar, me levanté de la silla y corrí con la revista en la mano. Nath salió de la habitación con Noah en sus brazos –
-¿Qué pasó? ¿Estás bien? – Abrió sus ojos sorprendido –
-¿De dónde sacaste esta revista? – Pregunté dentro de la habitación –
-La encontré debajo de la puerta esta mañana –
-¡Scooter estuvo aquí! – Exclamé abriendo la revista y mostrándole la página – ¿Cómo puede saber que estoy aquí?
Se quedó en silencio y cerré la revista, la tiré sobre la cama, comencé a pasear por la habitación. Quizás Nathan tenía razón y debía volver a New York junto con mi mamá para estar más segura junto con Noah pero eso significaría que me perdería los dos conciertos de la banda y me perdería cualquier noticia de los movimientos de Nano.
-Nath…-Murmuré y él se giró hacia mí – Quizás tienes razón, debería ir a New York –
-Es lo mejor, apenas termine mis dos conciertos aquí te iré a buscar y volveremos a casa – Se sentó en el borde de la cama y yo lo imité –
-Esto es como mis pesadillas – Le dije tratando de aguantar las ganas de llorar pero poco a poco el comportamiento de Scooter me estaba asustando ¿En qué momento se había obsesionado conmigo? – Pareciera que está obsesionado conmigo y Noah –
-¿Tus…pesadillas? –
-He tenido dos pesadillas – Guarde silencio antes de seguir contándole lo que había soñado – Una en donde los encontraba a todos muertos, incluido tú, mi madre, Jake y Troy – Mordí mi labio inferior y comencé a llorar – Y el otro fue hace unas noches atrás, donde el idiota me mataba –
Ya no era la Madison que le gustaba enfrentarse con Scooter cuando vivíamos en la mansión, ahora tenía una vida a la que proteger, una pequeña vida dependía de mí y no podía andar jactándome de que era la única que podía desafiarlo. Al parecer estaba volviendo a la pequeña e indefensa Madison que antes de conocer a Nathan se refugiaba en las drogas, volvía a tener miedo recordé que los ojos de Scooter eran los mismos que tenía Evan cada vez que se ponía violento conmigo, me estremecí de tan solo recordarlo.
Nathan me abrió la puerta del restaurant mientras yo empujaba el carrito con cuidado. El local era bastante conocido y estaba algo lleno ya que estaba en la principal avenida de la ciudad.
-¡Aquí! – Tom se levantó del rincón y nos hizo una seña para que nos reuniéramos con él –
Caminamos hacia ellos, deje el carrito con Noah en la orilla sin molestar en el pasillo y los salude a todos.
Jay levantó la mano para que la mesera más cercana fuera por nuestras órdenes, pedí la primera cosa que ví en el menú pues no tenía mucha hambre después de lo de la mañana. Tom, Siva pidieron unas cervezas y Nathan un almuerzo igual al mío.
Los chicos empezaron a hablar sobre el posible setlist que llevarían los conciertos y otras cosas pero yo estaba con mi mente en otra parte. Le dije un par de palabras a Noah quien estaba jugando con unas llaves grandes de goma que había traído conmigo. A los minutos la misma chica llego con nuestros pedidos
-Maddie ¿Estás bien? – Tom me sacó de mis pensamientos mientras jugaba con la comida en mi plato –
Negué solamente con la cabeza sin decir nada, no quería preocupar a nadie más con el estúpido acoso de parte de Scooter.
-No he tenido una buena mañana – Les respondí, le lancé una mirada a Nathan para que no hablara sobre lo que había ocurrido en la mañana –
-¿Vas con nosotros el próximo sábado al concierto? – Siva tomó un sorbo de su cerveza –
Volví a mirar a Nathan y me removí incomoda en mi lugar. Deje el tenedor en un costado del plato.
-No…- Carraspeé para aclararme la garganta – No voy a poder acompañarlos –
-¿Por qué?- Preguntaron todos asombrados excepto Nathan –
-Yo… -
-Vamos a tomar resguardos con Maddie – Me interrumpió Nathan -
-¿Scooter? – Preguntó Jay jugando con su botella de cerveza –
Asentí con la cabeza.
-¿Qué tiene en contra de ti? - Tom estaba tratando de controlar su temperamento, nunca antes lo había visto así –
-No lo sé, quizás es donde era la única que lo desafiaba o piensa que soy la única que está saboteando su carrera –Me encogí de hombros –
-¿En que momento decidiste aliarte con Nano para hacer todo esto? – Volvió a preguntar mi hermano –
-¡No sabía que iba a suceder esto! – Exclamé y solté un quejido - ¿Han sabido algo de Nano?
-Lo hemos llamado desde ayer pero no responde – Siva contesto preocupado – No es normal en él –
Mis labios formaron una delgada línea y los apreté, una no muy buena idea se me estaba cruzando por la cabeza pero no era seguro de que fuera a ver si estaba bien, quizás había salido por ahí y ahora estaba en su departamento con resaca y no quería contestar todavía.
-La última vez que hablé con él, fue hace dos días atrás – Saqué mi teléfono pero recordé que había borrado el historial de conversación – Y me dijo que tenía una cita ¿Saben con quién? –
Los chicos se miraron unos con otros pero sin respuesta, nadie sabía nada. Era frustrante.
-Cuida a Noah – Tomé las llaves del auto y mi celular quien estaba sobre la mesa –
-¿A dónde vas? – Tom se levantó y Nath igual –
-Voy a buscar a Nano – Les respondí sin tomar en cuenta su preocupación –Te llamaré si las cosas empeoran – Me detuve en la puerta – Lleva a Noah a New York si yo no llego antes de las nueve – Le di un rápido beso en los labios a Nathan antes de correr al auto –
Me dí la vuelta hacia el lado del conductor lo más rápido posible, tiré la cartera al asiento de al lado y conduje hacia el edificio donde estaba viviendo Nano. En una luz roja, busque mi celular y marqué el su número.
“Despues del tono, deje su mensaje…”
Fue lo único que escuché, lo intenté tres veces pero con los mismos resultados.
Me estacione, saqué la llave en el contacto y me quede pensando en que si lo que estaba haciendo era lo correcto.
Llamé a Nathan, me contestó en un tono de alarma estaba preocupado y era para estarlo, estaba arriesgando mi vida sin saber con qué me iba a encontrar cuando subiera al quinto piso.
Busqué nuevamente mi teléfono, mis manos estaban temblando, desbloquee la pantalla y marqué el número de Nath.
-¿Estás bien? ¿Dónde estás? – Preguntó completamente alterado –
-Tengo miedo – Le dije con un hilo de voz – No se con que me pueda encontrar, está su camioneta aquí –
Vi su camioneta estacionada a unos metros de la mía.
La puerta del edificio se abrió y salió un sujeto que no me demoré en reconocer, era Scooter, iba a vestido completamente de negro.
-Mierda – Susurré y me agaché para que no me viera, estaba a unos metros – Scooter salió del edificio –
-¿Te vio? – Preguntó alarmado, escuché como Noah se reía detrás –
-No – Respondí –
Se veía bastante apurado, se subió a una camioneta que estaba conducida por una mujer de pelo largo castaño claro. Ariana.
-Está con ¿Ariana? – Seguía en la línea con Nath – Voy a ver, recuerda lo que tienes que hacer en caso que algo salga mal. –Le recordé – Te amo –
-Te amo – Me respondió antes de que le cortará –
Caminé rápidamente sin dejar de mirar hacia todos los lados, entré rápidamente al sentir que un auto también se estacionaba. Suspiré al darme cuenta que no era nadie conocido.
Entré en el ascensor y apreté el botón con el número cinco, empecé a golpear el suelo con mi zapatilla. Las puertas se abrieron y camine por el pasillo, había venido un par de veces al departamento de Nano pero no lo recordaba del todo, saqué mi celular y marqué el número, si tenía suerte podía escucharlo mientras sonaba.
Me giré sobre mis talones, el sonido de su ringtone venía desde la puerta del fondo del pasillo, estaba semi abierta.
Caminé lentamente, apreté el botón para colgar la llamada. El vello de mis brazos se estaba erizando producto del miedo, temía lo peor.
-¿Nano? –Pregunté con mi voz temblorosa – Soy Maddie – Empuje la puerta suavemente para abrirla –
No había señas de Nano por ningún lado, todo estaba ordenado y no veía por ningún lado a mi amigo.
Camine con cuidado, cruzando el living hacia las habitaciones.
Abrí la puerta del baño sin resultados, no estaba por ningún lado, entre a su habitación pero tampoco estaba.
Caminé y me senté en el borde de su cama, en el escritorio faltaba su notebook y las carpetas estaban todas revueltas en el piso, me levanté de la cama y las recogí, se notaba que habían arrancado hojas no me costó adivinar que eran las hojas donde se culpaba a Scooter de todos sus delitos.
-Nano – Susurré - ¿Dónde estás? – Hice un recorrido con la vista por todos los rincones de la habitación hasta que me di cuenta que en la alfombra ploma habían unas manchas oscuras, pasé dos dedos y me di cuenta que era sangre –
Abrí el armario, encontrándome con Nano amarrado de piernas y manos, al parecer estaba inconsciente.
-¡Nano! – Grité y me arrodille a su lado - ¡Nano! – Le di unos pequeños golpes en su cara para que reaccionara pero no funcionó – Nano, despierta –