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Los días pasaron, volviendo a estos en semanas, y ya estabamos cerca de ya llevar un mes en esta aldea.
Inicialmente, la excusa que tenía mi viaje con Sasuke, era el de estudiar y aprender sobre plantas medicinales y de nuevas técnicas de tratamiento médico, y hasta hace un mes, todo estaba bien, tranquilo y solo a veces hasta aburrido.
No porque me aburriera con Sasuke, al contrario, siempre encontrabamos temas de conversación... bueno en realidad el siempre me escuchaba, y solo intervenía cuando era netamente necesario. Pero aún así, nuestro tiempo juntos era de lo más agradable y tranquilo.
Como añoraba esos días, en estos instantes...
La pequeña Aldea de las Flores, era hermosa, con gente humilde, que viven de la agricultura, la apicultura, y la producción de licores en base a sus exóticas flores. Si tuviera que escoger otro hogar, el que no fuera mi natal Konoha, sería esta humilde Aldea.
Pero, sabía que esta comunidad había visto tiempos mejores. Ya que nadie puede vivir con la incertidumbre constante de que lleguen los lacayos de la familia feudal y te quiten en base a violencia todo por lo que has luchado durante toda tu vida, solo para satisfacer al caprichoso Usagi Sakuya.
Usagi Sakuya... ese hombre,si es que se le puede llamar así, era el parásito, que estaba destruyendo toda la belleza de esta pequeña Aldea. Él y sus malditos caprichos, solo estaban logrando que los humildes habitantes de este lugar, no pudieran vivir por esa tan anhelada paz por la que mi querido amigo Naruto lucho para que todos la pudiéramos alcanzar.
...Que más puedo hacer?
Es tan frustrante, el poder contar con el poder y la fuerza suficiente, como para acabar de una sola vez con los problemas de estos habitantes, pero se que ese no es el camino correcto.
Kakashi-sensei, ya tiene mas que suficientes problemas con los que lidiar, como para añadir que una de sus Kunoichis, asesinó sin piedad alguna al detestable hijo del Señor Feudal de la tierra del Vino. Ya que este es un enfermo sádico y narcisista, que disfruta en la humillación y degradación de quienes deberían ser sus protegidos... su pueblo.
Y a eso, agrega su reciente obsesión hacia mí persona. Realmente sus malditos regalos, y propuestas me tienen más que saturada. No hay momento en el día, en que no me deje en paz... sus asquerosas palabras, supuestamente románticas y cariñosas, solo hacen que se me revuelvan las entrañas.
No negaré, que si hay alguien a quien me encantaría matar lentamente, es a ese maldito hijo de puta de Usagi.
Entre más personas atendía en la pequeña consulta médica, más mi odio y despreció hacia ese... ser... se creaba en mi corazón.
Durante el último mes, me tocó atender casos tan diversos, que realmente he tenido que hacer uso de todos mis conocimientos médicos para poder ayudar, y de cierta forma retorcida reparar el daño que a causado Usagi.
Desde envenenamiento, mutilaciones, y violaciones, han sido algunos de los tan diversos casos que me a tocado tratar.
Desde que me volví discípula de Lady Tsunade, siempre admiré de ella su profesionalismo y esa capacidad para ver todo con cierta objetividad y hasta a veces con frialdad, ya que es eso lo que se necesita ahora... profesionalismo. Pero, en cambio yo... realmente no puedo hacerlo... creí que con los años había aprendido a ser una médico que atiende objetivamente a sus diversos pacientes... pero me doy cuenta que no es así.
Pero, quién en su sano juicio hace la mitad de las atrocidades y barbaridades, que este hombre le a echo a estas personas?
Trato de llevar mi máscara de kunoichi médico, durante todo el día, para así atender con eficiencia y rapidez, a mis pacientes. Pero cuando cae la noche, y mi fuerza mental llega a su límite, solo le permito a una persona a que pueda consolarme y darme nuevamente fuerzas, para enfrentar el mañana, y así poder continuar luchando, en esta causa perdida.
El poder contar con Sasuke, en ese difícil proceso, es lo único que me reconforta. Solo sus besos, y caricias, logran sacar de mi mente las tristes imágenes que formaron mi día... sólo el amor que me demuestra su mirar, logra reparar las heridas de mi alma.
Cuando, por fin nos encontramos sólos, no se necesitan de palabras entre nosotros, para que el sepa lo que necesitó. Ya que solo su amor, me fortalece...me llena... y repara.
Solo su amor, me hace seguir pensando que aún hay esperanza de un mañana mejor. De que, a pesar de todo, ahora lo tengo a él a mi lado, para poder sostenernos en medio del dolor y la desolación. Que lo único real y verdadero en este mundo, es el amor... su amor... mi amor...nuestro amor.
Sasuke... eres mi fuerza a seguir adelante...por ti, sigo creyendo que hay un mañana mejor...que debemos tener esperanza, ya que si pudimos lograr hacer que nuestros sentimientos crearán esto tan maravilloso que se llama NOSOTROS, es porque realmente lograremos encontrar la solución y salida, para esta tormentosa situación.
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-Cariño que haces levantada tan temprano?.- me pregunta mientras se acomoda detrás de mí y me abraza, para así ver juntos el amanecer de este al parecer soleado día, desde el balcón de nuestra habitación.
-Perdon amor, no quise despertarte, pero me despertaron una ganas enormes de comer algo dulce, y como aún quedaba del pastel que me compraste anteayer así que... pues me lo comí.
-Mhp, además de molestia, eres una glotona.- me responde regalándole al final su hermosa sonrisa de lado.
En vez de molestarme su comentario, de alguna manera lo encuentro encantador.
Estábamos solos, en el pequeño departamento, que se encontraba a un costado de la consulta médica. No era muy espacioso, pero si era funcional, y contaba con lo necesario para que Sasuke y yo pudiéramos descansar. Los habitantes del pueblo, nos lo entregaron como paga, a cambio de nuestros servicios a la Aldea.
Tratando de poner mi voz indignada le digo:
-Oye, está chica necesita de sus carbohidratos para vivir, y el molesto aquí eres tú.
-Ok relájate, si no supiera por lo que estás pasando, realmente te consideraría una total molestia... pero eres Mi Molestia.- termina diciéndome aquello, con su tan peculiar poke en mi frente.
-Mhp presumido...
-Sakura?
-Sasuke?
-Oye y el Kun donde quedó?
-Quieres el Kun de vuelta?, dame más de esos deliciosos pasteles y...mmm haber?... tomates, tráeme unos deliciosos, jugosos y rojos tomates, ah y también un poco de té verde, y tal vez considere en volver a decirte Sasuke-kun.
Que puedo decir... soy una chica, que no la está pasando bien, en su viaje junto al hombre que ama. Que a tenido que trabajar hasta el cansancio, tratando con muchos pacientes con problemas de salud tanto física como mental, y a eso súmale un maldito lunático obsesionado contigo, que no te deja en paz... cualquier chica normal, en mi situación necesitaría de sus preciados pasteles y merengues para sentirse mejor. Y no olviden de sus tomates...mmm ricos y jugosos tomates.
-Es en serio?... Tomates a esta hora de la mañana?... Sakura, creo que tu nueva adicción por los tomates me preocupa mucho...cariño lo mejor será que comiences a recibir terapia urgente.
-Sasuke Uchiha, no seas malo, y dale a tu chica los tomates que necesita.
-Mira te propongo algo...mmm mucho mejor y divertido... haber que dices?
-Ok...que sugieres?
-Vamos al baño, tomamos una ducha rápida, y...
-Ducha rápida? Es enserio?... Sabes que contigo nada es "rápido".
-Ok, quizás una ducha "no tan rápida", nos levantamos tomamos el desayuno, en esa cafetería que vende los pasteles que tanto te gusta, y después te llevaré a un lugar, que necesitó mostrarte desde hace un tiempo.
-Mmm, sabes?... me encanta tu idea, pero antes de ir al lugar que me dices, necesito pasar donde Ren-sama, ya que la medicina de su espalda se acabó, y necesita una nueva dosis.
-Genial, entonces al parecer, ya tenemos un plan para este día libre.- me responde Sasuke, para finalmente darme un beso cálido y relajante.
No muy lejos de ahí, una sombra los observa desde un callejón...
-Cariño, no te preocupes, muy pronto podré salvarte de ese ser que te tiene cautiva...
CONTINUARÁ...
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Perdón la demora, pero cada vez se me hace más difícil encontrar inspiración, pero aquí está la continuación espero que sea de su agradó y nos estamos leyendo.
Adiós