«Dicen que si da señales de que le gustas es que de verdad le gustas pero... Será que sí cuando estuvimos cerca, él se alejó, sin decir nada se alejó. Aun así es muy pronto para saberlo. »
Al día siguiente, las clases pasaron normales Melina no quiso buscar a su amado en todo el receso ni entre clases. En la salida tocaban talleres para todos y a eso fueron, ninguno se topó ni por accidente, cuando terminaron sus trabajos debían ir a sus paradas, y nada Melina no pensaba en él en ese momento.
—Mery tengo sueño... —quejó la joven a su compañera. —Ahhh help me... Please... —
—Oye Melina, mmm ¿algo pasó? —inquirió la de tez clara.
—¿pasar? ¿de qué? —respondió pensativa —a mí no me ha pasado nada —
—Porfavor no te hagas —dijo levantando la voz —es muy raro que tú no andes buscando a... —
—¿A quién debería de andar buscando Melina? —interrumpió un joven de cuerpo atlético con recelo.
—Christian que bueno que te veo —saludó Melina.
El mencionado se sonrojó dejando de mirar a Mery para ver a su crush. —Eh jejeje, debería llevarte a tu parada ya es tarde...—
—Gracias pero hoy no puedo, voy con Mery y pues... —
—Entiendo, no te preocupes —se apuró en decir el chico.
—Bueno, nos vemos mañana adiós. —
—adiós —dijo sin más retirándose para dejar al par de estudiantes solas.
Mery no dejaba de mirar a su acompañante como buscando respuestas en su mirar el que sólo mostraba tristeza pero ¿por qué?.
—Sabes que puedes contarme lo que sea, somos amigas y no juzgaré nada, ¿fue Paola?¿ha sido ella? —musitó por lo bajo sin despegar la mirada de su amiga la cual negó lentamente.
—Verás, ayer... Ángel me acompañó a casa y creo que tuvimos un momento entre los dos, pero, él... Se alejó, y ahí quedó, me sentí bien pero... Tal vez sólo me imaginé todo... —comentó bajando su mirada denotando un semblante ensombrecido.
—Ay, amiga, tal vez es tímido y por eso, no es razón para darte por vencida, al final que para mí, en mi pobre y humilde opinión el te quiere tal vez aún no te ve del modo que tu lo vez pero ya es un gran avance, no te debes rendir, además dentro de poco es el convivió y, como tu mejor amiga, te digo que puedes pasartela con él ese día, pero... Quiero los detalles. —dicho esto las chicas se abrazaron y Melina volvió en sí.
«Mery tiene razón es demasiado pronto para rendirse»
—Vámonos ya, imagino que estás exhausta. —comentó la de ojos almendra.
—Sí algo, quiero comer... —las chicas se miraron serias para luego estallar en una ola de risa.
—¡Melina! ¡Melina! —se oía gritar a lo lejos.
—Ángel —dijo para sus adentros la solicitada.
—Parece que el rey de Roma ha venido por su enamorada... —rió mientras veían cómo el chico corría hacía ellas.
—Melina, quiero hablar contigo, ¿no te molesta que me la lleve unos segundos?—preguntó ansioso a su compañera.
—No, claro que no, pero, ya me debo de ir, no se si puedas llevarla a su parada. —dijo respondiendo a la petición con una voz falsa.
—No te preocupes, yo la puedo llevar hasta su casa. —
—Bueno los dejo —se despidió con un beso en la mejilla de los chicos y cuando se encontraba despidiéndose de Melina le susurro algo al oído sin que el chico las escuchara.
«Vas bien, no todo ocurrirá en un día, tranquila»
—Melina, es la otra semana... —mencionó el chico rizado —Y no hemos quedado donde—
—¿Dónde? ¿Qué cosa? —cuestionó nerviosa.
—El convivio, quedamos en que ropa llevaríamos pero no dónde nos veríamos y a dónde nos vamos después de eso, ¿lo olvidaste?— respondió ansioso.
—¿después de clases?—se preguntó así misma —claro que no, es sólo que... He estado algo pensativa, pero no lo olvidaría de ningún modo, es el viernes de la otra semana, ni si quiera cae en el día de la independencia pero es mejor convivio que clases. —Tomó una bocanada de aire para continuar —¿Estás seguro que quieres ir conmigo?, aún te puedes arrepentir—
—jajaja claro que quiero ir contigo, de hecho estaba pensando si querías ir a caminar después del convivió podríamos ir no se al centro o a una plaza cerca de nuestras casas ¿Qué dices? —preguntó el chico con una sonrisa dulce.
—Supongo que cualquier lugar estaría bien. —contestó amable.
—¿Qué te parece si te llamo en la noche?—
—Claro, estaría perfecto —expresó sonriente a su compañero.
Los dos subieron juntos a su ruta no había lugar por lo que se tuvieron que ir de pie, Melina junto de Ángel parecían una pareja que iba abrazada, cosa que no eran pero el poco espacio que había en el autobús hacia parecer eso. Faltaban sólo dos cuadras para llegar a su destino de ambos y la combi frenó tan de repente que ambos chocaron, Ángel abrazando a Melina con un brazo y con el otro deteniendo a ambos.
—¿Están bien jóvenes? —dijo una señora preocupada por la situación a lo que Melina respondió con un sonrojo.
—¡Sí! gracias —dijo nerviosa separando su torso del de Ángel el cual se encontraba igual, nervioso y sonrojado —Aquí bajamos por favor —gritó desesperada al conductor.
—¿Aquí? —preguntó su acompañante antes de ser jalado del brazo por su amiga.
Ya fuera del autobús emprendieron camino a sus casas, Ángel quería sacar un tema pero al momento de mirar a la chica, ésta volteaba mirando hacia el horizonte, pero eso no lo hizo rendirse.
—Oye Melina, disculpame, no era mi intención abrazarte en el camión, bueno sí era mi intención, pero fue para ayudarte, para evitar que nos pasara algo, lo siento. —
—Eh... No es tu culpa, pero disculpame a mí no he hablado, estaba pensando... —respondió distraída al chico.
—¿En qué? —dijo dudoso.
—Eh en nada importante, puff cosas estúpidas mías, sigamos caminando —sonrió nerviosa.
«Parecíamos una pareja »
—Bueno, oye... ¿Te gusta el helado? —comentó a la chica con su mirada puesta en una heladería que estaba al final de la cuadra, cosa que no notó Melina por mirar al suelo.
—Eh... Mmm sí... ¿Por? —contestó con la mirada puesta en el piso.
—Pues quiero comer uno, y no me gustaría ir solo, vamos. —Con un sonrisa en su rostro y tomando a su pareja de la mano hacía un puesto.
Una heladería no tan grande, un espacio pintado de color crema súper claro junto de otro tono como de un durazno. Ésta tienda atendida por una chica con una playera del negocio.
—Hola buenas tardes que les doy —dijo sonriente al chico.
—Yo quiero un helado de queso con zarzamora ¿y Tú? —ofreció el de cabellos rizados.
—Yo... Eh... Mmm... De café con almendras... Por.. Favor...Gracias — temerosa.
La joven que atendía la tienda, no dejó de mirar en ningún momento a Ángel, como si sólo fueran ellos dos, sirvió los helados rápidamente y al terminar casi le avienta a Melina, quien se encontraba temerosa y algo celosa, su correspondiente helado mientras que a Ángel se lo da en la mano hasta rozando con sus dedos su piel del chico.
—¿Cuánto es? —preguntó sacando su cartera.
—Treinta y seis —dijo coqueta.
—Aquí está —poniendo la cantidad exacta sobre el mostrador, dejando a la chica con la mano extendida —Gracias —finalizó tomando a Melina de la mano.
—G-gracias... — sonrió risueña a lo que acababa de pasar.
«Cada día me sorprende más, no pensé que fuera el chico que no responda un coqueteo, yo por ejemplo fallo en eso, tengo un punto a mi favor ¿o no?»
Juntos llegaron a su colonia, él la dejo en su respectivo hogar para partir a su mismo. Por lo que restaba del día Melina se sentía especial otra vez.
•timbre del celular•
—Hola —dijo la chica sentada sobre su cama en forma de mariposa.
—Pensé que tardaría más en contestar señorita —comentó coqueto.
—Ah... Yo... Es que... Estaba escuchando música y me interrumpiste —mofó orgullosa.
—Oh lo siento tanto... Pero debemos de hablar, sobre el viernes, estamos a una semana y no me haz dicho nada concreto. —
—Cierto... ¿Cine? ¿Pizza? ¿Comida en casa? No se. —
—Me gusta la idea de pizza y que te parece cine y caminar un rato por el centro o ir a un museo, ¿Que dices? Estaría cool. —
—Como gustes por mí está perfecto —
—Entocnes ya está hecho. Ya quiero que sea ese día, Buenas noches, nos vemos —
—Chao. —
La llamada finalizó.
Una chica no sólo se siente especial por un chico, también nos sentimos especiales cuando nuestras mascotas nos aman o nuestra familia.
💙☕💎👀Nyapril.