-agh! No... puedo- dijo Akemi con dificultad al momento de que cayera de rodillas al suelo
-tu poder anterior era de 1,030 en total con el entrenamiento de medio día ahora subió a... 1,031- dijo con una gota de sudor en su cabeza
Al escuchar lo poco que a avanzado Akemi en medio día callo al suelo.
-tan poquito?- dijo sin creer lo que escucho -al menos avance en algo no?- se levanta sonriendo con nerviosismo a la maga quien la miraba con una ceja alzada
-Hawk aumentaría más su poder con este entrenamiento-
-no sea mala- dijo haciendo un puchero
-puedes tomar un descanso mientras regreso- dijo para después desaparecer con su teletransportación
Akemi quedó completamente sola, para relajarse decidió dar un paseo por el lugar, su mente estaba perdida en el bienestar de Diane.
-espero que Diane esté bien- dijo con un tono preocupante
Pero la imagen de aquel demonio se apareció en su mente, la escena cuando él la abrazaba no desaparecía de su cabeza, un enorme sonrojo se hizo presente en su rostro y negó varias veces la cabeza tratando de borrar esa linda escena.
-ya ya ya despierta!- se da una cachetada -seguro solo es un juego!- dijo para después mirar al frente y llevas sus manos en a los lados de la cabeza suspirando tranquila
La peli-azul se adentró al bosque, contemplaba el paisaje, lo disfrutaba al máximo ya que por andar escapando no a tenido tiempo de contemplar el bosque, miraba como los pájaros volaban, una sonrisa se formó en sus labios y respiro el aire fresco y puro.
-muy lindo no?- una voz conocida se hizo presente
Akemi miró a una parte de los árboles, en uno de ellos se encontraba Estarossa recargado en un árbol con la mirada alzada y sus ojos cerrados.
-Estarossa-sama, que hace aquí?- dijo mirando al peli-plateado
-estaba aburrido- dijo para después despegar su cuerpo del árbol para acercarse a la joven
-Oiga creo que es mejor que se vaya, no lo mal entienda pero yo- el demonio la interrumpió
-qué mala eres Akemi, nos traicionaste- dijo fingiendo estar triste
-yo no los traicione, e-en primer lugar yo nunca estuve aliada a ustedes- dijo con la mirada a otro lado
Estarossa la tomo de la cintura acercándola a él, Akemi trató de alejarlo con delicadeza pero le fue imposible por la fuerza del demonio.
-me da gusto que ya no seas esclava de mi hermano, es mi turno de hacerte mi esclava- frunció ligeramente el ceño mostrándole una sonrisa maliciosa.
Akemi logró apartarlo, en el momento que lo hizo salió corriendo de ese lugar, no sabia las intenciones que Estarossa tenía con ella pero sabía que no eran para nada buenas, la peli-azul no dejo de apartar su mirada del frente, Zeldris tenía razón Estarossa no era lo que ella creía, pero en algo si estaba segura y era que él no quería su alma para devorarla.
Sintió un fuerte agarre en su antebrazo y con brusquedad la estampo contra un árbol, Akemi intentó recordar todo lo que había entrenado con Merlin pero por el miedo le era difícil recordar, ella pedía a gritos que Merlin llegara y que la ayudara.
-esa expresión me agrada- dijo para después tomar el mentón de la chica -me gusta que tengas miedo-
Esa comportamiento le hizo recordar cómo sus antiguos dueños la trataban, tenía miedo de volver a realizar eso, inevitables lágrimas caían de su rostro y sus piernas temblaban, sentía las manos de Estarossa acariciar los muslos de forma brusca.
De repente Estarossa se alejó o más bien alguien lo alejó de Akemi, ella se sorprendió por completo al ver como el peli-negro estaba apuntando a Estarossa con su espada quien se encontraba en el suelo por el jalón que él le hizo para apartarlo de la chica.
-te prohibí no acercarte a mí esclava- dijo de una forma atemorizante, Estarossa solo río un poco
-vamos hermano, aprende a compartir- dijo divertido tratando de alzarse pero Zeldris acerco más su espada evitando que se levantara -que? Acaso me quieres matar?- miro a Zeldris de forma retadora
Por unos momentos no despegó su mirada del peli-plateado, pero luego se apartó y guardó su espada, este se levanto y se sacudió la tierra de su traje para después fijar su mirada en la joven.
-es una pena que nos atan interrumpido, asta luego Akemi-dijo para después tomar vuelo y alejarse
Akemi seguía pegada en ese árbol tratando de procesar lo que acababa de pasar, su mirada estaba baja y sus mejillas estaban mojadas y coloradas por las lágrimas que callejón de sus ojos. Se percató en la forma que Zeldris ponía una de sus manos al costado de su cabeza.
-no te hizo daño?- pregunto y como respuesta negó con la cabeza
-si no hubiera llegado...- dejó de hablar e inevitables lágrimas cayeron de sus ojos
El demonio acerco su otra mano al rostro de la chica para limpiar las lágrimas, Akemi fijó su mirada en el peli-negro y sin pensarlo lo abrazo, un abrazo que fue correspondido por él, Akemi ocultó su rostro en el hombro del demonio mientras que este acariciaba su cabello en un intento de consolarla.
-p-por que... me protegió?- se atrevió a preguntar la peli-azul
-... porque eres mi esclava aún que no tengas esas cadenas, me perteneces y no dejaré que seas de nadie- contestó el verdugo con su vista al frente
Un sonrojo se hizo presente en las mejillas de la chica, no sabia como reaccionar a lo que le dijo, su corazón no paraba de palpitar sentía como los nervios invadían por completo su cuerpo. La mano de Zeldris se posó en la mejilla de la joven y la atrajo hacia a él, Akemi abrió sus ojos como platos cuando sintió los labios del demonio juntarse con los suyos, sintió como el corazón se le paro por completo al sentir ese beso, un beso que jamás creyó que sentiría, suaves, tiernos y dulces eran los labios de Zeldris.
El beso fue roto por Zeldris y la miro a los ojos, el rostro de Akemi estaba completamente sonrojado que parecía un tomate, una sonrisa se formó en los labios del peli-negro, el rostro de esa chica le parecía bastante adorable no pudo evitar que un leve sonrojo se notará en sus mejillas.
-lo entiendes? Te guste o no, eres mía- dijo de forma picara logrando sobresaltar a la peli-azul.
No sé ustedes pero por escribir esto ya puedo morir en paz :"3