Me quedo congelada cuando veo quién sube al escenario, mi sorpresa es inmensa y me cuesta hasta pestañear. Intento respirar, o eso es lo que creo que hago.
Hoy está magnífico, ¡demonios!, es sexy hasta cuando se coloca la guitarra, no puedo dejar de contemplar a este admirable hombre. Todos sus movimientos son masculinos y perfectos, es arte en estado puro. Sus músculos se marcan con cada movimiento que hace, creo que voy a necesitar otra cerveza, noto esa sequedad en mi boca.
Empiezan a tocar y Bryden a cantar, ha sido una verdadera sorpresa, su voz es muy hermosa. Alma me mira y con voz de bruja todo poderosa me dice al oído:
—Cierra la boca, se te está cayendo la baba.
—Y no es para menos —le susurro lo más bajito que puedo, ya que me he quedado sin voz.
—¿Quién diría que tiene esa voz tan sexy? —vuelvo a decirle realmente fascinada.
—Así es él, una caja de sorpresas, ya te lo dije, solo un voto de confianza bruji.
La letra de la canción es preciosa, habla sobre el destino de las personas, de como el tiempo hace que todo vuelva a encajar, lo quieras o no, todo se va acoplando a nuestras vidas, como si de un puzzle se tratase.
El sonido nos envuelve, noto como la música retumba dentro de mi cuerpo y cómo se va apoderando de mi.
Estos hombres son un buen espectáculo para nuestros ojos, y como no, para las demás féminas del local, que tampoco dejan de mirar la mercancía que hay en el escenario.
Es imposible hacerlo, todo se concentra ahí, hay mucha fuerza en ellos. Disimulo como puedo, dirijo mi mirada hacia el guitarrista, no quiero que Alma se tense como anoche. Después de lo que me dijo, es para pensárselo.
"Lo sé, lo sé, pero no lo puedo remediar, es un peligro para mi salud, y es que cada vez que lo hago, mi temperatura corporal sube, no puedo controlar a mi maldito cuerpo", me repito como si fuese un maldito mantra.
Vuelvo a dirigir mi vista a Bryden, necesito darme un respiro, mi corazón no soportará otra revolución más si sigo mirando a ese dios. Bryden me mira, yo aguanto mis ojos por unos segundos en esa mirada de pantera. ¿Me acaba de picar el ojo o son cosas mías?
—Parece que a Bryden le gustas, no suele hacer eso, es bastante tímido.
No sé como digerir lo que acaba de decirme Alma, ya qué el que me atrae, es el todo poderoso dios prohibido.
—La verdad es que no lo esperaba, parece que no es tan cortado en el escenario —admito sin poder creerlo.
Ella me pica el ojo y vuelvo a poner mis ojos en Bryden. El sigue mirándome mientras me dedica una gran sonrisa, es perfecta como todos ellos. Me agrada mucho que me haya sonreído, igual tiene razón mi amiga, a lo mejor el chico es tímido, podría darle ese voto y conocerlo mejor.
El grupo toca un par de canciones más, y paran para hacer un descanso. El guitarrista, mi dios prohibido, se acerca a Bryden y le dice algo al oído, la cara le cambia cuando los dos me miran, algo me dice que el comentario ha sido sobre mi.
—¿Qué ha sido eso Alma?
—¡Joder! —se le escapa a ella.
—¿Qué pasa bruji? —insisto porque no me contesta.
—Voy a por más cervezas, no te muevas, los chicos estarán sedientos.
Declan se acerca a mi hermana y le da un beso de películas, de los que te dejan sin aliento, si, de esos mismos. Estos dos no pierden el tiempo, se la lleva a la barra y yo me quedo sola.
"¡No se corten, por mi no hay problema!", me digo a mi misma.
Busco al dios prohibido pero no lo veo, Alma está hablando con Bryden en la barra, se dirigen hacia dónde estoy con las cervezas. Es mi momento para decirles que necesito ir al baño.
—Ahora vuelvo, voy al baño.
—No tardes, los chicos descansan solo 15 minutos.
—No me llevará tanto tiempo —contesto con una sonrisa.
Hay risas entre nosotras, Bryden parece que vuelve al estado de soy poco hablador y no voy a sonreír si no tengo un micrófono en la mano. Su rostro ahora es serio, ya no es el chico que me sonreía desde el escenario. Entro en unos de los servicios que están libres, tengo suerte, ya que parece qué están casi todos ocupados. No es de extrañar, es el descanso del grupo.
Mis oídos empiezan a escuchar unos pequeños gemidos. Son los de una mujer.
"¡Vaya, vaya!, alguien si que no ha perdido el tiempo y se lo está pasando muy bien", grita mi sucia consciencia.
¿Qué le pasa a esta gente, no tienen a dónde ir? ¡Podrían coger una habitación en cualquier hotel! Ahora es cuando tendría que decir:
"¡Busquen una habitación!", pero me quedo en silencio.
Intento hacer el menor ruido posible, ya que la situación me incomoda lo suficiente, no quiero que piensen que una los está espiando. Salgo lo más rápido que puedo y me lavo las manos, me miro al espejo por si tengo que retocarme un poco, y así irme lo antes posible. Demasiado tarde, no he tenido el tiempo suficiente para salir.
Alguien está abriendo la puerta en estos momentos, y es a mi dios prohibido al que veo.
¡Tierra, trágame! ¿Con cuántas mujeres lo tengo que ver?, esto tiene que ser una maldita broma del destino, si, tiene que ser eso.
¡Rayos! Alma no se equivocaba en decirme que me alejara de este tipo.
La chica esta vez es pelirroja, ¿acaso está probando todos los sabores? Ella ni siquiera me mira.
—Nos vemos luego, Mack —le dice, mientras sale por la puerta del servicio.
Esta vez no se ha acercado a mi, simplemente se ha ido. ¿Pero a quién quiero engañar? Olvídalo Sorcha, no creo que sepa que existes al lado de estas hermosas mujeres.
Salgo detrás de los dos y voy directa a la mesa. Alma y Bryden están hablando, pero cuando llego, se quedan callados, lo que quiera que estuviesen hablando, lo han dejado para otro momento, o mi presencia les ha incomodado. Busco a mi hermana dentro del local, pero no la veo.
—¿Dónde está Ana, bruji? —pregunto, para matar el silencio tan incómodo que se ha creado.
—Ellos están fuera del local, salieron a tomar un poco el aire.
—Debo volver al escenario, ¿te están gustando los temas, Sorcha?
—Claro que me gustan, tienes una voz espectacular y muy sexy.
El me sonríe, y es cuando me doy cuenta de que tiene la sonrisa más bonita y blanca que jamás haya visto. La verdad es que cualquier mujer se derretiría por un monumento así, pero el no ser tan hablador y no sonreír, le restan muchos puntos, aunque más le restan al dios prohibido, y no puedo dejar de pensar en él.
Declan se acerca con mi hermana, la vuelve a besar y la deja con nosotras. Ahora es mi oportunidad para preguntar por esos besos y dejar de pensar en cosas que no me convienen.
—Parece que te lo estás pasando de miedo. ¿No vas muy rápido?
Ella se ríe.
—No lo creo, simplemente es un buen besador... y la vida es tan corta pandita.
—Ya lo creo, con esa cara de tonta que te deja siempre.
—Tranquila, de momento estoy en una nube, pero cuando me lleve al cielo te lo contaré. ¡Dios... si lo hace igual que besa!
Ya no soporto más la conversación y la paro.
—No tengo ganas de oír vuestras intimidades, no me interesan.
Nos reímos las tres.
—No ligas porque no quieres. ¿Has visto cómo te mira Bryden?, creo que quiere comerte... ¡Nam, ñam!
—Alma, por favor, dile a mi hermana que deje el tema.
—Es verdad bruji, le gustas y mucho.
Miro al escenario y ahí está él con esa voz tan sexy y esa sonrisa matadora, pero mi mirada se dirige al dios prohibido, al de aquí te pillo y aquí te como. A ese si que me lo comería yo.
¡Demonios! Tengo que estar enferma para fijarme en un hombre así. Alma me mira muy seria, creo qué sabe lo que estoy pensando, y no le hace maldita gracia.
—No sé si podría estar con Bryden, demasiado serio bruji, no habla, a mi me gustan los chicos que me hacen reír, con los que puedas tener una buena conversación, no creo que sea mi tipo. No puedo decir nada sobre su físico, está como un tren, pero no busco un tío poco hablador, además, su mirada me pone muy nerviosa.
—Si no le das una oportunidad no lo sabrás nunca —contesta mi hermana.
—Alma, estás muy callada. ¿Qué piensas tú de lo que le digo a Sorcha?, ¿acaso es un mal tío? —insiste ésta.
—Solo estoy viendo la actuación chicas, ella sabe lo que opino, ya se lo he dicho. Es un buen tío, cosa que algunos no, él podría ser tu príncipe y no tu sapo, pero si lo que quieres es un sapo, ya sabes dónde encontrarlo, hay charcas muy cercas.
Esa púa ha sido por el dios prohibido, me lo tengo merecido. Sé que tiene razón, después de lo que he visto en el baño, como para tener ganas de sufrir. Estos hombres no cambian, nunca lo hacen. Solo me dan ganas gritarle lo que pienso sobre él, y de cómo utiliza a las mujeres.
"¡Mujeriego!", me digo para mis adentros cuando lo miro, y en ese momento el levanta una ceja y me sonríe.
¿Se habrá dado cuenta de lo que he pensado y lo que opino de los hombres cómo él? No, eso sería imposible, nadie tiene la capacidad de leer la mente.
—Vale brujis, ustedes ganan, intentaré hablar con él... a ver si le puedo sacar las palabras, pero si veo que no funciona, no me culpen.
—¡No seas tan cínica, no te estamos obligando a nada, simplemente solo quiero que lo conozcas, no soy tu celestina y tampoco la necesitas, eres adulta, tú decides!
¡Joder!, ¿también me habrá escuchado Alma cuando pensé eso de ella?
¡Mierda! Vaya noche más extraña que llevo, tengo que dejar decir tantos tacos, soy una dama como dice mi hermana.
—Brindemos porque todo salga bien hermanita, que puedas dejar de tener esa cara de amargada esta noche, déjate llevar pandita, es fácil y puedes hacerlo.
—Maldita la gracia, no me ha gustado nada ese comentario, no sé como decirles que no soy así, qué no puedo dejarme llevar como ustedes.
—Vale, no te enfades, solo era una broma, me he pasado con el comentario, lo siento Sor.
—¿Chicas, podéis dejarlo? La actuación ha terminado —comenta Alma algo molesta.
—Pidamos otra ronda y dejemos la discusión para otro momento, ahora vengo, tengo que hablar con Donovan.
—¡Oye, quieras o no, ese camarero te tiene loca!, no intentes disimularlo —le advierto a Alma, levantando mis cejas en modo juguetón.
—No he dicho lo contrario. ¡Habéis estado genial chicos!
—¿Qué les ha parecido?, ¿les ha gustado el grupo? —nos pregunta Declan con bastante entusiasmo, y sin apartar su mirada de los ojos de mi hermana.
—Sí, mucho —contestamos a la vez mi hermana y yo.
Como siempre, éste no pierde el tiempo cuando está con ella.
Se besan, y yo me quedo fuera de juego con ellos dos.
"Voy a tener que espabilarme, como siga así voy a vestir santos, o me convertiré en una calavera como dijo mi hermana", me advierto mentalmente.
—¿Te apetece tomar una cerveza conmigo?
—¡Claro! ¿Ha pasado algo entre tú y Mack? —pregunto intrigada y sin pensarlo dos veces.
—Solo son diferencias, nada de lo que preocuparse, no siempre estamos de acuerdo en todo.
Estira su mano para que lo acompañe a la barra. Es todo un caballero, ya no quedan muchos, se han ido extinguiendo con el paso de los años. Nos sentamos en la barra y pide la bebida, por supuesto yo empiezo a ponerme nerviosa con su cercanía, es algo que siempre me pasa cuando estoy con personas poco habladoras.
No sé por donde empezar, ¿qué le pregunto?
—Puedes preguntarme lo que quieras, no voy a morderte... de momento.
—¡Vaya!, ¿eres algún tipo de esos que leen la mente?
Me sonríe con esos ojos de gato, su color es verde, pero con motitas amarillas, ahora los puedo apreciar mejor. Por fin se ha roto el hielo entre los dos y nos reímos.
—No Sorcha, no leo la mente, simplemente veo la cara que has puesto y he imaginado que querías saber más sobre mi, apenas hemos hablado. Alma dice que te encanta preguntar, y si, le he preguntado por ti. Me ha contado muchas cosas, espero que no te moleste.
Ahora soy yo la que se queda muda, no tengo ni idea por dónde empezar, ni qué contestar a eso.
—Bueno, mi nombre ya lo sabes, y como veo que sigues muda, voy a empezar yo. Nací en Irlanda, todos nosotros somos de allí, de un pequeño pueblo de las afueras. Después de unos años me vine a vivir a Londres, he estado en muchos sitios, he viajado bastante, lo suficiente como para aburrirme, ya que lo hago por trabajo. Me gusta la música como has podido ver, también canto y no se me da nada mal. ¿No crees?
Y yo pensé que era difícil sacarle las palabras, tiene una voz tan sexy, que todo mi cuerpo vibra cada vez que me habla. Eso me gusta, no, me encanta, y ahora mismo me hace sentir la mujer más sexy del local cuando me mira de esa manera.
—¿Hace mucho que tenéis el grupo?, ¿quién compone las canciones? Las letras son preciosas.
—Gracias, hace años que tenemos el grupo, las compongo yo.
—¿Alguna vez te han dicho que tienes una voz espectacular?, jamás imaginé que pudieras cantar de esa manera, fue una gran sorpresa, podrías dedicarte a esto profesionalmente.
—Si que me lo han dicho, pero viniendo de ti, es el alago qué más me ha gustado, no voy a mentirte.
Dios, estoy hecha un lío, los nervios me están traicionando. Me tiemblan las manos, así que las escondo debajo de la barra, no quiero que vea lo nerviosa que me estoy empezando a poner.
—¿Sabes de dónde procede tu nombre, Sorcha?
¡Cielos! Cada vez que pronuncia mi nombre algo en mi estómago se remueve, ese acento es tan seductor.
—Proviene de Irlanda —respondo orgullosa.
—¿Tus padres eran de Irlanda?
—No, solo mi padre nació en Irlanda, mi madre era española, los perdimos hace muchos años, ellos murieron en un accidente, éramos pequeñas. Mi abuela fue la que nos crió, ella nos enseñaba fotos de ellos y nos hablaba, pero solo son vagos recuerdos, unas fotografías y poca cosa la verdad. No sé mucho más, algunos familiares de mi padre eran de alguna zona del norte de Irlanda.
—Lo siento mucho, no lo sabía. ¿Te gustaría saber lo que significa tu nombre?
—Por supuesto, no tengo la menor idea de eso, eres el primero en decirme que mi nombre tiene un significado.
—Llevas el nombre de una diosa, pero no de una cualquiera, pertenece a la mitología celta, es la diosa del sol, significa radiante, luz del sol.
—No tenía la menor idea. ¡Wow! ¿Tengo nombre de una diosa, y yo sin saberlo?, ¿quién lo diría, verdad?
—¿Crees en el destino?, porque ahora más que nunca, creo que no existen las casualidades, eres como una diosa, es más, yo diría que me recuerdas a alguien muy familiar.
—No suelo creer en esas cosas, y tengo una cara bastante normal.
—¿Eres cristiana?, ¿crees qué existe tu Dios?
—Por supuesto que lo soy, estoy bautizada, y claro que creo en mi Dios, pero no te voy a mentir, a veces veo cosas y me pregunto dónde suele estar.
—Voy a darte un consejo si me lo permites, expande tu mente, mira las cosas de otra manera, busca las respuestas a tus preguntas, porque aunque no te lo creas, el tuyo ya está predestinado.
—¿En qué piensas, Alma?, llevo observándote toda la noche, y no me gusta tu cara.
—¿En que debo decirles a mis amigas dónde las estoy metiendo?
—No, y ya conoces las reglas, no podemos contar nada a los humanos.
—Sé cuales son las reglas, ¿pero y si solo se lo contase a Sorcha? Ella lo entenderá, y con el tiempo se lo puedo explicar también a Ana.
—No creo que a Mack le haga gracia, sabes como es nuestro clan, no lo hagas, te meterás en problemas con todos.
—Lo sé, pero es que ellas no saben lo que me pasó, creo que les debo una explicación, son como mis hermanas.
—Y yo no tengo ganas de estar lidiando con tus problemas, ¿lo entiendes, verdad?
—Pero Sorcha no es tonta, he visto lo que piensa, sabe que le estoy ocultando algo... quiero que se aparte de Mack, no quiero que le haga daño.
—Todos sabemos lo que ella piensa, no podemos cambiar las normas, deja que todo fluya, háblalo con él, no quiero meterme en sus asuntos.
—Creo que es demasiado tarde, ¿estás viendo lo mismo que yo?
—¿Piensas cenar esta noche, Bryden? ¡No tendrás intención de jugar con lo que no es tuyo!
Me giro por ese tono de voz, es la voz del dios prohibido.
Tiene ese acento tan particular, su voz es bastante grave.
No sé cuanto tiempo lleva ahí, pero por la mirada de Bryden, parece que el suficiente.
Mi cara es un poema, "¿de verdad acaba de decir eso?", me pregunto mentalmente.
Miro a Bryden y noto como se tensa, se desafían con la mirada, pero ninguno de los dos hace intento de moverse, siguen mirándose fijamente. Intento cortar con ésta situación ya qué es algo incómoda, pero no logro articular ninguna palabra. Bryden le contesta, pero no tengo la menor idea en que idioma habla, suena muy parecido al del sueño que tuve con el dios prohibido. Siento como los escalofríos recorren toda mi espalda al volver escuchar esa lengua.
—No me desafíes, perderías, no olvides las normas.
—Ella no te pertenece, Mack, puede decidir con quién quiere estar, y sé perfectamente cuales son las normas.
—No me importa lo que pienses, hablas más de la cuenta, respeta las reglas y aléjate de ella o habrá consecuencias.
—No es uno de tus trofeos. ¿Acaso crees qué no puede decidir por si sola con quién quiere estar? ¡Tu comportamiento ésta noche deja mucho que desear para ser el jefe, Mack, predica con el ejemplo!
¿He oído eso, o me lo estoy inventando?, veo como Mack aprieta sus puños y se da la vuelta, se va, así, sin más.
Bryden me mira con cara de pocos amigos, ya no veo esa mirada que tanto me gustaba, ahora es fría como el mismo acero. Ha vuelto a ser ese chico silencioso. Toma otro trago de su cerveza, mientras sus ojos siguen fijos en los míos. También se va sin decirme una palabra.
"Pero... ¿Qué coño ha sido todo esto?", vuelvo a preguntarme a mi misma.
No me da tiempo a nada, me he quedado completamente en blanco. Estoy helada y muy cabreada, voy a estallar en cualquier momento.
"¿Pero quién se cree qué es?", vuelvo a preguntarme con asombro por su comportamiento. "¿Qué soy suya?", tiene que ser un error, esto no me puede estar pasando a mi.
Me levanto para ir en su busca, pero Alma ya está a mi lado con esa increíble sonrisa de aquí no ha pasado nada.
—¿Qué pasa, bruji?, ¿lo estás pasando bien con Bryden?
—¿De verdad?, ¿en serio me lo estás preguntado? ¿Has visto lo que ha pasado? Bryden se ha ido por culpa de ese —le señalo dónde está exactamente Mack ahora mismo.
El me mira con cara de pocos amigos, y yo lo desafío con mi mirada.
—Bruji, no hables, por favor te lo pido —me susurra como si estuviese asustada, veo como intenta hacerme señales con sus ojos.
—Pero tengo que decirle una cosa al dios prohibido, solo será un momento.
—¿Dios prohibido?, ¿te refieres a Mack?
—Solo será un segundo y nos podremos ir, voy a bajarlo de su maldito pedestal. ¿Quién coño se cree qué es?
—No, no vas a hacer eso, vamos a relajarnos, ¿vale? No sé lo que ha pasado, pero aquí no, prefiero que no hables más sobre este tema, y menos con él.
—¡Esto es el colmo, lo que me faltaba por oír! ¿Qué no hable con él? ¿Y qué pasa con Bryden?, ha venido y lo ha amenazado delante de mi, bruji. ¡Cómo si yo fuera de su maldita propiedad!
—Te lo pido por favor, hazme caso.
Solo con ver sus ojos, algo me dice que cierre la boca.
—Nos vamos, tenemos que hablar, pero en casa, aquí no, no es seguro para ti, te prometo que te lo explicaré todo.
—¿Dónde está mi hermana?, tenemos que avisarla de que nos vamos.
—Está con Declan y se han ido, no te preocupes por ella, está segura con él.
—¿Segura con él?, ¿seguro para mi? ¿Qué es lo que te pasa?
Mi amiga se está comportando de una manera muy extraña. Siento la tensión en ella, así que me doy prisa en salir, porque ya me estoy asfixiando aquí dentro. No entiendo la actitud de ella conmigo, yo no fui quién despreció a Bryden.