"¿Alguna vez os habéis planteado haberos encontrado con el amor de vuestra vida sin saberlo?"
Pues eso es justamente lo que me pasó a mi.
Fue un jueves, no recuerdo ni el año ni el mes, sólo sé que era jueves. Era por la mañana, ni muy pronto ni muy tarde. Iba con mis amigos Álvaro, Alicia, Alejandro y mi por aquel entonces novio, Mikel. Veníamos de tomar un par de cerves en Caballo Blanco y al terminarlas escaparme un ratito a liarme con Mikel, todo el mundo de Pamplona sabe que todos van a Caballo Blanco a liarse parcialmente.
Al volver, nos dio el venazo de ir a la calle de Navarrería, siempre tiene un rollazo que flipas, está la gente sentada en la fuente, tomando algo, echándose unos pitis..
Abrí mi cajetilla y cogí un cigarro, me lo llevé a la boca y pedí un mechero a mis amigos. Fuimos andando y riendo todo el día, os juro que pasar tiempo con ellos es un descojone. Paramos un momento ya que había una revuelta de gente que te cagas. Le di una calada al cigarro, el cual estaba prácticamente por menos de la mitad, y expulsé el humo formando una nube de humo enorme, me quedé unos segundos embobada observando como se evaporizaba y desaparecía el humo y de repente la vi. Una chica rubia de pelo corto que no parecía ni del pueblo entre la peña. Cruzamos miradas unos dos segundos hasta que noté un tirón en mi brazo, era Alicia, la seguí ya que se podía pasar de nuevo y no volví a ver a aquella chica jamás. O eso pensaba yo.
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