Noté como me movían pero estaba demasiado cansada como para abrir los ojos.
-Nikki..- Me susurraron.
Al final después de tanto movimiento abrí los ojos y ahí estaba mi padre.
-Hola.- Le sonreí.
-Te sangra la nariz cariño.- Me dijo serio.
Me toqué con los dedos. Me levanté de golpe y me fui a la cocina, cogí una pequeña gasa y me la puse en la nariz.
-¿Qué te pasa cariño?.- Me dijo triste mi padre. Oh dios no me lo digas así .pensé-
-Nada, papá, el estrés, tengo mucho y no duermo bien, no sé, estoy agotada.- Le mentí. Otra vez. Esto no puede seguir así pero es que yo no puedo decirle que me estoy muriendo, es que no puedo.
Me levanté de la silla en la que me había sentado y lo abracé muy fuerte. Estuve así un rato y le dije en un susurro en el oído.
-A veces creemos que solo nos pasan cosas malas, pero con el tiempo te das cuenta de que no han sido tan malas, si no mejores.- Me separé de el y me fui a mi habitación a llamar a Fer.
-Hola mi amor, ¿cómo estás?.- Me saludó desde el otro lado del movil.
-Bueno, mi padre me ha visto sangrando por la nariz, pero bien, dentro de lo que cabe, ¿cómo está tu hermano?.- Le pregunté.
-¿Ya lo sabe? Mi hermano bien, ya está en casa y tiene que estar en reposo un mes.- Me contestó.
-Oh dios, que agobio un mes sin hacer nada.- Evité la pregunta.
-Nikki.. ¿lo sabe ya tu padre o no?.- Me insistió con la pregunta.
-No, no lo sabe Fer.- Le respondí.
-¿Cuándo piensas decírselo?.-
-No lo sé Fer, no lo sé..-
-Voy a tu casa ¿vale?.- Me dijo.
-Vale, aquí te espero.- Le respondí y colgué.
***
Estaba agobiánome, Fer me decía que se lo dijera a mi padre pero si se lo digo a el Ethan se enteraría y yo no quiero que se entre.
-Fer por favor, me estás agobiando.-
-Lo siento mucho cariño, pero es que me da mucha rabia que no se lo digas a tu padre... bueno ¿cuando empiezas el tratamiento?.- Me preguntó. Oh. ¿qué le digo yo ahora? A él no puedo mentirle, me va a pillar.
-Lo empiezo en un mes, al menos en ese tiempo tengo que contárselo a mi padre.- Le dije.
-Joder Nikki.- Me abrazó. -No quiero perderte.- Me dijo triste.
-No me perderás, te lo prometo.- Le dije y nos quedamos abrazados hasta que se hiciera la hora de comer. Él se queda a comer.
Tenía miedo por Fer, el siempre me ha apoyado en todo y no quiero que lo pase mal por mi culpa, no quiero que tenga que estar a mi lado porque me voy a morir y quiero evitarle el mal trago pero no quiero decírselo porque alejarme de el si que sería lo peor que me podría pasar. No sé que haría sin el, es mi hermano y no puedo permitir que lo pase mal por mi, pero tampoco puedo alejarlo de mi.
***
El tiempo ha pasado rápido. Hoy es lunes. Son las 9:00 de la mañana y estoy despierta, si, hoy tengo que echar la matrícula a la universidad para ver si me cogen. Ethan y Fer vienen conmigo. Me levanté de la cama y me di una ducha rápida, me vestí con unos vaqueros cortos con lentejuelas, una camiseta y unas deportivas. Me solté el pelo y bajé a desayunar con Fer y Ethan.
-Buenos días.- Saludé.
-Buenos días.- Saludaron los dos y Rose.
-¿Cómo te encuentras cariño?.- Me preguntó Fer.
-Mejor.- Le besé la mejilla. Adoraba a este chio.
Desayunamos, recogimos todo y nos fuimos para la universidad. Una vez llegamos nos fuimos a recepción para preguntar si nos habían acceptado. Esperábamos en una cola. Llegó nuestro turno y preguntamos. Tuvimos mucha suerte, nos cogieron a los tres y bueno, yo soy de sobresaliente y Fer también, ¿Ethan? Pues Ethan no lo sé la verdad. Como ya sabíamos que nos habían aceptado y que las clases comenzaban el día 20, decidimos ir a tomarnos un helado. Caminamos poco mas de diez minutos y llegamos a una heladería que no estaba muy lejos de casa. Entramos, pedimos y nos sentamos en una mesa de fuera. Estábamos hablando y riendo cuando caí de espaldas. Estaba aturdida, se me nubló la vista y noté como la nariz me sangraba, respiré hondo y poco a poco recobré el sentido y me incorporé gracias a que Fer me ayudó a levantarme con la ayuda de Ethan.
-¿Estás bien?.- Me preguntó Ethan.
-No, no lo estoy.- Sollocé. Esto va a peor -pensé. -Fer, llévame a casa por favor.- Me apoyé en su hombro.
-Apóyate en mi también.- Me dijo Ethan y así lo hice. Los dos me ayudaron y me llevaron a casa.
Cuand llegamos me fui directamente a la sala de cine y puse una de las peliculas caseras de mi madre, necesitaba verla, así que puse una cinta en la cámara de video y la enchufé al televisor. Me senté en el sillón individual y comencé a verla. Mamá. -pensé.- Dios la echaba muchísimo de menos, me hacía mucha falta. Estaba viendo la película cuando entraron por la puerta.
-¡Fuera!.- Grité llorando.
-Nikki..- Mierda, es Ethan.
-¡Vete de aquí, hablo enserio!.- Dije en el mismo tono. Pero por lo visto no funcionó ya que vino hacia mi y me abrazó.
Al principio me quedé en shock pero después le correspondí. La verdad es que necesitaba desahogarme con alguien pero no podía decirle a el, a él no. Nos quedamos así un largo rato hasta que dejé de llorar y nos separamos.
-¿Estás bien?.- Me preguntó triste.
-No, no lo estoy.. pero no me preguntes porque no te lo voy a decir.-
-¿Por qué? A lo mejor puedo ayudarte.-
-Créeme, no puedes ayudarme, nadie puede.- Me levanté y me fui de la sala dejando solo a Ethan. Joder, no me quiero enamorar de él, ¿por qué tiene que ser tan amable y dulce ahora? No puedo permitirme enamorarme.. no solo de el, si no de nadie. Me dirigí a mi habitación y me quedé allí todo el día.
***
-¡Nikki!.- Me llamaron desde abajo. -¡Nikki baja!.- Me volvieron a llamar.
Me levanté de la cama y bajé, todos estaban en el salón. Emma, mi padre, Ethan y Rose. ¿qué hacen todos ahí? -pensé.-
-¿Qué pasa?.- Pregunté confusa.
-¿No tienes nada que decir?.- Dijo mi padre bastante serio pero triste a la vez. Mierda ¿se han enterado? -pensé.- Ultimamente no dejaba de pensar. La cabeza me va a explotar.
-No ¿por qué?.- Intenté sonar como si no supiera nada.
-¿Segura?.- Me volvió a preguntar.
-Papá ve al grano, ¿qué quieres?.- Le dije ya exasperada.
-Ha venido el Dr. Dunne.- Me puse blanca al oír eso. Sentía que me mareaba. No decía nada. -¿Cuando pensabas decirnos que te diagnosticaron leucemia?.- Mierda. Miré a Ethan que me miraba con pena. Oh dios, esto es lo que quería evitar. No podía articular ni una palabra. De repente todo se tornó negro.
-Nikki, Nikki despierta cariño.- Escuché decir.
Abrí los ojos poco a poco y los vi a todos. Me incorporé de golpe y los miré.
-Papá ¿te puedo pedir algo?.- Le pregunté.
-Claro, ¿qué quieres?.- Me dijo.
-Quiero un tatuaje, ¿me dejas?.- Miró a Emma, esta asintió.
-Si, te dejo, ¿qué quieres hacerte?.- Me preguntó.
-A esto me refería.- Me miraron confusos.
-¿Qué quieres decir?.- Me preguntó confuso.
-Cuando te lo pedí cuando estaba sana no me dejaste y ahora si.- Me enfadé. -¡No quiero vuestra lástima! ¡No quiero mas privilegios que nadie! ¡Quiero que me tratéis como siempre! ¿entendido?.- Todos asintieron pero estaban callados y bastante sorprendidos. -¿Puedo irme a la habitación ya?.
-¿No vas a cenar?.- Me preguntó Rose.
-Se me ha quitado el hambre.- Contesté borde y me fui a mi habitación. Todo se ha ido a la mierda, no me van a tratar igual, estoy segurísima.
Me metí al baño, me di una relajante ducha, me pusé mi pijama y me metí a la cama. Me puse a escuchar algo de música y me quedé dormida de inmediato.