🌺MafiaAu! // Romance // comfort
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🌺Creo que ya todos conocen a mi ChanBaek mafioso, sino pueden encontrarlos en mi otra colección de Drabbles, no es necesario que lo lean pero pueden comprender ciertas cosas mejor. Espero les guste y comenten~
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Caminaba de un lado a otro como león enjaulado por aquella pequeña y cálida habitación, su sangre hirviendo de coraje y de preocupación, aunque no le gustara aceptar en si el ultimo sentimiento, sin embargo estaba ahí, jodiendole la existencia como últimamente venía haciendo.
La nieve caía sin parar por la ciudad, dándole aquel aire nostálgico y mágico a la noche de víspera de navidad. El viento soplaba fuertemente según era capaz de ver el alto desde aquel ventanal gigante que había mandado a hacer cuando compró ese departamento, llevándose con él aquellos copos que volaban libres y sin preocupaciones, alargando más aquella inminente caída que terminaría por desintegrarlos, como todo en la vida.
A pesar de que para muchos aquella era una noche especial para ChanYeol era una más entre los cientos de días oscuros y de mierda que pasaba. Realmente él no lograba entender el alboroto estúpido de las personas, haciéndose pasar por almas caritativas, por almas nobles que amaban a todos por igual, que creían en un mundo perfecto y de ensueño en donde ocurrían supuestos milagros que venían junto aquellos copos de nieve cargados de esperanza.
Pero realmente nadie tenía derecho a juzgarlo, no cuando había visto el peor lado del mundo y su humanidad, no cuando había vivido con aquella característica y horrible soledad que lo ahogaba día con día. Le daba coraje escuchar a las personas hablar del amor y la paz, pues no era nada más que eso; palabras.
El mundo era muchísimo más cruel de lo que alguien podría imaginarse, la cantidad de gente que pasaba hambre y frio era inmensa, y la cantidad de almas nobles que realmente ayudaban era mínima. ChanYeol por años había esperado aquella navidad en donde un duende realmente llegara con su regalo, o en donde uno de los muchos copos de nieve que lo hacían pasar más frio del que siquiera alguien pudiera pensar trajera en si su milagro especial. Sin embargo, nunca había pasado.
Y aunque lo había superado y continuado con su vida, convirtiendo aquellas fechas en un feriado más que a él realmente no lo perjudicaba ni beneficiaba, seguía sintiéndose desmerecedor de aquel ambiente esperanzador que se respiraba.
No obstante algo había cambiado aquel año, pues aunque intentara ignorar tal fecha era casi imposible al girar y notar aquellos pequeños adornos que había colocado BaekHyun días atrás después de semanas de discusión.
BaekHyun, aquel niño idiota que seguía intentando día con día convertir su vida en algo más normal y menos sanguíneo. Como si con esas luces de colores pudiera cubrir las manchas invisibles en las manos del más alto, o con esos renos sonrientes el montón de armas que cargaba con él.
Habría sido fácil descartar todo aquello de su vida, imaginar que nunca había aparecido, que nunca lo había visto o escuchado nada y hacer todas las cosas que normalmente habría hecho. Sin embargo, no lo hizo.
Y una parte de él se sentía terriblemente molesto y asustado por eso. Aunque la otra comenzaba a sentir algo de esperanza y un sentimiento extraño que aún era incapaz de nombrar; y no sabía que era peor, honestamente.
Lo primero que ChanYeol notó cuando BaekHyun cruzó las puertas del departamento fue que habían pasado dos horas más tarde de lo que había dicho. La segunda cosa era que el castaño estaba temblando. Mucho.
Maldita sea.
—Baek, ¿Qué mierda? —caminó a paso apresurado hacía el más bajo, sacando toda su ira interior hacía el joven que había dejado su toque de queda olvidado. — ¿Caminaste a casa? ¿En la puta nieve? ¿Solo en esa sudadera?
Eso era todo. El final de Park ChanYeol. No moriría por un balazo o por un hijo de puta traicionero. No, ninguna posibilidad. Iba a morir de estrés, porque el maldito enfermero era un idiota.
—La línea S del metro que necesitaba estaba cerrada, así que tomé un autobús, pero me dejó a quince minutos de aquí, la nieve se vuelve un gran problema por estos rumbos —explicó con una calma bastante común en él, pero que sin duda sacaba de quicio al mafioso, quien estaba acostumbrado a un ritmo mucho más explosivo.
Gruñendo tomó un pedazo de tela afelpada que había sobre el sofá, logrando que su Heckler callera al suelo pero sin darle real importancia.
Caminó siguiendo al más bajo y aseguró aquella manta alrededor de sus hombros, tal vez usando solo un poco más de fuerza de lo estrictamente necesario, pero estaba enojado y preocupado, maldita sea. ¿Cómo podría ser BaekHyun tan estúpido?
— ¿Has oído hablar de un teléfono, BaekHyun? Tengo una cochera llena de autos que solo piden ser conducidos.
—Pensé en llamarte. Pero mis dedos estaban demasiados fríos, además tampoco es para tanto, solo fueron unas cuantas calles.
— ¿Demasiado fríos para que tu teléfono funcione? —pasó una mano por su cabello, fastidiado. — Sabes que no debes caminar solo, menos cuando es de noche y está como la mierda. Hay un montón de hijos de puta que solo están esperando joderme de alguna forma, ¿puedes entender eso?
—Eran un par de calles ChanYeol, hay mucha gente por las calles, no todos son unos amargados que ni siquiera pueden pedir algo de cenar en víspera de navidad —contratacó cerrando el refrigerador y observándolo con desaprobación, para después girar y comenzar a sacar cosas de la alacena.
— ¿No puedes entender que estaba jodidamente preocupado? ¿Es tan difícil para ti entender eso? Llegaste dos putas horas tarde. Dos.
—Tengo un jodido reloj ChanYeol, se perfectamente de la hora que es, pero tenía trabajo. Existen personas enfermas que necesitan atención, no podía simplemente venirme por un toque de queda estúpido y que no pienso cumplir, deja de joderme con lo mismo. No me pasará nada, se defenderme perfectamente y hasta cargo con la puta pistola que me diste.
— ¿Cuándo va a ser el día en que entiendas con quien estas? No soy un villano que pelea únicamente cuando el héroe está disponible. Hay gente dispuesta a matarme con la misma facilidad que yo lo haría. Porque soy un mafioso. Un asesino, deja de mentirte una y otra vez con lo mismo.
Cansado de lo mismo salió de la cocina y tomando su abrigo salió a la azotea, esperando que el aire frio lograra congelar aquel montón de emociones que sentía dentro de sí y que últimamente lo estaban volviendo loco.
Necesitaba salir, tomar un poco de aire fresco, despejar la cabeza y recordar quien era y donde debía estar.
Odiaba eso; odiaba como sentía que una parte de él se estaba perdiendo, hundiéndose en un pozo profundo dentro de él y siendo remplazada por algo nuevo y brillante convirtiéndolo en un eclipse sin inicio y sin fin, confuso y cegador hasta para el mismo.
Hasta poco tiempo atrás ChanYeol tenía más que claro su lugar en la tierra e incluso sentía seguro cuál sería su final. No existían muchas opciones para las personas como él después de todo.
En algún punto de su vida fue una persona diferente, con sueños y esperanzas, esperando un rayo de luz que lo guiara por aquel mundo de oscuridad en el que se sentía ahogar. Durante cierto tiempo logró salir adelante, avanzando por un camino que lucía como el correcto, sin embargo, en algún punto se perdió entre los muchos pasadizos existentes y ante sus ojos solo había una salida, la cual tomó sin pensar dos veces, cansado de luchar, de pensar y esperar algo que evidentemente jamás llegaría. Se convirtió a sí mismo en alguien débil, incapaz de luchar y permitiendo que las crueldades del mundo lo volvieran en un monstruo.
Por años vivió de esa forma, matando para mantener un control que en realidad desde hace mucho tiempo atrás le fue arrebatado, manteniendo junto a él a aquellas personas que le servían como piezas de rompecabezas y deshaciéndose de todo lo que le estorbaba. Confiando únicamente en la muerte y esperando nada de alguien más.
Porque así era la vida, un juego injusto donde debías sobrevivir sin pensar en un mañana.
Y entonces un día te ves frente al espejo y te preguntas quien eres y que has hecho. Un día te acuestas, ves los copos de nieve caer una y otra vez acompañándote en aquella soledad hasta su caída inminente y le pides al cielo una buena persona libre de pecado, porque todos necesitan un pequeño rayo de luz y esperanza para seguir adelante.
ChanYeol odiaba pensar que BaekHyun era su resplandor en aquel pozo sin fin, simplemente porque el rubio lucia tan pulcro ante sus ojos que el simple hecho de respirar cerca de él lo aterraba; no quería mancharlo, no quería convertir a su sol en un eclipse sin sentido como él. Pero tampoco podía alejarlo de su vida.
Lo intentó, vaya que sí. Pero aquel enfermero idiota se había negado por completo y cuando menos lo pensó aquella esperanza que lucía perdida y ahogada en sangre y temores comenzó a crecer en su corazón, como la nieve que se apila sobre el suelo, como tras copo.
—Se perfectamente quien eres —habló una voz a sus espaldas, logrando que él corazón del más alto se detuviera por una milésima de segundo, sintiendo como el frio quemaba en su rostro, al igual que la esperanza que comenzaba a no lucir tan lejana. — Por eso sigo aquí. Por eso no me he alejado corriendo, porque sé que eres mucho más que el villano de la película, sé que eres más que un hombre cruel que toma justicia por sus propias manos, sé que eres mucho más de lo que intentas hacerte creer, ChanYeol.
Y si, lo habían herido un montón de veces, su armadura tenía abolladuras y las huellas de guerras que ha pasado. No puede negar los hechos si en su cuerpo hay cicatrices imposibles de borrar, no puede olvidarlo porque es el mapa de donde viene. Ya no está completo, es verdad, le faltan piezas que perdió en el camino y que fue incapaz de recuperar, pero cuando observa aquel rostro brillante comienza a creer que tal vez logre encontrar nuevas.
—No sé porque sigues creyendo en algo sin rumbo —murmuró con voz quebrada, pero firme, porque sabía lo imposible de aquellos sueños lejanos.
—Porque alguien necesita hacerlo. Alguien necesita creer.
Pero a veces, aunque ya sabes cómo van a acabar las cosas, te quedas esperando que algo lo haga cambiar, como el aire arrastrando aquellos copos frágiles y lejanos.
Acercó sus manos frías y toscas, tomando entre ellas aquellos dedos cálidos y delicados, sosteniendo más cerca el suave aroma proveniente del rubio, a quien colocó frente así, observando en silenció en cielo oscuro iluminado por algunas estrellas dispersas.
El silencio se apoderó de ambos, incapaces de decir algo que terminara con aquel momento de serenidad que necesitaban. Los minutos pasaron y no mucho después fuertes campanadas acompañaron las risas lejanas, cubriendo así la realidad de un mundo mucho más silencioso y solitario.
—Feliz Navidad, ChanYeol.
El alto estaba asustado, sintiendo como su vida tomaba un rumbo diferente y sin sentido, pero recordando al niño iluso y esperanzado que alguna vez fue y que pensaba que su estrella brillante estaba en algún lugar esperando que se pudieran alcanzar.
—Feliz Navidad, BaekHyun.
Porque es la esperanza de su existencia lo que le permitía respirar.
Y tal vez, solo tal vez esa estrella la había alcanzado desde hace mucho tiempo.
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Perdonen por el retraso. Pero como pueden ver soy muy fan de la navidad y no podía perderme el desfile y festival navideño de mi ciudad.
Saben, escribiendo esto me di cuenta de la relación súper tóxica que tiene mi ChanBaek mafioso. Me dolió darme cuenta de eso y más el no saber qué quiere ChanYeol. Me cansa que sea así.
¿Que opinan de la relación de este par?
🍃Si deberían continuar juntos
🍂Si deberían separarse antes de hacerse más daño