En una mañana plácida despierta un erizo de una noche en sueño, dicho erizo soñaba que conocía a su padre, pero esto no le fué muy claro de recordar puesto que nunca lo había visto, nunca lo conoció, y su madre nunca habla de él, siempre evita esas conversaciones, la madre de galahad era herrera, era la única herrera mujer del pueblo, galahad aprendía todo de ella, al despertarse galahad logra escuchar a su madre llamarlo
- galahad!, Despierta, el desayuno está listo
- si madre, ya voy en seguida
Al responder galahad se dedica a levantarse, una camisa blanca de tela liviana, sus pantalones cocidos con parches y unas botas sucias, galahad obedece a su madre y sale al comedor de madera a disfrutar de su desayuno el cual era pan con verduras y té
- está bueno? *Dice la madre*
- si cocinaras como haces espadas, serías la mejor cocinera de todo el reino *bromea galahad*
- eso lo voy a tomar como un cumplido, a pesar de que insultas mi comida *ríe*
- gracias por el desayuno, está bueno madre
- me alegra, galahad hoy tengo unos pedidos para entregar a camelot, volveré mañana, es un largo camino, pórtate bien
La madre de galahad a pesar de vivir en una aldea tan remota y alejada del reino, es muy solicitada por el rey, nadie sabe por qué
- si madre, tengo 20 años, ya no soy un niño
- pues para mi me pareces más niño cada día
- ja ja que buen chiste *sarcasmo*
Después de desayunar, galahad se encuentra fuera de su hogar, ayudando a su madre a montar espadas, escudos y armaduras a un carruaje de la guardia del reino, ellos vienen personalmente debido a que en el trayecto suelen haber bandidos que emboscan a los carruajes y se roban la mercancía
- y este es el último *dice galahad cansado*
- son muchos cargamentos, gracias por cargarlos hijo
- no hay de qué, si ves al rey arturo asegúrate de recomendarme como caballero *esperanzado*
- ay hijo, te lo he dicho miles de veces, eso nunca pasará, no somos de la noblesa, aparte, somos herreros, no guerreros, no usamos las espadas, las creamos
- pero madre, he entrenado demasiado, he aprendido todos los libros de combate con espada que tenemos (son como 6), quizás si me viera pelear *interrumpido*
- he dicho que no! *Grita la madre*
Galahad al escuchar a su madre se molesta y se entristece, escucha las palabras de su madre y entra a su humilde hogar el cual es una pequeña casa de madera construida de manera imperfecta, el erizo ve a su madre partir hacia camelot, galahad medita un poco en las palabras de su madre y decide despejar su mente, el erizo sube a su cuarto y saca su espada envainada, el mismo la forjó con los conocimientos que ha aprendido de su madre, sale de la casa y atrás de esta cerca de unos arboles se encuentra lo que es un maniquí o mas bien un espanta pájaros muy abultado, galahad solo se dedica a practicar lo que sus libros le enseñan, al mismo tiempo se desquita de los comentarios de su madre, él solo desea ser algún día un caballero en camelot, defender y ayudar a las personas de la manera más honorable
- quisiera que mi madre entendiera, es mi sueño, pero no lo comprende *exclamó*
galahad sigue entrenando, hace golpes certeros al maniquí, practica maniobras de defensa, al cabo de un rato envaina su espada, descansa un rato y se dispone a practicar combate sin armas, esto es un punto importante según expertos, pues el que no tiene honor te enfrentará incluso si estas desarmado, por eso todo caballero necesita ser capaz de arrebatar el arma de su contrincante o pelear sin depender de ella
- *suspira cansado* ahora mismo en camelot los guardias y caballeros deben de estar entrenando con exelentes maestros de la espada, sería lo mejor practicar en combate con alguien más, pero en este pequeño pueblo el único que tiene esa destreza es mi maestro, pero ya es muy mayor para eso
el tiempo pasa y galahad sigue hablando solo, pues no tiene más con quien hablar de este tema, solo con su maestro, el cual siempre que termina de entrenar se dirige a su hogar y se sienta a escucharlo y a contarle su día y su entrenamiento
(llega a la casa de su maestro)
- *toca la puerta* maestro es galahad
- pasa *responde el anciano*
- buenas tardes maestro *hace una reverencia*
- ya ya ya, deja de hacer eso, me molesta y deja de decirme maestro *gruñe el anciano*
- jeje, si señor bargrey
- asi me gusta más
- nombre ni más raro, parece como si usted lo hubiera inventado *bromea*
- jeje si me fuera a inventar mi nombre, lo haría mejor *ríe*, dime galahad, cómo estuvo tu entrenamiento hoy? *preguntó el viejo*
- estuvo bien, como siempre, solo que hoy... *suspira* estuvo bien
- en serio?, necesitas contarme algo más?
galahad le contó lo que pasó con su madre, se encontraba bastante dolido a pesar de que su madre siempre le responde así
- comprendo galahad, debes ser paciente, tu oportunidad llegará, no apresures las cosas ni te desiluciones, sigue entrenando y cuando llegue el momento verás que todo tu entrenamiento dará frutos
- si bargrey, pero hasta cuándo, no quiero desperdiciar mi vida estando en este pequeño pueblo para siempre, quiero conocer más del reino
- solo ten paciencia, tu oportunidad llegará
- *suspira* si señor bargrey, lo haré
- hablando de tu madre, ella todavía no sabe que vienes aqui cada tarde?
- no, no se ha enterado, se lo he ocultado como usted me dijo
- es primordial que tu madre nunca se entere de que me visitas
- lo entiendo, pero todavía no lo comprendo
- el momento llegará, no te preocupes por eso ahora
- si señor bargrey *respondió galahad*