Sería una mentira decir que Arthit está disfrutando la película. Aunque Kongpob y Praepailin dicen que el director es bueno, él no puede sacarse sus preocupaciones de la cabeza.
Más temprano ese día, Kongpob le contó sobre su sueño de tener un hijo y hace rato también vio a Kongpob y Praepailin luciendo muy bien juntos. El estar sentado con Kongpob en un asiento para parejas tampoco ayuda.
Se siente intranquilo, inseguro y celoso.
Después de la película, Kongpob le pide ir juntos al restaurante de fideos al que fueron antes.
El ambiente entre ambos es inexplicable. Desde que vieron la película hasta estar comiendo ahora, Arthit apenas ha dicho una palabra. Kongpob piensa que es por la película que escogió, pero eso no es motivo para que Arthit esté así de callado. Se acuerda de la última vez cuando fue él quien se comportó igual en el mismo restaurante. ¿Qué sucede con este lugar? Nunca más vendremos aquí en una cita.
—P'Arthit... Creo que debería mencionar que tendré una sesión de fotos con Prae. Es dentro de dos lunes y es para la campaña escolar —Kongpob intenta iniciar una conversación, pero no se da cuenta de que ése es el tema menos indicado para hablar ahora.
Arthit sólo asiente sin mirarlo. Por supuesto que la va a mencionar. ¿Recuérdenme por qué tuve que nominarlo para ese concurso?
—Kongpob.
—¿Sí?
—¿Crees que... Praepailin es bonita? —Arthit no puede evitar preguntar.
—Sí, lo es. Es la estrella de la universidad, ¿no?
Ya se veía venir esa respuesta.
—Es cierto, es linda. Me pregunto si ya tiene novio.
—Escuché que aún no tiene a nadie.
—En realidad yo tengo su número. Lo obtuve cuando me pidió firmar su libreta de firmas.
—¿De verdad? —Kongpob pasa saliva con expresión triste, pero se obliga a sonreír cuando Arthit continúa comiendo. —Eso es genial.
Ninguno termina su comida. Luego de pagar la cuenta, Arthit se levanta primero dejando a Kongpob detrás. Éste corre detrás de él.
Está a punto de llover así que Kongpob compra un paraguas barato de uno de los puestos de la calle. Arthit no detiene su andar mientras lo compra, entonces Kongpob tiene que correr detrás de él otra vez. Su lesión de hace dos días todavía le duele un poco, pero no le importa.
Se dirigen a casa ahora en silencio. Kongpob puede lidiar con un Arthit enojado, pero que esté así de callado es algo nuevo para él.
Están por cruzar la calle cuando ve una motocicleta aproximarse a su novio. Rápidamente lo toma del brazo, alarmado.
—¿Estás bien, P'Arthit?
Arthit siempre se queja de que Kongpob actúa como un héroe, pero esta vez, ése héroe acaba de salvar su vida. Literalmente.
—Estoy bien.
Arthit sigue caminando como si nada hubiera pasado. Llegan a su edificio y murmura un pequeño "adiós" a Kongpob antes de entrar.
Con la cabeza baja, Kongpob regresa a su dormitorio. Sigue pensando en el motivo que tiene Arthit para actuar de esa manera, cuando de repente se acuerda del verdadero motivo por el que fueron al centro comercial. ¡El regalo para P'Fon! ¡Olvidamos comprarlo!
Mientras intenta recordar dónde se supone que comprarían el regalo, se da cuenta de lo que pasó. ¿Le dije a P'Arthit sobre querer un hijo? Mierda. ¡Kongpob, eres tan tonto!
No sale del elevador cuando éste llega a su piso; en su lugar, presiona el botón para la planta baja y el elevador vuelve a bajar con él dentro. Después, se apresura a salir de su edificio hacia el de Arthit.
Llega jadeando al dormitorio de su novio y toca la puerta tres veces, pero nadie abre. Vuelve a tocar, esta vez más fuerte y escucha a alguien adentro arrastrando los pies. Luego, la puerta de abre, revelando a un Arthit sin camiseta.
Ah. Kongpob está sin palabras.
—¿Por qué estás aquí?
—P'Arthit, ¿puedes ponerte una camiseta? Es... Es muy malo para mí.
Al darse cuenta de su estado, el rostro de Arthit se pone rojo y entra rápido para ponerse la primera camiseta limpia que se encuentra. Estaba mojado por haber caminado bajo la lluvia.
Su novio entra al dormitorio y se sienta en la cama. Ahora mismo Arthit no quiere hacer nada con Kongpob, pero nota que éste le mira fijamente. Si quiere hablar ahora entonces debe ser algo importante. Algo así como él dándose cuenta de que Praepailin le gusta más que yo. Se sienta a su lado, esperando a que Kongpob inicie la charla.
Pero en ese momento, Kongpob olvida sus intenciones al ir allí. Su mente está ocupada pensando en otras cosas como en el cuerpo de su novio. Es la primera vez que lo ve. ¿Cómo puede tener una piel tan delicada? ¿Quién pensaría que tiene tan sutiles abdominales? Y ni hablar de esos pezones alegres mirándome fijamente.
Al principio, Kongpob pensó que su relación con Arthit sería puramente emocional. Él quería estar con alguien fuerte y encontró en Arthit una persona muy fuerte y dispuesta, pero no había pensado en tener algo sexual con él. No pensaba en sí mismo como gay, sino simplemente como un chico que ama a otro chico.
Sin embargo, con ver el cuerpo de Arthit hace rato, ahora no piensa lo mismo que antes. Rayos. De verdad soy gay.
—¡Kongpob! —Arthit está molesto. —¿Tengo que preguntarte por cuarta vez? ¿Por qué estás aquí?
—Soy gay.
—¿Ah?
Mierda.
—Kongpob, eso ya lo sabía. Tú tienes un novio y yo tengo un novio. ¿Eso qué nos hace?
Kongpob intenta pensar en algo para replicarle a su novio, pero entonces recuerda el verdadero motivo por el que está allí. Se tranquiliza y mira a su mayor.
—P'Arthit, lamento lo de antes.
Sus miradas se encuentran.
—¿Qué lamentas? Aquí viene. ¿Lo lamentas porque tienes que dejarme por Praepailin?
—No fui cuidadoso. Sé que no debí decir eso... Lo de querer un hijo.
—Ah.
—Ése fue mi sueño antes, pero ahora el único niño que quiero eres tú —parpadea un par de veces, intentando ser adorable.
Arthit hace una mueca.
—¡Puaj!
—P'Arthit...
El mencionado respira profundamente.
—Está bien, Kong. Sé que no lo dijiste con una mala intención —baja la mirada. —Y yo... lo siento por actuar así antes.
Kongpob sonríe y asiente, aliviado de que su novio le perdone. Hay un momento de silencio antes de que el mayor vuelva a hablar, esta vez más alto.
—¡¿Pero por qué tenías que escoger un asiento de pareja?!
La risa de desquiciado de Kongpob regresa.
Para compensar el tiempo perdido antes ese día, pasan el rato juntos hasta que Kongpob pregunta a Arthit si puede dormir con él esa noche. El mayor acepta con un montón de condiciones; después de todo, tiene que acostumbrarse tarde o temprano.
Una vez recostado en la cama y sosteniendo la mano del menor, Arthit piensa en lo afortunado que es de tener a Kongpob como su novio. Intenta aclarar su mente y olvidar la punzada de celos que sintió además de sus otras preocupaciones durante ese día.
En el otro extremo de la cama, Kongpob sueña con el cuerpo de Arthit que vio hace unas horas, lo cual provoca que algo dentro de sus shorts se levante creando una tienda de campaña. Y Arthit, todavía despierto, puede o no haber visto eso.