-Está bien, es más, creo que se alegrará de volver a verte -dije con una sonrisa.
-Me gustaría visitarla -agregó Mark, su sonrisa cálida iluminando su rostro-.
-Hablaré con ella sobre sus turnos. Además, ¿por qué no organizamos una pijamada? Iríamos solo los tres. Creo que mamá no se negará; le pediré permiso.
-Es una excelente idea -respondió Mark, mientras echaba un vistazo a su teléfono-.
-Me parece genial, pero... -comencé, frunciendo el ceño al ver la expresión preocupada de mi amiga- ¿Podría llevar a una persona más? Por favor -rogó Sonly con un tono suplicante.
Asentí, aunque con cierta duda. Tenía la corazonada de que invitaría a su prima Kim.
Mark no puso objeciones, aunque parecía tener algo en mente. Al final, optó por el silencio mientras Sonly desviaba la conversación hacia otro tema.
La campana de entrada resonó, marcando el comienzo de otro día en nuestra rutina escolar. Al llegar, cada estudiante se dirigió a su lugar asignado, llenando la sala con un murmullo de actividad matutina.
-Buenos días, estudiantes -saludó el profesor con voz firme, mientras entraba y depositaba un vaso térmico repleto de café sobre su escritorio-. Como podrán observar, hoy contamos con nuevos compañeros entre nosotros. Adelante, preséntese -indicó con un gesto amable.
La mirada del profesor se posó en Zungky, quien parecía ligeramente distraída. Sin embargo, ella inspiró profundamente y se puso de pie.
-Muy buenos días, soy Park Zungky y espero llevarme muy bien con todos ustedes -dijo con una sonrisa tímida, pero sincera.
Observándola con atención, algo que no había hecho antes, noté lo increíble que lucía. Era, para ser honesta, sorprendentemente hermosa, tanto que mi autoestima se tambaleó un poco, aunque no podía culparla por ello.
Una vez que Zungky concluyó su presentación, el profesor le indicó que tomara asiento. Ella obedeció, eligiendo un lugar junto a Jaemin, quien había rogado al profesor que le permitiera sentarse cerca de él.
Entretanto, Mark se levantó para presentarse, captando la atención de la clase con su carisma natural.
-Buenos días, mi nombre es Lee Mark y soy de Canadá; espero llevarme muy bien con todos ustedes. Cuiden de mí, por favor.
Acto seguido, el profesor buscaba un lugar donde sentarse.
Todas se ofrecieron de inmediato; no obstante, recibí miradas fulminantes cuando él aceptó sentarse junto a mí. Todos a mi alrededor me observaron, incluyendo a Jaemin, cuya mirada fue la que menos esperaba y ante la cual sabía que nada podía hacer para detener aquel momento.
-¡Jóvenes, silencio! Concéntrense en sus estudios -exclamó, mientras organizaba sus libros meticulosamente para iniciar la clase.
El profesor de matemáticas, más inclinado a las disertaciones que a las explicaciones, solía ocupar la clase entera con charlas que se extendían por horas. Su enfoque era más bien filosófico, instándonos a prestar atención a las lecciones de vida que, según él, nos serían útiles en el futuro; aunque no lo dudo, no puedo evitar añorar al profesor anterior cuyas explicaciones, rápidas y precisas, hacían que dos horas se sintieran como si fueran cuatro.
-Recuerden practicar -nos recordaba con insistencia-. Estas lecciones les acompañarán siempre.
El timbre interrumpió su monólogo, pero parecía no darse cuenta de que había consumido ya dos horas en su sermón. ¡Increíble! A este paso, vamos retrasados en el temario.
Ninguno de nosotros tenía el valor de informarle que su tiempo había concluido; a pesar del deseo de abandonar el aula, repetir la misma rutina no era atractivo.
-Profesor, su hora ha terminado -intervino Haechan, un compañero amable que conocí gracias a un proyecto en grupo el año pasado. Si no fuera por eso, probablemente nunca habría cruzado palabra con él.
Al mirar su reloj, la expresión del profesor reflejaba una mezcla de sorpresa y consternación. -¿Qué?!, Pero si apenas comencé a dar mi clase- se rascó la cabeza -La hora pasa sumamente rápida, tendré que hablar con la directora; quiero que me den más horas de matemáticas- tomó sus pertenencias y caminó hacia la puerta -La próxima clase hay lección, informó mientras se marchaba, y los pocos alumnos que estaban despiertos trataban de no quedarse dormidos.
El aula estaba en silencio, ya que la mayoría de los estudiantes dormían en ella, y no los culpo; a veces -casi nunca- me ha pasado eso.
Transcurridos unos cinco minutos, llegó la profesora de química, y los estudiantes que yacían dormidos despertaron de inmediato. Claro está, las clases de química son sus favoritas. ¿Cómo no serlo? La profesora es encantadora, con sus ojos verdes y su larga cabellera marrón; la mayoría de los chicos adoran sus clases, y no precisamente porque sean interesantes. Incluso, cuando conversaba con Jaemin, él no podía dejar de observarla. Admito que llegué a tener celos de ella. Además, es muy joven, está soltera y es tiene nacionalidad Alemana.
-Buenos días, jóvenes -saludó ella con una sonrisa radiante.
Inmediatamente saqué mis apuntes, consciente de que, tan pronto como ella llegaba, la clase comenzaba sin demora.
(...)
-¡Aleluya! No saben cuánto tiempo esperé para que esto terminara. ¡Sus clases son eternas! -exclamó Sonly a regañadientes-. Más aún cuando deja tantas tareas. Espero que haya una mesa vacía, ¡por el amor de Dios! Por favor.
El bullicio en el bar era molesto, y decidí seguir a Sonly y a Mark.
-Tenemos que hablar de muchas cosas. ¿Qué han hecho? -preguntó Mark con curiosidad.
Sonly suspiró antes de responder.
-Nada interesante.
-En mi caso, escribir, dormir, hacer tareas, leer, estudiar, limpiar la casa... en pocas palabras, nada interesante al igual que Sonly. Por cierto, ¿alguna chica en tu vida? -pregunté con la confianza que me daba nuestra amistad, a pesar de no haber visto a Mark en años.
Él pareció sorprendido por la pregunta, pero no molestó.
-Mi vida amorosa no es buena. He intentado salir con algunas chicas, pero hasta ahora no me había dado cuenta de que mi corazón solo tenía ojos para alguien muy especial, y por más que intenté, no pude reemplazarla -confesó Mark con un tono de resignación.
Sonly se encogió de hombros, estaba muy atenta a lo que el canadiense decía, lista para hablar.
-¿Chicos, vieron la nueva notificación de Facebook? -interrumpió Lisa, la chica del paralelo "B".
La incertidumbre creció en los tres y de inmediato abrimos Facebook.
"Tengan un cordial saludo, el presente escrito es para recordarles que ya vendrá la semana deportiva, por lo tanto, quiero que preparen sus propios equipos, y espero que todos participen".
-¿Qué es la semana deportiva? -preguntó Mark con expresión confundida-. Me tienen que explicar, por favor.
-Es una semana recreativa que se hace cada año, se implemento porque últimamente hay personas de diferentes países estudiando aquí -explicó Sonly-. El motivo es para que los estudiantes socialicen. La vestimenta es simple: cada curso deberá portar cualquier equipo de cada país.
-En mi opinión, ¡amo esa semana! -exclamó Lisa con entusiasmo-. Me encanta participar, aunque no soy buena y cada año pierden por mi culpa, pero me divierto mucho.
-No suena mal -el castaño asintió pensativo mientras se dirigía a comprar y Sonly lo seguía.
Pasaron algunos minutos y Sonly junto a Mark pasaron hablando de algunas experiencias que tuvieron juntos, no pude evitar sentirme un poco excluida, por ende, de la nada decidí que sería buena idea ir a la biblioteca y avanzar el capítulo que necesitaba ya terminar. Además, me gustaría que Sonly hablara con Mark. Sé que a Sonly aún le gusta Mark, desde pequeña lo hace, incluso yo era una de ellas. Nunca se lo había comentado; no quería dañar nuestra amistad por un chico. Se nota que no sabe disimular; su cara de enamorada lo dice todo, y creo que Mark también gusta de ella.
Quiero que Sonly hable con él; después, hablaría con ellos. Además, en la biblioteca encontraría paz, así mismo despejaría mi mente para buscar el final adecuado en mis historias y probablemente no encuentra a Jaemin con su amiga, por otra parte, Sonly no le gusta la biblioteca. Ya la han sacado como veintiocho veces, además, que está en señal de aviso; definitivamente la odia y, por más que le digo que vayamos, no quiere ir. Tanto así que me juró que nunca más iría.
-¿Quieres que te acompañemos? -preguntó Sonly, indignada-. Sabes que no me gusta y prometí no ir.
-Tranquilos, ustedes quédense aquí, no pasa nada -respondí con calma.
Ambos asintieron.
Mark no se negó, cosa que resultó fácil. Corrí a la biblioteca para escribir un poco; de pronto, me acordé que tenía que investigar algo. Amo la historia; esto no era tarea, pero créanme que para escribir un libro de misterio y de criminalística, necesitas investigar muchísimas cosas.
Me encontraba buscando el libro que quería, pero alguien lo tomó al mismo tiempo que yo. Era Zungky; la chica jaló el libro y se retiró sin más.
-¡Qué mala educación!-, exclamé para mis adentros, decidiendo ignorarla y buscar otro libro. Aunque, siendo sincera, el anterior había capturado mi interés.
Me dirigí hacia una banca vacía y comencé a hojear el nuevo libro que había seleccionado.
-Lara -dijo Haechan con una sonrisa radiante.
Le correspondí la sonrisa.
-Hola, ¿cómo estás?
Haechan es un chico tremendamente extrovertido, su energía siempre me ha agradado. A veces desearía tener su desparpajo; si algo quería decir, lo decía sin más, sin que nada lo detuviera. Su franqueza era admirable.
-Bien, gracias. ¿Y tú? ¿Cómo has estado? -preguntó él, sosteniendo el libro que Zungky había tomado antes-. Por cierto, este es el libro que querías, ¿no es así?
No pude evitar sonreír.
-Sí, es ese. ¿Cómo sabías que lo quería?
-Estaba sentado con Jaemin y Zungky allá -señaló hacia la mesa donde ellos seguían sentados, lo que me hizo girar para mirar-. Disculpa a Zungky, a veces es un poco peculiar. Jaemin le quitó el libro porque ella no lo estaba leyendo y quería dártelo, pero le dio vergüenza. De hecho, me ofrecí yo para traértelo.
-Te lo agradezco muchísimo, realmente lo necesitaba -dije, sintiendo una oleada de gratitud hacia Haechan.
¿En verdad Jaemin hizo aquello? Aunque me siento decepcionada, ¿por qué no me lo dio él?
-Asombroso, entonces, ¿crees en las sirenas? -preguntó, mirando el libro con curiosidad.
-Sí, estoy escribiendo un libro sobre eso -respondí con una sonrisa, mientras sus dedos acariciaban las páginas del texto.
Los ojos de Haechan brillaron con entusiasmo.
-Si gustas, puedo ayudarte. Ya he leído este libro y varios más; sinceramente, también me fascinan esos temas.
-¿En serio? -pregunté, para después sonreír ampliamente-. Me encantaría esa ayuda.
-¿Sabías que capturaron a una sirena en el 2005? -comentó, tomando asiento y preparándose para compartir su conocimiento.
-Es más, el gobierno de EE.UU. fue quien experimentó con ellas. Lo que te estoy contando lo vi en un documental; está buenísimo, aunque dura 2 horas, 36 minutos y 21 segundos, vale la pena cada segundo. Te diré algo, dicen que es falso y lo han demostrado, pero aún así, sé que existieron y no son simples falacias. Además, por algo se habla tanto de estas criaturas.
-Nunca pensé que te gustarían estos temas -confesé, aún sorprendida-. Me alegro de que te guste; pienso lo mismo. De hecho, veré el vídeo.
El timbre sonó, interrumpiendo nuestra conversación, y todos volvimos a nuestras respectivas clases.
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~Editado~
Dedicado a chanyeols_wife_♥ gracias por el apoyo ❤