Como todos los viernes, Carlos y yo habíamos quedado en ir a la cafetería. No nos aburriamos, siempre estabamos hablando, riendo...
+Eh sabes qué? Te desearía lo mejor, pero ya me tienes a mi. Bromeaba Carlos.
-Pues yo por ti seria capaz de ahorcarme. En serio
+ Claro claro
- Que sí, sería capaz de ahorcarme con un fideo. Más no.
Los dos se rieron mucho
+ Te quiero
- Lo sé