-Emmett, ¿a que hora llegaste?- preguntó Bella cuando entró a la cocina. Después de saludar a Esme.
-Humm... ¿Por qué lo preguntas?- dijo él intentando ganar tiempo para inventarse algo.
-Son las siete y media de la mañana y tu no llegas nunca tan temprano además, vi el Jeep estacionado exactamente en la mismo lugar donde lo dejaste anoche.
-Así soy yo de preciso- dijo intentando no ver a su hermana a los ojos, entre ellos no se podían mentir.
-¿Desde cuándo?
-¿Desde cuándo qué?
-¿Me vas a seguir contestando con preguntas?
-¿Te molesta que te conteste con preguntas?
-¡Emmett Swan!, no creo que sea buena idea colmar la paciencia de una mujer que sus hormonas están tan descontroladas como para ponerse a llorar en un segundo y al otro ¡arrancarte la cabeza si no le contestas!- espetó Bella, fulminando a Emmett con la mirada.
-Tranquilízate, cariño- dijo Esme acariciando el rostro de Bella y depositando un plato de fruta en la mesa, Bella se sentó frente al plato, esperando la respuesta de su hermano.
-Ok, ok, me pongo serio- dijo Emmett.
-Bien- ella respiró profundamente y se calmó -¿desde cuándo pasas lo noche aquí?
-Hummm... es la primera vez.
-Ok, y ¿desde cuándo te acuestas con Rosalie, y sales de la casa en la madrugada?
-¡¿Cómo sabes eso?!- preguntó Emmett con los ojos muy abiertos, él juraba que había si muy cuidadoso cuando salía del cuarto de Rosalie
-No lo sabía, me lo acabas de decir- dijo Bella sonriendo con malicia
-Eres mala hermanita.
-No soy mala, son las hormonas.
-¿Ahora que hicieron tus hormonas Bella?- dijo Jasper entrando a la cocina
-Buenos días, Jazz- Jasper se acercó y le dio un beso en la mejilla, como todas las mañanas.
-Buenos días... ¡Emmett! ¿Tu aquí tan temprano?- dijo el rubio con fingida sorpresa, en realidad, Emmett no había sido tan cuidadoso, por lo menos la mitad de la familia ya sabían que Emmett se pasaba gran parte de las noches con Rosalie.
-¿Desde cuándo lo sabes?- preguntó Bella reconociendo la fingida expresión de Jasper.
-Desde la primera vez que se quedo con... mi hermana- dijo haciendo énfasis en el mi.
-¡Buenos días!- gritó Alice, y dando saltitos saludó a todos con un beso en la mejilla, Jasper se puso rojo y los hermanos Swan soltaron risitas burlonas entre dientes.
-No seas cobarde y pídele que sea tu novia- le susurró Rose quien había entrado a la cocina y presenció el beso que le dio Alice a su hermano.
-No sé de qué hablas- dijo Jasper. Bella y Rosalie torcieron los ojos, Emmett simplemente siguió comiendo y Esme y Alice fingieron no escuchar.
Pronto Carlisle y Edward se unieron a ellos. Cuando Edward vio a Bella no lo pudo resistir y se acercó, para sorpresa de todos, él giró la silla de Bella poniéndola frente a él, Bella tenía en la mano un tenedor con un pedazo de fruta.
-Buenos días Bella- dijo Edward dedicándole esa sonrisa torcida que se había convertido en la favorita de Bella.
-Bu-buenos días Edward- él se inclinó y le dio un beso en la mejilla provocando el sonrojo de su esposa, él se hincó frente a ella, puso ambas manos en su vientre.
-Buenos días princesa- y besó a su bebé. El sonrojo de Bella aumento, Edward la miró y son poder resistirlo, acarició su mejilla – ¡Mmmm, fresa!- exclamó y llevó su boca hacia la fresa que Bella tenía en el tenedor, se levantó y saludó al resto de la familia.
Todos se quedaron helados por un momento, Edward siempre saludaba a Bella por las mañanas pero nunca había sido tan cariñoso. Todos se fueron al instituto, Edward insistió en que Bella se fuera con él en el Volvo, pero ella se negó diciendo que eso les daría motivos a los alumnos de hablar más de ella, a regañadientes Edward acepto.
Los días pasaron igual, por lo menos en el instituto, ya que en la casa Edward no se despegaba de Bella, y ella no se quejaba, hablaba mucho, no volvieron a tocar el tema de la agresión, pero Edward era sumamente cuidadoso cuando la tocaba, no quería volverla a asustar.
Ambos se sentían muy bien a lado del otro, y cuando se tocaban sus cuerpos reaccionaban de una manera que los confundía, bueno por lo menos a Bella por que Edward ya se había admitido a si mismo que Bella le gustaba y mucho, aunque eso lo sabía desde aquella noche que procrearon a Rennesmee.
27 semanas de embarazo
-¡BELLAAAAA!- gritó Alice entrando a la habitación de Bella
-¿Qué pasa?- dijo preocupada
-¡FELICITAME!- dijo saltando en la cama donde estaba Bella.
-Felicidades... ahora dime, ¿Por qué te felicito?
-Jasper y yo ya somos... ¡NOVIOS!
-¡aaaaaaaaah!- gritaron ambas muy emocionadas y comenzaron a rebotar en la cama
-¿Cuándo te lo pidió?
-Bueno, él no me lo pidió- dijo Alice mordiéndose el labio
-¿Cómo es eso?- preguntó Bella con el ceño fruncido
-Veras...
Flashback
Jasper estaba leyendo en el jardín, Alice llegó del centro comercial furiosa, se había encontrado a unas amigas de Jasper y escuchó cuando una de ella dijo que haría que él fuera su novio, costara lo que le costara. Alice estaba que se moría de la rabia, ya había perdido la paciencia, ella sabía que Jasper la quería, pero era tan tímido que no se atrevía a decírselo, y ella, educada por Esme, tenía que esperar como toda una dama a que el caballero se le declarara.
Estamos en el siglo XXI ¡Por Dios! Pensó.
Vio a Jasper en el jardín, dejó caer las bolsas que llevaba y salió por la puerta de la cocina, le quitó el libro a Jaspe y se subió a su regazo.
-Tu y yo somos novios desde ahora, ¿Entendido?- Jasper sorprendido y feliz asintió. Alice se inclinó y se besaron con toda la ternura y el amor que se tenían.
Fin del flashback
-Bella cierra la boca- dijo Alice cuando terminó de relatar su hazaña.
-¡Por Dios Alice!... ¿Cómo pudiste hacer eso?
-Se acabo mi paciencia, lo siento... no, en realidad no lo siento, amo a Jasper y era nuestro destino estar juntos- dijo dejándose caer de espaldas a la cama, con una enorme sonrisa.
-Bueno, sea como sea, estoy feliz por ustedes.
-Estarías mas feliz si le dijeras a las zorras que te molestan que eres la esposa y madre de la hija de Edward... te dejarían de insultar- dijo Alice mirando a Bella con el cejo fruncido.
-No empieces Alice, ya sabes lo que opino de eso.
-Es una tontería Bella, además sigo sin entenderlo –Bella suspiró
-Sí dijera que Edward y yo estamos casados, él volvería a creer que yo quiero sacar algo y ahora estamos bien, no quiero que las cosas vuelvan a ser como antes...
-Pero Bella...
-¡Basta, Alice!, yo no voy a decir nada- dijo la embarazada y salió de la habitación.
Habían pasado un par de días desde esa conversación, era la hora del almuerzo en el instituto y como siempre, todos se sentaron en las mesas de siempre, Edward con sus "amigos" y los demás en otra mesa, juntos. Edward se preocupó cuando no vio a Bella en la mesa, ignorando a sus "amigos" se acercó a Alice.
-¿Y Bella?
-Fue a hablar con el director para su permiso prenatal- contesto ella- solo espero que no se encuentre con esas zorras- dijo para sí, pero sabía que su hermano escucharía.
-¿Qué zorras?
-Jessica y Tanya, tienes semanas molestando a Bella- contestó Rose, sabiendo lo que Alice intentaba.
-¿Por qué no me habían dicho?- preguntó Edward molesto
-Son tus "amigas", Bella no quería que te molestaras con ellas- contestó Jasper
-Ahí vienen- dijo Alice fulminando a las zorras con la mirada, ambas seguían a Bella y decían algo que ninguno de la familia podía escuchar pero por la expresión de Bella era obvio que no era nada bueno.
-Yo le dije que la dejarían en paz si supieran con quien está casada- dijo Alice
-Pero ella es tan terca, cree que vas a pensar mal de ella si dice algo- continuó Rose.
Edward solo miraba a la expresión de Bella y se estaba poniendo furioso. Sacó su argolla de matrimonio de uno de los bolsillos de su pantalón y se la puso, sus amigos y su hermana sonrieron, caminó hacia Bella, quien se había girado a enfrentar a las zorras.
-Dinos Isabella, ¿Qué se siente que tu hijo no vaya a tener el apellido de su padre?- dijo Jessica en tono de burla
Bella no contestó, solo apretó los puños y retuvo las lágrimas que amenazaban con salir.
-Dinos Isabella Swan, ¿Cómo se va a llamar tu bebé?, por que es obvio que su apellido será Swan- dijo Tanya
-Te equivocas Tanya- dijo Edward poniéndose a lado de Bella.
-¿En qué cariño?- dijo ella en un patético intento de sonar sexy
-Bella, ¿me prestas lo que tienes en tu bolsillo?- preguntó Edward mirando a la sorprendida Bella –Por favor- dijo y le sonrió, ella sacó la argolla de matrimonio y se la dio.
-Te equivocas porque ella no es Isabella Swan- dijo Edward, tomando la mano izquierda de Bella
-¿A no, y quién es?- preguntó Jessica. Los que estaban cerca de ellos prestaban atención a la conversación.
-Ella es...- Edward, deslizó la argolla por el dedo corazón de Bella y alzó la mano de tal manera que su argolla y la de ella estuvieran a la vista de las zorras –Isabella Cullen.
Los que habían escuchado eso dejaron escapar el aire que sin darse cuenta habían retenido, incrédulos de lo que habían escuchado.
-Y en esta pancita- continuó él soltando la mano de Bella y abrazándola por la espalda. Depositando cariñosamente las manos en la barriga de Bella –está Rennesmee Carlie Cullen Swan... mi hija- miró a Bella –nuestra hija.
-Eso no es cierto- dijo Tanya
Edward se giró para que ambos quedaran frente al resto de los alumnos.
-Y para el que no haya escuchado- dijo casi gritando, todos lo miraron expectantes –Esta mujer que ven aquí, es mi esposa y en su vientre lleva a mi hija, y el que se vuelva a meter con ella, se las verá conmigo- dijo mandando una mirada asesina a Tanya y Jessica quienes no salían de su asombro como el resto de los estudiantes.
-¿Qué haces Edward?- preguntó Bella girándose para quedar frente a él, Edward tomó su cara entre sus manos y pegó su frente a la de ella.
-Eres mi esposa y, ni tu ni mi... nuestra hija tenían porque haber pasado por insultos, perdóname- susurró.
Estaban tan cerca que sus alientos se mezclaban, Bella no pudo contestar, su mente se había nublado, abrió ligeramente los labios, deseando que él la besara. Como si Edward leyera su mente, se acercó más y juntó sus labios, le sorprendió lo mucho que había extrañado esos labios suaves y dulces que había probado hace tantos meses atrás. Bella llevó sus manos al cabello de Edward enredando sus dedos en él, el beso fue dulce y lento, ambos estaban en una burbuja no les importó que estaba en medio de la cafetería donde todos los estudiantes los observaban, poco a poco la cafetería se fue vaciando, el timbre sonó y ellos separaron sus labios, pero sus frentes siguieron juntas, se miraron a los ojos, ninguno podía darle nombre a lo que sentían, lo único que sabían era que ya no podrían estar separados, pero la pregunta que ambos se hacían impedía que se confesaran lo mucho que se necesitaban. ¿Necesitaban estar juntos por qué se querían o por qué era lo mejor para Rennesmee?
El resto de la semana fue como la primera en la que regresaron al instituto, todos hablando de la pareja, había comentarios buenos y malos y todos ellos eran ignorados. Edward dejó de sentarse con sus "amigos" en la cafetería y compartía la hora de almuerzo con su familia, la acompañaba a todas sus clases y la esperaba al final de cada una, parecía loco corriendo de un lado a otro para no llegar tarde a sus clases después de dejar a Bella en las suyas. Ahora ya no había motivos para no llegar juntos al instituto, por lo que el Volvo se había convertido en el medio de transporte de Bella. Igual que en casa, Edward no podía dejar de estar en contacto con Bella, siempre encontraba la forma de tocarla, y Bella lo disfrutaba.
En secreto Edward observaba a Bella dormir, por fin se había atrevido a entrar a la habitación, la observaba un par de horas y regresaba a su habitación a dormir. El resto de la familia estaba contenta, porque aunque todavía no dormían juntos, en lo demás se comportan como una verdadera pareja de esposos, Edward consultaba con ella sobre algunas cosas que quería hacer, ella lo escuchaba con atención y le daba su opinión, salían de vez en cuando a pasear, y Edward siempre la sorprendía dándole besos cortos en los labios, no se habían vuelto a besar como en la cafetería, pero ambos tenían miedo del que el otro se sintiera incómodo con eso.
Bella y Edward estaban solos en la casa, la sala estaba llena por sus risas. Todo empezó cuando a Edward se le ocurrió ser gracioso y contó un malisimo chiste que a pesar de eso hizo reír a Bella, ambos notaron que Rennesmee se movió mucho como si ella también disfrutara del mal chiste, ambos se quedaron callados y la bebé comenzó a patear causándole dolor a su madre.
-Creo que deberías contar otro chiste- dijo Bella sobando el lugar donde Rennesme la había pateado. Edward obedeció y contó otro chiste, como anteriormente Bella se rió y la bebé se movió sin causar dolor.
Así estuvieron un buen rato, cuando Edward se quedaba callado Rennesmee pateaba fuerte.
-Creo que le gusta tu voz- dijo Bella
-¿Tú crees?- preguntó él, la bebé se movió en respuesta, ambos rieron fuerte –nuestra hija es muy inteligente
-Como su padre- dijo Bella y ambos se miraron a los ojos, entrando de nuevo a su burbuja, Edward se inclinaba para besarla cuando un estruendo proveniente de la entrada los sobresaltó y los hizo salir de la burbuja.
Alice entró corriendo a la casa unos segundos después, muy asustada y cuando vio a Edward la sorpresa cambio a terror.
-¿Qué pasó Alice?- preguntó Edward, teniendo un mal presentimiento.
- !Nada, nada! yo lo arreglaré.
Edward se levantó del sillón y se acercó a su hermana, Bella aprovechó para ver la causa de ese ruido, cuando se asomó por la ventana abrió mucho los ojos y dejó escapar un grito que rápidamente ahogó con la mano y se giró para ver a Edward.
-¿Qué pasó Bella?
-Nada Edward, Alice lo arreglará- dijo intentando sonar calmada, no lo logró.
-Sabes que eres muy mala para mentir- dijo Edward y en unas cuantas zancadas llegó al lado de su esposa y miró por la ventana, Bella y Alice cerraron los ojos esperando el grito de Edward.
-¡MI VOLVO!- gritó y se dispuso a salir de la casa para enfrentar a Jasper, quien estaba a lado del Volvo viendo el tremendo golpe que Alice le dio cuando él la enseñaba a manejar.
Bella lo detuvo y le tomó las manos para ponerlas en su vientre
-Edward, cálmate, mira a quien tienes en las manos- dijo con dulzura, Edward miró el vientre. Bella no dejó que apartara las manos de su vientre.
-Tienes a la razón de nuestra existencia en tus manos, así que cálmate, sino ella va a creer que eres un hombre agresivo- Edward respiró profundamente y pegó su frente a la de ella.
-Pero es mi Volvo- se quejó como niño chiquito
-Sí, pero eso se arregla con unos días con el mecánico y si matas a Jasper y Alice, eso no se arregla con nada- bromeó, Edward sonrió ya estaba mucho mas tranquilo.
34 semanas de embarazo
Todos, menos Esme y Bella, estaban fuera de casa, los chicos en el instituto y Carlisle en el hospital. El mecánico llamó para avisar que el Volvo estaba listo, Bella, quien había estado escuchando las quejas de Edward por tener que viajar en el Jeep de Emmett rodeado por las expresiones de cariño de las parejas, pensó en sorprender a su esposo llevándose el auto al instituto.
-No es buena idea cariño- dijo Esme viendo como Bella se subía al auto de Edward
-No te preocupes Esme, seré cuidadosa además el instituto no esta muy lejos.
-Mejor espera, te podría pasar algo y...
-Quiero darle la sorpresa, ha estado muy deprimido sin su auto, por favor, quiero verlo sonreír- Bella utilizó la trampa mortal de Alice y puso cara de cachorro mojado, Esme suspiró.
-Por favor cariño, cuídate.
-Lo haré, gracias Esme.- dijo Bella sonriendo y puso en marcha el motor.
Con mucho cuidado y respetando los límites de velocidad llegó al instituto. A lo lejos vio a Edward y sonrió de oreja a oreja, pero su sonrisa desapareció cuando vio a Tanya enredando sus brazos en el cuello de Edward y lo besaba. Bella comenzó a llorar y sin pensar en nada más que en su corazón roto, encendió el motor y se puso en marcha, su llanto era desgarrador, se estaba hiperventilando, siguió conduciendo y sus nervios cada vez estaban peor y esta vez no había nadie que le cantara su nana para calmarla.