Inocente: Sobrevivir, para vi...

By blassa_14

4.6K 1K 859

Ella a lo largo de su vida, había vivido cosas traumáticas que la descolocaron. Qué la hicieron ser lo que es... More

Antes de leer
Sinopsis
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capitulo 11
Capítulo 12
Capitulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23 I
Capitulo 23 II
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Epílogo
Agradecimientos

Capítulo 6

128 30 38
By blassa_14

Zara Hills:

El sol me golpea en la cara con fuerza, arrugo la frente por esa simple incomodidad que me está dando esa luz que decide no apagarse. Abro los ojos con lentitud y allí le veo tan guapo como siempre... quiero decir tan... no sé qué decir en realidad. Le conozco de hace poco y ya me atrae, esto es extraño y peligroso.

—Eh dormilona, hay que darse prisa que hoy va a ser un día muy largo. —me levanto él con una taza de café en las manos, no sé de dónde saca las fuerzas para siempre tener una sonrisa plasmada en el rostro, de lo poco que llevo conociéndolo es madrugador y siempre con una sonrisa en el rostro. ¿Qué esconderá esa sonrisa? ¿Qué cosas dolorosas esconderá para tener que sonreír siempre?

—Ah, sí, ya voy.— le digo, y me doy cuenta de que tengo ramas y hierbas incrustadas en mi cabello, y se me ha caído la baba cuando dormía, me limpio con la manga del jersey la saliva un poco avergonzada, espero que no se haya dado cuenta. Pero si se ha dado cuenta, y me está mirando, que nervios siento, está sonriendo otra vez de esa manera tan...sincera.

—Que adorable eres— dice fijando su mirada grisácea en mis ojos mieles.

—Ehh, ¿qué?—creo que he oído mal. —Me conoces de hace poco y ya me estas llamando adorable, no me conoces y será mejor que no lo hagas. —susurre esto último más para mí que para él.

El menea la cabeza, como si hubiera hablado sin pensar.

—No, no he dicho nada, es que a veces hablo sin pensar. El desayuno está preparado, cuando acabes, seguimos nuestra caminata. —me dice sin mirarme, dándose la vuelta y frotándose el pelo, parece nervioso y no sé por qué, pareciera como si mi presencia le molestara, pero decido pasarlo por alto, ya que tengo muchas cosas en las que pensar. No puedo distraerme por tonterías.

—Claro. —de repente me siento mal conmigo misma, es una sensación de malestar. Me pongo las deportivas, hoy no tengo ganas de cambiarme, me quedaré con el pijama de los superhéroes, desayuno la leche con cereales y las tostadas con mantequilla, todo está delicioso. Creo que un día de estos intentaré preparar algo para desayunar, ya que él siempre lo hace todo.

Lo recojo todo y me pongo por encima del pijama mi chaqueta, la brisa está fría y yo estoy helada, tengo los ojos cansados, miro al cielo y respiro el aire que hay a mi alrededor, parece que lloverá aunque no estoy muy segura. Me encanta el ambiente mojado, como se siente pisar las hojas recién caídas, respirar el aire fresco, como se te cuela por los pulmones y sientes como el aire te llena los pulmones, como cuando inflas un globo, hasta que vas expulsando el aire que llevabas retenido en el interior, y te desinflas.

— ¿No te vas a cambiar el pijama?— doy un salto de la impresión, ya que no le había visto venir, y por poco me caigo de la impresión.

— ¡Joder! Me has dado un susto. —Le reprendo, un poco molesta—. Pues no, estoy muy cómoda con él y no tengo ganas de cambiarme, ¿hay algún problema?—le miro intentando tener el rostro serio y no intentar reírme, ya que, mantener una cara neutral no ha sido siempre lo mío.

«Las dos sabemos que eso de actuar se te da de maravilla, pero por favor, no te pases» me dice mi otra yo.

—No, no, es solo que...— se me aproxima y nuestros rostros están muy cercanos—. Me sorprendes cada día me haces dudar de ti, no te conozco y me gustaría hacerlo. Además estas igual de preciosa aunque tengas una rama en el pelo.

Me aparto de él, y maldigo. Debo tener cuidado, él y yo no podemos tener nada juntos, ni lo tendremos. Y lo último que ha dicho antes ha sonado como un flirteo de su parte si esa ha sido su intención.

« ¿Quieres que se junte, con la mierda de persona que estamos hechas? Zara, sabes que eso no está bien. Acabamos de escapar de una relación tóxica y tú quieres entrar en otra, con un chico que tiene una cara bonita. Pero recuerda que así se empieza, no nos dejemos encandilar, o acabaremos mal»

— ¡Mierda!—intento retocarme el pelo con la mano y me quito los hierbajos que tengo, pero estoy segura de que eso no vale la pena— ¿Por qué no me dijiste, que tenía una rama en el pelo?

«Porque es un considerado» me dice ella con sarcasmo.

—Porque solo quería reírme un poco de ti, a ver si te dabas cuenta de lo que tenías encima. —se me acerca y me acaricia la mejilla, se está acercando demasiado y cuando creo que va a pasar algo... se aparta, no sé pero quiero que esté a mi lado no quiero que se aleje y no entiendo el porqué.

¿Tan rápido una persona se puede encariñar por otra?

«Es por eso que a veces te odio Zara, te encariñas demasiado rápido con la gente. Sabes el monstruo del que estamos hechas, y aun así sigues. Nos pasó lo mismo con él, nos encariñamos por su belleza exterior, pero era un demonio a toda regla » la hice callar, ya que no quería que hablara más, no era el momento.

Es decir, un chico ve a una chica toda desaliñada, con un aspecto desfavorable y que llega a dar miedo. La ayuda, sin presionarla o por lo menos intentar sonsacarla información, y además se ofrece a ayudarla sin pedir nada a cambio. Parece el chico perfecto. Sonrió para mis adentros, tan diferente a su padre. Cariñoso, rebosante de alegría, comprensivo, y a la vez inocente.

Es una marioneta perfecta, y muy manejable.

Es perfecta para mi plan. Sonrío, cuando se gira mi sonrisa desapareció.

—Bueno, vayamos recogiéndolo todo. —ya no me mira, simplemente, hace como si no hubiera pasado nada, me molesta esta indiferencia, me pongo a recoger mis cosas y pongo a un lado las mochilas, cuando acabo mi parte, me alejo un poco de donde nos situamos.

Me pongo a caminar alejándome de la extensión de robles en los que nos situamos, sigo recto y avisto la orilla de un río que estaba a solo unos metros de donde estábamos, oigo el canto de los pajarillos, la brisa que azota y mueve todo lo que hay a mi alrededor, como mi cabello se revuelve y hace una danza extraña dejándose llevar por el viento.

Me encanta la naturaleza, simplemente es maravilloso y eso es lo que me encanta, me gustaría ser parte de ella. Sentir esa libertad que desprende mi alrededor, ocultarme entre la oscuridad, poder sentir la presencia de los seres vivos, tener el poder de materializarme, estar compuesta de componentes naturales, no tener la necesidad de trabajar, ni llorar, solo sentir como la naturaleza me envuelve, ser independiente como las plantas que se alimentan del dióxido de carbono para convertirlo en oxígeno.

Así no sentiría como mi piel me quema por dentro, como cada vez me resulta más pesado aguantar este cuerpo compuesto por carne y hueso.

En unos instantes en los que estoy tan adentrada en mi mundo, me asusto cuando me tocan el hombro.

—Emm, tenemos que irnos. —me dice con la voz fría sin rastro de nada, con la cara impasible, no sé qué le pasa pero que se le vamos a hacer. No me importa nada que sea de él, solo quiero alejarme lo más posible de este bosque y hacer lo que llevo meses maquilando.

—Sí— le respondí con un monosílabo.

« ¿No crees que es rara su reacción? Se ha enfadado, y no le has hecho nada. Este chico no es del todo normal»

«Deja de analizar todo»

«No puedo, hay que estar alerta»

Me entregó unas cuantas mochilas, nos dispusimos a caminar sin descansar durante horas y horas en un silencio sepulcral. No me importaba su silencio, solo pensaba en como iría todo, si sería capaz de hacer todo con precaución, sin que fuera demasiado tarde.

«Si nos descubren estamos acabadas»

Llega un momento en el que no aguanto más este silencio, así que lo corto, me aproximo a él y le detengo con el brazo, interponiendo su caminata.

Me cercioro de mirarle bien fijo, para que se dé cuenta, de que estoy bien seria y sin una pizca de diversión.

— ¿Qué te pasa?, llevas sin hablarme durante horas y horas. —Le miro apenada, intentando ablandarle — ¿Qué te he hecho? Si no quieres ayudarme no pasa nada, me buscaré la vida, pero no te me muestres indiferente. —le dije enfadada, dándome la vuelta y andando despacio, quería ver hasta qué punto era blando y débil ante mis ojos. Debía darle más dramatismo al asunto.

—No me has hecho nada, y si quiero ayudarte. Solo que estoy un poco confuso sobre tu historia, que todavía no me has contado. —me confeso mirándome fijamente, y dándose la vuelta.

—Te contaré la historia completa, cuando sea el momento, solo quiero un poco de tiempo eso es todo. —debía ponerle la guinda al pastel, para que todo esto fuera creíble.

—Vale, está bien. Te esperaré, lo que haga falta. — me susurro al oído, mientras me erizaba el vello.

« Eso dijeron todos. Es fácil prometer pero llevar a cabo la promesa es lo difícil»

—Sí, exacto. — murmuré, emprendiendo de nuevo el camino con un poco de prisa. Me ponía nerviosa y eso no era nada bueno. Quería saber qué pasó, pero yo no podría hablar de ello.

«Más bien, es más seguro que no hables de ello»

Caminamos muchas horas más, yo me quedé un poco atrás, con los pies molidos y adoloridos, me agache y pose mis brazos en mis muslos. Debía aguantar si no, no estaría preparada para todo lo que vendría. El dolor físico era lo de menos, pero llegaba a ser molesto ya que notaba como me perforaba la piel.

«No caigas en sus redes, a menos que quieras estropearlo. Sabes a lo que hemos venido y lo llevaremos a cabo sin ningún inconveniente»

—No puedo más, ¿podemos parar un poco? Me voy a morir, Alex. —Le suplique persuadiéndolo aunque fuera un poco. —frotó las manos en mi espalda mientras se reía.

—Si quieres te llevo en brazos, falta poco, no te preocupes. —decía con dulzura.

«Oh, qué majo es. Pero llega a parecer vomitivo»

—No hace falta, iré andando con mis pies firmes en la tierra.

—Vale, como quieras— dice mirándome de nuevo para asegurarse de si lo hacía para hacerme la fuerte.

Andamos una media hora más, y llegamos a la cabaña.

Yo no tenía reloj, pero sabía guiarme con la posición del sol, u otras técnicas que me enseño mi madre. Por un segundo mi rostro iba a decaer, pero me recompuse rápido. No debía reflejar ningún sentimiento de tristeza.

El tocó el timbre de la cabaña, y una pareja de ancianos, nos atendieron.

—Oh, hijo, cuánto tiempo sin verte —la anciana se emocionó con solo verle.

Su rostro arrugado me recordó a mis abuelos, solo que nunca los visite, vi fotos de ellos en el álbum de fotos que tenía mi madre siempre guardado, pero nunca nos explicó de manera detallada el porqué de que nunca nos visitaran ellos y todos sus familiares.

Puede que ella ocultara cosas, ya que siempre ponía una excusa, para que no preguntara mucho.

Pero podía llegar a comprender que recordar le doliera.

Continue Reading

You'll Also Like

61.8K 5.2K 30
Grecia, año 1846; En lo profundo de un bosque se escabullían en secreto un grupo de científicos. Allí se reunieron en uno de los bosques sagrados pr...
20M 1.3M 122
Trilogía Bestia. {01} Fantasía y Romance. El amor lo ayudará a descubrir quién es en realidad y su pasado hará reales sus peores miedos. ¿Podrá ell...
9.9K 760 5
[LIBRO 2] «Acércate a él. Busca las razones para hablarle. Gánate su corazón. Gánate su alma. Ustedes están hechos el uno para el otro» O eso creía...
45K 2.5K 43
Esta es la historia más estúpida y absurda que podrías llegar a leer en tu vida. Se trata del mismo cliché de siempre pero... Siendo todo menos clic...