Una chica pelirroja de profundos ojos verdes discutía acaloradamente con su hermana.
-¡Me gustaría saber por qué has entrado en mi habitación!-gritó Petunia.
-¡Y a mí me gustaría saber por qué has intentado escribir al profesor Dumblendore!
-¡Eso no es verdad!¡Y si lo fuera tampoco sería asunto tuyo!
-¡Severus y yo encontramos la carta que le ibas a enviar!
-¡Snape!¡Odio a ese Snape!¡Es un monstruo, un bicho raro!¡Exactamente igual que tú!
Petunia se alejó a grandes zancadas, con sus puños apretados y una mirada furiosa. Lily sintió cómo sus ojos se llenaban de lágrimas. Echó a correr fuera de la casa, salió al prado y se sentó bajo un árbol grande, al lado de un lago. Poco después, un chico muy extraño, con una margarita en la mano, se sentó junto a ella. Tenía el pelo negro hasta los hombros, liso, los ojos grandes y separados y era alto, más que Lily.
-Severus-sollozó ella.
El chico abrió la mano y mostró la margarita. Era una margarita perfectamente normal. Lily esbozó una sonrisa entre sus lágrimas. Tomó la margarita y la observó con avidez.
-Te has acordado...
-¿Cómo iba a olvidarlo?
-Así es como nos conocimos...
Un recuerdo asaltó la mente de Lily. Cinco años atrás. Ella, abriendo y cerrando los pétalos de una margarita, con diez años. El día que conoció a Severus. Él la había consolado después de una discusión con Petunia. Él se había convertido en su mejor amigo, habían ido juntos a Hogwarts...y había empezado ahí la separación.
Ella, en Gryffindor; los leones, valientes, rojos y dorados. Él, en Slytherin; las serpientes, astutas, verdes y plateadas. Dos mejores amigos en casas enemigas.
-Severus...echo de menos aquellos momentos que pasamos juntos...antes de ir a Hogwarts, antes de que empezara todo este lío. Antes de...
-¿Antes de Potter?
-Sí.
-Lily, ¿cómo podéis estar las chicas coladas por ese imbécil de Potter?¡Es un gilipoyas!
-No lo sé, Severus. Es...tiene...algo especial, no sé si me entiendes.
-Pues no, no te entiendo.
-Es que...a ver...¿tú le has visto?Esos ojos...de color miel...ese pelo revuelto...y además, ¿has visto cómo está?
-Pues la verdad es que no. No le he visto, no me he fijado-protestó Severus, frunciendo el ceño. Lily le abrazó con una sonrisa, cerrando los ojos, apoyada sobre el costado de su amigo.
-Anda, no te enfades...que ya sabes que tú sigues siendo mi mejor amigo.
-¡Lilyyyy!-se oyó chillar a la señora Evans.
-Me tengo que ir, Sev-Lily le dio un beso en la mejilla. Cuando hubo desaparecido la chica por el camino, Severus se estiró sobre la hierba.
-Ya lo sé, Lily, sé que soy tu mejor amigo...el problema es que a mí no me alcanza con eso-murmuró tristemente el chico. Sólo había un obstáculo para conseguir a Lily. Un problema.
Un problema llamado James Potter.