"Querido Jimin.
Yang Mi se va a casar. ¿Te lo imaginas? Tú y ella fueron compañeros de institutriz de infantes, convivieron muchos años hasta que yo pude crecer y acercarme a ti. Me encuentro muy feliz por ella, sé que podría tener y conseguir lo que desea, así que no me preocupa dejarle en cuando encuentre a mi padre.
Te extraño mucho. Cuando cierro los ojos pienso en ti, en tus ojos, tus manos, tu cara, tu sonrisa... Tus labios, y tus besos. Todo en ti me hace sonreír y suspirar de cariño. Deseo casarme lo antes posible amor mío, y poder tener la vida que hemos soñado por años, quisiera poder estar junto a ti en estos momentos, abrazarte fuerte y asegurarte una vida eterna de amor, comprensión y paciencia. Me encantaría citarte todo aquello en persona. Posiblemente mi estancia se alargue, pero eso ya no me está afectando de sobremanera. Necesito contarte algo muy grave que está ocurriendo.
Estoy empezando una búsqueda de mi padre, nadie más me querría ayudar, principalmente porque no les interesa. Ese tema ya no les importa, lo único que tiene al plació alborotado son las alianzas pérdidas, que supuestamente las posee mi padre. Una total falacia. Todos las están buscando y más de la mitad de los guerreros que posee el palacio para la protección han salido de este dejándolo vulnerable a ataques.
Mis pies aún están en recuperación, pero van mejorando, le pedí a Mina, que es una nueva amiga del palacio y enfermera del sanatorio, que ella se encargue especialmente en ellos para su mejora. Me ha dado muchas plantas y vendas limpias para diferentes tiempos del día en que pueden hacer un mejor efecto en sanarlos. Hago caso a todas sus indicaciones, al final solo me quedaran pequeñas cicatrices. ¿Tú crees que me hagan fea? No opino que no, ya que no se ven. Espero tus cartas, aún no me llega ni una. Me estoy preocupando Jimin, si este fin de semana no me llega una sola, tendré que viajar en el estado que este, para asegurarme que estés en buena salud y no haya pasado nada en mi despedida.
Pero recapitulando sobre la búsqueda de mi padre. Consideró que fue planeado, y es un secuestro. Los primeros que creí haber sido sospechosos, era el Lord Jeon y mi madre, si... Mi madre. Y no suena tan descabellado después de todo. El Lord Jeon quedó descartado, Mina me contó, que él tiene el poder de tener la amante que desee sin tener que deshacerse de su marido. Y tal cual, como ya dije, él no ama a mi madre, así que las posibilidades de que el desaparezca a mi padre y esconda sus propias alianzas para inculparlo, eran mínimas. Ese tipo de escenas estaban fuera de los pensamientos del hombre. Por otro lado, mi madre pudo haberle pedido que se marchara o haberle pagado a algún guerrero para tal. No lo sé con exactitud, pero para poder tener una idea de lo que mi madre haría, necesito a Min Jade. Su dama de compañía que dejó en casa. Mándala cuanto leas esta carta, yo convenceré mientras tanto a mama para que ella pida que Min Jade venga al palacio. Me estoy acercando a ella, cada vez más. Para tener su simpatía y poder manipularle para tal acontecimiento. Te necesito Jimin, me siento tan sola sin papa y sin ti...
Todos aquí son tan fríos e idolatras, que no ven más allá de sus propias cabezas. Por favor, ven a mi mi amor.
La hoja se termina, luego mandare otra, una disculpa por no mandar en una semana entera una carta, he estado ocupada, con algo que luego te contaré. Tener aliados en el palacio me está sirviendo de mucho. He descubierto cosas sorprendentes, por favor espera por mi. Te contaré mis planes y mis descubrimientos luego.
Te amo con cada parte de mi ser. Siempre tuya: Dong Yon Sook."
Termine de leer la carta, mientras la vela se empezaba a apagar. Posiblemente a la altura donde se encontraba la luna, eran las dos de la madrigada. No importaba, había tenido una pésima semana, y cuando esta mañana Yon Sook pidió de mi presencia en su habitación del sanatorio. Pensé que tal vez quería hablar de su hermana y su próximo paso en su vida, amorosa, y lo que ya es bastante obvio, yo deseo por ella.
Sin embargo, quería que le enviara otra carta a Jimin, aunque no me dijo específicamente qué era para el, no tenía que ser demasiado inteligente para saberlo, después de la última carta que leí. Esta tenía demasiada información que no le llegaría a su amado, pero a mí si. ¿Qué has descubierto Yon Sook? Quería ir a su habitación y preguntarle directamente.
Si ella quería encontrar a su padre, entonces encontraríamos las alianzas, eso quería decir que Yon Sook por sí sola, si descubría a su padre, yo tendría de nuevo el poder, que aún nadie sabe que ya no poseo.
Esas magníficas alianzas, me tenían estrezado. Toda la semana había iniciado la búsqueda por mi cuenta desde el alba hasta la media noche, y no había encontrado ni una pista, cada vez la espera y desespero se acomunaban en mi pecho, y cuando lo único que esperaba era una sonrisa de Yang Mi, ella me dejaba en claro que estaba molesta conmigo por no haberle pedido primeramente que se casara conmigo. Había estado cortante y las sonrisas e historias que le gustaba contarme de su vida, desaparecieron el mismo momento que anuncie nuestro compromiso. Todo me tenía irritante y furioso.
Pero algo tenía que admitir, Yon Sook era más inteligente de lo que se habla por allí de ella. Y eso sería de mucha ayuda para mí.
Por otro lado tenía que escribir una carta, de Jimin, si ella se marchaba y se daba cuenta que a su amado nunca le llegaron sus dichosas cartas, aquí el quemado iba a ser yo. Necesitaba ser cauteloso como ella. Que nadie se espera que haga un movimiento como tal. Me levante del colchón del algodón y cruce el gran espacio de este asta uno de los baúles de la esquina. Le abrí y empecé a rebuscar tinta, pluma y hojas. Tome los objetos que se encontraron asta el fondo de el baúl y los lleve a mi argón tomando una silla, para escribirle. No sabía cómo pensaba Park Jimin, por lo que tenía que imaginármelo romántico, y caballeroso, como lo describían las cartas de Yon Sook.
Me lo pensé mucho, iba a ser más fácil después de todo.
"Querida Yon Sook.
Nena, he tenido problemas con el clan, mi padre me ha necesitado más de la cuenta, lo único que me ha dejado sonreír en mis momentos de estrés y cansancio, han sido tus cartas. Te amo, y te extraño tanto como tú a mí... No puedo extenderte una carta como quisiera, tengo que seguir trabajando, lo entiendes ¿verdad? Sé que si, porque me amas.
Ten por seguro que lo que necesites te apoyare. Se sumisa con tus señores, y ten cuidado con tus pies, ya que se dice que son los que te llevan a lugares magníficos. Aparte la belleza en ellos es lo que los hace especiales, cuídalos. Te veré pronto.
Con amor: Park Jimin."
Ya podrás dejar de llorar por tu amado Yon Sook. Espero que le hagas caso cuando habla de que seas sumisa, más problemas no me traerás.
Cerré la carta y no le puse el sello, no tenía uno del clan Park, por lo que decidí dejarle así, y solamente poner un poco de cera de vela, y mandar a un lacayo que mañana en el alba le mande la carta a Yon Sook.
Necesitaba encontrar esas alianzas, y no me importaba tener que usar a Yon Sook como fuente de información. El poder era mío, y estas tierras de sangre me pertenecían. Tienes razón Yon Sook, no puedo ver más que mi propia cabeza.
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¿Qué ha sido esto?
"Nena" "se sumisa" "lo entiendes ¿verdad? Sé que si porque me amas" "no puedo extenderte la carta"
No podía entender que había ocurrido con Jimin, él nunca me diría esas cosas, alguien más lo ha hecho. Una diversión a mis espaldas como estas no me estaba gustando para nada. Necesitaba hablar con Jungkook, tal vez él me ayude a saber quién del equipo de telegramas me ha estado leyendo las cartas y ahora se empeña en contestarlas de una manera nada auténtica. Ni siquiera el esfuerzo por saber cómo habla y piensa Jimin. Yo no era una ignorante que se creía estas bromas. ¡Por dios! Nunca le llego ni una carta mía a Jimin.
El bufón que ha podido leer mis cartas se ha de estar riendo de mí, creyendo que tal vez me la he crecido. Lastimosamente, Jungkook salía por las mañanas hasta entrada la noche, decían que era por qué le gustaba pasear. Pero yo estaba segura, que después de esta semana en busca de las alianzas ahora el también las busca ¿Pero qué tienen de especiales? Solo los internos del castillo, sabían por qué era esa búsqueda, a los campesinos de los pueblos cercanos, tuvieron la cabeza dura y el corazón frío para decir que buscaban a mi padre desparecido, usaban el nombre de mi padre, para sus propios beneficios. Me sentía furiosa.
Ahora en mi habitación trabada, para que nadie me pueda interrumpir y así, nadie se entere de mis planes, empecé a repasar el plano que tenía esparcido en mis piernas. Era el plano del palacio. Lo dibujo Mina, y yo me encontraba revisándolo y analizando por qué habían muchos espacios en hueco. Ella decía que así fue construido, pero había algo más que debía de haber. Era muy grande por fuera, que estos planos solo mostraban tres cuartos de parte del mismo, la cuarta parte no se encontraba en ellos, porque eran partes huecas. No tenía sentido. Necesitaba poder caminar para revisar con mis propios ojos todas esas huecas partes.
Con molestia mire las plantas de mis pies, bufando en el acto. Cada vez me desesperaba más no poder continuar con mis investigaciones por la limitación de no poder caminar. Diablos... Necesitaba ayuda. Pero Mina tenía trabajos en el palacio que atender y su hermana Woo, solamente le había visualizado una vez en mi vida. No tenía más auxilio. Tenía que hacer las cosas por mí misma.
Necesitaba rueda, de madera en preferencia y una daga. Tal vez algo de cuerda, pero todo eso me ayudaría a moverme por mi cuenta por el lugar. Llame a la campana encima de mi cabeza, escuchando las zancadas de los curanderos al pasar y en seguida el forcejeo de mi puerta por entrar. Con algo de ayuda, Mina entro a la habitación haciéndole una reverencia al lacayo que le ayudó a entrar, la imite, haciendo que el hombre nos regalara una amable sonrisa y desapareciera por el umbral.
-¿Que ocurre Yon Sook? - cuestionó Mina, cerrando la arcada y trabándola con la misma tabla de madera, algo rancia por el tiempo y los golpeteos que le han tenido que dar estos últimos días. Después de la cena, que ya se miraba desde hace una semana, Yang Mi no había parado de buscar mi compañía, cosa que le rechazaba, poniendo en mesa el pretexto de sentirme deshecha y necesitar descansar, para recuperar de mis heridas. Algunas veces, el remordimiento me consumía cuando ella desaparecía desconsolada por la habitación dejando rastro de su soledad y tristeza. Pero tenía que pensar en mi padre, no podía estar para los caprichos de mi hermana cuando ella le diera en gana acercarse.
Lo lamento Yang Mi. Podré estar para ti, después de socorrer a padre.
-Mina, no puedo seguir en esta cama. ¡Me enterraré vida del desespero! - Levante mis brazos al aire, haciendo una mueca de frustración, causándole una sonrisa de empatía y una acaricia reconfortante en mi pierna. Río por lo bajo, observándome con sus lindos ojos alargados. Se limpió las manos de suciedad con su delantal del vestido y me reprendió poco después con la mirada, acercándose a mi herida - necesito tu ayuda - levanto la miraba y con curiosidad me observó, queriendo saber para qué la necesitaba ahora. Mina me confesó el enorme interés que le profecía mis secretos y planes que tenía en mente, admitió tener mucha curiosidad y emoción con respecto a lo que planeo hacer. No tardó mucho en tomar una pequeña navaja de una sola manija y empezar a romper las vendas de tela blancas. Apartándolas a un lado para lavarlas y tomando otras nuevas del botiquín de el argón de noche que gozaba - cuatro ruedas de madera, una daga y cuerda. Me haré una silla caminadora, necesito dejar esta habitación a investigar.
Tomando un trozo de la viscosa y olorosa pomada, soltó la carcajada en medio de la habitación, recibiendo un bufido y ceño fruncido de mi parte. Debería darle una patada para que aprenda a no tener ese tipo de consideraciones con situaciones importantes. Me cruce de brazos encima de mi pecho y voltee la mirada a la ventana. Donde percibí las aves volar por el cielo azul, en una fila y pequeñas ardillas perseguirse por las ramas del árbol más cercano.
-Yon Sook - me llamo con el burlón tono que aún no apartaba de su vocabulario. La mire con suplica, añadiéndole a su físico una sonrisa simpática y amigable - tus locuras solo te dejaran en cama, por lo mínimo tres meses. Estoy segura que para la semana siguiente, podrás caminar mejor, claramente, en ratos. Tanto tiempo de pie, puede irritar la herida y empezar a dar pulsaciones de dolor. Tal vez un guerrero pueda llevarte a salir un rato, siendo cuidada claramente.
Negué. Un guerrero vigilándome era lo menos que necesitaba y requería, mis necesidades de búsqueda iban a ser interrumpidas por la boca suelta de un guerrero hacia el Lord Jeon. No podía permitirme tal ruina. Suspiré, lentamente, empecinándome a no tallarme las plantas de los pies unos con otros, por el cosquilleo que la pomada me generaba.
-Llama a el que quieras. Que me lleve con mi madre.
Hizo caso a mis indicaciones, envolviendo mis pies en vendas nuevas y blanquecinas, saliendo de mi habitación con una reverencia que le correspondí. Si no podía caminar, tenía que empezar a hablar.
El guerrero llego minutos después, ya traía el libro en la mano y mi cepillo en el cabello, pasándolo un par de veces asta estar lista. El hombre me cargo, entre sus brazos me puse el libro en el pecho espere con paciencia que sus lentas pisadas llegaran a la habitación que compartieron mis padres en algún momento no tan lejano. Las puertas y corredores del pasillo, se hallaban solitarios y escombros, por la ausencia de los guerreros en sus puestos originales. Que ahora se localizaban en las praderas y bosques en busca de alianzas pérdidas.
Cada paso que daba, me dejaba a mi alrededor, recordando los planos viejos, del dichoso palacio. Sabiendo dónde hay partes huecas sin tener explicación. Me encontré una esquina, redonda, donde había un hueco detrás de ella. No podía explicar lo estragos que están estos, ya que si solo fueran tapados por más habitaciones, serían tal ver almacenes con protecciones por dentro, posiblemente habitaciones escondidas para guardar dentro, a los inquilinos del palacio, en caso de ataque. Por lo tanto, tendría sentido, en cambio, todos estos huecos, se entrelazaban unos con otros, como pasadizos se tratasen, no había...
Pasadizos.
¡Pasadizos! Eso era, eran pasadizos secretos, que por mucho que me encontraba feliz de saber la verdad, tenía la terrible suerte de no poder caminar. Tenía que atar mis cabos sueltos, e indagar, dentro de esos muros. Esto lo tenía que saber Jimin. Pero antes tenía que hablar con Laird Jungkook, sobre mis cartas.
Iba a encontrar a mi padre, antes de que el invierno prosperara en Busan.
-Veo que vienes a visitarme. ¿Al fin piensas dejar ese feo cuarto del sanatorios? Me da vergüenza que mi propia hija, prefiera estar allí, que en una habitación del palacio - mi madre me recibió a lado de una criada joven, más que yo, era casi una niña. Le reverencie, recibiendo una mirada de reproche de mi madre, que está le indicó al guerrero que me dejara en la cama y saliera. Eso hizo, le agradecí, viendo como los dos salían dejando a mi madre y a mí a solas.
La tensión se cortaba con una daga, ella y yo, jamás congeniamos como madre e hija, a diferencia de Yang Mi, que pasaba las tardes enteras con mi madre, conversando y entrelazando una relación afectiva.
-No procederé a hacer, lo que tú consideres madre. Pienso concebir lo que yo creo oportuno... Y no he venido a una clase de modales, una disculpa si pensaste que a eso venía - no era muy contestona a mi madre. Siempre fui sumisa y callada, que lastima que los tiempos antaños, donde creía que mi madre era una mujer digna para mi padre, hallan desparecido junto con el. La mujer que me engendró, estaba sentada en su tocador, pasando el cepillo por su bonito y castaño cabello, como el de mi hermana. Lanzándome una mirada furtiva.
-¿Entonces que deseas Yon Sook? ¿Hablar de Yang Mi? Ella ya me ha dicho suficiente - respondió con molestia en su tono, dejando el cepillo de madera en el tocador, levantándose en dirección a mi persona - no creas que ella es la única indignada con la decisión de Laird Jungkook. Yo también lo estoy - espera... ¿Qué?
Como podía ser una opción, que mi madre e hermana estuvieran molestas. Era inaceptable, ¿Entonces qué hacíamos aún en Busan? Yo, claramente me quedaba para encontrar a mi progenitor... ¿Y ellas?
-No comprendo madre - bufo, se cruzó de brazos acostándose a un lado mío. Parece que no piensa salir en todo el día de su habitación, su cabello estaba suelto y su vestido, era el que usaba usualmente en casa, no como los que aparentaba comprar delante de los Lords y Ladys del palacio.
-¿Qué no puedes deducir Yon Sook?, nadie quería que Yang Mi, concediera nupcias con Laird Jungkook - ¿porque decía eso? Lo repetía, pero yo aún no comprendía. Empezó a deslizar su mano por el largo del vestido, asta donde alcanzó, alisándolo y limpiándolo de polvo. La miraba atenta - el objetivo era Jung Hyung, pero yo ya asumía, que ese guapo y salvaje guerrero, jamás se fijaría en una damisela como Yang Mi, sin embargo, tu padre y yo, creíamos que la que tenía esperanzas eras tú, y que el que te pediría matrimonio sería Jungkook. No a tu hermana - ¿A mí? Yo jamás me casaría con ese Laird, era molesto, irritante, soberbio y muy coqueto.
Jimin tampoco me dejaría alejarme de su lado. No sabía que responder a sus sucias maniobras. Mi madre creyó que lo tenía planeado a la perfección, y que en el momento que el Laird Jeon, menor del clan, me propusiera matrimonio, dejaría a Jimin en Pionyang sin importar que ya estuviera comprometida. De nuevo, mi madre no me conocía. Tenia que ser callada, al manos en estos momentos, no vine a discutir, ni a ver lo golfa que era mi madre, si no, a tener la mente y corazón fríos, para conseguir mi propósito.
-Parece que Yang Mi, tiene más encantos de los que conocemos madre - me gané una mirada de su parte, mientras yo observaba su regazo - Tiene a los dos Jeon a sus pies ¿No es maravilloso? Podría casarse con quien quiera.
-¿Eres tonta? - le mire a la cara, viendo como reía a mi Costa, con ojos de víbora en sus orbes - Jung Hyung, no posee ningún interés en tu hermana. Más bien, en otra persona... Pero parece que no puedes captar las miradas Yon Sook - sonrío con maldad. Tenía que conseguir lo que buscaba y encaminarme a otro lado. La simple presencia de mi propia madre, me daba escalofríos.
-Me gusta tu cabello, la criada te lo ha dejado lacio - le lance un piropo, levantando mi brazo para tocarlo, pasando mis dedos suavemente sobre su melena, con grandes ganas de estirarse lo asta arrancarlo. Bufo.
-¿Acaso no ves lo esponjado que está? La humedad aún no se presenta y míralo, está hecho un desastre. Ninguna de las criadas del palacio, saben cómo tratar una maleta de toda una reina. - se lamentó pasando sus manos pos la misma, apartando la mía y haciendo una mueca. Era ahora o nunca.
-¿Y porque no traes a tu criada?...¿Min Jade? A mí tampoco me agrada como me tratan las criadas del sanatorio, extraño a las de Pionyang, ellas no preguntan para entender su misión, hacen las cosas al pie de la letra, no pierden y esconden prendas, están desde la media noche asta el alba, implorando por nuestra devoción, aquí es muy costoso encontrar a una criada que no tenga nada que hacer, aparte de que son demasiado inservibles - callo, parecía procesar en su mente lo que indirectamente le propuse. Sonreí internamente cuando asiento concuerdo conmigo. Al final de cuentas, no necesitaba a Yang Mi para ayudarme a convencer a madre, yo solo pude hacerlo.
-Es cierto, mis criadas son mucho mejor que estas sumisas e incompetentes niñas - hablo con egocentrismo entre las palabras, sonriendo al pensar que tal vez, tenía algo mejor que Malady Jeon, no poseía - pediré un carruaje para Min Jade, y para otras dos más. Una para ti, y la otra para que me ayuda también.
Abrí los ojos sorprendida, ¿Yang Mi? No quise preguntar, alargar más el tiempo en que me quede con mi madre, solo haría los acontecimientos más tétricos hacia ella. Volvería al sanatorio.
Hice ademán para levantarme, pero antes, los suaves golpeteos en la arcada nos hicieron prestar atención. Mi madre pregunto en voz alta quién era, alistándose las ropas por si era alguien de importancia.
-Soy Jungkook.
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