Narra Camelia
Me adentro en la habitación y colapso, me cubro el rostro con las manos. Esto se fue a la mierda. Intento pensar con claridad sobre lo que haré y no logro concentrarme. Jackson y Elliot están en peligro, eso es evidente.
Alguien toca la puerta y por la molesta interrupción gruño.
__ Quiero estar sola.- digo con brusquedad. Pero aquella persona ignora mis palabras y se adentra en la habitación.
__ Esto puede interesarte.- dice sonriendo para luego sentarse en el borde la cama.
__ ¿Que quieres?.- me cruzo de brazos.
__ Ten.- me pasa su celular y a regañadientes lo tomo.
__ ¿Por que demonios tienes esta foto?.- ella sonríe.
__ Te dije que esto te podría interesar. Sé donde están y quien es su secuestrador.- suspiro con pesadez.
__ ¿Que quieres a cambio de esa información?.- sé que desea algo, ella no es una persona que haga las cosas por buena voluntad.
__ Te quiero a ti, Camelia Collins. Creo que ya sabes a lo que me refiero.- responde.
__ Tus intenciones son muy evidentes. ¿Que te hace pensar que caeré en tu trampa?.- ella se levanta.
__ Pasa a la siguiente fotografía.- obedezco y mi mandíbula se tensa.
__ No...- susurro.
__ Jackson es demasiado rebelde, y sus heridas necesitan atención, Elliott por su parte está al borde del colapso.- dice en mi oreja para luego alejarse.
Suspiro con fuerza, estoy entre la espada y la pared. Camino de un lado a otro tratando de pensar con claridad pero no puedo dejar de pensar en Jackson y en Elliott, no quiero que les sigan maltratando. Sin embargo, se que esto es una trampa. Es posible que Sylvia sólo este jugando con mi mente.
__ Según tu... ¿Quien es el secuestrador?- ella ríe.
__ ¿Que harás?- ella evade mi pregunta.
Le miro fijamente, la respuesta es obvia.
__ Espero que este acuerdo sea justo, Sylvia. Tomaré el lugar de Jackson y Elliott, a cambio de que ellos estén bien y que lleguen aquí sanos y salvos.- digo cruzándome de brazos.
__ Sólo tengo que hacer una llamada, Camelia.- dice para luego tomar su celular.
Miro por la ventana y veo que el cielo está oscuro, pronto lloverá. Suspiro con pesadez, sé que esto es una locura y que quizás todo sea una trampa. Sin embargo, debo intentar hacer algo para solucionar las cosas aún si debo arriesgarme a salir herida. Pienso en Dominik y agradezco que no se haya puesto en contacto conmigo ya que no quiero mentirle.
__ Bien, vayamos entonces.- dice la pelirosa.
Ella toma su cartera y sale de la habitación, le sigo desde lejos. Realmente no puedo tolerar su presencia, y si bien se que esta es la parte "mala" de su personalidad eso no quita el hecho de que son un mismo cuerpo, una misma persona. Luego de divagar un rato entre mis pensamientos me concentro en las acciones de la pelirosa.
Al salir de la mansión un auto negro espera por nosotras, subimos y cada una mantiene su distancia. Le observo detenidamente, y parece inquieta, sus manos se pasen frenéticamente por su pantalón, como si tuviera un ataque de ansiedad.
___ ¿Estas bien?- pregunto y ella me fulmina con la mirada.
___ No es asunto tuyo, Camelia Collins.- contesta.
Dice mi nombre con desprecio, como si yo fuese un dolor de cabeza para ella. Y quizás lo era, de ser así estaríamos a mano. El odio es mutuo, supongo que no podríamos llevaros bien aun sí la verdadera Sylvia estuviera presente, es evidente que ellas aman a Dominik y por ello soy una molestia para ambas.
Decido mirar por la ventana, veo que el camino es oscuro y solitario; el lugar perfecto para tener cautivos a los rehenes. Llegamos a lo que parece ser una antigua fábrica de productos químicos. El olor invade mis fosas nasales y siento nauseas, este lugar es horrible. Esta cubierto de polvo y telarañas, eso sin mencionar que el lugar parece estar al borde del colapso.
__ ¡Camelia!- corro hasta él.
__ ¡Elliott!.- le abrazo.
Me separo de él y le toco el rostro con delicadeza; sus heridas no parecer ser graves. El abre la boca para hablar pero inmediatamente la cierra, parece estar aterrado por algo. Una mano gruesa se posa en mi hombre izquierdo y por instinto me alejo, al ver al dueño de aquella mano mi mandíbula cae al suelo.
___ ¿William?- su sonrisa me hace tragar grueso, no parece ser el mismo chico de antes.
___ Que tonta has sido, Camelia.- murmura para luego dejar caer un cuerpo a mis pies.
___ Oh, por dios... ¡¿Jackson?!- coloco su cabeza en mi regazo, sus ojos apenas se abren.
___ Camelia... No debiste haber venido... Nosotros sólo somos el cebo... Tu eres a quien querían de rehén desde un principio.- susurra.
Su rostro es irreconocible, ha recibido muchos golpes. Miro a la pelirosa y su rostro no muestra ninguna expresión, no se que pasa por su cabeza. Ella suspira y se pone a mi estatura, sus ojos verdes con destellos azules me mira fijamente, como si intentara descifrar algo.
___ Tu lo sabías desde el inicio, Camelia... Sabías que esto no te beneficiaría, y que te pondría en riesgo.- dice con fastidio.
___ Si, lo sabía...- contesto.
___ ¿Por qué aceptaste tomar el lugar de estos chicos? Una de ellos es a penas un conocido y el otro te ha agredido durante mucho tiempo... ¿Que sentido tiene?- pregunta.
___ Elliott no es sólo un conocido, es mi amigo... Y si, Jackson y yo tenemos una historia amarga pero es una buena persona.- contesto.
___ Es una tontería.- comenta William.
___ Ustedes no podrían entender mis razones.- finalizo.
___ Ya sabes que hacer.- dice la pelirosa cambiando de tema.
___ Liberales.- la tomo del brazo.
___ Los planes han cambiado, sólo liberaré a uno de ellos.- responde.
___ Eso no era parte de trato, Sylvia. Ya estoy aquí, me tienes cautiva... Puedes matarme si se te antoja. ¿Que más quieres?- gruño.
Ella ríe de una manera extraña, y eso me produce escalofríos. Enciende un cigarrillo y se pone a mi altura, ahora sus ojos son totalmente verdes. Nos miramos fijamente, y es evidente el odio que sentimos mutuamente.
____ Al principio sólo quería matarte, Camelia. Tu presencia ha sido un verdadero dolor de trasero. El hecho de que Dominik te eligiera a ti y no a mí... Eso me irrita.- dice negando con la cabeza.
____ Acaba conmigo entonces, deja a los demás fuera de esto.- ella ríe.
____ Pero luego entendí que nunca podría ser amada por él... No puedo tenerlo para mí mientras tu existas.- gruñe.
____ ¡Demonios, Sylvia! Me tienes aquí, frente a ti... Ya he tomado sus lugares, déjales libres. Ellos no tienen nada que ver en esto.- digo frustrada.
____ No me basta, Camelia. Ahora deseo más que tu absurda muerte...- me toma del mentón.
____ ¿A que te refieres?- pregunto.
____ Quiero verlos a todos arder.- finaliza para luego levantarse e irse, no sin antes tomar a Elliott por el brazo.
Ella ha perdido la cabeza por completo.
Narra Dominik
Camelia ha desaparecido, nadie sabe de su paradero. Llamo a su celular y no contesta, Novak junto con el tío Josep la han buscado en lo alrededores pero no hay ni una sola pista de ella; James intentando localizarle a través del GPS pero es imposible.
___ No pudo haber desaparecido sin mas.- digo para luego golpear la pared.
Esto es malo.
___ ¿Crees que tu padre tenga algo que ver en esto?- pregunta James.
___ No lo sé, el esta desaparecido. Seguramente esta intentando escapar de la justicia, sabes que le esperan muchos años de cárcel.- respondo.
___ No hemos encontrado nada.- dice Novak mientras entra a la sala.
___ Sylvia tampoco está por los alrededores.- comento.
___ Esto ha sido obra suya...- aprieto los puños.
De repente llega el tío Josep, parece haber corrido una maratón.
___ Hemos encontrado a Elliott Evans frente a la mansión.- dice luego de haberse calmado. James se levanta de inmediato.
___ ¿Dónde esta? ¿Está bien?- le toma por los hombros desesperado.
___ El doctor le está revisando, pero no parecen ser heridas serias. Está en la primera habitación del segundo piso.- James sale como alma que lleva el diablo.
___ Al menos el ha vuelto...- murmura Novak.
___ Si, pero esto sólo confirma mi hipótesis... Camelia ha tomado su lugar.- digo apretando los puños.