NARRA JESÚS.
Llego de trabajar sobre las nueve de la noche, meto la llave en la cerradura y la voz de mi hijo suena detrás de la puerta "Papi, papi, es papi".
Cuando abro la puerta se abalanza sobre mi, mi madre lo mira cruzada de brazos y ríe.
MAMÁ: No quiere dormirse.
YO: Aitor, tienes que hacerle caso a la abuela.
MAMÁ: No quiere dormir sin que tú le leas el cuento como todas las noches.
Lo cojo para ponerme en pie, él me mira sonriendo, le doy un beso en la mejilla y pone la cabeza en mi hombro.
AITOR: Mañana es mi cumple. -Le noto la ilusión en su voz-
YO: ¿A si? No lo sabía -Ríe achinando los ojos- ¿Cómo no me voy a acordar del cumpleaños de mi campeón?
MAMÁ: Ha estado todo el día diciéndolo. -Sonrío-
YO: ¿Vamos y te leo el cuento?
AITOR: Si papi.
YO: Déjame soltar mis cosas y enseguida voy ¿Vale?
AITOR: No tardes.
Lo dejo nuevamente en el suelo y corre hacía su habitación, dejo la chaqueta en el perchero y el maletín en el sofá.
YO: ¿Qué ha cenado?
MAMÁ: Sopa y tortilla.
YO: Gracias por quedarte con él mientras trabajo mamá.
MAMÁ: No me des las gracias, es mi nieto, me encanta estar con él.
YO: Ve a casa y descansa.
Coge su chaqueta, me da un beso y se va.
AITOR: ¡Papi! -Grita-
YO: ¡Voy!
Me remango la camisa, me quito los zapatos y entro en su habitación. Él me espera dando saltos en la cama, lo agarro de las piernas hasta tirarlo sobre la cama, ríe y se acomoda en la cama.
AITOR: Cuento, cuento. -Dice emocionado-
YO: Sh, voy a empezar.